sábado, 4 de junio de 2016

PERDÓN, SEÑOR…OLVIDÉ QUE SOY BARRO


“…polvo eres y al polvo volverás”. Dios.

La Biblia narra que Dios hizo al primer hombre del polvo de la tierra y luego sopló en su nariz Aliento de Vida y fue el hombre un SER VIVIENTE. Y creó Dios al hombre a su Imagen, varón y hembra los creó. (Génesis 1:27). Dios plantó un huerto en Edén y puso a ambos allí. (Génesis 3:19). Si bien Adán fue formado con polvo de la tierra, resultó ser el primer ser viviente que recibió en su nariz un soplo de Aliento de Vida por parte de su Creador, y no sólo eso, ¡fue creado a imagen de Dios mismo!
Dios, no sólo volcó todo su Amor en Adán, sino que le dio Vida de Su propia Vida. Más adelante, con la caída de Adán, por desobediencia a su Creador, entró el pecado y la muerte (material y espiritual), hizo su ingreso triunfal. Pero es tan grande el Amor de Dios por sus creaturas, que envió a Jesús a entregar su Vida en la Cruz del Calvario y luego lo Resucitó, para que todo aquel que en Él CREE no se pierda más tenga VIDA ETERNA. ¡Jesús es el DADOR de VIDA!
Puede ocurrir que al mirarnos al espejo o al observar a otras personas admiremos la belleza, el poder político, económico y religioso, la distinción, la fortuna, el reconocimiento mundial, la fama, el culto al cuerpo, etc. que se presentan ante nuestros ojos. Y olvidamos que todas las personas, sin distinción de razas, posición económica, social, religiosa y política, edad, sexo, profesión, oficios, condición (libre o no), TODAS las personas tienen algo en común: descienden del primer hombre Adán, quien fue hecho del polvo de la tierra. “POLVO ERES Y AL POLVO VOLVERÁS”, le dijo Dios a Adán, luego de la desobediencia a su Palabra que provocó su caída arrastrando consigo a todos sus descendientes.


Es imprescindible tener un conocimiento claro de quién es cada uno y de quién es Dios. ¡No somos iguales a Dios! ¡No somos dioses! Tenemos un Creador: DIOS, Él es nuestro Alfarero. Somos hechura de sus Manos con el polvo de la tierra. Somos VASIJAS de BARRO AMADAS por su Creador.
Job (33:6), reconoce: De barro fui yo también formado.
Isaías (45:9), pregunta: ¿Dirá el barro al que lo labra: Qué haces? Y en 64:8 confiesa; Ahora, pues, Jehová Tú eres nuestro PADRE, nosotros BARRO, y Tú el que nos formaste, así que obra de tus Manos somos.
Job, Isaías, entre otros Hombres de Dios, reconocen su ORIGEN: formados con el barro, y obra de las Manos de Dios. Pero también dejan bien claro, que no existe una relación impersonal entre la vasija y su Creador, tampoco se trata de un ser superior que crea diferentes juguetes para entretenerse un rato. ¡No es así! Isaías llama a su Creador: PADRE. Tenemos el privilegio de ser VASIJAS a las que Dios sopló de su Aliento de Vida e hizo a su Imagen. Y no sólo eso, ¡es el Padre de sus vasijas!
Isaías también añade: ¿Dirá el barro al que lo labra: Qué haces?
Si tenemos en claro nuestro origen, que Dios es nuestro Creador y nuestro Padre, la relación personal con Él y nuestra propia vida cambiarían radicalmente. En consecuencia, ¡el mundo cambiaría!


