-”Doctor, me asusta la muerte... ¿dígame qué hay al otro lado?”
Muy suavemente el doctor dijo: “No lo sé.”
-¿No lo sabe? Usted es cristiano y no sabe qué hay del otro lado?!!
El doctor tomó la manilla de la puerta...
Del otro lado se sentían como rasguños y gemidos y cuando se abrió la puerta, un perro entró en el cuarto, saltó sobre el médico y con gran alborozo comenzó a lamerlo lleno de alegría. El médico se volvió hacia su paciente y dijo:
-”¿Vio lo que hizo mi perro? Él nunca había estado en este cuarto antes. No sabía qué había adentro. Solo sabía que su dueño estaba allí y cuando se abrió la puerta, saltó sin ningun temor”.
Yo sé muy poco de lo que hay del otro lado de la muerte...
pero sí sé una cosa: ¡Que mi Dueño estará allí y eso me basta!
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