sábado, 9 de julio de 2016

COMO UN CORDERO, ELENA… COMO UN CORDERO


Te doy gracias, Señor Jesùs, REY de REYES, por el privilegio de ser tu Invitada.
¿Quièn soy yo para que fijes tus ojos en mì? Y no sòlo eso, me preparas mesa y me dices: ELENA, VEN Y COME para tener un Encuentro conmigo.
Gracias por todo lo que hiciste en mi vida, en esos Encuentros especiales que hemos mantenido durante un año y medio. Gracias por guiarme, para que pueda compartirlos con otras personas en el mundo.
Gracias por ENCUENTRO y gracias por lo que viene: AL PUEBLO DE LA CRUZ.
¡TODO TE PERTENECE A TÌ!

Hermano/a:
Llegò el final de ENCUENTRO.
¿Y cómo ocurriò eso?, me preguntarás tú.
Su fin comenzó con un enojo de mi parte con Dios. Seguramente recordarás que por más de un mes estuve sin escribir. Esto no significa que no fuera a su Encuentro. 
Éstos eran Encuentros diferentes: estaba muy enojada, no estaba dispuesta a seguir soportando situaciones de injusticia y dolor, lo cuestionaba en su accionar, lo llenaba de interrogantes: ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?
Desconocía que el tiempo de mi enojo lo estaba manejando el Señor, para enseñarme, consolarme, curar mis heridas, mostrarme su Voluntad para mi vida, demostrarme su Amor por mí.
Día a día, escuchaba su Voz que me decía: “Como
un CORDERO, Elena, como un CORDERO”.
¿Cómo un cordero? ¿YO? ¿Yo, un cordero? .
Pacientemente, en cada ENCUENTRO, compartiendo con el Señor Jesús, una rica comida, que especialmente preparó para mí, me condujo a reflexionar:
¿No estoy, acaso, siguiendo los Pasos de mi Buen Jesús? ¿No estoy poniendo mis pies exactamente donde Él pisó?



Andando en sus pasos, miles de Cristianos son perseguidos, calumniados, injuriados, les imputan delitos que no cometieron y los meten en la cárcel, condenados a muertes horribles, son martirizados, saquean sus pertenencias,
violan mujeres y niñas cristianas, las venden a la prostitución o a la esclavitud, los persiguen sin piedad, sufren hambre, miseria, y todo tipo de dolores… No tienen
lugar en el mundo. Las religiones los odian por CONFESAR públicamente al Señor Jesús y negarse a renunciar a su FE en Él.
Muchas veces escuchamos decir que estamos en los últimos tiempos y tal vez, hasta lo repetimos una y otra vez. Pero tener conocimiento del tiempo en que
vivimos, no es suficiente. Debemos posicionarnos en este tiempo, creer en la Palabra de Dios para no orar mal ni pedir mal. Es necesario que vivamos de acuerdo al tiempo en que estamos, para que el fuego de las tribulaciones no nos
sorprenda o nos lleve a apartarnos del Señor Jesús. Dice Pablo en 2° Timoteo 3:12:
Y también los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús, padecerán persecución.
Es un tiempo en que el Gobierno de las tinieblas se ha manifestado con todo su poder. Pero no olvides que las Promesas de nuestro Dios están vigentes, son para
ti, para mí y para todo Seguidor de Jesús.
Mas a vosotros los que TEMÉIS MI NOMBRE nacerá el Sol de Justicia, y en sus alas traerá Salvación y saldréis y saltaréis como becerros de la manada (Malaquías 4:2).
¿Qué final le dio mi Padre Celestial a mi enojo?
Primero lo utilizó para limpiarme, sanarme, podarme, quemar impurezas,… Fue doloroso. Pero, de este precioso tiempo de Comunión Íntima con mi Señor, nació
“Perdón, Señor, olvidé que soy barro”. (04/06/2016)
Hoy le doy ¡GRACIAS! Nuevamente, porque me ha dado refugio gratuitamente en el Nombre de Jesús. Soy Elena, seguidora de Jesús, REFUGIADA de Dios y PEREGRINA en el mundo, rumbo a la Nueva Jerusalén Celestial.
¿Y qué FRUTO produjo este Tiempo Especial con el Señor?
Con el FIN de ENCUENTRO, NACIÓ “AL PUEBLO DE LA CRUZ”



“AL PUEBLO DE LA CRUZ”:
Es un LLAMADO a los cristianos para que permanezcan en el Camino, o a que regresen si se alejaron del Camino, porque queda poco tiempo y la Venida del Señor Jesús está cerca. ¡Hay que estar VELANDO para su Regreso!
Es una INVITACIÓN para que tomes la Decisión de formar parte del PUEBLO de la Cruz, siendo un Refugiado de Dios y Peregrino en el mundo, andando por el Camino de Santidad, poniendo tus pies exactamente en los Pasos del Señor Jesús y estando dispuesto a pagar el precio de aceptar y tomar tu Cruz. Si así lo haces, Él mismo, te guiará hacia la Santa Ciudad donde tiene preparado un lugar
para ti.
¡Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el Reino de Dios!, dice Pablo.
El Pueblo de la Cruz te va a brindar, además, conocimiento acerca de la Palabra de Dios. Mi pueblo fue destruido porque le faltó conocimiento, dice Dios por medio de Oseas 4:6. Y te va a incentivar a profundizar tu relaciòn con Dios.
¿Te animas a ser parte del Pueblo de la Cruz?
Ven, vayamos juntos por este Camino. Estaré orando por ti.
Un fuerte abrazo, de tu Hermana Elena.
¡Hasta pronto!

ELENA SANFILIPPO CERASO
              08/07/2016.



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