El
Mensaje a Éfeso.
¿Quieres
comer del Árbol de la Vida en medio del Paraíso de Dios?
Lee
atentamente el siguiente Mensaje.
El
Señor Jesús se presenta como el que tiene las siete Estrellas en su
Diestra y dice que ANDA en medio de los siete Candeleros de oro.
¿¡Cómo no va a decir reiteradas veces: “Yo conozco tus obras!?
Le
dice al Ángel de Éfeso lo que le agrada: YO CONOZCO tus obras, tu arduo trabajo y paciencia.
¡Qué
bellas palabras le dijo el Señor!
Esta
Iglesia tiene además, sana doctrina y discernimiento del Espíritu
Santo.
Tanto
el Ángel como los Discípulos eran muy eficientes, trabajadores
esforzados, pacientes, ordenados, cumplidores, oraban, meditaban en
la Palabra y buscaban hacer la Voluntad de Dios. La Iglesia de Éfeso
era digna de alabanza, podría decirse, a simple vista, que era una
Iglesia modelo. El Señor la alaba porque demuestra no soportar a los
malos y porque no ha desmayado a pesar del arduo trabajo llevado a
cabo por Amor de su Nombre.
Y
aparece el PERO, anticipando la REPRENSIÓN de parte del Señor Jesús,
con las siguientes palabras:
PERO
tengo contra ti que HAS DEJADO TU PRIMER AMOR.
Por
lo que procede a pedir:
RECUERDA,
por tanto, DE DÓNDE HAS CAÍDO
Y
ARREPIÉNTETE y HAZ LAS PRIMERAS OBRAS.
Y
le ADVIERTE que si así no lo hace, vendrá a ella y removerá su
Candelero de lugar.
Jesús
pide que, primero, RECUERDE la caída: cuándo fue, cómo fue, qué o
quién la ocasionó, DESDE DÓNDE CAYÓ, por qué fue.
Luego
le manda que se ARREPIENTA de haber dejado el Primer Amor por causa
de la caída y que VUELVA a las primeras obras, al primer Amor.
Seguramente,
“otro amor” habrá ocupado el lugar del Primer Amor: Jesús, tanto en el
Ángel como en la Iglesia.
Medita:
¿Qué o quién puede ocupar el primer lugar desplazando al Señor a
otra posición?
¿Qué
implica volver al Primer Amor y a las primeras obras? Es regresar a
aquel maravilloso DÍA en que el Señor Jesús, nos salió al
encuentro, nos llamó por nuestro nombre y nos llenó de su Amor. Es
recordar todo lo que hizo por nosotros y recordar cómo nuestras
obras eran el resultado de ese Primer Amor. Podría mencionar: pensar
en el Señor sin cesar, cantar a su nombre en cualquier parte,
testificar con alegría, vivir agradecido por su Amistad, meditar y
hablar de su Palabra, amar más al prójimo, orar por los que se
pierden con dolor, vivir a los pies del Señor y buscar hacer todo lo
que le agrada, amarlo, amarlo y amarlo, y que los demás nos digan:
¡basta!, ¡todo el día estás hablando de Jesús!
Regresemos
al Mensaje, el Señor finaliza hablando a cada uno, en forma
individual:
AL
QUE VENCIERE le daré de comer del Árbol de la Vida el cual está
en medio del Paraíso de Dios.
Medita:
¿Has caído de tu Primer Amor? Arrepiéntete ahora y vuelve al
Primer Amor y realiza las primeras obras nacidas del Amor al Señor.
Si
se lo pides, Jesús encenderá tu lámpara y tu llama arderá
nuevamente. Él quiere encender en ti nuevamente, el fuego del Primer
Amor.
Tal
vez, realizas un arduo y paciente trabajo para el Señor, no has
desmayado aún, pero estás fatigado. Si obedeces a su Palabra, si
vences el pecado y vuelves al Primer Amor comerás del Árbol de la
Vida en el Paraíso.
Dice Apocalipsis 22:2:
En
medio de la calle de la Santa Ciudad, la Nueva Jerusalén o la
Jerusalén Celestial y a uno y a otro lado del río, estaba el Árbol
de la Vida, que produce 12 frutos, dando cada mes su fruto y las
hojas del Árbol eran para la Sanidad de las Naciones.
Recuerda
de dónde has caído, arrepiéntete y vuelve al Primer Amor,
venciendo al pecado. Y Jesús, el Árbol de la Vida, te ALIMENTARÁ,
te SANARÁ y más aún, te RESUCITARÁ y HABITARÁS en la Nueva
Jerusalén.
Elena
Sanfilippo Ceraso 12/7/2018
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