miércoles, 19 de diciembre de 2018

Allí, en Belén



     “…un CORDERO sin mancha y sin contaminación, ya destinado desde ANTES de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por Amor de vosotros…” 1° Pedro 1:19/20.
     Narra la Biblia, que allí, en la región de Belén, pastores velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño, cuando un Ángel del Señor se presentó ante ellos, la Gloria del Señor los rodeó de resplandor y tuvieron gran temor. El Ángel les dijo que no teman pues venía a darles Nuevas de gran Gozo:
“Que OS ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor.”
     Les dio una señal para encontrarlo: lo hallarían envuelto en pañales acostado en un pesebre.
     Repentinamente, una multitud de huestes celestiales apareció con el Ángel, que alababan a Dios y decían:
¡Gloria a Dios en las alturas y en la tierra PAZ, buena voluntad para con los hombres!
     Te invito a retroceder en el tiempo para ser parte de ese acto de adoración junto a los reyes magos y a los sencillos pastores y que, ya en el lugar, hagamos MEMORIA. Gozamos de ese privilegio, porque seremos visitantes del futuro, del año 2018, tenemos la Biblia y conocemos cómo transcurrió la historia a partir del nacimiento del Señor Jesús y antes también.
     Reflexionemos en la Buena Noticia: “NOS ha nacido hoy un Salvador que es Cristo el Señor.”
     ¿Quién es este niño?
     ¿Qué ocurre cuando una persona decide postrarse ante Él para adorarle?
     Pablo, en Filipenses 2, responde a la pregunta de: ¿Quién es este niño?
     "Cristo Jesús, siendo en forma de Dios, se despojó a sí mismo y tomó la forma de SIERVO, hecho semejante a los hombres y en la condición de hombre se humilló a sí mismo haciéndose obediente hasta la muerte y muerte de Cruz. Por lo cual Dios le exaltó y le dio un Nombre que es sobre todo Nombre, para que en el Nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos y en la tierra y debajo de la tierra y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre."
     En Hebreos 2, también encontramos respuesta a la pregunta: ¿Quién es este Niño?
     "Jesús coronado de Gloria y de Honra, a causa del padecimiento de la muerte, para que por la Gracia de Dios, gustase la muerte POR TODOS… Él participó de CARNE y SANGRE PARA DESTRUIR por medio de la muerte al que tenía el Imperio de la muerte, esto es, el diablo y LIBRAR a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre…"
     Nos ha nacido un Salvador. Postrados ante Él y habiendo invocado su Nombre para Salvación, reflexionemos:
¿Quiénes éramos nosotros? Y ¿Quiénes somos luego de haber creído e invocado el Nombre del Señor Jesús para Salvación y de postrarnos a sus pies?
     Pablo responde de una manera tan sencilla y clara en Efesios 2:
"Y Él les dio VIDA a ustedes cuando estaban MUERTOS en sus delitos y pecados, en los cuales ANDABAN EN OTRO TIEMPO. SIGUIENDO la corriente de este mundo, CONFORME al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que AHORA OPERA EN LOS HIJOS DE DESOBEDIENCIA, entre los cuales, todos nosotros vivimos en otro tiempo, en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos y ÉRAMOS por naturaleza, HIJOS DE IRA, los mismo que los demás."
     Sí, YO, Elena, ANTES de aceptar al Señor Jesús como mi Salvador Personal y Señor de mi vida y de recibir el perdón de mis pecados en Su Nombre, estaba MUERTA en mis delitos y pecados, seguía la corriente del mundo y hacía la voluntad de mi carne y de mis pensamientos, el príncipe de la potestad del aire operaba en mí, pues era HIJA de DESOBEDIENCIA y por naturaleza HIJA de IRA.
     Pero… Vayamos a Juan 1:12, ¡aquí está la Buena Noticia!
"Mas a todos los que LE RECIBIERON, a los que CREEN en su Nombre, les dio potestad de ser hechos HIJOS de DIOS, los cuales no son engendrados de sangre ni de voluntad de carne ni de voluntad de varón, sino de Dios."
     Yo, Elena, al recibir, el 24/3/1985, al Señor Jesús como mi Salvador Personal y Señor de mi vida y de ejercer fe en su Nombre y habiendo experimentado el Nuevo Nacimiento por el Poder del Espíritu Santo, ¡fui adoptada como HIJA DE DIOS!
