Pensemos
por un momento, en las maratones que organizan Fundaciones y en las
que muchas personas se anotan con el deseo de participar. Pero tienen
que cumplir con ciertas condiciones, sobre todo, deben presentar
Certificado médico de Aptitud para la carrera. Previamente a la
misma, se preparan con dietas, ejercicios y beben abundante líquido.
Quien
no esté apto, no puede participar de la carrera. Hay una gran
cantidad de corredores pero sólo uno lleva el premio. Para tener
éxito, los participantes tienen que tener claro la meta, es decir,
no correr a la ventura, sin saber a dónde van. Algunos corren para
exhibir su estado físico, verse bien, para gustar y ser alabados.
Otros lo hacen para mostrar que pueden sobrepasar límites, quieren
ganar, oir aplausos, y sin respetar principios éticos, dejan atrás
participantes fuera de carrera. Otros corren sólo para acompañar,
como una forma de entretenimiento y de pasar el día.
Diariamente,
todas las personas participan de una carrera, de la Carrera de la
vida.
Cada
día que comienza, se larga la carrera. Correr, correr, correr, lo
más rápido posible, de aquí para allá y así, ¡ganarle tiempo al
tiempo!
En
la Carrera de la vida no hay que inscribirse, ya estás anotado y ¡es
obligatoria! Todos deben participar. No importa si estás en
condiciones o no, si estás apto o no para correr, nadie te pide
Certificado médico de Aptitud física.
Si
hemos reflexionado acerca de las preguntas existenciales de nuestra
vida:
¿Quién
soy? ¿Para qué vivo? ¿Por qué vivo? ¿Hacia dónde voy? ¿Qué
quiero lograr?,
tenemos la posibilidad de ELEGIR
QUÉ CARRERA QUIERO CORRER.
En
la carrera que corren los habitantes del mundo, esclavos que
pertenecen al reino de las tinieblas, gobernado por el príncipe de
este mundo: satanás, los participantes forman parte de una inmensa
manada mundial, que cada día se levanta para correr.
Esta
actividad no deja tiempo para la REFLEXIÓN y cada persona corre,
corre y corre, sin reflexionar PARA QUÉ CORRE.
En
la manada encontramos corredores victoriosos, orgullosos, codiciosos,
que les gusta ser aplaudidos, alabados, que anhelan alcanzar cada vez
metas más altas sin importarle la suerte de los otros participantes.
También están los corredores que quedan postrados en el camino o
los que llegan arrastrándose al final del día, sin fuerzas,
deprimidos, enfermos, con miedo, porque están obligados a levantarse
al otro día y temen fracasar otra vez y van acumulando frustración
tras frustración, sabiendo que no pueden alcanzar o cubrir las
mínimas exigencias que el sistema del mundo les demanda.
Ambos
grupos, ganadores y perdedores, con metas claras o no, corren cada
día, pero al final del mismo, la gran mayoría no puede responder:
¿A
dónde me lleva esta carrera?
TODOS
CORREN HACIA EL INFIERNO, y muchos, muchos, no lo saben, pues dedican
todo su esfuerzo y energía en correr, para alcanzar metas de la vida
diaria, de corto plazo, terrenales.
¿Qué
nos dice la Biblia acerca de la Carrera de la Vida y sus
participantes?
En
1° Corintios 9: 24-27, Pablo advierte a los Cristianos que están en
una Carrera para ganar una Corona INCORRUPTIBLE, y no corruptible
como la que entregan en la Carrera de la vida del mundo. Pero dice
que muchos son los que participan pero no todos la van a obtener.
Porque hay condiciones que cumplir:
Estar
en forma, abstenerse de muchas cosas, tener metas claras, reflexionar
acerca de las preguntas existenciales:
¿Quién
soy?, ¿Para qué vivo?, ¿Por qué vivo?, ¿Hacia dónde voy?, ¿Qué
quiero lograr?
Pablo
nos habla de él como participante:
Golpeo
mi cuerpo y lo pongo en servidumbre, no sea que por el cuerpo, yo
mismo sea DESCALIFICADO, aún cuando haya predicado a otros.
¡Tremendas palabras!
Mira
lo que dice Eclesiastés:
“…no
es de los ligeros la carrera, ni la batalla de los fuertes, sino que
el tiempo y la ocasión acontecen a todos”.
ANTES
que el tiempo y la ocasión me acontezcan, debo dar respuesta a las
preguntas existenciales.
Lee
Hechos 20:24 y REFLEXIONA cómo Pablo responde a estas sencillas
preguntas en breves versículos. Pero esto no es poca cosa, ya que al
hacerlo, es un indicio de que él ya no forma parte de la manada del
mundo que corre hacia el infierno.
¡Él
participa de una Carrera cuyos participantes van hacia el encuentro
de Jesús! Dice así:
Pero
de ninguna cosa hago caso NI ESTIMO PRECIOSA A MI VIDA para mí
mismo, con tal que ACABE MI CARRERA CON GOZO y el MINISTERIO QUE
RECIBÍ DEL SEÑOR JESÚS, para dar testimonio del Evangelio de la
Gracia de Dios. Me esperan tribulaciones y prisiones.
