sábado, 22 de abril de 2017

¿HASTIADO HASTA LA MUERTE? JOB. (1° Parte).

  

Dios había dicho a satanás, acerca de JOB:
¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto, recto, temeroso de Dios y apartado del mal?

Job desconocía que el tremendo mal que repentinamente había caído sobre él, estaba originado en que satanás desafió a Dios afirmando que su fidelidad se debía a que Él le había puesto un cerco de protección junto a toda su familia y a sus posesiones.
No hay palabras que describan el tremendo padecimiento de Job.
Vayamos al Capítulo 10 y escuchemos su lamento y queja. Comienza diciendo:
Está mi alma hastiada de mi vida.
Hastío: Repugnancia, disgusto, fastidio.
Continúa diciendo:
Daré libre curso a mi queja: hablaré con AMARGURA de mi alma.
Aún en medio de su HASTÍO, AMARGURA y QUEJA, Job le pide a Dios que NO LO CONDENE y que le haga entender por qué CONTIENDE con él, que quite de sobre él SU VARA para que SU TERROR no lo espante. Entonces sí va a poder dirigirse a Él SIN TEMOR
Hay una frase dicha por Job que define su estado:
¡Porque en este estado NO ESTOY EN MÍ!
En otras palabras, como comúnmente se dice: Job está fuera de sí, no puede razonar ni pensar con tranquilidad en lo que le pasa. Su estado es de terror a Dios, porque se siente injustamente ENJUICIADO y AZOTADO sin cesar: perdió a todos sus hijos con sus familias y posesiones, tenía el cuerpo enllagado, agusanado, con picazón constante, se encontraba desplomado en tierra, completamente solo, quien lo viera, podría decir, “desamparado de Dios” y para colmo de males, su mujer había perdido la Fe, la Esperanza y el Amor.


¡Quita de sobre mí tu vara, Dios! ¡Pienso en Ti y me aterrorizo! Así no puedo hablar contigo. Quiero que conozcas todo mi dolor y toda mi impotencia, pedía Job.
JOB ANHELA LA MUERTE. Le pregunta a Dios si está bien lo que hace
al desecharlo, oprimirlo, azotarlo, porque ¿no es acaso él la obra de sus Manos?
Le reprocha por favorecer los designios de los impíos. ¿No ves lo que está ocurriendo?, o, tal vez, ¿tienes ojos de carne?
Así es como Job se retrotrae al principio, al tiempo de su nacimiento, porque si él no hubiera nacido, ¡nada de esto le estaría ocurriendo! Y se pregunta, ¿para qué nací entonces?
Job medita en que las manos de Dios lo hicieron y como a BARRO le dio forma, lo vistió de piel y de carne y lo tejió con huesos y nervios, le dio Vida y Misericordia y cuidó su Espíritu. Le reclama a Dios: ¿Por qué me sacaste de la matriz? Hubiera yo expirado y ningún ojo me habría visto nacer. Ojalá hubiera sido llevado del vientre a la sepultura.
En ningún momento Job niega el Poder, la Autoridad, la Soberanía, la Eternidad de Dios, reconoce que no es hombre como él y se pregunta:
¿Quién le puede pedir cuentas a Dios? ¿Quién puede de igual a igual llevarlo a juicio? ¿No existe nadie que ponga su mano entre Dios y él, como un árbitro?
Job BUSCA un MEDIADOR. ¡Necesita un mediador urgente para tratar con Dios!


Le pide a Dios que CESE de hacerle MAL y lo deje, para que pueda consolarse un poco antes de que vaya, y ya no vuelva, a un lugar horrible, que describe así: Tierra de tinieblas, tierra de oscuridad, lóbrega,, como sombra de muerte, y sin orden, cuya luz es como densa tinieblas. Job está viviendo en una tumba y no ve ninguna diferencia con el lugar donde va a ir al morir.
Reflexionar acerca de la vida lo lleva a reflexionar acerca de la muerte, indefectiblemente. Job ve todo oscuro. Oscuro su presente. Oscuro su futuro. Y por qué no, oscuro su pasado, porque no encuentra respuestas a sus interrogantes:
¿Para qué nacemos? ¿Cuál es el sentido del sufrimiento? ¿Para qué la vida y la muerte?
La descripción que Job hace de la tierra de la muerte: lugar de tinieblas, oscuridad, lóbrega, desordenada,… me recuerda a Génesis 1:
Y la tierra estaba desordenada y vacía y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo… Y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. Y dijo Dios: Sea la LUZ y fue la LUZ…

Sin que tampoco lo supiera Job, el Espíritu de Dios se estaba moviendo en él para que reciba la LUZ de DIOS.

¿Cuál fue el final de esta historia?

CONTINUARÁ.






(Elena Sanfilippo Ceraso
            21/1/2017)

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