"Acerquémonos a ÉL, Piedra
Viva, deshechada de los hombres, pero para Dios escogida y preciosa.
Como Piedras Vivas sean edificadas como Casa Espiritual y Sacerdocio
Santo, para ofrecer sacrificios aceptables a Dios por medio de
Jesucristo”. (1° Pedro 2:4-5).
¿PUEDEN LAS PIEDRAS TENER
VIDA?
¡Sí! Cada piedra sin vida,
seca, árida, dura, rocosa, pesada, sedienta que se acerca a Jesús,
la Piedra Viva, será convertida en una Piedra Viva, que junto a
otras Piedras Vivas, escogidas y preciosas para Dios, son edificadas
como Casa Espiritual, Sacerdocio Santo, para ofrecer sacrificios
espirituales aceptables a Dios por medio de Jesús.
¡Estas piedras reciben Vida
gracias al Señor Jesús!
Pero lo que es precioso y de
gran valor para Dios no lo es para los hombres, hombres que son
“piedras muertas o sin vida”, que no quieren acercarse a Jesús,
la Piedra Viva, porque no creen que Él es el ÚNICO CAMINO para
llegar al Padre Celestial. No creen que Dios sólo acepta
sacrificios espirituales por medio de Jesucristo. Pero no sólo NO
CREEN en Jesús, sino que peor aún, ¡lo DESHECHAN como Piedra Viva!
¿CÓMO SE EDIFICA LA CASA
ESPIRITUAL?
Las Piedras Vivas que se
acercan a Jesús, la Piedra Viva, y lo sirven en Justicia, Gozo y Paz
en el Espíritu Santo, agradan a Dios y unánimes a una voz le
glorifican. (Rom. 14-15). Se ANIMAN unas a otras y se EDIFICAN
mutuamente. (1° Tesalonicences 5 :11). La edificación es mutua y
permanente, por eso SIEMPRE las Piedras Vivas DEBEN acercarse a La
Piedra Viva Jesús. El texto de Pedro es claro: “ACERQUÉMONOS”.
Cada Piedra Viva debe estar siempre cerca de Jesús, para que la Casa
Espiritual sea edificada. Algunas van a ser pastores, otras
evangelistas, otras maestros, etc.
Las Piedras Vivas edificadas
como Sacerdocio Santo ofrecen sacrificios aceptables a Dios por medio
de Jesucristo.
¿EN QUÉ CONSISTEN LOS
SACRIFICIOS?
En Hebreos 15:15-16 leemos:
“OFREZCAMOS SIEMPRE A DIOS
POR MEDIO DE JESÚS, SACRIFICIO DE ALABANZA, es decir, fruto de
labios que confiesan su Nombre
Y de HACER BIEN y de la AYUDA
MUTUA, no se olviden, porque de tales sacrificios se agrada Dios”
“ACERQUÉMONOS a Jesús, la
Piedra Viva, Preciosa y Escogida de Dios, deshechada de los hombres…”
PIEDRAS VIVAS… Tremendo
milagro de Dios si eres una Piedra Viva. Pero hay un Mandato para las
Piedras Vivas: “ACERQUÉMONOS”. Si eres una Piedra Viva DEBES
acercarte a Jesús.
Piedra Viva: ¿Te alejaste del
Señor Jesús y estás sedienta, a punto de resquebrajarte,
desmenuzarte? O, tal vez, todo lo contrario, ¿te estás endureciendo
como una roca?
Entonces, urgente, ¡debes
acercarte a Jesús! Él es la Piedra Viva, no hay, no existe otra
Piedra Viva. No te vuelvas atrás, a la montaña de donde saliste, tu
lugar ya fue ocupado por otra piedra muerta o sin vida. Eres una más,
No importa el lugar que ocupabas. No te
vuelvas a las piedras que por fuera parecen preciosas, valiosas,
codiciables, pero por dentro están ¡muertas o sin vida! Siguiendo
junto a ellas a líderes religiosos amados y aprobados por el mundo,
por los hombres, que les predican lo que quieren oir, pero que
deshechan a la Piedra Viva que es Jesucristo.
Acércate a Jesús. Si te
alejaste, ¡regresa! En la Casa Espiritual de Jesús, tu lugar quedó
vacío. Hay un enorme hueco que otra Piedra Viva no puede ocupar.
Jesús te necesita para edificar a otros con los dones que el
Espíritu Santo repartió a cada Piedra Viva. ¡Y tú también debes
ser edificado por otras Piedras Vivas!
Acércate a Jesús. Él es la
Piedra Viva. Pídele perdón por tus pecados y Él te perdonará al
instante. Lee la Biblia, la Palabra de Dios Viva y Eficaz. ¡Sólo la
Biblia! Reúnete con otras Piedras Vivas, no con piedras religiosas,
o muertas o sin vida. Reúnete con el fin de alabar, adorar a Dios,
testificar cuán grandes obras ha hecho en tu vida el Señor Jesús y
para edificarse mutuamente.
“Jesucristo, el testigo fiel,
el primogénito de los muertos y el soberano de los reyes de la
tierra. Al que nos amó y nos lavó de nuestros pecados con su Sangre
Preciosa y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, el Padre, a Él sea
la gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén.”
“He aquí que viene con las
nubes y todo ojo le verá”. (Apocalipsis 1:4-9).
(Elena Sanfilippo Ceraso
jueves 15/10/2015)
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