lunes, 9 de marzo de 2015

Los azotes del diablo

“Porque para esto apareció Jesús: para deshacer las obras del diablo” 1ª Juan 3:8

LOS AZOTES DEL DIABLO



El diablo, príncipe de este mundo, utiliza distintos azotes para destruir la creación de Dios. Él vino para robar, matar y destruir (Juan 10:10). Satanás tiene atada, esclavizada a la humanidad. Utiliza la religión, la política, el ateísmo, el terrorismo, las guerras, las epidemias, las hambrunas, sequías, el narcotráfico, trata de mujeres y niños. . . como azotes para conducir al hombre por el camino de muerte que lo lleva al infierno.

A) La religión: un azote del diablo.  

". . . viene la hora cuando cualquiera que os mate, pensará que rinde servicio a Dios. Y harán esto porque no conocen al Padre ni a mí (Señor Jesús)." Juan 16:2



La religión le enseña al hombre un concepto erróneo de Dios y de sus demandas para alcanzar la salvación. No le permite tener un Encuentro Personal con Jesucristo, quien tiene su mano extendida para conducirlo por El Camino, andando en La Verdad y dándole Vida en Abundancia. La persona religiosa sacrifica todo tratando de agradar a Dios, por ejemplo deja su trabajo para guardar el día de reposo, no recibe transfusiones de sangre pues es la marca del diablo, se convierte en terrorista para servir a Dios o se autoinmola para obedecerle mejor, etc. Lamentablemente un azote viene acompañado de otros. Por ejemplo, una creencia errónea religiosa trae angustia, división familiar, problemas económicos enfermedades, etc.
Por otra parte, los líderes religiosos, acuerdan con los líderes políticos, surgiendo un nuevo poder político-religioso previo a la aparición del gobierno mundial. Si bien hablan de Jesús, sus ovejas están maltratadas, esquiladas, heridas, asesinadas, pues ellas creen que sus líderes son representantes de Dios, cuando en realidad ellos les impiden escuchar la dulce voz del Buen Pastor que las llama para que le sigan y así darles Vida Eterna. Te invito a que leas el salmo 23 y lo memorices.
En Mateo 23, Jesús advierte acerca de los escribas y fariseos: ". . . porque atan pesadas cargas y difíciles de llevar y las ponen sobre los hombros de los hombres, pero ellos ni con un dedo quieren moverlas. ¡Ay, de vosotros, escribas y fariseos hipócritas! ¡Serpientes, generación de víboras! ¿Cómo escaparán de la condenación del infierno?".
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Vocabulario:

Jesús: El Camino que Dios eligió para llegar al hombre. Él mismo viene a buscarlo.

Religión: Conjunto de creencias y dogmas que definen las relaciones entre el hombre y la divinidad. Es todo lo que el hombre hace para llegar a Dios. 

Hombres y Mujeres de Este Camino: Discípulos de Jesús.

Escribas: Maestros de la Ley judía.

Fariseos: Secta religiosa del judaísmo.

Día de reposo: Cesación de la actividad laboral por motivos religiosos.

Azote: Calamidad, desgracia. Instrumento para azotar.

Padecer: Recibir la acción de algo que causa dolor físico o moral. Sufrir, soportar, aguantar, tolerar.

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B) Saulo: 
               - Un perseguidor del Camino.
               - Encuentro personal de Saulo con Jesús.
               - Pablo: "No vivo yo mas Cristo vive en mí".


Veamos qué nos cuenta Pablo en la Biblia (Filipenses 3:5-6):". . . circuncidado al octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos, en cuanto a la ley fariseo, en cuanto a celo perseguidor de la Iglesia, en cuanto a la justicia que es la ley, irreprensible". Y en 1° Timoteo 1: 13,17 se descrbe así:". . . habiendo sido yo antes blasfemo, perseguidor e injuriador. . ."
Dice la Biblia que Saulo, así llamado Pablo antes del encuentro con el Señor, respiraba amenazas y muerte contra los discípulos del Camino. Iba buscando cerca de Damasco, hombres y mujeres de este Camino, para llevarlos presos a Jerusalén, cuando lo rodeó un resplandor del cielo y al caer en tierra, oyó una voz que le decía:
- Saulo, Saulo, ¿porqué me persigues?
- ¿Quién eres, Señor?
- Yo soy Jesús, a quien tú persigues. . .
Saulo, temblando y temeroso, dijo:
- Señor, ¿qué quieres que yo haga?.
El Señor le mandó levantarse y entrar en Damasco. Lo llevaron, pues había quedado ciego por tres días.
Más tarde, el Señor Jesús mandó a Ananías a ayudarlo, diciéndole: - Vé, porque instrumento escogido me es éste, para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, de reyes, y de los hijos de Israel, porque Yo le mostraré cuánto le es necesario padecer por mi nombre. . . (Hechos 9).
Luego del encuentro personal con Jesús, se produce la conversión de Saulo, y comienza una nueva vida para él. En 1° de Timoteo Pablo escribe: ". . . mas fui recibido a misericordia porque lo hice por ignorancia, en incredulidad".
Las siguientes palabras reflejan cómo el Señor Jesús pasó a ser el centro de la nueva vida de Pablo. ¡Había hallado la perla de gran precio!.
"Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. . . por amor del cual lo he perdido todo y lo tengo por basura para ganar a Cristo." (Filip. 3:7-10).
"Todo lo puedo en Cristo que me fortalece" (Filip. 4:13).
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C)"Yo he venido para que tengan Vida y para que la tengan en abundancia" (Juan 10:10)

Veamos dos ejemplos bíblicos de cómo el Señor Jesús deshizo la obra del diablo en dos mujeres y les dió Vida Abundante.

