Cuando fallece un joven entristece más que si lo hace una persona anciana. Podemos escuchar expreiones como:¡Qué lástima, no pudo disfrutar de la vida! ¡Le quedó todo por hacer!.
¿Por qué? ¿Está bien que la medida utilizada para determinar si alguien vivió bien o mal sea la cantidad de años vividos o la intesidad con que vivió?.
Quiero decir, que si alguien fallece a los quince años y otro a los noventa años, y ambos tienen en común el haber vivido lejos de Dios, deberíamos estar muy tristes por los dos, porque su destino final es el mismo.
Dijo el Señor Jesús:"Mi comida es que haga la Voluntad de mi Padre que está en el Cielo" (Juan 4:34). Y acabada su obra, murió a los treinta y tres años. ¡No importa si sólo tenía treinta y tres años! Vino a la tierra, acabó la obra que su Padre Celestial le dio que hiciera, entregó su vida, resucitó y regresó con Él.
Veamos otros ejemplos:
Pablo: Cuando Jesús lo derribó del caballo renunció a todo por amor a Él. Le encomendó la obra de llevar su Nombre a los gentiles, reyes y a los hijos de Israel. Dijo en 2ª Timoteo 4: 6-7. "Porque to ya estoy para ser sacrificado y el tiempo de mi partida cercano. He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe." Murió mártir.
Pedro: Jesús le dijo "Sígueme". Abandonó al instante su empresa familiar de pescadores y le siguió. Le fue encomendada la obra de ser "pescador de hombres". La noche en que el Señor Jesús fué entregado, Pedro lo negó tres veces. Pero se arrepintió muchísimo de haberlo hecho. Luego, se volvió atrás, al antiguo trabajo de pescador. Una vez resucitado, Jesús le dijo nuevamente: "Sígueme". Él aceptó y le fue encomendada la tarea de apacentar las ovejas y corderos del Señor (Juan 21: 15-19). Murió mártir.
Andrés, Jacobo y Juan: Eran pescadores. Jesús los vio trabajando. Los llamó y les dijo: "Venid en pos de Mí, haré que seáis pescadores de hombres". Abandonaron todo y le siguieron.
Demas: Aceptó el llamado de Jesús y su obra. Luego abandonó todo porque fue más fuerte el amor al mundo. (2ª Timoteo 4:10).
Figelo y Hermógenes: Le dijeron sí a Jesús, pero más adelante abandonaron. (2ª Timoteo 1:15).
Otros: Siguen a Jesús, realizan su obra. Pero con el tiempo, dejan de creer (Judas 1:5).
Judas: Fue discípulo del Señor. Era el encargado de la bolsa (dinero). Durante la Última Cena satanás entró en él, traicionó al Señor Jesús y lo entregó por treinta monedas de plata. Nunca se arrepintió.
El Señor Jesús continúa llamando. Es un llamado a cada persona en el mundo, sin distinción: Sígueme.
Y son muchos los que le dicen sí, aún a costa de perder su vida, según el lugar donde se encuentran. Podemos leer con fecha 31/01/2015 ACI/EWTN Noticias. Madrid. "De los 120.000 refugiados que huyeron del Estado Islámico (ISIS), ninguno perdió su fe cristiana, jamás se les ocurrió dudar ni preguntar ¿dónde está Dios?, ninguno se convirtió al Islám. En esta situación e una violencia tan brutal por parte del hombre, la presencia de Dios es más fuerte. Son mártires de la fe".
Veamos otros ejemplos:
Pablo: Cuando Jesús lo derribó del caballo renunció a todo por amor a Él. Le encomendó la obra de llevar su Nombre a los gentiles, reyes y a los hijos de Israel. Dijo en 2ª Timoteo 4: 6-7. "Porque to ya estoy para ser sacrificado y el tiempo de mi partida cercano. He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe." Murió mártir.
Pedro: Jesús le dijo "Sígueme". Abandonó al instante su empresa familiar de pescadores y le siguió. Le fue encomendada la obra de ser "pescador de hombres". La noche en que el Señor Jesús fué entregado, Pedro lo negó tres veces. Pero se arrepintió muchísimo de haberlo hecho. Luego, se volvió atrás, al antiguo trabajo de pescador. Una vez resucitado, Jesús le dijo nuevamente: "Sígueme". Él aceptó y le fue encomendada la tarea de apacentar las ovejas y corderos del Señor (Juan 21: 15-19). Murió mártir.
Andrés, Jacobo y Juan: Eran pescadores. Jesús los vio trabajando. Los llamó y les dijo: "Venid en pos de Mí, haré que seáis pescadores de hombres". Abandonaron todo y le siguieron.
Demas: Aceptó el llamado de Jesús y su obra. Luego abandonó todo porque fue más fuerte el amor al mundo. (2ª Timoteo 4:10).
Figelo y Hermógenes: Le dijeron sí a Jesús, pero más adelante abandonaron. (2ª Timoteo 1:15).
Otros: Siguen a Jesús, realizan su obra. Pero con el tiempo, dejan de creer (Judas 1:5).
Judas: Fue discípulo del Señor. Era el encargado de la bolsa (dinero). Durante la Última Cena satanás entró en él, traicionó al Señor Jesús y lo entregó por treinta monedas de plata. Nunca se arrepintió.
El Señor Jesús continúa llamando. Es un llamado a cada persona en el mundo, sin distinción: Sígueme.
Y son muchos los que le dicen sí, aún a costa de perder su vida, según el lugar donde se encuentran. Podemos leer con fecha 31/01/2015 ACI/EWTN Noticias. Madrid. "De los 120.000 refugiados que huyeron del Estado Islámico (ISIS), ninguno perdió su fe cristiana, jamás se les ocurrió dudar ni preguntar ¿dónde está Dios?, ninguno se convirtió al Islám. En esta situación e una violencia tan brutal por parte del hombre, la presencia de Dios es más fuerte. Son mártires de la fe".
Elena: El 24/03/1985, teniendo 24 años de edad, el Señor Jesús me dijo: Sígueme. Cada día le doy gracias por ser mi Salvador y Señor.
MEDITACIÓN
Lucas 12:8-9; Marcos 8:34-38.
Jesús te llama por tu nombre y te dice: Sígueme. El precio que pagó para que puedas recibir esta Invitación, fue muy alto: entregó Su Vida por tí, derramando Su Sangre Preciosa en la Cruz del Calvario. Sólo te pide: Sígueme.
INVITACIÓN
Levanta la Bandera de Jesucristo. Muchos ya la tenemos en alto en todo el mundo. ¡No temas! ¡Haz tu opción por Cristo ahora!.
DECISIÓN PERSONAL
Que las palabras de Pablo sean las tuyas: "Porque para mí el vivir es Cristo y el morir es ganancia" (Filipenses 1:21).
Lee tu Biblia y ora diariamente. Dios te revelará por su Espíritu Santo cuál es su Voluntad para tu vida.
(Elena Sanfilippo Ceraso
martes 31/03/2015)
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