Somos
miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos. Efesios 5:30.
Somos
miembros los unos de los otros. Efesios 4:25.
¿Y
qué debemos hacer, como parte del Pueblo de la Cruz del Señor
Jesús?
1 Cuidar
la Salvación recibida gratuitamente, con temor y temblor.
2 Si
eres un cristiano fiel a Dios, en el mundo padecerás persecución,
entonces debes presentar la situación a tu Padre Celestial, como lo
hicieron los discípulos en Hechos 4: 27:31:
"…porque
verdaderamente se unieron en esta ciudad contra tu Santo Hijo Jesús,
a quien ungiste."
¿Quiénes
se unieron y se unen hoy en día, en muchas partes del mundo donde se
levanta la Cruz de Jesús y se lo proclama Rey de Reyes y Señor de
Señores, el Autor de la VIDA, el que da Salvación gratuita a quien
se la pide y tiene poder de PERDONAR pecados y está RESUCITADO?
Se
continúan levantando nuevos Herodes, nuevos Poncio Pilatos, nuevos
judíos y nuevos gentiles, etc.
¿Cómo
debe reaccionar el Pueblo de Dios? Hechos 4, narra lo siguiente:
"Y
ahora, Señor, MIRA sus amenazas y CONCEDE a tus siervos…"
¿Qué
cosa le piden?, ¿un lugar donde esconderse, que los libre de sus
enemigos…?
¡NO!
Veamos qué le piden a Dios SUS SIERVOS:
"…y
CONCEDE a tus SIERVOS que con TODO DENUEDO hablen Tu Palabra,
mientras extiendes tu Mano para que se hagan SANIDADES y SEÑALES y
PRODIGIOS, mediante el NOMBRE de tu Santo Hijo Jesús."
3 Ser
reconocidos como Hijos de Paz. Lucas 10:6.
4 Cooperar
a favor de nuestros Hermanos con la Oración. En 2° Corintios 1:
8-10, Pablo narra que en Asia les sobrevino una tribulación y
fueron abrumados sobremanera más allá de sus fuerzas, de tal modo
que aún perdieron la esperanza de conservar la vida. Pero tuvieron
en ellos mismos sentencia de muerte, para que NO confiaran en ellos
mismos, sino en Dios, que resucita de los muertos, el cual los LIBRÓ…
COOPERANDO también los Corintios a favor de ellos con la ORACIÓN.
¡No
abandonemos a nuestros Hermanos! ¡Oremos por ellos sin cesar!
Marcos
14: 32- 42 narra cómo Jesús fue a Getsemaní con sus discípulos y
tomó consigo a Pedro, Jacobo y a Juan, a los más íntimos, para que
lo acompañaran en este terrible momento. El Señor comenzó a
entristecerse y a angustiarse y les dijo:
"Mi
alma está muy triste hasta la muerte, quedaos aquí y VELAD." Yéndose
un poco adelante, se postró en tierra y oró…
Vino
luego y los halló durmiendo y dijo a Pedro:
-Simón,
¿duermes? ¿No has podido velar una hora?
Velad
y orad para que no entréis en tentación.
Jesús
les pedía que oren por ellos mismos, aunque sea una hora, porque no
iban a resistir ante lo que iba a venir. Pero ellos aún tenían la
vista muy corta, no entendían nada.
Otra
vez Jesús se fue y oró…Y así por tres veces, vino y los halló
durmiendo. Los ojos de ellos estaban cargados de sueño y no sabían
qué responderle.
Recordemos
también que cuando Pedro estaba en la cárcel y los hermanos en la
Fe cooperaron con él en oración reunidos en una casa.
Milagrosamente fue sacado de prisión por un ángel y corrió a
reunirse con ellos.
Hebreos
13: 1-3 dice:
"Acordaos
de los presos, como si estuvieseis presos juntamente con ellos y de
los maltratados, como que también vosotros mismos estáis en el
cuerpo."
¡No
abandonemos a nuestros Hermanos! Podemos hacer mucho si ante Dios,
COOPERAMOS con ORACIÓN por ellos.
Leemos
en Efesios 5:30:
SOMOS
MIEMBROS DE SU CUERPO, DE SU CARNE Y DE SUS HUESOS.