     El diablo y su imperio de la muerte ya nada tienen que ver conmigo, ¡gracias a que un Niño nos es nacido! Jesús vino a librarme, ya no estoy sujeta a servidumbre… el diablo ya no tiene poder ni autoridad sobre mí. ¡Jesús lo venció!     Pablo escribe a los Colosenses 1:13: ”… el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas y TRASLADADO al REINO de su Amado HIJO, en quien tenemos REDENCIÓN por su Sangre, el PERDÓN de pecados.”
     "El que en Él cree, no es condenado, pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el Nombre del Unigénito Hijo de Dios." Juan 3:18.
     Pablo dice que somos miembros de la FAMILIA de DIOS, (Efesios 2:19). ¿Cómo es esto?
     Sí, Hijos de Dios que PARTICIPAN de CARNE y SANGRE, (Hebreos 2:14). En Lucas 22:7 escuchamos a Jesús decir:
“…esto es mi Cuerpo que por vosotros es dado…” “Esta Copa es el Nuevo Pacto en mi Sangre, que por vosotros se derrama”.
     Y en consecuencia, Hermanos de Jesús. Leemos en Hebreos 2:17:
“Por lo cual debía ser en todo semejante a sus Hermanos…”
“…por lo cual, NO SE AVERGÜENZA de llamarlos HERMANOS”.
     El Rey de Reyes, el Todopoderoso, el Rey de la Creación, mi Salvador, mi Señor… no se avergüenza de llamarme, a mí, a Elena: “su Hermana”.
     Leemos en Hebreos 4:15: “Porque no tenemos un Sumo Sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, PERO SIN PECADO.”
     Pero hay más aún, como Hermanos estamos sentados con Él. Efesios 2 dice que Dios, que es rico en Misericordia, por su gran Amor con que nos amó, aún estando nosotros muertos en pecados, nos DIO VIDA juntamente con Cristo y juntamente con Él NOS RESUCITÓ y asi mismo NOS HIZO SENTAR en Lugares Celestiales CON Cristo Jesús…
     Y todo esto… ¿por qué?
"Porque por GRACIA son salvos por medio de la Fe y esto no de ustedes, porque es DON de Dios."
     Regresemos al principio. La Buena Noticia continúa vigente:
“Nos ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor.”
     Isaías 9:6 describe su nacimiento así:
“Porque un Niño nos es nacido, Hijo nos es dado, y el Principado sobre su hombro y se llamará su Nombre: Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno. Príncipe de Paz.”
     La Biblia describe este nacimiento así:
     Un niño acostado en un pesebre cuidado por María y José, algunos sencillos pastores y tres reyes magos adorando junto a multitud de huestes celestiales alabando a Dios… y algunos animales.
     ¿Por qué? Si era el Salvador quien estaba naciendo, ¿qué estaba pasando en realidad?
     Juan 3:16/19, lo explica muy clarito:
“Porque de tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su Hijo Unigénito, para que todo aquel que en Él crea, no se pierda mas tenga Vida Eterna.”
     Pero el nacimiento de este Niño trae al mundo Salvación por un lado y Condenación por otro. Y ésta ES la Condenación: “que la LUZ VINO al mundo y los hombres amaron más las tinieblas que la LUZ, porque sus obras eran malas.”
     Desde el principio, el diablo buscó matar a Jesús actuando en la mente de reyes, líderes políticos-religiosos, familiares, amigos, etc. María y José debieron huir abandonando todo, para preservar la vida del niño, muchos inocentes fueron asesinados por causa de él. Años más tarde, el diablo optó por tentar a Jesús, lo llevó a un monte muy alto y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos y le dijo: “Todo esto te daré si postrado me adorares”. También intentó apartar a Jesús del Ministerio que su Padre le había encomendado, pero fue èl quien debió apartarse y dejarlo ante la negativa del Señor: “Vete satanás, porque escrito está…”
     Finalmente creyó que había logrado su objetivo, cuando durante la última Cena entró en Judas y lo instó a traicionar a Jesús, quien fue crucificado y muerto. Jamás pensó que Jesús iba a RESUCITAR, vencerlo a él y a su imperio de la muerte No sólo eso, Jesús resucitado descendió a los infiernos a proclamar su Victoria.
“YO SOY el Primero y el Último y el que VIVO y estuve muerto, mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las LLAVES de la muerte y del Hades." Apocalipsis 1.
     Un día, el diablo menospreciando lo ocurrido durante el bautismo de Jesús, inicio de su Ministerio, se atrevió a tentarlo diciendo: “Todo esto te daré si postrado me adoras”.
     Jesús RESUCITADO declara: “Toda POTESTAD me es dada en el Cielo y en la Tierra… He aquí Yo estoy con Ustedes todos los días hasta el fin del mundo”. Mateo 28:18.



