jueves, 4 de febrero de 2016

Los 39 Artículos. Su Lugar y Uso Hoy.



Enrique VIII no fundó ninguna nueva Iglesia y ni siquiera reformó la antigua, solamente separó la Iglesia de Inglaterra de la jurisdicción Papal.
Separada de la jurisdicción papal, fue necesario ordenar la vida de la Iglesia nacional, y para ello se dicta la “LEY DE LOS SEIS ARTÍCULOS” en la que se condena a muerte a quienes nieguen la transubstanciación, condena la comunión en las dos especies y el matrimonio de los clérigos, ordena la observancia permanente de los votos de pobreza, castidad y obediencia, exalta y recomienda las misas privadas y la confesión frecuente de los fieles. Esta ley se mantuvo en vigencia mientras vivió el Rey Enrique, quien falleció el 28 de Enero de 1547.
Eduardo VI, el heredero, era un niño de nueve años, así que quien tenía el poder era un Consejo de Regencia, a cuya cabeza se hallaba el protestante Duque de Somerset. Bajo su gobierno, se emprendió una serie de iniciativas destinadas a protestantizar a la Iglesia; en 1547 el Parlamento ordenó la administración de la comunión en las dos especies a los laicos, se confiscó y disolvió las capillas dotadas para celebrar misas, llamadas Chantres. Se confiscó todas las propiedades y rentas de cofradías, uniones y guildas religiosas y la Ley de los Seis Artículos de Enrique VIII fue derogada.
En el año siguiente se ordenó retirar las imágenes de las iglesias y en 1549 se legalizó el matrimonio de los clérigos. Como la confusión amenazaba la Iglesia, el 21 de Enero de 1549, el parlamento aprobó una “Ley de Uniformidad”, por medio de la cual se exigió el uso de un Libro de Oración Común en inglés. Este Libro, obra del genio litúrgico del Arzobispo Cranmer, está considerado un clásico de la literatura inglesa. Estaba basado en los antiguos ritos en latín en el Breviario romano de 1535, publicado por el Cardenal Fernández de Quiñones, y la Consultación provisional del Arzobispo alemán Hermán von Wied, de tendencias luteranas, publicado en 1534.
En sus rasgos generales, sigue siendo el Libro de Oración Común de la Iglesia de Inglaterra.


El Arzobispo Cranmer había sido encargado de redactar un compendio de la fe que la Iglesia de Inglaterra aceptaba y proclamaba. En 1552 fue sometido a la revisión de los dominantes teólogos protestantes, entre los que se hallaba el extremista reformador escocés Juan Knox. El resultado está en los CUARENTA Y DOS ARTÍCULOS que fueron autorizados por la firma del joven Eduardo VI el 12 de Junio de 1553, un mes antes de su muerte. Para una época de tanto extremismo y fanatismo de todos los bandos en pugna, parecen moderados, pero en realidad su doctrina es mucho más protestante que la del Libro de Oración Común. Alguien ha dicho que son artículos calvinistas con liturgia católica. Se les llamó “Artículos acordados por los obispos y otros hombres eruditos en la última Convocación de Londres, para evitar la controversia... en ciertos asuntos de religión”. Cranmer mismo protestó por este título, por cuanto la Iglesia nunca los debatió ni los aprobó.
No eran un intento de proporcionar una completa confesión de la fe al estilo de las comunidades protestantes, su objetivo era poner en claro la posición en ciertos puntos, de una Iglesia que se había propuesto el fin de ser católica, evitando por una parte, las tradiciones supersticiosas del romanismo y por otra, los excesos de los extremismos protestantes.
Estos cuarenta y dos artículos formarán la base de los “TREINTA Y NUEVE ARTÍCULOS” que fueron finalmente aceptados y que todavía tienen autoridad en la Iglesia de Inglaterra y en otros lugares.
Por casi tres siglos, todos cuantos ostentaban cualquier oficio en la Iglesia de Inglaterra, tenían que afirmar incondicionalmente su asentimiento a los Treinta y Nueve Artículos. A partir de 1865, la suscripción en Inglaterra ha sido formulada así: Presto mi asentimiento a los Treinta y Nueve Artículos y al Libro de Oración Común y a la ordenación de obispos, presbíteros y diáconos. Creo que la doctrina de la Iglesia de Inglaterra tal como está expresada en ellos, concuerda con la Palabra de Dios.
En algunas Provincias de la Comunión Anglicana los Artículos han sido conservados, mientras en otras no. En algunas partes se conservan como documentos históricos, pero no tienen ninguna autoridad normativa o vinculante y a nadie se le exige su suscripción.
En la Iglesia Episcopal de los Estados Unidos, los 39 Artículos están colocados al final del Libro de Oración Común, en un acápite llamado Documentos históricos de la Iglesia y se les atribuye importante rol.
En el Cuadrilátero Chicago-Lambeth de 1886-1888, que es una proposición concreta de la Comunión Anglicana para la unión de los cristianos, se distinguen cuatro puntos esenciales de la fe, allí los 39 Artículos como tales no ocupan ningún lugar, porque no son ni han sido jamás confesión de fe de la Iglesia Anglicana. Si queremos, a toda costa, identificarnos con confesiones de fe, tenemos que recurrir a testimonios mucho más antiguos que el siglo XVI. ¿Cuáles son las doctrinas teológicas especiales de la Iglesia de Inglaterra y de las Iglesias en comunión con ella?, se pregunta el obispo Stephen Neill y contesta a continuación: “La respuesta es que no hay ninguna doctrina teológica especial de la Iglesia Anglicana. La Iglesia de Inglaterra es la Iglesia Católica en Inglaterra.
Enseña todas las doctrinas de la fe católica, tal como se encuentran en las Sagradas Escrituras, como están resumidas en los Credos Apostólico, Niceno y Atanasiano y como están expuestas en las decisiones de los cuatro primeros Concilios de la Iglesia indivisa. Las Iglesias anglicanas condenan como no escriturales y erróneas las adiciones a la fe católica que en tiempos recientes ha hecho la Iglesia Católica Romana, condenan, igualmente, la disminución de la fe cristiana implicada en el unitarianismo: La negación de la divinidad de Cristo”.


*      *      *      *      *

No hay comentarios:

Publicar un comentario