POR AMOR A DIOS, BUSCARÉ TU BIEN.
Lectura
del Salmo 122.
¿Cómo
es que al salmista lo envolvió la ALEGRÍA y salió del estado de
angustia en el que estaba?
El
salmista salió en busca de Hermanos en la Fe, para alegrarse con los
que le decían:
A
la Casa de Jehová iremos.
Él
forma parte del Pueblo de Dios, que unido alaba el Nombre de Dios.
Todos
los que aman a Dios, se reúnen a alabar su Nombre y a orar por la
Paz de su Pueblo. Pero no sólo eso, ruega también que sean
prosperados los que aman a este pueblo y que sea el DESCANSO y la PAZ
dentro de los muros del Pueblo de Dios. Finaliza con un compromiso
personal con Dios y con sus Hermanos en la Fe.
Por
Amor a mis Hermanos y mis compañeros, diré yo: LA PAZ SEA CONTIGO.
Por Amor a la Casa de nuestro Dios, BUSCARÉ TU BIEN.
No
sólo desea la PAZ a su prójimo, sino que BUSCARÁ SU BIEN, por Amor
a Dios y a su Pueblo.
Buscar:
Hacer diligencias para encontrar algo, poniendo cuidado, esfuerzo y
eficacia, con prontitud y prisa.
¿Amas
a Dios?
Entonces amas Su Casa y al Pueblo que se reúne en ella a
alabar su Nombre. Amas a tu Hermano en la Fe y no sólo le deseas LA
PAZ SEA CONTIGO, sino que BUSCARÁS SU BIEN.
HERMANO/A:
MEDITA
en lo que el salmista canta en los Salmos 120,121 y 122.
ORA
a Dios con un corazón sincero y BUSCA el BIEN de tu Hermano. No le
desees solamente la Paz, no te conviertas en un DECIDOR de la Palabra
de Dios, sino sé un HACEDOR de la Palabra de Dios, ama a Dios
y a tu prójimo como a ti mismo y entonces BUSCA el BIEN de tu
Hermano.
Dice
Santiago 5:16: Confesaos vuestras ofensas unos a otros y orad unos
por otros, para que seáis SANADOS.
* * * * *
NUESTROS OJOS MIRAN A DIOS.
Lectura
SALMO 123.
El
salmista retoma su historia, pero ahora lo hace como parte del Pueblo
de Dios y ora a Dios intercediendo por todos sus Hermanos. Dice más
o menos así:
A
Ti alcé mis ojos, a Ti que habitas en los Cielos. Y se compara con
los siervos que miran a la mano de sus señores, de igual modo, él
mira a Dios, hasta que tenga Misericordia de todos ellos, porque
están HASTIADOS de menosprecio, del escarnio, de los que están en
holgura y del menosprecio de los soberbios.
Hastiados:
Cansados, disgustados.
¡Te
das cuenta? Lo que comenzó siendo un salmista solo y angustiado por
la situación que vivía en lo personal, al reunirse con sus
Hermanos, su clamor fue el mismo de todos, pues, como él, estaban
siendo oprimidos, defraudados, engañados, por los vecinos perversos
de su comunidad. Todos alabando a Dios y clamando por el mismo
motivo, deseando la Paz unos a otros y buscando el Bien unos a otros.
El
salmista nos exhorta a que debemos declarar nuestra Fe públicamente,
en medio del peligro, buscar a Hermanos sinceros y clamar juntos a
Dios, nuestro GUARDADOR, perseverando en la oración, hasta que tenga
Misericordia. El salmista nos habla de no dejar de alabar a Dios ni
de bajar la vista en ningún momento. No sabe cuánto tiempo habrá
que esperar, pero los ojos deben mirar a Dios, hasta que tenga
Misericordia.
Hermano/a:
¿Estás hastiado del menosprecio, del escarnio de los que están en
holgura y de los soberbios? BUSCA Hermanos/as que tengan elevados sus
ojos a Dios, para perseverar en orar, clamar, alabar, bendecir a
Dios, esperando a recibir de sus Misericordias. ¡Gloria a Dios!
(Elena Sanfilippo Ceraso
20/8/2016)
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