Elena Sanfilippo Ceraso
10 de diciembre del 2018



sábado, 15 de diciembre de 2018

Domingo 16/12/2018 - Tercer domingo de Adviento.


Adviento, Tercer domingo.
"Den gracias e invoquen al Señor, cuenten a las naciones las cosas que ha hecho, recuérdenles que él está por encima de todo. Canten al Señor, porque ha hecho algo grandioso que debe conocerse en toda la tierra". Isaías 12:4-5

miércoles, 5 de diciembre de 2018

¿Dónde están las higueras fructíferas? 2° Parte.



Meditación: El año 2019 está a la puerta.

     En la primera parte vimos cómo el Señor Jesús iba con los Doce camino a Jerusalén y tuvo hambre. Por este motivo, maldijo a una higuera pues no encontró fruto en ella, aunque no era tiempo de higos. Al día siguiente, al regresar por el mismo camino, vieron que la higuera se había secado desde la raíz.
     Y aquí viene la lección que Jesús quiso enseñar a los 12 y a todos los que ejercemos Fe en su Nombre. Tremenda enseñanza nos dejó el Señor, ante la cual, sentimos que un “calor” nos sube a la cara y nos ponemos rojos de vergüenza. Sí, avergonzados, al escuchar al Señor Jesús preguntar: ¿Dónde están las higueras fructíferas?
     Regresemos al texto. La respuesta de Jesús a las palabras de Pedro: “Maestro, mira, la higuera que maldijiste se ha secado”, fue la siguiente:
TENED FE EN DIOS”. Porque CUALQUIERA que le dijese a este monte: Quítate y échate en el mar y NO DUDARE en su corazón, sino CREYERE que será hecho lo que dice, lo que dice será hecho.”
     Jesús no menciona ni se refiere a una determinada persona. Esto es, que “cualquiera”, podemos ser tú o yo o cualquier creyente en Jesús puede:
Tener Fe en Dios. No DUDAR en el corazón. CREER que será hecho lo que se dice, en consecuencia, será hecho todo lo que se pida en oración al Padre en el Nombre de Jesús.
     Añadió el Señor:
“… todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis y os vendrá.”
     Pero luego el Señor da CONDICIONES. ¿Cuál es la gran condición que si no se cumple, se viene abajo todo lo dicho anteriormente?
     La condición que puede anular todo si no se cumple, es OBEDECER A DIOS. ¿Obedecer en qué?
     Así habló Jesús:
Y cuando estéis orando, PERDONAD si tenéis algo contra alguno.”
     Es un mandato, que debemos obedecer si realmente queremos que nuestra oración sea oida y respondida por Dios.
     Jesús nos manda que al orar al Padre DEBEMOS PERDONAR.
     ¿Para qué?
¨Para que también vuestro Padre que está en los Cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas. Porque si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en los Cielos os perdonará vuestras ofensas."
     Es decir, que antes de orar al Padre, se debe pedir la guía del Espíritu Santo para que nos ilumine si tenemos algo contra alguien o, tal vez, alguien contra nosotros. A veces, no tenemos muy claro estas situaciones o la memoria nos falla y sólo el Espíritu Santo puede disipar o echar luz en ellas, además, sólo ÉL puede darnos el PODER para PERDONAR en el Nombre de Jesús, porque por nosotros mismos y en nuestras fuerzas no podríamos hacerlo.
     ¿A quién debo perdonar?
“…soportándoos unos a otros y perdonándoos unos a otros, si alguno tuviera queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, ASÍ TAMBIÉN hacedlo vosotros.” Colosenses 3:13.
Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, COMO Dios también los perdonó a vosotros EN Cristo.” Efesios 4:32.
Y perdona nuestras deudas COMO también nosotros perdonamos a nuestros deudores.”
Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre Celestial, MAS SI NO perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.” Mateo 6: 12, 14, 15.
Por tanto, si traes tu ofrenda al Altar y allí te acuerdas de que tu Hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del Altar, y anda, reconcíliate primero con tu Hermano y entonces ven y presenta tu ofrenda.” Mateo 5: 23/24.
     La historia que Marcos narró comienza con que “Jesús tuvo hambre”, continúa con “la maldición de la higuera estéril” que se seca desde la raíz y finaliza con las siguientes palabras:
Porque si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en los Cielos perdonará vuestras ofensas.
     ¿Existe alguna relación entre estas partes?
     Si deseamos obedecer a Dios, el acto de perdonar a alguien con todo nuestro corazón, sinceramente, puede demandar de nuestra parte, ayuno, oración y humillarnos ante Dios.
