“Jehová,
el Señor, me dio lengua de sabios,
para
saber hablar palabras al cansado,
despertará
mañana tras mañana, despertará mi oído,
para
que oiga como los sabios.
Jehová,
el Señor, me abrió el oído
Y
yo no fui rebelde ni me volví atrás”. (Isaías 50: 4-9).
Dios
quiere hablarle al creyente cansado. Pero éste está tan cansado que
ya no le quedan fuerzas ni ganas para orar, leer la Biblia y alabar a
Dios.
¿Y
entonces?
Dios
necesita de cristianos fieles que sean instrumentos útiles en sus
Manos, día a día. Hermanos que como el salmista digan:
“Escucha,
oh Dios, mis palabras…/ Rey mío y Dios mío / porque a Ti oraré.
Oh,
Jehová, de mañana oirás mi voz / de mañana me presentaré
Delante
de Ti y ESPERARÉ.” (Salmo 5: 1-2).
Dios
necesita creyentes en el Señor Jesús, que cada día oren a Él en
su Nombre y esperen.
¿ESPEREN
QUÉ?
Que
Dios día a día, mañana tras mañana, les abra el oído para que
oigan como los sabios y que luego les dé lengua de sabios para SABER
hablar palabras, ¿a quién?, ¡al cansado!
Cada
día Dios tiene un Mensaje nuevo, Alimento fresco para el creyente
cansado. Pero necesita de hijos fieles que estén dispuestos a orar a
Él diariamente para llevarle el Pan de Vida y el Agua Viva que es
Jesucristo. ¡Y que así reponga sus fuerzas!
Pero
Dios necesita de hijos que no sean rebeldes ni se vuelvan atrás. Que
cada día le digan:
“Dios
mío:
Abre
mi oído, despiértalo, para que oiga como los sabios y dame lengua
de sabios para saber hablar palabras al cansado”.
El
mensaje que este fiel cristiano transmite al creyente cansado, de
corazón apocado, esto es, de poco ánimo, encogido, temeroso, es que
se acerque nuevamente a Jesús, Fuente de Agua Viva, porque en Él
va a encontrar REPOSO y entonces vendrán sobre él, de parte del
Señor, TIEMPOS DE REFRIGERIO. Porque sólo Jesús puede tocar su
corazón apocado y reparar sus fuerzas. ¡Él es Pan de Vida y Agua
Viva que lo alimenta y la Fuente de Agua Viva donde puede sumergirse!
Le
dice además que fortalezca las manos cansadas y que afirme las
rodillas endebles. Que se esfuerce y no tema. Dios mismo viene con
retribución. ¡Dios mismo vendrá y lo salvará! (Isaías 35: 3-4).
¡Sólo Jesús puede hacer esta obra en un creyente cansado! No hay
médico terrenal famosísimo que lo pueda hacer. ¡Sólo Jesús
repara las fuerzas del creyente cansado!
Pero
también es verdad que este hermano fiel y con sabiduría de Dios,
puede no ser escuchado y correr riesgos como ser herido, injuriado,
avergonzado, etc. Pero como no es un hijo de Dios rebelde ni de los que se
vuelven atrás del Camino que es Jesús, tiene la certeza de que Dios
lo ayudará, de que está cercano a Él y lo salvará, por lo tanto,
no se avergüenza.
Por
eso, al otro día, se levanta y nuevamente busca a Dios y ESPERA:
¿Qué
nuevo Mensaje tendrá Dios para mí en este día?
* * * * *
“¡Y
a la mañana vendrá la alegría!”
Hermano/a:
Cada
día vayamos al Encuentro del Señor Jesús. Él nos espera
diariamente para:
“Hacernos
BIEN, darnos Lluvias del Cielo y Tiempos Fructíferos y llenar de
Sustento y de Alegría nuestros corazones”.
Además,
abrirá nuestros oídos y nos dará lengua de sabios para SABER
hablar palabras al cansado.
¡JESÚS TE ESPERA!
¿Vamos
Juntos a su Encuentro?.
(Elena Sanfilippo Ceraso
domingo 13/12/2015)
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