LECTURA:
FILIPENSES 2: 5 – 11.
Primera
Nochebuena del año 1°: nacía un REY, nacía EL REY.
Nacía
el Niño Jesús, Emanuel, Dios con nosotros.
Nacía
el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, por quien tenemos
el perdón de nuestros pecados ¡y la Vida Eterna!
Nacía
el Buen Pastor que vino a buscar a las ovejas perdidas, a los
pecadores y no a los justos. Vino a buscar al necio, al débil, al
menospreciado, al que no es, para avergonzar al fuerte, al sabio, al
que es…
Dios
mismo se hizo hombre para venir a buscarme, a rescatarme de mi vana
manera de vivir, para trasladarme del reino de las tinieblas a su
Reino de Luz.
El
siguiente Himno "Alza tus alabanzas a Cristo", que entona la Iglesia Cristiana Copta, dice así:
LLAMA
DIOS A SUS HÉROES
LOS
HÉROES QUE MARCHAN DELANTE DE SU CRUZ.
¿Hay
algo que puedo hacer para agregar, añadir de mi parte, a este
tremendo Milagro de Amor?
Sí,
sólo UNA cosa y nada más: ADORARLE
Así
como le adoraron los reyes magos, y para ello, debieron viajar desde
muy, muy lejos. También los pastores, muy humildes ellos, CREYERON al
anuncio de los ángeles y corrieron a ADORARLE sin demora.
Pero
hay una diferencia, no tengo que viajar a ningún lugar para
adorarle. Puedo hacerlo allí donde esté: en mi casa, en la calle,
en el colectivo, en el hospital, etc. ¡No importa dónde esté, allí
le ADORO!
Jesús
dijo que la ADORACIÓN debe ser en ESPÍRITU y en VERDAD. El Espíritu
Santo dentro de nosotros, es quien clama, gime, adora, de acuerdo con
la Verdad, la Palabra de Dios.
Leí
que alguien escribió:
ADORAR
a Jesús es SERVIRLE con fervor y OBEDECERLE con placer.
ADORAMOS
a Dios por medio de la ORACIÓN, pero también al OBEDECERLE y al
SERVIRLE.
Toda
nuestra vida debe ser un Canto de ADORACIÓN A DIOS.
Pero…
pero… pero… ¡No puedo adorar al Señor si antes no ejercí FE en
ÉL!
Juan
9:38, narra cómo el hombre ciego sanado por el Señor Jesús, al
reencontrarse ambos, manifestó su Fe en Él con estas palabras:
CREO
(en Ti), SEÑOR. Y le ADORÓ.
Los
reyes magos, los pastores, primero creyeron en Jesús y luego le
adoraron.
¿CREES
en Jesús? ¿Le has recibido como tu Salvador Personal? ¿Has
recibido el perdón de tus pecados en Su Nombre? ¿Has sido rociado
con la sangre de Jesucristo?
Confiesa
bien fuerte, conmigo: ¡CREO,
Señor, en Ti y te ADORO!
GRACIAS,
SEÑOR JESÚS, porque por medio de Ti, fui elegida según la
presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu para
OBEDECER y ser rociada con la Sangre de Jesucristo. (1° Pedro 1:2)
ORO
con las palabras del salmista: (43:3-4)
… Oh,
Dios, envía tu Luz y tu Verdad, éstas me guiarán.
Me
conducirán a tu Santo Monte y a tus Moradas.
Entraré
al Altar de Dios,
Al
Dios de mi ALEGRÍA y de mi GOZO
Y
te alabaré con arpa, oh, Dios, Dios mío.
Gracias
Señor Jesús, porque eres el Autor de la Vida, el Dador de Vida.
Gracias por ser el Pan de Vida y el Agua Viva con los que me
alimentas. Gracias por perdonar mis pecados y darme gratuitamente, la
VIDA ETERNA.
Gracias
por NACER y entregar tu Vida por mí en la Cruz del Calvario.
¿Qué
sería de mí si No hubieras nacido?
¡Gracias
por tu Nacimiento, tu muerte Redentora y tu Resurrección!
Lléname,
Dios mío, de tu Santo Espíritu, que mi Copa reboce, para que pueda
ANDAR por el CAMINO que es Jesús, alumbrada por tu Palabra Santa, la
Biblia y amando la Vida que es el Señor Jesús. Porque Jesús es el
Camino, la Verdad y la Vida, SÓLO Él nos conduce a Ti.
