viernes, 25 de septiembre de 2015

Fe de Niños


¿Alguna vez le has hablado del Señor Jesús y de su Palabra a los niños y has orado con ellos al Padre Celestial en el Nombre de Jesús? El que lo ha hecho, ha experimentado que la Fe que los niños tienen en Jesús, es como la levadura que crece y crece alcanzando a otros. Sencillamente CREEN.
Veamos qué dice Jesús respecto al tema (Mateo 19:13). Un día vinieron a presentarle al Señor unos niños, pero los discípulos los reprendían. Jesús INDIGNADO les dijo:
“Dejen a los niños venir a Mí, porque de los tales es el Reino de los Cielos. De cierto les digo, que el que no RECIBE el Reino de Dios “como un niño” no entrará en Él. “Como un niño”: sin malicia. Al decir el Padre Nuestro pedimos: “…venga a nosotros tu Reino…” ¿Pero lo recibimos “como un niño”? Si no es así, no entraremos en Él.
¡Qué preocupados estaban los discípulos! Le preguntaron al Señor:
-¿Quién es el mayor en el Reino de los Cielos? (Mateo 18: 1-5).
¿Qué hizo Jesús? Llamó a un niño y lo puso en medio de ellos diciendo:
-“De cierto les digo que SI NO SE VUELVEN Y SE HACEN COMO NIÑOS NO ENTRARÁN EN EL REINO DE LOS CIELOS”.
Es decir, que al Reino de los Cielos entran los niños y los discípulos de Jesús, es decir, los que se volvieron y se hicieron como niños, siendo adultos. 


Con respecto a este tema Jesús oró así en Mateo 11: 25:
-“Te alabo, Padre, Señor del Cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos y las revelaste a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó…”
Mateo 21: 12-17 nos cuenta que Jesús entró al Templo de Dios y echó a todos los que compraban y vendían en su interior, provocando un gran revuelo, volcando mesas y sillas y espantando a los animales. Estos comerciantes ya no tenían temor de Dios y menos aún las autoridades a cargo del Templo. 
Jesús dijo: “MI CASA, CASA DE ORACIÓN SERÁ LLAMADA, MAS USTEDES LA HICIERON CUEVA DE LADRONES”


Al quedar el Templo vacío de los comerciantes, pudieron ingresar a Él ¡al fin!, los verdaderos necesitados, ciegos y cojos. Y Jesús los sanó. Es decir, que entraron los “pobres pero ricos en Fe”, los llamados por Jesús: “niños”. Pero claro, los principales sacerdotes y escribas, viendo las maravillas que Jesús hacía ¡gratuitamente! Y que los muchachos aclamaban en el Templo: ¡Hosanna al Hijo de David!, se indignaron y le dijeron:
-¿Oyes lo que éstos dicen?
-Sí. ¿Nunca leyeron: "De la boca de los niños y de los que maman perfeccionaste la alabanza"? (Respondió Jesús y se fue).
Lo que narra Mateo no es muy distinto a lo que ocurre hoy en día en gran parte de la llamada “Iglesia del Señor Jesús”: ¿Casa de Oración o cueva de ladrones? Ya no se venden animalitos para cumplir con la religión como en ese tiempo, pero sí se predica prosperidad, se venden pactos, se piden diezmos obligatorios, etc. ¿Querés recibir la bendición de Dios? ¡Pagá! Si Jesús entrara HOY en “Su Iglesia”, ¿no haría el mismo revuelo como aquella vez?


¿A qué se va a la Casa de Dios? 
Jesús le dijo a la samaritana, en Juan 4: 23-24:
-“Mas la hora viene y AHORA ES , cuando los verdaderos ADORADORES adorarán al Padre en Espíritu y en Verdad, porque también el Padre tales adoradores BUSCA que le adoren”.
¡El Padre Celestial no busca dinero ni bienes materiales! A un niño nunca se le ocurriría “comprar las bendiciones a Dios”, sólo ora en el Nombre de Jesús y ya está. 