En
2° Timoteo 4:7 dice:
He
peleado la Buena Batalla, HE ACABADO LA CARRERA, HE GUARDADO LA FE.
Por lo demás me está reservada LA CORONA DE JUSTICIA, la cual ME
DARÁ EL SEÑOR, Juez Justo, en aquel día y no sólo a mí, sino a
TODOS LOS QUE AMAN SU VENIDA. Pero yo ya estoy para SER SACRIFICADO y
el tiempo de mi Partida está cercano.
Cada
día corro hacia el Encuentro de mi Señor Jesús y AMANDO SU VENIDA.
En cualquier momento, Él pondrá FIN a mi Carrera, al venir a
buscarme personalmente o porque me alcanza la muerte, enemiga del ser
humano, que ya fue vencida por Jesús en la Cruz del Calvario por su
RESURRECCIÓN, y por medio de él nosotros también tenemos Victoria
sobre la muerte. Debo correr amando su Venida, guardando la FE, para
NO PERDERLA en lo que Pablo llama: “he peleado la Buena Batalla”
o en los obstáculos que se me presenten en el camino. Para esto,
debo vestir la ARMADURA que Dios preparó para mí y así ACABAR la
Carrera CON GOZO.
En
Hebreos 12: 1-2, menciona más condiciones para participar de la
carrera:
DEJAR
DE LADO TODO PESO Y PECADO, negarse a sí mismo, renunciar al mundo
y a sus placeres, andar en Santidad de vida, depositar todo a los
Pies del Señor: cargas, preocupaciones, enfermedades, tentaciones,
distracciones...
CORRER
CON PACIENCIA la Carrera que tenemos por delante.
RENUNCIA
– PACIENCIA Y…
Correr
con los ojos PUESTOS EN JESÚS, el autor y Consumador de la FE, quien
sufrió la Cruz, menospreciando el oprobio y se sentó a la DIESTRA
DEL TRONO DE DIOS.
La
carrera es delante de muchos testigos, fieles y no fieles a Dios.
Jesús nos indica el Camino, pues Él ya pasó por esto y dejó bien
claras sus huellas, para el Cristiano que quiera acabar su Carrera
con GOZO y obtener de Él la Corona Incorruptible.
Le
doy gracias a Dios porque ya no formo parte de una manada que va
rumbo al matadero. Me conoce por mi nombre, ha puesto a mi
disposición todos los medios y recursos para que termine con Gozo la
Carrera y me ayuda en mis debilidades, en mis fracasos, en mis “no
puedo”. El Espíritu Santo, mora dentro de mí. Cuento con su
Armadura, la Biblia, la Oración y las Victorias del Señor Jesús
están a mi disposición para que pelee la Buena Batalla y guarde la
FE en la carrera diaria.
TODO,
me lo ha dado TODO, para que no resulte DESCALIFICADA.
Ahora
puedo entender con más claridad los versículos:
Buscad
primeramente el Reino de Dios y su Justicia y todo lo demás les
será añadido… Basta a cada día su propio mal. (Mateo 6:33).
Venid
a Mí todos los que estáis trabajados y cargados y Yo os haré
descansar. (Mateo 11: 28-30).
Hay
Hermanos nuestros, pequeños, Discípulos fieles de Jesús, que el
diablo los tiene en la mira, los acecha, puede llevarlos al desierto
para tentarlos, puede arrojarles dardos encendidos y envenenados o
como narra Pablo en 2°Corintios 1:8-9:
…pues
fuimos abrumados sobremanera más allá de nuestras fuerzas, de tal
modo que aún perdimos la esperanza de conservar la vida. Pero
tuvimos en nosotros mismos sentencia de muerte, para que no
confiásemos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los
muertos, el cual nos libró y nos libra… COOPERANDO también
vosotros a favor nuestro con la ORACIÓN.
Lo
que el diablo busca, es que el cristiano abrumado sobremanera más
allá de sus fuerzas, abandone la carrera y no llegue a la meta.
Es
nuestra obligación COOPERAR con la ORACIÓN con estos Hermanos.
Te
ruego que me acompañes:
Padre
de Misericordias y Dios de toda Consolación:
Te
ruego por mis Hermanos que están siendo abrumados sobremanera, más
allá de sus fuerzas, sufriendo todo tipo de injusticias por ser
cristianos, siendo tomados prisioneros, viviendo incomunicados en
celdas inhabitables, en la peor soledad, sin atención médica, otros
son vendidos como esclavos, torturados, los hay que son saqueados y
deben huir a un país que los acepte, etc. Te ruego que su Fe no
falte, que no bajen la mirada, que en este mismo momento tu Espíritu
Santo que mora en ellos se manifieste en toda su potencia sanando,
consolando, fortaleciendo, enseñando, rodeándolos y llenándolos de
tu Amor para que continúen en carrera y alcancen la meta, llegar a
las MORADAS ETERNAS.
(Elena Sanfilippo Ceraso
jueves 21/07/2016)
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