     Si no perdonamos a… de todo corazón, Dios no  perdona, ni escucha ni responde. ¿Por qué? Porque nos ama.
     Dios quiere sanar nuestras heridas, resentimientos, amarguras, que tal vez están guardados, bien escondidos, allí en lo profundo del corazón. Pero a Él no podemos engañarlo, todo lo ve, todo lo escudriña, todo lo conoce. Es el Señor de la Historia, de nuestra historia. ¿Qué podemos ocultarle?
     Jesús vino a libertar a los cautivos. Tal vez estamos cautivos de una experiencia traumática de la niñez, de un abandono, de un engaño… El Señor quiere que el Espíritu Santo ilumine lo más escondido de nuestro ser, que aún permanece en tinieblas, muchas veces sin ser conscientes de ello y sanar nuestras heridas al inundarnos de su amor y perdón, para que en el Nombre de Jesús podamos perdonar y no morir.
     ¿Qué consecuencias trae el “no te perdono”?
     Entre los países del mundo: guerras, violencias, saqueos, robos, enfermedades, virus, destrucción, asesinatos, dolor, odios, venganzas, envidias, codicias, etc
     Cuando una persona no ha perdonado a alguien, si no permite que Dios obre en su vida, en algún momento comienza su propia destrucción con amargura, resentimiento, odio, deseo de venganza, esterilidad, y se va secando de raíz. Las tinieblas avanzan en su interior y se apagan la Fe, la Esperanza y el Amor, comienza a enojarse con Dios, a culparlo y sin querer, hiere a quienes le aman.         La falta de perdón no sólo interrumpe la relación con Dios sino que la distorsiona. La persona pierde la confianza en Él y se hunde en su dolor, sola.
     Dice Isaías 1: "Toda cabeza está enferma y todo corazón doliente. Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay en él cosa sana, sino herida, hinchazón y podrida llaga, no están curadas, ni vendadas ni suavizadas con aceite."
     Obedecer a Dios es una decisión de FE, perdonar es una decisión de FE. Vayamos a la Biblia:
Que ninguno agravie ni engañe en nada a su Hermano, PORQUE el Señor es VENGADOR de todo esto, como ya os hemos dicho y testificado.” 1° Tesalonicenses 4:6. ¿Le crees a Dios?
No aborrecerás a tu Hermano en tu corazón. No te vengarás ni guardarás rencor… sino amarás a tu prójimo como a ti mismo. YO JEHOVÁ.” Levítico 19:18. ¿Le crees a Dios?
No digas: yo me vengaré. Espera a jehová y Él te salvará.” Prov. 20:22. ¿Le crees a dios?
No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios, porque escrito está: Mía es la venganza, YO pagaré, dice el Señor. Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer, si tuviere sed, dale de beber, pues haciendo esto, ascuas de fuego, amontonarás sobre su cabeza. No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal.” Romanos 12: 19/21. ¿Le crees a Dios?
Pues conocemos al que dijo: Mía es la venganza, YO daré el pago, dice el Señor. Y otra vez:
     EL SEÑOR JUZGARÁ A SU PUEBLO.
     ¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo!” Hebreos 10: 30/31.
     ¿Le crees a Dios?
     Sinceramente, ¿le crees a Dios? Si es así, entonces, obedece a Dios y ¡PERDONA!
    Jesús busca higueras fructíferas.
    ¿Dónde están las higueras fructíferas?
     Hay una estrecha relación entre la narración de Marcos, “Maldición de la higuera estéril” que se seca desde la raíz con el final.
     Dios no quiere que seamos higueras estériles, que nos sequemos de la raíz. La falta de perdón corta la relación con Dios y seca desde la raíz, mata.
     Porque Dios nos ama, quiere impedir que seamos cortadas y arrojadas al fuego para arder. Desea que nuestro Fruto sea la Santificación y nuestro Fin la Vida Eterna.
     Medita:
     El año 2019 está a la puerta. ¿Cuál es tu decisión, tu compromiso con el Señor Jesús, hoy y ahora?
     ¿Le vas a creer a Dios?
     ¿Vas a obedecer a su Palabra?
     ¿Vas a perdonar sinceramente y en el Nombre del Señor Jesús?
     Si es así, amada Higuera de Dios, vas a poder decir como Pablo:
Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la Fe del Hijo de Dios, el que me amó y se entregó a sí mismo por mí.” Gálatas 2:20.
     En oración y con la guía del Espíritu Santo, reflexiona en la letra de la siguiente canción.
     ¿Dónde están las higueras fructíferas?



Elena Sanfilippo Ceraso.
20 de noviembre del 2018