“Mas
la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores,
adorarán al Padre en Espíritu y en Verdad, porque también el
Padre, tales adoradores busca que le adoren”. (Juan 4: 23).
Marcos
10: 17-31. Jesús continuaba su camino luego de bendecir a los niños
y vino corriendo un joven, quien hincando su rodilla delante de Él,
preguntó:
-Maestro
Bueno: ¿Qué haré para heredar la Vida Eterna?
Cuando
Jesús le refirió acerca de los Diez Mandamientos, él le respondió:
-“Todo
esto” lo he guardado desde mi juventud.
Nos
cuenta Marcos que Jesús lo miró con Amor. Estaba ante un joven fiel
a los Mandamientos y que buscaba más de Dios. ¡Quería saber cómo
heredar la Vida Eterna!
Probablemente
había escuchado hablar de Jesús, por eso antes de que se fuera del
lugar, corrió hacia Él y lo llamó Maestro Bueno, hincándose ante
Él, pues reconocía que era Enviado de Dios. No iba a permitir que
Jesús se fuera de allí sin antes decirle qué le faltaba HACER para
heredar la Vida Eterna. Él ya había hecho mucho, muchísimo para
Dios desde su juventud. Era un “buen religioso”.
Religión:
Es todo lo que el hombre hace para llegar a Dios y para agradarle:
rituales, sacrificios, ofrendas, ayunos, etc.
¡Pero
la religión no sirve para heredar la Vida Eterna! Y él lo sabía o
lo presentía.
Maestro
Bueno:
¿Qué
tengo que hacer para heredar la Vida Eterna? Con los Diez
Mandamientos no la heredo. ¿Qué otra cosa tengo que agregar? ¿Qué
otro Mandamiento tengo que cumplir? ¡Qué tengo que hacer más?!
¡Quiero heredar la Vida Eterna!
Jesús
le dijo:
-UNA
COSA TE FALTA:
Anda,
vende todo lo que tienes y dalo a los pobres y tendrás tesoro en el
cielo. Y
VEN,
SÍGUEME, TOMANDO TU CRUZ.
Una
cosa te falta: “agregar al TODO ESTO GUARDÉ desde mi juventud”:
Justicia, Misericordia y Fe. (Mateo 23: 23).
Jesús
le presenta al joven el Evangelio: amar, renunciar, dar, negarse a
sí mismo, tomar su cruz y seguirlo.
Dios
no quiere religiosos. Por medio de Jesús viene al mundo a buscar lo
que se había perdido allá por Génesis, al comienzo de la Creación,
de la vida en la tierra.
Pero
el joven tenía otras expectativas. Se había visto o imaginado con
todo lo que tenía: joven rico, religioso, codiciado y envidiado por
todos, y desde ahora, haciendo algo más, muy poquito más, ¡heredero
de la Vida Eterna! ¡Sólo eso le faltaba! ¡En la tierra ya lo
tenía todo!
Pero
al escuchar las palabras de Jesús se afligió mucho y se fue triste,
porque tenía muchas posesiones.
Jesús
entonces, mirando a sus discípulos les dijo:
-Hijos,
¡Cuán difícil les es entrar en el Reino de Dios a los que CONFÍAN
en las riquezas!
* * * * *
“No
se hagan tesoros en la tierra… sino hagan tesoros en el cielo…
Porque
donde esté vuestro tesoro allí también estará vuestro corazón”.
( Mateo 6: 19- 21).
El
joven rico no entendió que: “Toda la Ley en esta sola palabra se
cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. (Gálatas 5: 14).
“El
Amor no hace mal al prójimo, así que el cumplimiento de la Ley es
el Amor”. (Romanos 13: 10)
“Porque
el fin de la Ley es Cristo”. (Romanos 10: 4).
“Ustedes
dejan lo más importante de la Ley: la Justicia, la Misericordia y la
Fe” Señor Jesús. (Mateo 23:23).
PERO
EL JOVEN LE DIJO NO A JESÚS.
Eligió
seguir siendo el joven rico, “buen religioso”, pero confiando,
por sobre todas las cosas, en sus riquezas. Sí, él amaba, pero no a
Dios y a su prójimo, amaba a sus riquezas Ellas eran su Tesoro, y
ahí estaba su corazón. Para él, Dios era sólo religión, esto
es, cumplir Mandamientos. ¿Tengo que amar la Justicia, hacer
Misericordia y ejercer Fe en Jesús? ¡No, no y no! Ese paso no lo
doy.
Marca
el número que consideras que te representa:
1.-
¿Eres un buen religioso? Cumples con la religión para quedar bien
con Dios, pero pones tu confianza en tus estudios, situación
económica, seguridad social, etc. Confías en que todos hablan bien
de ti porque llevas una vida recta, ética y moral.
2.-
¿O eres un adorador de Dios en Espíritu y en Verdad? Has depositado
tu Fe en el Señor Jesús, arrepentido le has pedido perdón por tus
pecados y le has recibido como Salvador Personal y Señor de tu vida,
renunciando a toda religión que practicabas o resto de religión que
se te ha quedado pegada.
REFLEXIONA:
¿DÓNDE
ESTÁ TU TESORO: EN EL CIELO O EN LA TIERRA?
¡EN
ESE LUGAR ESTÁ TU CORAZÓN!
¡QUE
EL SEÑOR JESÚS SEA TU TESORO, CON ÉL ESTARÁ TU CORAZÓN Y
HEREDARÁS LA VIDA ETERNA!
(Elena Sanfilippo Ceraso
viernes 18/12/2015)
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