Jesús
es el Rey de la Creación. Todo lo que Dios creó es Bueno. (1°
Timoteo 4:4)
Ayúdame
a amar, respetar, valorar, cuidar la Vida, porque al hacerlo te estoy
ADORANDO a Ti, Dios mío y Señor Mío.
Que
tu Pueblo, el Pueblo de la Cruz, levante en alto la Bandera de la
Vida en tu Nombre, Señor Jesús, ¡porque Tú eres la Vida!
Oye
mi oración cooperando a favor de los que padecen por dar testimonio
con sus vidas de Ti. Oye te ruego, el gemido de los que sufren
persecución, de los que son saqueados o están en prisión,
soledad, enfermos, angustiados, desconociendo el paradero de sus
familiares cristianos,…
Te
ruego, oh, Dios, que “tus Pequeños” no pierdan la Fe en Jesús,
que no los inunde la duda, el temor, la desesperanza…
Te
ruego por mis Hermanos por la Sangre de Cristo en todo el mundo, que
son parte de tu amado Pueblo.
Que
tu Bendición sea sobre tu Pueblo, el Pueblo de la Cruz.
Oye,
te ruego, Dios mío, el gemido de toda tu Creación y de tus Hijos,
los que tenemos las primicias del Espíritu Santo, nosotros tambíén
gemimos, dentro de nosotros mismos… Porque el anhelo ardiente de la
Creación es ¡la manifestación de los Hijos de Dios!
Escucha,
oh, Dios, mi oración.
En
esta Nochebuena RENUNCIO al mundo, a la carne y al diablo.
Quiero
pertenecerte sólo a Ti. Renuévame.
Santifícame.
Transfórmame. Quiero ser cada día más semejante al
Señor Jesús, para adorarte y glorificarte con mi vida que te
pertenece sólo a Tí.
Que
a partir de esta Nochebuena mi oración y accionar sean:
“No
ya yo, mas Cristo vive en mi” (Pablo, el Apóstol).
Te
ruego que envíes tus TIERNAS MISERICORDIAS sobre tu Pueblo, el
Pueblo de la Cruz, que te ADORA, te SIRVE con fervor y te OBEDECE con
placer. ¡Sea
tu BENDICIÓN sobre tu Pueblo!
Gracias
Dios mío, porque en la tierra se hace tu Voluntad. Aún cuando el
diablo trata de impedirlo, porque él vino para robar, matar y
destruir. El rey Herodes, con todo su poder, no pudo ejecutar el plan
del diablo, de asesinar al Niño Jesús, porque desconocía que sobre
él existe alguien más poderoso, TODOPODEROSO, que había
determinado desde mucho, mucho antes que él naciera, el nacimiento
de un Niño, de un REY, que vivió como SIERVO y regresará como
JUEZ.
Ni
el diablo, ni los líderes religiosos-políticos mundiales, que le
sirven, pueden obstaculizar, detener, frustrar el Plan de Dios a
favor de su Amada Creación, a favor de sus Hijos adoptados por medio
de Jesús, a favor de su amado Pueblo, el Pueblo de la Cruz, que
CONFIESA a los cuatro vientos el Nombre de su REY: JESUCRISTO.
Hermano/a:
Medita en este preciosísimo pasaje.
Marta
y María salían del sepulcro, con temor y gran gozo, para anunciar
las Buenas Nuevas a los discípulos, luego de que el ángel les
anunciara que Jesús ya no estaba ahí, ¡HABÍA RESUCITADO!
Pero
he aquí que Jesús les salió al encuentro diciendo ¡Salve!
Y
ellas, acercándose, ABRAZARON SUS PIES Y LE ADORARON. (Mateo 28).
En
esta noche, recordemos el día en que Jesús salió a nuestro
encuentro y avivemos el fuego que hay en nosotros.
Dame
tu mano, acerquémonos a Jesús, abracemos sus pies y que reciba toda
nuestra ADORACIÓN, mientras le confesamos:
Creo,
Señor Jesús que ´Tú eres Dios, MI DIOS.
Hagamos
propias las palabras de Isaías 61:10:
En
gran manera me gozaré en Dios, mi alma se alegrará en mi Dios,
porque me VISTIÓ con vestiduras de Salvación, me RODEÓ de MANTO DE
JUSTICIA, como a novio me atavió y como a novia adornada con sus
joyas.
¡Alabemos
juntos a Dios!
Porque
nos ungió con ÓLEO de ALEGRÍA. (Salmo 45:7).
¡Que
tu BNDICIÓN sea sobre tu Pueblo, el Pueblo de la Cruz!
(Elena Sanfilippo Ceraso
lunes 21-11-2016)
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