Hoy
no puedo ir a tu Encuentro, Señor. Tú me estás esperando, como
siempre, con el fueguito encendido y un delicioso pescado asado por tí, dispuesto a escuchar, a
compartir… Y no puedo ir.
¡Dejé
que los problemas se convirtieran en piedras y ellas me lapidaron!
¡Estoy debajo de una montaña de piedras! No puedo salir. No tengo
fuerzas. Me quedé sin Fe.
Tú
me diste pies de ciervas para andar en las alturas, pero yo miré
hacia abajo, temí y caí. La oscura realidad me alcanzó y se
apoderó de mí. Me venció. Perdí
de vista tu Luz.
Tú
me llamas. y no puedo responderte. Escucho tu Voz que grita mi
nombre: -“¡Elena! ¡Elena!”
-¡Estoy
acá abajo, Señor! ¡Me quedé sin Fe!
Resuenan
en mis oídos tus palabras:
-Elena
“…si tuvieras Fe como un grano de mostaza, le dirías a este
monte: Pásate de aquí allá, y se pasará…¡ y nada te será
imposible!”
-¡Pero,
Señor! Si mi Fe fuera tan chiquita como un grano de mostaza, la
montaña no se me hubiera caído encima! ¡Me está matando! (Le
respondo con mi pensamiento).
Escucho
tus pasos que corren presurosos hacia mí. ¡Qué alivio! UNA VEZ
MÁS tu poderosa Mano me rescata. UNA VEZ MÁS TÚ me liberas, me
levantas, me abrazas. Me inundas de tu LUZ, de tu CALOR, de tu AMOR,
de tu VIDA.
¡GRACIAS,
SEÑOR JESÚS! ¿QUÉ SERÍA DE MÍ SIN TÍ?
(Elena Sanfilippo Ceraso
sábado 13/06/2015)
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