SI
YO cerrare los Cielos para que no haya lluvia, y si mandare a la
langosta que consuma la tierra o si enviare pestilencia a mi Pueblo,
SI:
se HUMILLARE mi Pueblo, sobre el cual mi Nombre es invocado y
ORARE y BUSCARE mi Rostro, y se CONVIRTIERA de sus malos caminos,
ENTONCES:
YO OIRÉ desde los Cielos y PERDONARÉ sus pecados y SANARÉ su
tierra. (2° Crónicas 7: 13-14).
Existe
gran preocupación mundial por el calentamiento global, las sequías,
la falta de lluvias, la desaparición o secado de fuentes de
aguas naturales, etc. Todo esto provoca pérdidas cuantiosas de
ganado, de cultivos, inutiliza los suelos, pero esto no termina aquí,
viene acompañado de miseria, hambre, enfermedades, muerte,
desocupación, inseguridad, falta de alimentos o aumento excesivo de
sus precios…
La
sequía nivela a todos: ricos y pobres, libres y siervos, ancianos,
niños y adultos, personas enfermas y sanas, etc. No hace distinción
de raza ni de color. Toda la Creación gime: personas, animales y
plantas.
La
sequía es una de las caras de la muerte. Y a la muerte la venció
Jesús solamente. Porque Jesús es el Creador, el Rey de Reyes y
Señor de Señores, el Dador de Vida. ¡Jesús es la Vida!
Todos
los esfuerzos humanos no podrán con la sequía. El Papa aportó su
Encíclica. Guiados por ella, en el mundo realizaron Congresos,
Conferencias, Debates sobre el tema, asistiendo representantes de
distintos países.
Pero,
¿qué dice la Biblia acerca de la sequía? ¿Desde cuándo existió?
¿Cuál es su verdadero origen? ¿Qué mensaje envía Dios a su
Iglesia y al mundo por medio de ella? ¿Qué le demanda Dios a su
Pueblo YA, AHORA, antes que sea demasiado tarde para toda la
Creación?
La
Biblia nos enseña cómo los que AMAN a Dios vencen las sequías,
porque su origen es ESPIRITUAL.
Veamos
qué nos cuenta el Profeta Hageo, acerca de la sequía en su tiempo.
Zorobabel
era gobernador de Judá y Josué el Sumo Sacerdote. Dios reprende a
ambos y al pueblo por medio del Profeta Hageo, por dos motivos:
-porque
siempre era tiempo para ellos y no tenían tiempo para Él como su
Dios, pues cada uno corría a su propia casa.
-para
que mediten bien sobre sus caminos.
¿Qué
estaba ocurriendo?
Las
personas del pueblo corrían, se esforzaban, ocupaban todo su tiempo
en trabajar para cubrir apenas sus necesidades básicas y no les
alcanzaba. ¿De dónde podían sacar más horas para trabajar más?
Estaban insatisfechos. Sembraban mucho y recogían poco y el
jornalero recibía el jornal en saco roto.
Y
además de todo esto, y para peor, ¡SEQUÍA! Se detuvo la lluvia y
la tierra no dio su fruto.
¿Qué
les dice Dios cuando los reprende por medio del Profeta Hageo?
Y
LLAMÉ la sequía sobre esta tierra y sobre los montes, sobre el
trigo, sobre el vino, sobre todo el aceite, sobre todo lo que la
tierra produce, sobre los hombres y sobre las bestias y sobre todo
trabajo de las manos.
¿Te
das cuenta?
Dios
llamó y envió a la sequía y ésta había invadido la vida de cada
persona, sea cual fuere su trabajo, ya no había distinción entre
trabajo manual, ganadero o de cultivos. La sequía alcanzó TODOS los
trabajos y a TODAS las personas trayendo hambre, miseria,
enfermedades, muerte, desocupación, etc.
¿Por
qué Dios les envió sequía?
Por
medio de la sequía Dios les envió castigo y maldición para
obligarlos a meditar sobre sus caminos, que se arrepientan y se
vuelvan a Él, para que cumplan y hagan Su Voluntad.
Cuando
Zorobabel, Josué y todo el pueblo oyeron la Voz de Dios por medio
del Profeta Hageo, TEMIERON delante de Dios y se arrepintieron y se
volvieron a Él.
Nos
cuenta la Biblia que entonces Dios DESPERTÓ el Espíritu del
gobernador, del Sumo Sacerdote y de todo el pueblo y les dijo a
Zorobabel y a Josué: Esfuérzate y al Pueblo: cobren ánimo y
trabajen.
Yo
estoy con ustedes, mi Espíritu estará en medio de ustedes, no
teman. Mía es la plata y mío es el oro. Si meditan en sus
corazones, desde este día en adelante, si meditan sobre sus caminos
y se convierten a Mí, YO LES DARÉ PAZ Y DESDE ESTE DÍA LOS
BENDECIRÉ.
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Lectura: (click aquí =>) ¿Por qué me persigues? .
“…Y
sometió todas las cosas bajo sus Pies, y lo dio por Cabeza sobre
todas las cosas a la Iglesia, la cual es su Cuerpo, la Plenitud de
Aquel que todo lo llena en todo”. (Efesios 1:22).
¿Qué
le pide Dios a su Iglesia frente a la sequía?
Que
se humille, invoque Su Nombre, ore, busque su Rostro y que se
convierta de sus malos caminos.
¿Qué
les promete si así lo hacen?
Él
oirá desde los Cielos, perdonará sus pecados y ¡SANARÁ la tierra!
Le
pide a la Iglesia y a cada cristiano que se arrepienta y confiese su
pecado de infidelidad hacia Él. Que vuelva al Camino antiguo, al
Buen Camino que es Jesús.
Le
pide a la Iglesia que glorifique su Nombre y que debe estar fundada
sólo en Jesús y en su Palabra, para que Él, como su Dios, pueda
poner en ella su Voluntad.
Querido
Hermano/a, recuerda:
Humillación-Invocación
del Nombre del Señor Jesús-Oración-Buscar su
Rostro-Arrepentimiento-Confesión-Conversión de los malos caminos.
¿De
qué debemos arrepentirnos?
De abandonar a Dios y a su Palabra: la
Biblia. De abandonar el Buen Camino que es Jesús. De abandonar el
lugar que Dios nos dio como Iglesia, de ser el Cuerpo de Cristo y
Cabeza sobre todas las cosas y someterlas bajo nuestros pies, para
pasar a ser una Iglesia sometida y a estar bajo los pies de líderes
religiosos y políticos mundiales que no aman ni sirven a Dios.
Hermano/a:
Juntos
oremos para que Dios DESPIERTE el Espíritu de la Iglesia y de sus
líderes, sean éstos, ancianos, sacerdotes, presbíteros, obispos,
diáconos, etc. para que Él pueda hacer su Voluntad en la Iglesia y
a través de ella, en el mundo.
Oremos
para que la Iglesia y los cristianos NO TEMAN, porque Él prometió:
Mi Espíritu estará en medio de ustedes.
La
Voluntad de Dios no es la sequía.
Dios
quiere bendecirnos y darnos Paz. ¡Y no sólo eso! Nos dice en Hageo
2:6-7:
De
aquí a poco Yo haré temblar los cielos y la tierra, el mar y la
tierra seca,
Y
haré temblar a todas las naciones, y vendrá el DESEADO de todas las
naciones…
(Elena Sanfilippo Ceraso
viernes 26/02/2016)
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