1) Lectura: Lucas 13: 10-17



Los judíos se reunían todos los sábados para el culto en la sinagoga o "casa de oración". El Principal había realizado muy bien su trabajo, todo estaba en orden, nada ocurría que no estuviese programado. Él presidía sobre el servicio, ya había autorizado a quiénes debían orar, leer las Escrituras, exhortar, velar por la observancia de la ley judaica.
Pero éste no era un día de reposo más para los presentes en esta sinagoga, porque Jesús estaba ahí, enseñando, con autoridad, no había Maestro o Rabino como Él. Todos lo escuchaban atentos. Y mientras enseñaba, Jesús los observaba detenidamente.
Repentinamente, todo cambió. Sus ojos se detuvieron en una mujer. Al verla, la llamó y le dijo: - "Mujer, eres libre de tu enfermedad," y puso sus manos sobre ella que se enderezó y glorificaba a Dios. ¡Cómo no hacerlo!. Hacía dieciocho años que tenía espíritu de enfermedad y andaba encorvada.
Se produjo un gran alboroto. Algunos daban gracias a Dios por el milagro, otros estaban sorprendidos, atónitos, otros murmuraban o dudaban ante lo ocurrido.
Pero el Principal en lugar de glorificar a Dios por la sanidad de la mujer, se enojó. ¿Qué estaba haciendo Jesús? ¡Era el día de reposo, sabía que no podía sanar!. Además, ¡le había arruinado la reunión!. Ahora todo estaba desordenado. Debía retomar el mando urgente. El Consejo de Ancianos estaría de acuerdo con él, eso era seguro. 
Mientras, Jesús no estaba dispuesto a retractarse y les dijo: -"Hipócritas: ¿No desata cada uno a su bestia en el día de reposo y la lleva a beber?. A esta hija de Abraham qur satanás había atado dieciocho años, no se la debía desatar de esta ligadura en el día de reposo?".
Vemos claramente, cómo la religión y el Señor Jesús van por caminos opuestos. ¡Jesús es el Camino!. Al ver a la mujer enferma, no le importó si el tiempo y el lugar eran los adecuados. Tuvo compasión y dió Él el primer paso: la llamó, luego la liberó. Así lo hizo en el día de reposo porque ¡Él es el Señor del día de reposo!. Tampoco se preocupó por la reacciones adversas que se iban a desencadenar después. Su poder no tiene límites. . . 
¡Y su Amor por el ser humano es incondicional!

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Vocabulario:

Sinagoga: Asamblea, lugar de reunión. Edificio destinado a la lectura y enseñanza públicas de la ley de Moisés y que servía también de tribunal y escuela. Se encuentra en todos los lugares donde se hallan judíos. Un Consejo de Ancianos la dirige. El Principal se ocupa de la dirección del culto, el mantenimiento del orden y el cuidado de las cuestiones materiales.
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2) Lectura: Lucas 8: 43-48