¿No es más que suficiente el sacrificio de Jesús en la Cruz del Calvario donde se entregó a sí mismo por Amor a cada uno de nosotros? ¿No dice Mateo 6:33, con respecto a este tema: “Buscad primeramente el Reino de Dios y su Justicia y TODAS estas cosas os serán añadidas?” Con esto se refiere a las necesidades básicas de las personas. ¡Las Bendiciones no se compran!
Y ahí estamos, igual que en la época de Jesús, los “pobres pero ricos en Fe, es decir los niños”, con Jesús AFUERA; y adentro de la Iglesia, los COMERCIANTES.
Pedro les habla a los expatriados de la dispersión y les manda en su primera Carta 2: 1-2: “Deshechen toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias y todas las detracciones y deseen como “niños recién nacidos” la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcan para Salvación, si es que gustaron la benignidad del Señor”
En Primera Corintios 14: 20, Pablo escribe así: “Hermanos, no sean niños en el modo de pensar, sino sean “niños en la malicia” pero maduros en el modo de pensar”.

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“De cierto les digo que si no se VUELVEN y SE HACEN COMO NIÑOS NO ENTRARÁN EN EL REINO DE LOS CIELOS”. (Mateo 18: 1-5).
(Hechos 8: 9-24) Simón era un mago muy famoso pero creyó en Jesús al oir predicar a Felipe y se bautizó en el Nombre de Jesús. Estaba siempre con Felipe, atónito por las señales y milagros que venían de parte de Dios. ¡Nunca había visto nada igual! 
Luego vinieron Pedro y Juan para orar por los bautizados y que reciban el Espíritu Santo. Cuando vio Simón que con la imposición de las manos se daba el Espíritu Santo, les ¡OFRECIÓ DINERO!, diciendo:
-“Denme a mí también ese Poder para que a cualquiera que yo le imponga las manos reciba el Espíritu Santo”.


El que había hecho Manifestación de Fe en Jesús, se había bautizado y estaba siempre con Felipe, ¡parecía un cristiano verdadero!, quiso comprar con dinero el Poder de Dios. ¿Y eso por qué? Porque el texto aclara desde el principio que Simón estaba atónito al ver los milagros que Dios hacía a través de Felipe, ¡por eso creyó en Jesús!, por interés en el Poder de Dios. Cuando era mago era un comerciante del diablo y ganaba mucho dinero. La codicia lo cegó: ahora quería ser un comerciante de Dios. ¡No había entendido el Evangelio! ¡No había entendido el Mensaje de la Cruz!
¿Cuántos “cristianos” hoy se acercan a Jesús, hacen manifestación de Fe y se bautizan si es necesario, pero su interés está fundamentado en su codicia y en obtener milagros materiales? Están convencidos que a Dios no le disgusta el “comercio espiritual”. Pero veamos qué respuesta tremenda, durísima, recibió Simón de parte de Pedro:
-“Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que el Don de Dios se obtiene con dinero. No tienes tú parte ni suerte en este asunto, porque tu corazón no es recto delante de Dios. ARREPIÉNTETE, pues, de ésta tu maldad y ruega a Dios, si quizás te sea perdonado el pensamiento de tu corazón, porque en hiel de amargura y en prisión de maldad veo que estás”.
Bueno, Simón se dio flor de susto, porque les dijo:
-Rogad vosotros por mí al Señor, para que nada de esto que habéis dicho venga sobre mí. 
Se cuenta que, en su arrogancia, se mató practicando un acto de magia pretendiendo volar.


Jesús les había mandado a sus discípulos y nos manda hoy: 
“DAD DE GRACIA, PORQUE DE GRACIA RECIBISTEIS”. 
¿Hay algún lugar para el dinero?
¡Qué INTEGRIDAD la de Pedro, Juan, Felipe,… eran NIÑOS EN SU FE!.
Dios te Bendiga.








(Elena Sanfilippo Ceraso
   miércoles 23/09/2015)


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