AQUEDAH
ABBI, esto es: ¡ÁTAME FUERTE, PADRE MÍO!
Porque para mí el VIVIR ES CRISTO y el MORIR ES GANANCIA. (Filipenses 1:21)
CON
CUERDAS HUMANAS LOS ATRAJE, CON CUERDAS DE AMOR. (Oseas 11:4)
DAVID
BRAINERD, misionero con los pieles rojas. (1718-1747).
Le
preguntaron a John Wesley, misionero del Pueblo de la Cruz:
-¿Qué
podemos hacer para avivar la Obra…?
-Que
cada predicador lea cuidadosa y detenidamente la biografía de David
Brainerd, misionero con los pieles rojas. (respondió)
¿Quién
era David Brainerd?
A
los 20 años, David Brainerd, hizo manifestación de FE en el Señor
Jesús, dejando atrás su creencia de la Salvación por obras para
adoptar la Salvación por GRACIA en JESUCRISTO.
A
los 25 años comenzó su Ministerio y a los 29 años, falleció de
tuberculosis. Fueron cinco años vividos en la Potencia de Dios,
predicando el Evangelio y luchando bravíamente contra su
tuberculosis, que en 1743, ¡no se conocía de ella! , luchando
además, contra la soledad y la depresión crónica. Pasaba la noche
entera y días enteros en oración y en su Diario Personal, narra que
Dios comenzó a obrar en los indios produciendo arrepentimiento,
conversión, convicción de pecado y que clamaran por Misericordia
Divina,
“DESDE
que me SEPARÉ del MUNDO, MORÍ a él y me CRUCIFIQUÉ a sus
seducciones. Mi alma desea sentirse más EXTRANJERA y PEREGRINA en la
tierra y que NADA ME DISTRAIGA, hasta llegar a la CASA de mi PADRE”
En
otra parte escribe:
“El
Poder de Dios respaldó mi predicación, los oyentes pedían el
perdón de Dios, que Cristo les deje el corazón limpio. ¡Clamaban
por Misericordia! El Poder de Dios descendía por igual en niños que
ancianos y se preocupaban por sus almas.
El
misionero estableció una Iglesia. Llamaba a los indios, “SU
PUEBLO”. Escribe en su diario, cómo los indios vecinos se
asombraban y conmovían ante el Amor y Gozo de Dios que reinaba entre
los creyentes indígenas.
¡Ése
era el Fruto del arrepentimiento y de la conversión a Dios!
Con
su salud quebrada y muriendo de tuberculosis, sin fuerzas físicas,
fue recibido en su casa por el misionero Jonathan Edward. ¡Dios
MORABA en los corazones de estos cristianos!
David
Brainerd, un hombre de Oración, que AYUNABA, todo su cuerpo se
bañaba en SUDOR, mientras AGONIZABA en la Oración a Dios, clamando,
suplicando por los perdidos e implorando por el AUXILIO DIVINO.
Y
DIOS LO VISITABA.
Su
anhelo era ser una LLAMA de FUEGO ardiendo permanentemente.
David
Brainerd, un Refugiado de Dios, Ciudadano Celestial, extranjero y
peregrino en la tierra, andando con el Pueblo de la Cruz por el
Camino que es Jesús hacia la Casa del Padre Celestial.
David
Brainerd, ¡qué Ministerio llevó a cabo en sólo cinco años! Aún
cuando la tuberculosis, ¡que no era poca cosa en esa época!,
sumados el hambre, la fatiga, la soledad y la depresión, se
presentaban como obstáculos insalvables en su camino, en su ANDAR
DIARIO, él PERSEVERABA en Dios en el Nombre de Jesús.
Perseveraba
en ADORAR a Dios en Espíritu y en Verdad.
Perseveraba
en ADORAR a Dios al SERVIRLE con fervor y OBEDECERLE con placer.
La
vida de David Brainerd fue UN CANTO DE ADORACIÓN A DIOS.
Menospreciado, humillado, rechazado por el mundo. Débil y enfermo,
solo, no daba, precisamente, la imagen del hombre victorioso que el
mundo gusta alabar y aplaudir.
Pero
Dios vino a buscar al débil, al menospreciado, al perdido, al que no
es… para así avergonzar al fuerte, al orgulloso, al que es…
A
los Ojos de Dios, David era de ¡gran valor!
David
Brainerd tenía los días contados sobre la tierra y nada podía
hacer al respecto. Pero sí dependía de él cómo iba a actuar
frente a su cercana muerte, falleció a los 29 años: David no sólo
se preocupó por ponerse a cuentas con Dios y asegurarse de ser Salvo
por GRACIA en el Nombre de Jesús, renunciando a las buenas obras
como medio de Salvación, sino que le consagró los pocos años que
le quedaban de vida. Pudo elegir quedarse en casa de su futura
esposa… Pero no… Decidió redimir el tiempo y haciendo uso de las
FUERZAS de Dios, porque él ya no tenía ninguna, se dedicó a orar,
clamar, ayunar, agonizando ante Dios por los perdidos y a predicar a
Jesús crucificado y resucitado a los indios, “gastando” sus
últimos años en ellos y NO en él mismo: A través de 2° Corintios
12: 9-10, Dios le hablaba a él:
Bástate
mi Gracia, porque mi PODER se perfecciona en la DEBILIDAD.