Y
en Efesios 4:25, Pablo escribe:
SOMOS
MIEMBROS LOS UNOS DE LOS OTROS.
A
Jesús le duele todo el cuerpo, por sus Hermanos Pequeños
martirizados, perseguidos, encarcelados, oprimidos, abandonados, por
los huérfanos, por los débiles, por los hambrientos, por los
sedientos, por los cansados de sufrir… Pero también le duele, el
cuerpo, porque hay miembros que no cooperan en oración, a favor de
sus Hermanos sufrientes, le duele su indiferencia, le duele el
abandono que hacen de ellos.
Jesús
aún continúa llamando a que velemos y no durmamos, por nuestros
Hermanos y por nosotros mismos, para que como Pedro, no caigamos en
tentación.
El
salmista ora así en el Salmo 79: 8-13: "Llegue delante de Ti, el
gemido de los presos, conforme a la grandeza de tu brazo, preserva a
los sentenciados a muerte…" Ruega para que los fieles a Dios que van
a morir no pierdan la Fe, no teman a los hombres, que Dios los
preserve para la Vida Eterna…
En
tiempos de persecución, de tribulación, de pruebas, a los
cristianos les pueden surgir dudas, temores, angustias acerca de su
Fe en Dios, más aún cuando lo viven en soledad, en miseria,
padeciendo enfermedad, odios, etc.
Podemos
ver en Mateo 11, cómo Juan el Bautista, estando solo y encarcelado,
le surgió la duda y mandó a preguntarle a Jesús: ¿Eres Tú Aquel
que había de venir o esperaremos a otros? Cuando Él mismo lo había
reconocido públicamente como el Cordero de Dios que quita el pecado
del mundo, lo había bautizado y había oido la Voz desde el Cielo y
visto al Espíritu Santo como paloma descendiendo sobre Él.
O
tal vez, como a Pedro, que le prometió a Jesús morir por Él, pero
cuando vino la prueba, temió y lo negó tres veces.
Sí,
debemos COOPERAR en ORACIÓN por nuestros Hermanos y velar, para no
caer en tentación en las pruebas.
Veamos
cómo cooperaba Pedro a favor de los Hermanos atribulados, que lo
habían perdido todo a causa de su Fe en Jesús, expatriados de la
dispersión en diferentes partes del mundo. 1° Pedro 1: 1-2.
¡Qué
palabras preciosísimas les dice! Los llama:
ELEGIDOS
y SANTIFICADOS para OBEDECER y ser ROCIADOS con la Sangre de
Jesucristo. Y les dice más: GRACIA Y PAZ os sean multiplicadas.
5 COMBATIR
por el Evangelio. (2° Corintios 6:6-7). Con TODA la ARMADURA de
Dios, Efesios 6:10, en el Poder de Dios, con armas de Justicia a
diestra y siniestra, en Amor sincero, en Palabra de Verdad…
6 Amar la Palabra de Dios y guardarla día a día, habla de ella a tu
familia y a otros, allí donde te encuentres: en el camino, al
acostarte, al levantarte, en tu casa, etc. Esto quiere decir que la
Palabra de Dios debe alumbrar tu camino las 24 horas, día y noche,
debe estar viva dentro de ti.
7 Orar
pidiendo PRESERVACIÓN. Salmo 19:13: Preserva también a tu siervo
de las soberbias, que no se enseñoreen
de
mí. Salmo 66:9: Él es quien preservó la Vida a nuestra alma y no
permitió que nuestros pies resbalasen. Proverbios 2:8: Es el que
guarda las veredas del juicio y preserva el camino de sus santos. 2°
Timoteo 4:18: Y el Señor me librará de toda obra mala y me
preservará para su Reino Celestial. A Él sea Gloria por los siglos
de los siglos.
Amén.
MEDITA:
“Tienen
que elegir: o este hombre era y es, el Hijo de Dios, o un loco o algo
peor.
Pueden
encerrarlo como a un loco, pueden escupirlo y matarlo como a un
demonio, o pueden caer a sus pies y llamarlo Señor y Dios. Pero no
vengamos con tonterías condescendientes de que Él era un Gran
Maestro humano. No nos dejó abierta esa posibilidad. No tenía
ninguna intención de hacerlo”. C.S.Lewis, Teólogo británico.
Elena Sanfilippo Ceraso 1/11/2016.
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