Jesús
bautizado por Juan el Bautista y confirmado como Hijo de Dios por la
Voz que se oyó del Cielo con descenso del Espíritu Santo sobre Él
como paloma, fue guiado por el Espíritu al desierto PARA ser
tentado.
Cuando
había ayunado cuarenta días y cuarenta noches y precisamente en el
momento en que tenía hambre, vino el TENTADOR.
El
diablo sabe muy bien en qué momento nos sale al encuentro.
Por
eso la Biblia nos dice en 1° Pedro 5, que no seamos soberbios y que
nos humillemos BAJO la poderosa Mano de Dios… que echemos toda
nuestra ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de nosotros.
Pero dice más aún: que seamos sobrios, que estemos despiertos, con
los ojos bien abiertos y velando en oración, PORQUE nuestro
adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a
quien devorar. Y la única manera de RESISTIRLE es estando firmes en
la Fe.
El
tentador primero busca su víctima y luego la acecha todo el tiempo
que sea necesario hasta el momento justo en que ésta, por
determinadas causas, está débil, sin fuerzas, sin recibir alimento
espiritual, sola, etc, entonces, se aprovecha de su situación y le sale
al encuentro para devorarla.
Narra
la Biblia, que el tentador esperó a que Jesús ayunara cuarenta días
y cuarenta noches y tuviera hambre para presentarse ante Él.
Pero
Jesús siempre estaba en oración y ayuno, VELANDO. Sabía que el
adversario lo acechaba porque se proponía apartarlo de la Voluntad de
Dios. En este caso fue llevado al desierto por el
Espíritu, pero otra vez, satanás le habló a través de Pedro, su
Discípulo, para tratar de convencerlo de que no siga adelante porque
iba a sufrir mucho, pero Jesús lo desenmascaró.
¿Crees
realmente que el tentador te acecha? ¿Te has humillado bajo la
poderosa Mano de Dios y permaneces en comunión íntima con con Él
en el Nombre de Jesús? ¿Estás velando sin cesar? ¿Te mantienes
FIRME en la Fe en el Nombre del Señor Jesús para RESISTIR al diablo
y que huya de ti?
Regresemos
al desierto. El diablo busca tentar a Jesús pero Él le resistió
respondiendo a cada tentación con la Palabra de Dios, que estaba
bien fresquita en su mente y corazón, diciendo:
1°
tentación: No de pan vivirá solamente el hombre, sino de toda
palabra que sale de la boca de Dios.
¿Qué
consideras que es tu alimento diario y básico sin los cuales no
puedes vivir? Tal vez no puedes vivir sin internet, sin las drogas,
sin pornografía, sin beber y/o comer en exceso, etc. Tal vez no
echas toda tu ansiedad sobre el Señor Jesús y buscas en religiones
humanas una respuesta a tu ansiedad, practicando todo tipo de
meditaciones, incluso la idea satánica de la reencarnación te está
comenzando a dar paz, en lugar de buscar en la Biblia y en la oración
a Dios en el Nombre de Jesús, la respuesta.
¿Puedes
en el Poder de Dios, retirarte solo al desierto, esto es, a tu
habitación, patio, etc, para orar, velar, meditar y alimentarte de
la Palabra que Dios tiene para ti ese día?
Cuando
el tentador te pida que demuestres que eres Hijo de Dios, ¿puedes
responderle como Jesús: Soy Hijo de Dios porque no vivo sólo de
pan, sino que mi alimento es la Palabra de Dios?
Padre
Amado: Te pido perdón por tener a mi hombre interior anémico, a
dieta permanente de tu Palabra. En cambio, yo me alimento de todo lo
que mundo, la carne y el diablo me ofrecen.
Tú
me pides que tenga una dieta variada: estudio y meditación de tu
Palabra, oración, ayuno, ruego, clamor, invocación, que te alaba,
te adore, que tenga comunión con Hermanos en la Fe fieles a Ti y que
permanezca en comunión contigo todo el tiempo, al levantarme y al
acostarme, que todo lo que haga, compre, use, hable, etc. sea para tu
Gloria.
Te
consagro mi vida y todo aquello de lo que me alimento: radio, tv.
Internet, amigos, salidas, comidas, mi familia, mis hijos, mi
trabajo, mis estudios, mis animales, mi casa, mis pertenencias, que
todo lo que poseo y que Tú me diste, sea usado para tu Gloria. No
solo te consagro mi vida y todo lo que está en relación con mi
persona, sino que te ruego que vengas a morar en mi casa. Muéstrame
qué te incomoda y renunciaré de inmediato, Tú todo lo ves, no hay
nada que pueda ocultar de Ti.
Perdón,
Señor, porque el diablo me tienta y caigo porque no me alimento de
tu Palabra, no la guardo día a día, en mi mente y corazón, no echo
toda mi ansiedad sobre Ti.
Te
consagro todo mi tiempo, las 24 horas, cada minuto, ayúdame a
aprovecharlo como Tú quieres y no como yo deseo.
Padre:
Gracias por escucharme y responderme. En el Nombre de Jesús. Amén.
2°
tentación: No tentarás al Señor tu Dios:
¿Con
qué tientas al Señor tu Dios?
¿Crees
que porque eres Hijo de Dios, puedes jugar con las cosas de Dios, que
son un entretenimiento para ti y para otros o que Dios está para
servirte?
El
diablo le dijo a Jesús: demuestra que eres Hijo de Dios tirándote
desde el pináculo del templo y Dios enviará ángeles que te
sostengan.
¿En
qué te metes en manera caprichosa, sin pensar, ni orar antes de
hacer algo, total, Dios está para cuidarte y salvarte si te salen
mal tus locuras? Podría mencionar, tal vez, deudas, juegos, compras
compulsivas, relaciones amorosas transitorias, derroche económico,
descuido de tu salud, descuido de tus hijos, etc.
Perdón
Padre, por no ser un cristiano maduro sino que permanezco como un
niño en la Fe. Un niño caprichoso que solo dice: dame, quiero y que
se alimenta sólo de leche y no de carne. Ayúdame a crecer y a poner
la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.
3°
tentación: Al Señor tu Dios adorarás y a Él solo servirás.
¿Ante
qué o quién te postras y adoras? ¿Quién es tu dios? ¿Tú mismo,
tal vez?
Sinceramente
abre tu corazón a Dios:
¿Qué
o quién ocupa el primer lugar en tu vida?
Perdón,
Señor. Porque no ocupas el primer lugar en mi vida. No quiero
deslizarme lentamente hacia la APOSTASÍA. Me arrepiento y decido
permanecer unido a Ti como los pámpanos a la vid. Ayúdame a ser uno
con Jesús y con los Hermanos fieles.
Dice
tu Palabra: Amarás al Señor tu Dios, con todo tu corazón, con toda
tu mente y con todas tus fuerzas y a tu prójimo como a ti mismo.
Lléname de tu Santo Espíritu y ayúdame a obedecer tu Palabra.
Quiero
estar siempre preparado para vencer la tentación y que pueda
responder al tentador con tu Palabra y que también huya de delante
de mí, gracias a Ti.
Renuncio
a todo lo que ocupaba el primer lugar en mi vida: (menciona cada
uno/a).
Me
comprometo a ADORARTE y a SERVIRTE sólo a Ti desde AHORA y para
siempre.
Hermano,
recuerda:
Humíllate
bajo la poderosa Mano de Dios, renuncia a la soberbia, echa toda tu
ansiedad sobre Dios y permanece velando en oración y resistirás al
tentador en la Fe en el Nombre de Jesús y entonces, ¡él huirá de ti!
Elena Sanfilippo Ceraso
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