domingo, 13 de diciembre de 2015

Y a la mañana, vendrá la alegría. (Salmo 30: 5)


“Jehová, el Señor, me dio lengua de sabios,
para saber hablar palabras al cansado,
despertará mañana tras mañana, despertará mi oído,
para que oiga como los sabios.
Jehová, el Señor, me abrió el oído
Y yo no fui rebelde ni me volví atrás”. (Isaías 50: 4-9).

Dios quiere hablarle al creyente cansado. Pero éste está tan cansado que ya no le quedan fuerzas ni ganas para orar, leer la Biblia y alabar a Dios.
¿Y entonces?
Dios necesita de cristianos fieles que sean instrumentos útiles en sus Manos, día a día. Hermanos que como el salmista digan:
“Escucha, oh Dios, mis palabras…/ Rey mío y Dios mío / porque a Ti oraré.
Oh, Jehová, de mañana oirás mi voz / de mañana me presentaré
Delante de Ti y ESPERARÉ.” (Salmo 5: 1-2).


Dios necesita creyentes en el Señor Jesús, que cada día oren a Él en su Nombre y esperen. 
¿ESPEREN QUÉ?
Que Dios día a día, mañana tras mañana, les abra el oído para que oigan como los sabios y que luego les dé lengua de sabios para SABER hablar palabras, ¿a quién?, ¡al cansado!
Cada día Dios tiene un Mensaje nuevo, Alimento fresco para el creyente cansado. Pero necesita de hijos fieles que estén dispuestos a orar a Él diariamente para llevarle el Pan de Vida y el Agua Viva que es Jesucristo. ¡Y que así reponga sus fuerzas!
Pero Dios necesita de hijos que no sean rebeldes ni se vuelvan atrás. Que cada día le digan:
“Dios mío:
Abre mi oído, despiértalo, para que oiga como los sabios y dame lengua de sabios para saber hablar palabras al cansado”.
El mensaje que este fiel cristiano transmite al creyente cansado, de corazón apocado, esto es, de poco ánimo, encogido, temeroso, es que se acerque nuevamente a Jesús, Fuente de Agua Viva, porque en Él va a encontrar REPOSO y entonces vendrán sobre él, de parte del Señor, TIEMPOS DE REFRIGERIO. Porque sólo Jesús puede tocar su corazón apocado y reparar sus fuerzas. ¡Él es Pan de Vida y Agua Viva que lo alimenta y la Fuente de Agua Viva donde puede sumergirse!


Le dice además que fortalezca las manos cansadas y que afirme las rodillas endebles. Que se esfuerce y no tema. Dios mismo viene con retribución. ¡Dios mismo vendrá y lo salvará! (Isaías 35: 3-4).
¡Sólo Jesús puede hacer esta obra en un creyente cansado! No hay médico terrenal famosísimo que lo pueda hacer. ¡Sólo Jesús repara las fuerzas del creyente cansado!
Pero también es verdad que este hermano fiel y con sabiduría de Dios, puede no ser escuchado y correr riesgos como ser herido, injuriado, avergonzado, etc. Pero como no es un hijo de Dios rebelde ni de los que se vuelven atrás del Camino que es Jesús, tiene la certeza de que Dios lo ayudará, de que está cercano a Él y lo salvará, por lo tanto, no se avergüenza.
Por eso, al otro día, se levanta y nuevamente busca a Dios y ESPERA:
¿Qué nuevo Mensaje tendrá Dios para mí en este día?

*     *     *     *     *

“¡Y a la mañana vendrá la alegría!”

Hermano/a:
Cada día vayamos al Encuentro del Señor Jesús. Él nos espera diariamente para:
“Hacernos BIEN, darnos Lluvias del Cielo y Tiempos Fructíferos y llenar de Sustento y de Alegría nuestros corazones”.
Además, abrirá nuestros oídos y nos dará lengua de sabios para SABER hablar palabras al cansado.
Hermano: no seas rebelde ni te vuelvas atrás.
¡JESÚS TE ESPERA! 
¿Vamos Juntos a su Encuentro?.


(Elena Sanfilippo Ceraso
   domingo 13/12/2015)



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