Enrique
VIII no fundó ninguna nueva Iglesia y ni siquiera reformó la
antigua, solamente separó la Iglesia de Inglaterra de la
jurisdicción Papal.
Separada
de la jurisdicción papal, fue necesario ordenar la vida de la
Iglesia nacional, y para ello se dicta la “LEY DE LOS SEIS
ARTÍCULOS” en la que se condena a muerte a quienes nieguen la
transubstanciación, condena la comunión en las dos especies y el
matrimonio de los clérigos, ordena la observancia permanente de los
votos de pobreza, castidad y obediencia, exalta y recomienda las
misas privadas y la confesión frecuente de los fieles. Esta ley se
mantuvo en vigencia mientras vivió el Rey Enrique, quien falleció
el 28 de Enero de 1547.
Eduardo
VI, el heredero, era un niño de nueve años, así que quien tenía
el poder era un Consejo de Regencia, a cuya cabeza se hallaba el
protestante Duque de Somerset. Bajo su gobierno, se emprendió una
serie de iniciativas destinadas a protestantizar a la Iglesia; en
1547 el Parlamento ordenó la administración de la comunión en las
dos especies a los laicos, se confiscó y disolvió las capillas
dotadas para celebrar misas, llamadas Chantres. Se confiscó todas
las propiedades y rentas de cofradías, uniones y guildas religiosas
y la Ley de los Seis Artículos de Enrique VIII fue derogada.
En
el año siguiente se ordenó retirar las imágenes de las iglesias y
en 1549 se legalizó el matrimonio de los clérigos. Como la
confusión amenazaba la Iglesia, el 21 de Enero de 1549, el
parlamento aprobó una “Ley de Uniformidad”, por medio de la cual
se exigió el uso de un Libro de Oración Común en inglés. Este
Libro, obra del genio litúrgico del Arzobispo Cranmer, está
considerado un clásico de la literatura inglesa. Estaba basado en
los antiguos ritos en latín en el Breviario romano de 1535,
publicado por el Cardenal Fernández de Quiñones, y la Consultación
provisional del Arzobispo alemán Hermán von Wied, de tendencias
luteranas, publicado en 1534.
En
sus rasgos generales, sigue siendo el Libro de Oración Común de la
Iglesia de Inglaterra.
No
eran un intento de proporcionar una completa confesión de la fe al
estilo de las comunidades protestantes, su objetivo era poner en
claro la posición en ciertos puntos, de una Iglesia que se había
propuesto el fin de ser católica, evitando por una parte, las
tradiciones supersticiosas del romanismo y por otra, los excesos de
los extremismos protestantes.
Estos
cuarenta y dos artículos formarán la base de los “TREINTA Y NUEVE
ARTÍCULOS” que fueron finalmente aceptados y que todavía tienen
autoridad en la Iglesia de Inglaterra y en otros lugares.
Por
casi tres siglos, todos cuantos ostentaban cualquier oficio en la
Iglesia de Inglaterra, tenían que afirmar incondicionalmente su
asentimiento a los Treinta y Nueve Artículos. A partir de 1865, la
suscripción en Inglaterra ha sido formulada así: Presto mi
asentimiento a los Treinta y Nueve Artículos y al Libro de Oración
Común y a la ordenación de obispos, presbíteros y diáconos. Creo
que la doctrina de la Iglesia de Inglaterra tal como está expresada
en ellos, concuerda con la Palabra de Dios.
En
algunas Provincias de la Comunión Anglicana los Artículos han sido
conservados, mientras en otras no. En algunas partes se conservan
como documentos históricos, pero no tienen ninguna autoridad
normativa o vinculante y a nadie se le exige su suscripción.
En
la Iglesia Episcopal de los Estados Unidos, los 39 Artículos están
colocados al final del Libro de Oración Común, en un acápite
llamado Documentos históricos de la Iglesia y se les atribuye
importante rol.
En
el Cuadrilátero Chicago-Lambeth de 1886-1888, que es una proposición
concreta de la Comunión Anglicana para la unión de los cristianos,
se distinguen cuatro puntos esenciales de la fe, allí los 39
Artículos como tales no ocupan ningún lugar, porque no son ni han
sido jamás confesión de fe de la Iglesia Anglicana. Si queremos, a
toda costa, identificarnos con confesiones de fe, tenemos que
recurrir a testimonios mucho más antiguos que el siglo XVI. ¿Cuáles
son las doctrinas teológicas especiales de la Iglesia de Inglaterra
y de las Iglesias en comunión con ella?, se pregunta el obispo
Stephen Neill y contesta a continuación: “La respuesta es que no
hay ninguna doctrina teológica especial de la Iglesia Anglicana. La
Iglesia de Inglaterra es la Iglesia Católica en Inglaterra.
Enseña
todas las doctrinas de la fe católica, tal como se encuentran en las
Sagradas Escrituras, como están resumidas en los Credos Apostólico,
Niceno y Atanasiano y como están expuestas en las decisiones de los
cuatro primeros Concilios de la Iglesia indivisa. Las Iglesias
anglicanas condenan como no escriturales y erróneas las adiciones a
la fe católica que en tiempos recientes ha hecho la Iglesia Católica
Romana, condenan, igualmente, la disminución de la fe cristiana
implicada en el unitarianismo: La negación de la divinidad de
Cristo”.
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