Situación de vida de esta mujer 

Estado de salud: Enferma desde hacía doce años. Sin diagnóstico preciso: "Padecía flujo de sangre". Consultó varios médicos sin éxito. Era una muerta en vida. Sin proyectos, sin futuro.
Aspecto económico: Había gastado todo cuanto tenía en médicos y tratamientos.
Aspecto religioso: La enfermedad que padecía era causa de "impureza ceremonial" (Levítico 15). La purificación no era sólo una medida de higiene (lavar con agua), constituía un acto religioso basado en la expiación necesaria para restablecer la comunión con Dios. Esta impureza provocaba la exclusión del Santuario (Levítico 7) de la comunidad y de la familia, pero no interrumpía la relación con Dios, mediante la oración.
La religión consideraba que esta mujer estaba contaminada espiritual y físicamente. Para acercarse al Dios Santo debía buscar esta "doble purificación" (Éxodo 19 y 30, Josué 3:5).
Vivía inmersa en la soledad que le imponía su religión. Esta enfermedad desató en su vida una terrible "tribulación". El azote que padecía era plural, constante y permanente. Sufría un verdadero conflicto existencial, y porqué no, una "crisis espiritual". ¡Cuántos interrogantes sin respuesta! ¿Para qué vivo? ¿Me necesita alguien?. Ella quería cumplir con los ritos religiosos, que, según las enseñanzas demandaba Dios. Pero, ¿cómo hacerlo, sino sanaba?.
Ni la religión ni la medicina tenían respuesta para ella.
Día y noche pensaba: ¿A quién más acudir?.
Estaba segura de que debía existir una salida. 
Pero. . . ¿Dónde buscar?
En este tiempo se hablaba mucho de un tal Jesús, que hacía bien a todos, incluso los días de reposo y que declaraba: "El Reino de Dios se ha acercado a ustedes". Hacía verdaderos milagros de sanidad, liberaba de los demonios, resucitaba muertos, perdonaba pecados, . . . 
Nuestra atribulada mujercita vio en Jesús la Respuesta a su dramática situación. ¡Rápidamente saldría a buscarlo!. Pero . . . ¡un momento! ¡era impura!. Así es que ideó un plan: lo iba a intentar en secreto, cubriría muy bien su rostro, y no se daría a conocer. Además, buscaría un momento ruidoso, desordenado, entre el gentío. ¡Tenía fe que si sólo tocaba su manto sería sana!. Por ahora debía esperar.
Un día, mientras Jesús estaba rodeado y oprimido por la gozosa multitud y Jairo, el Principal de la sinagoga, le rogaba postrado que entrase a su casa, para sanar a su hija única que estaba muriendo, la mujer se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto; y al instante la fuente de su sangre se secó.
Sintió en su cuerpo que era sana de este azote: ¡era libre!. Ahora, regresaría en silencio a su casa. Pero. . . de pronto escuchó la voz de Jesús: "¿Quién es el que me ha tocado?. Alguien me ha tocado, porque Yo he conocido que ha salido poder de mi".
¡Oh, no! ¡Había sido descubierta! ¿Qué pasaría con ella?
¿Qué le diría Jesús?
A cara descubierta
Temblando, se postró a los pies de Jesús y le declaró delante de todo el pueblo por qué causa lo había tocado en secreto y cómo al instante había sido sanada. Para su asombro, escuchó la dulce voz de Jesús, diciéndole: 
- "Hija, tu fe te ha salvado, vé en paz".
Jesús le dijo "hija", "¡hija!". Así descubrió que en Dios tenía un Padre misericordioso que la amaba, que se interesaba por ella, dándole una Nueva Vida, y sobre todo, librándola de los azotes de satanás que había padecido: religión, enfermedad, problemas económicos, soledad, desamparo, etc.
Comprendió que Jesús quería tener una relación personal con ella a "cara descubierta", que ya no debía ocultarse de Él, tampoco tenía que estar purificada, limpia y sana, antes de acercarse a Dios, tal como lo exigía la religión, y que para ella era imposible lograrlo, sino que Él la recibía así como estaba o era, y luego Jesús haría la obra en su vida
Porque conocer la Verdad que es Jesús nos hace libres. Ahí frente a Jesús, su Creador, su Salvador y Señor, su Sanador, su crisis existencial terminó.


MEDITACIÓN


Le dijo Jesús a cada mujer:
1) ¿No se le debía desatar de esta ligadura en el día de reposo?
2) Hija, tu fe te ha salvado. Vé en paz.
Ambas eran religiosas, trataban de cumplir con las demandas de Dios según la religión, aún cuando estaban limitadas por enfermedades crónicas. No se quejaban de Dios y tampoco ninguna rechazó a Jesús. La primera asiste en su condición cada sábado a la sinagoga, pero sin esperar nada de Dios. Ya se había acostumbrado a este azote de satanás. Sabía quién era Jesús, lo estaba viendo y oyendo, pero no tenía fe para correr a su encuentro y rogarle que la sanara. Se hubiera retirado de la sinagoga en igual estado en que vino, sino fuera porque Jesús la vio y la llamó. Ella dijo sí a la invitación y fue hacia Él.
La segunda mujer continuaba buscando la sanidad. Desesperada fue a Jesús.
Luego de su encuentro personal con el Señor, ambas mujeres fueron liberadas, no solo de la enfermedad sino del azote de la religión. Ninguna de las dos lo rechazó, luego Jesús realizó el milagro anhelado por cada una y más.
El fruto de la religión es la indiferencia por parte de los líderes religiosos, de la comunidad, de la familia, etc.
Pero ahora conocían al Señor Jesús y al conocerlo fueron libres. ¿Qué hicieron las dos mujeres?. Glorificaron a Dios públicamente, ¡al Dios vivo!


INVITACIÓN

Jesús te dice a tí: "Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados que yo os haré descansar" (Mateo 11:28).
Te invita que corras a su encuentro. Pero si no puedes, escucha su dulce voz, te está llamando por tu nombre. ¡No lo rechaces! ¡Acude a Él!.


DECISIÓN PERSONAL 

Dile sí al Señor Jesús. Luego Él obrará el milagro que estás esperando en tu vida. Te dará una Nueva Vida y sin azotes.
Luego, juntas ¡glorificaremos a Jesús por esto!.


(Elena Sanfilippo Ceraso
     lunes 09/03/2015)

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