Piensa. Medita. Dios te hizo del barro, te dio vida con su Vida porque te ama. ¿Le vas a reclamar: ¿Qué haces? a tu HACEDOR?
El Libro de Eclesiastés,(12), enseña, aconseja:
Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud:
Antes que vengan los días malos, antes que se oscurezca el sol, antes que se encorven los hombres fuertes, antes que se caigan las muelas, antes que empiecen los terrores en el camino, antes que se pierda el apetito aunque haya alimentos, antes que llegue la muerte y los endechadores, (endecha: duelo), anden por las calles, antes que la cadena de plata se quiebre y el cántaro se quiebre junto a la fuente y la rueda sea rota sobre el pozo… Y EL POLVO VUELVA A LA TIERRA.
Romanos 9: 21/23, nos recuerda:
Mas antes, oh, hombre, ¿quién eres tú para que alterques con Dios? ¿Dirá el vaso de barro al que lo formó: ¿Por qué me has hecho así?
Timoteo en su Segunda Carta, 2: 19/21 dice:
“CONOCE el Señor a los que son suyos, Y
APÁRTESE DE INIQUIDAD todo aquel que INVOCA el NOMBRE de CRISTO”.
Luego dice que el que SE LIMPIA, será Instrumento para Honra, Santificado, Útil al Señor y Dispuesto para toda buena obra.
SOMOS VASOS DE BARRO AMADOS POR DIOS, CREACIÓN SUYA.
Dios sopló en Adán su propio Aliento de Vida y lo hizo un ser viviente, pero de barro. Con la caída de Adán entraron el pecado y la muerte. Toda la Creación sufrió las consecuencias de la desobediencia de Adán. Pero Dios no dejó, por esto, de amar a sus vasijas. Envió a Jesucristo para dar Vida y Vida en abundancia, a la vasija que se confiese PECADORA y se arrepienta de sus pecados, recibiendo el Perdón de pecados en el Nombre de Jesús y lo reciba como su Salvador Personal y Señor de su vida, por medio de ejercer FE en SU NOMBRE: JESUCRISTO, el Rey de Reyes y Señor de Señores, el que pronto viene, el Alfa y la Omega, el Crucificado y el Resucitado, el que derramó su Sangre Preciosa en la Cruz del Calvario por Amor, para dar, gratuitamente, Vida Eterna a todo aquel que en Él crea.


Somos vasijas de barro, pero Dios aún nos ama y anhela ser nuestro Padre SÓLO por medio de JESUCRISTO. Jesús vino para RECONCILIAR a las vasijas de barro con su Creador, su Hacedor, su Alfarero, ya que a causa de la caída de Adán se rompió la Relación de Amistad con Dios y el hombre pasó a ser ENEMIGO de Dios, le dio la espalda a Dios. Sólo JESÚS puede RECONCILIARNOS con Dios, pues ÉL es el ÚNICO MEDIADOR entre Dios y los hombres.
Ahora mismo, AGRADECE a Dios por 2° Corintios 4: 7/10,
las vasijas de barro que han creído en el Señor Jesús, creen que está VIVO y también creen que ellas van a ser Resucitadas en Su NOMBRE por el Poder de Dios. Estas vasijas de barro, creyentes en Jesús, no miran las cosas que se ven, sino las cosas que no se ven, pues es la FE la certeza de lo que se espera, la convicción de los que no se ve, (Hebreos 11).

*     *     *     *     *

Quien ha recibido al Señor Jesús como Salvador Personal y Señor de su vida, ha encontrado un TESORO, una PERLA de gran precio. 

Dice Pablo:
“Pero tenemos este TESORO en VASOS de BARRO, para que la EXCELENCIA SEA DEL PODER DE DIOS y NO de nosotros, que estamos:
Atribulados en todo, mas no angustiados,
en apuros, mas no desesperados,
perseguidos mas no desamparados,
derribados, pero no destruidos,
llevando en el cuerpo, siempre, por todas partes, la Muerte de Jesús, para que también la Vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos.

MEDITA:
1.- ¿Eres un vaso de barro limpiado y lavado por la Sangre de Jesús, convertido en un instrumento para Honra, Santificado, Útil al Señor y Dispuesto para toda buena obra?
2.- ¿Eres un vaso de barro que aún no le ha permitido a su Creador que lo limpie de iniquidad y le perdone sus pecados por medio de confesar el Nombre del Señor Jesús?

TE INVITO a que juntos oremos a Dios, comenzando la oración como Abraham, (Génesis 18:27):
“He aquí, ahora que he comenzado a hablar a MI SEÑOR, aunque SOY POLVO y CENIZA….”
Gracias a Dios mi Creador, mi Hacedor, mi Alfarero, mi Padre.
Gracias por el Señor Jesucristo, mi Dador de Vida. Gracias porque soy una vasija limpiada de iniquidad, perdonada y rociada con la Preciosa Sangre del Señor Jesús.
Gracias porque soy una vasija de barro, pero que en su interior mora un Tesoro: el Espíritu Santo.
Perdóname, Dios mío, por olvidarme que soy una simple vasija de barro y entonces me atrevo a presentarte reclamos, te pido cuentas, me enojo por lo que considero que debieras hacer y no haces,… No sólo olvido que soy una vasija de barro, sino que también olvido que Tú eres Mi Creador y el que me dio Vida con su propia Vida.
Ayúdame, para que como vasija de barro, sea un instrumento para Honra, Santificada, Útil, y Dispuesta para toda buena obra.
En el Precioso Nombre del Señor Jesús. Amén.







(Elena Sanfilippo Ceraso
     viernes 03/06/2016)

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