Y
él decía como Pablo:
Por
tanto de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para
que repose sobre mí el Poder de Cristo… porque cuando soy DÉBIL
entonces soy FUERTE.
David
Brainerd tomó las decisiones correctas. No se puso a llorar por su
mala suerte, porque no podía casarse con su amada novia, (quien
murió de tristeza cuatro meses después que él), o porque fue
huérfano desde niño…No se enojó con Dios ni le reprochó nada.
Sus
decisiones fueron:
ANDAR
con Jesús, RENUNCIAR al mundo y a los deseos de la carne, TOMAR su
cruz, VESTIRSE con toda la ARMADURA DE DIOS, SER TESTIGO FIEL del
Señor, VELAR agonizando por los perdidos, ser EMBAJADOR de Jesús en
la tierra.
David
Brainerd cuando estaba muriendo, escribió:
Ya
viene la Hora Gloriosa. Siempre he ansiado servir a Dios con
perfección. Ahora Dios premiará esos deseos. No voy al Cielo a
estar mejor, sino a rendir Honores a Dios. No me importa la posición
que me den en el Cielo, un puesto alto o bajo, HONRAR y GLORIFICAR a
mi Dios, lo es TODO.
Fui
hecho para la Eternidad. ¡Cómo anhelo estar con Dios y postrarme
delante de Él!
David
Brainerd permitió que Dios lo atrajese hacia Él y lo ATARA bien
fuerte con sus CUERDAS de AMOR.
Por
eso, en su Diario Personal escribió:
Ahora
que estoy muriendo, ni por todo lo que hay en el mundo habría yo
vivido mi vida de otra manera.
Las
decisiones de David Brainerd se ven reflejadas en el Himno N° 22 de
Melodías Celestiales: OH, SÍ YO QUIERO:
ANDAR
con Cristo, VIVIR con Cristo, SERVIR a Cristo, el CORDERO de la CRUZ.
Él es la LUZ de mi senda. DEJARÉ el perverso mundo, quiero serle un
TESTIGO FIEL. Cristo ofrece SALVACIÓN.
En
el Salmo 130 el salmista SUPLICA a Dios y toma una decisión:
Mi
alma espera a Dios más que los centinelas a la mañana, más que los
vigilantes a la mañana. Esperé yo a Dios… En su Palabra he
esperado.
En
el Salmo 134, el salmista invita a los siervos de Dios a BENDECIRLO
alzando las manos y VELANDO por las noches, creyendo que Dios, el
Creador de los Cielos y la tierra, enviará su Bendición.
Centinela:
Vigilante. Soldado que vela GUARDANDO el puesto que se le encargó.
Velar por algo o alguien, principalmente de noche.
¿Y
qué de nosotros?
Luego
que hemos tomado las decisiones correctas en relación a nuestro
Padre Celestial, en el Nombre de Jesús, podemos tomar una última
decisión que garantizará nuestra VICTORIA en la Vida Cristiana.
¿Cuál
es esa decisión fundamental?
Pedirle
a Dios que nos ATRAIGA hacia Él con sus CUERDAS de AMOR y nos ATE
BIEN FUERTE a Él, para que el temor, las tentaciones, etc. no nos
hagan mirar atrás, no nos hagan retroceder, ni nos hagan resistir a
su Voluntad.
AQUEDAH
ABBI
¡ATAME
FUERTE PADRE MÍO!
Para
que junto con el salmista en el Salmo 16:5-6, podamos decir:
Dios
es la PORCIÓN de mi HERENCIA y de mi COPA. Tú sustentas mi suerte.
Las CUERDAS me cayeron en lugares deleitosos y es hermosa la HEREDAD
que me ha tocado.
En
Oseas, nos dice Dios que con sus CUERDAS de AMOR nos atrae hacia Él.
¡ATAME,
SEÑOR A TI, CON TUS CUERDAS DE AMOR, para que se cumpla en mí TU
VOLUNTAD y no la mía!
¡ÁTAME!
¡ÁTAME FUERTE PADRE MÍO! Que yo no me resista.
MEDITA:
Dice
la Biblia que Dios es el mismo ayer, hoy y por los siglos. Entonces,
¿Dios dejó de obrar? O ¿Ya no hay creyentes fieles que quieran
vivir ATADOS a Él y por eso no se manifiesta toda su Potencia?
(Elena Sanfilippo Ceraso
2
de diciembre del 2016)
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