Serie: El Pueblo de la Cruz: una Nueva
Creación.
¿Y qué debemos hacer entonces, como
parte del Pueblo de la Cruz del Señor Jesús?
A. Cuidar la SALVACIÓN
con temor y temblor.
B. Presentar ante el
Padre Celestial la situación que estamos viviendo.
Leemos en Hechos 4: 27/31 cómo los
primeros Cristianos oraron a Dios:
“Porque verdaderamente se unieron en
esta ciudad contra tu Santo Hijo Jesús, a quien ungiste,... Herodes,
y Poncio Pilatos con los gentiles y el Pueblo de Israel.
Piensa: ¿Quiénes se unieron entonces
y se unen hoy en día contra el Pueblo de Dios?
Ante esta situación: ¿Cómo debe
actuar el Pueblo de Dios?
Como lo hicieron estos fieles
creyentes. Primero, identificaron y declararon con quién iban a
hablar, alzando unánimes la voz:
-Soberano Señor, Tú eres el Dios que
hiciste el Cielo y la Tierra, el mar y todo lo que en ellos hay...
Luego. le presentaron su causa y su
petición:
-Y ahora, Señor, MIRA sus amenazas y
CONCEDE a tus siervos que con todo denuedo hablen tu Palabra,
mientras EXTIENDES tu MANO para que se hagan sanidades y señales y
prodigios MEDIANTE el NOMBRE de tu Santo Hijo Jesús.
Cuando tenemos claro a QUIÉN estamos
elevando UNÁNIMES nuestro clamor no nos debe asombrar SU respuesta.
Cuando hubieren orado, el lugar en que
estaban congregados tembló y todos fueron llenos del Espìritu
Santo de Dios y hablaban con denuedo la Palabra de Dios.
Nuestros pensamientos condicionan la
respuesta de Dios a nuestras oraciones. Aquí estaban los creyentes
unánimes INVOCANDO el Nombre de Jesús, se postraron ante Su
Presencia, se humillaron, tenían claro ante QUIÉN estaban y no le
pusieron límites al Poder de Dios. Pidieron CONFIANZA y VALOR sin
condicionamientos. Ellos PEDÍAN, Dios se ocuparía de CÓMO
LLENARLOS de Confianza y Valor.
¿Y cómo lo hizo?
Los LLENÓ de su Santo Espìritu y en
consecuencia, hablaban con denuedo la Palabra de Dios.
Al orar, ¿declaro en voz alta ante
quién estoy?
Al presentarle mi causa, mi ruego,
¿permito que obre como Él quiera o lo limito con mis creencias
religiosas?
Dios es el mismo, ayer y hoy y por los
siglos. Dios no cambia. Tampoco cambia ni cambió su PODER.
“De acuerdo a tu FE te sea hecho”.
Señor Jesús.
C. Ser RECONOCIDOS como HIJOS de
PAZ. Lucas 10:6. Somos Embajadores del Señor Jesús y nos encargó el Ministerio de la Reconciliación con Dios.
Elena Sanfilippo Ceraso
1 de diciembre del 2018