Antes
que te formase en el vientre te conocí. Sr. Jesús.
Así
te llamo, porque es lo que eres: AMADA DE DIOS.
Te
ruego que apartes un tiempito para leer las líneas que escribí para
ti y vas a entender por qué eres Amada de Dios. Tal vez, me digas:
No es ninguna novedad para mí, ya lo sabía.
Lo
sabías… ¿Pero vives tal cual lo hace una mujer Amada de Dios?
Echa
¡fuera! esos pensamientos que vienen a tu mente e inundan tu
corazón, sumergiéndote en tinieblas. Pensamientos mentirosos que
golpetean sin cesar:
“Esto
no es para mí. Me equivoqué en decisiones que tomé. Ya no puedo
volver atrás. Ya es tarde.”
Nunca
es tarde para Dios. Así sea el último día, la última hora de tu
vida, ahí está ÉL, esperándote con los brazos abiertos, dispuesto
a darte perdón, sanidad y Nueva Vida.
Pablo
dice en 2° Corintios 5:17:
De
modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es, las cosas
viejas pasaron, he aquí todas son hechas nuevas.
Te
invito a que te acerques, tengo Buenas Nuevas de parte de Dios para
ti.
Elena Sanfilippo Ceraso
sábado 07/04/2018
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