Sara
Flowers Adams nació en 1805. Escribió el himno “Cerca de Ti
Señor” en 1841. Su sueño de juventud era dedicar toda su vida a
la actuación en teatro, ya lo estaba haciendo, pero como había
heredado sordera, su seguro de salud no le permitió continuar con su
vocación teatral. Fue un tremendo e inesperado golpe para ella.
Había fundado toda su vida en este sueño. Creía que el púlpito y
el teatro eran las dos formas en que se podía predicar el Evangelio
y había elegido el teatro para servir a Dios Pero la respuesta del
Padre Celestial había sido un NO rotundo. A simple vista era muy
injusto. Sin que ella lo supiera, Dios tenía otros planes, una
preciosa forma de predicar el Evangelio, como AUTORA de himnos
cristianos. Hermosísimos himnos que recorrieron el mundo y
atravesaron el tiempo hasta hoy y más.
“Cerca
de Ti, Señor”, nació de la historia de Jacob en Génesis
28:11-17, mientras huía de su hermano Esaú que lo buscaba para
matarlo. Por la noche durmió con su cabeza apoyada sobre una piedra.
Fue en ese momento que soñó con una escalera que llegaba al cielo y
ángeles subían y bajaban por ella. En el Antiguo Testamento, los
ángeles eran los mediadores entre Dios y los hombres, eran los
encargados de llevar ante el Trono de Dios las peticiones de los
justos y luego, regresaban con su respuesta. En la mañana Jacob
bautizó el lugar Bet-el, la Casa de Dios.
Este
himno es una forma de oración a Dios y es el favorito de los
mártires. Sara falleció en 1848, pero la Obra de Dios a través de
“su escritora”, permanece viva. Fue tocado durante el naufragio
del Titanic por la Banda del mismo, en tragedia que ocurrió el
14/4/1912, mientras el buque se hundía, muchos hacían hasta lo
imposible con el fin de conseguir un lugar en los botes salvavidas.
Aquí y allá se veía gente desesperada, corriendo, gritando,
empujando, muchas personas murieron ahogadas. El capitán, ya sin
esperanza alguna tomó la decisión de suicidarse. Pero los músicos,
sin tener en cuenta lo que ocurría con el Titanic pusieron su Fe en
acción: ¡Creían en Jesús RESUCITADO! Éste no era el final, para
ellos comenzaba la Vida en Jesús. No estaban solos ni desamparados
en medio de la imprevista tormenta, no iban a desesperar, porque
creían que la muerte ya había sido vencida por el Señor Jesús en
la Cruz del Calvario, cuando murió y resucitó Decidieron entonces
alumbrar las tinieblas de la muerte y ADORAR a Dios hasta el último
minuto de su vida, tocando el himno de Sara, “Cerca de Ti, oh
Dios”.
La
gente que viajaba en el Titanic, estaba ahí porque tenía un
proyecto, para algunos era un viaje de placer, para otros, era la
oportunidad de iniciar una nueva vida en otra parte del mundo, etc.
Todos tenían algo en común, estaban convencidos de que el éxito
estaba asegurado, nada ni nadie podría frustar su proyecto, porque
viajaban en el invencible Titanic, El día que emprendieron el viaje,
la gente decía a modo de desafío, al ver lo imponente que era: “Ni
Dios lo puede hundir”.
Pero
la tragedia ocurrió. Cuando todos viajaban en “completa
seguridad”, imprevistamente ocurrió.
En
un determinado momento de sus vidas, Jacob, Sara, los tripulantes del
buque, sintieron que todo su mundo se hizo pedazos. ¿Qué sería de
ellos? Su futuro era incierto. ¿Qué les esperaba? Cada uno de
ellos, respondió de diferente forma ante lo que les tocaba vivir.
Sara,
Jacob, los músicos,… decidieron consagrar sus vidas a Dios. La
tormenta golpeó con fuerza contra ellos, pero no los derribó.
“Y
si vivimos para Él vivimos, y si morimos para Él morimos, sea que
vivamos o que muramos, somos del Señor…”
Los
antiguos cristianos entonaban este himno, mientras se dirigían rumbo
al martirio. La Biblia nos enseña que Jesús es el Buen Pastor. “…Y
aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno…”
El Buen Pastor es quien puede y quiere mantenernos FIRMES y en PAZ
en medio de la tormenta.
Medita:
¿Qué
hubieras hecho en el lugar de Sara?
Y
si hubieras sido un tripulante del Titanic, ¿como quién hubieras
actuado ante la tragedia?
Veamos
qué hizo el salmista, (Salmo 18:4-5), cuando lo atemorizaron
TORRENTES de PERVERSIDAD, que son tan destructivos o más, que las
tormentas físicas.
Observa
cómo ANTES de describir su dramática situación, CONFIESA su Amor a
Dios, diciendo más o menos así:
Te
amo, oh, Jehová. Fortaleza mía. Roca mía, Castillo mío, mi
Libertador, mi alto Refugio…
En
Él confiaré, invocaré y alabaré a Dios y seré salvo de mis
enemigos que como torrente han venido en contra de mí.
Y
Dios oyó mi clamor, envió desde lo alto, me tomó y me sacó de las
muchas aguas….
¡No
hay tormenta de ninguna clase que pueda derrotar a quien tiene su Fe
puesta en Dios, el Todopoderoso!
En
el Salmo 31:14-15, el salmista declara: Mas yo en Ti confío, oh,
Jehová, digo: Tú eres mi Dios. En Tu Mano están mis tiempos.
El
Salmo 37:5 aconseja: Encomienda a Jehová tu camino, y confía en Él
y Él hará.
Proverbios
16:3 dice: Encomienda a Jehová tus obras y tus pensamientos serán
afirmados.
El
Salmo 139:10 es una declaración de confianza en Dios: “…me
guiará tu Mano, e asirá tu Diestra…”
Continuará
(Elena Sanfilippo Ceraso
25/2/2017)
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