martes, 30 de diciembre de 2014

Thomas Bridges

Thomas Bridges fue encontrado abandonado en 1844 ó 1845 en la ciudad de Bristol, Inglaterra. Toda su ropa estaba bordada con una "T" por lo cual lo llamaron Thomas y Bridges porque «bridge» en inglés es puente, y fue encontrado en un puente. Thomas fue el primer hombre blanco en vivir en Tierra del Fuego y fundó la Estancia Harberton en el año 1886. Thomas Bridges murió en Buenos Aires, Argentina, en 1898.

Infancia

En 1856 George Despard se mudó a las islas Malvinas a hacerse cargo de la misión anglicana establecida en la isla Keppel o Vigía, llevando consigo a su esposa, sus hijos y su hijo adoptivo Thomas Bridges. Desde esta misión iniciaron los trabajos misionales trasladando a yámanas desde el canal Beagle a las Malvinas para su educación cristiana. En esos años Thomas Bridges comenzó a aprender la lengua de los yámanas y escribió un diccionario con aproximadamente 30.000 palabras.
En 1859, Despard creyó que los yámanas ya estaban lo suficientemente acostumbrados a estar con el hombre blanco y envió un barco con personas para establecer una misión Wulaia (al oeste de la isla Navarino), pero durante la primera ceremonia religiosa los yámanas mataron a todos los navegantes excepto el cocinero que se había quedado en el barco. En 1861 Despard se entera de que habían fracasado y Thomas decide quedarse en Malvinas. En el año 1863 Thomas hace su primer viaje a Tierra del Fuego y la ventaja que él tenía era que podía hablar el idioma yámana, y de esa forma decirles que no quería lastimarlos y solo quería ayudar.

La Sociedad Misionera Patagónica
Cuatro años más tarde, Thomas Bridges y el nuevo director de la Sociedad Misión Patagonia Waite Stirling visitaron Tierra del Fuego. Como Thomas Bridges conocía el idioma, fueron bien recibidos. Comenzaron a llevar yámanas a las Malvinas, donde fueron catequizados y se les enseñó carpintería, horticultura, etc. En 1869, el misionero Stirling se estableció en Ushuaia, donde fundó una nueva misión. Este misionero se quedó allí por dos años.
Mientras tanto, Thomas Bridges viajó a Inglaterra y fue ordenado diácono anglicano, allí se casó con Mary Ann Varder y luego regresó a las Malvinas. Junto con él viajaron John Lawrence y su familia.

Ushuaia
Dos años más tarde, se instalaron los Bridges en la misión de Ushuaia, junto con los Lawrence y los Lewis y varias familias yámanas que habían vivido en la misión de las Malvinas, quienes trataron de vivir de manera sedentaria y cosechando huertos. En los siguientes años Thomas Bridges fue padre de varios hijos.
En 1884 el gobierno argentino estableció una subprefectura en Ushuaia en donde se hallaba la misión. Thomas Bridges aceptó la soberanía argentina sobre la misión e izó la bandera argentina, a su vez, el gobierno reconoció y brindó apoyo a la misión.

Harberton
Dos años más tarde Thomas Bridges renunció a la misión y viajó a Buenos Aires a entrevistarse con el perito Francisco Pascasio Moreno, Bartolomé Mitre y Julio Roca para que le dieran una porción de tierra para fundar una estancia en Tierra del Fuego. El 28 de septiembre de 1886 le entregaron 20.000 hectáreas a 60 kilómetros al este de Ushuaia. Allí fundó la Estancia Harberton, nombre dado en honor al lugar de nacimiento de la esposa de Thomas Bridges, en Harberton, Devon. Esta estancia fue la primera en el canal Beagle y la primera que introdujo el ganado vacuno y lanar en Tierra del Fuego.
Poco después se inició la fiebre del oro en Tierra del Fuego, con terribles consecuencias para los indígenas (yámanas y selknam), ya que se produjeron matanzas y violaciones de mujeres. Lo que provocó (junto con otras causas) un brusco descenso de las poblaciones aborígenes, las cuales quedaron prácticamente al borde del exterminio.
En 1898 murió Thomas Bridges en un viaje a Buenos Aires a los 56 años de edad.
Fue inhumado en el actual, Cementerio Británico de Buenos Aires ubicado en el barrio de la Chacarita.
Bridges se encargó de eliminar las falacias de Charles Darwin respecto que los selk’nam eran “bestias” y “caníbales”. Tradujo el evangelio de Lucas, el de Juan y los Hechos de los Apóstoles al idioma yagán. Además publicó un diccionario de esa lengua, que con alrededor de 32.000 entradas, es el primero y más completo que existe.

http://es.wikipedia.org/wiki/Thomas_Bridges
       

Allen Francis Gardiner

Por allá por 1820, Allen Francis Gardiner navegaba a las ordenes de Sir Henry Lockwood. El suyo era un mundo ordenado, uniformado, disciplinado, y tan previsible como casi todo lo era si se pertenecía a la Marina de Su Majestad.

Navegó por el Oriente, conociendo Ceilán, Manila, Macao, hasta Penang en China. El viaje de regreso, tocando Nueva Zelanda, lo llevó hasta las costas americanas, donde ya en 1821, estuvo en las islas Juan Fernández, justo cuando Chile se encontraba en plena guerra de independencia. Finalmente, fondearon en el puerto de Valparaíso, y partiendo desde allí, Gardiner visitó Santiago, y en el Perú, conoció al general San Martín.

Retornaron por la Polinesia y por Australia. Tal vez conoció a muchos infieles por todo el mundo, puesto que una vez en Londres, Gardiner ofreció sus servicios a una sociedad misionera. Se casó con Julia Susanna Reade, tuvieron cinco hijos.

Trece años más tarde, fallecen la esposa y un hijo; no tiene otra alternativa que pedir la baja de la Marina para atender a sus hijos y buscarles otra madre.

Para 1834, ya totalmente decidido a dedicarse a Dios, parte hacia África como misionero, y financia sus recorridos vendiendo biblias. Se interna en territorio zulú donde, poco antes, había sido asesinado el temido rey Chakka a quien reemplazaba ahora su hermano Dingarn.

En África, Gardiner organiza una ciudad y traza sus planos, llamándola Durban en homenaje al gobernador local. Al fin, consigue madre para sus hijos, se casa con Elizabeth Marsh.

En 1837, en ciudad de El Cabo, se le muere otra hija. Al fin se convence que el África no lo quiere recibir, y regresa a Inglaterra cuando se producen los enfrentamientos entre boers y zulúes.

Pero no pierde su entusiasmo. Al año siguiente, está en Río de Janeiro con su nueva esposa y los hijos que le quedan. Ahora intenta ser misionero en Sudamérica, recordando a los indígenas que conoció en Chile y Perú en 1821. Llega a Montevideo, donde presencia el fusilamiento de 80 indios y un oficial; logra cruzar a Buenos Aires no obstante el bloqueo francés. Parte en galera, con su familia, y en 14 días llega a Mendoza. Se hospeda en una chacra propiedad del gobernador Félix Aldao, para aguardar la llegada de la primavera antes de intentar el cruce de la cordillera.

Cruzan los Andes por el paso de Uspallata, llevando a los niños en cestos. Llegan a Santiago. El río Bío Bío es en Chile la frontera con los indios mapuches. Se traslada a Los Ángeles, pero sigue al sur, buscando un lugar para instalar su misión. Mientras, sigue vendiendo, cuando puede, algunas biblias. Finalmente, se entrevista con el cacique Corlaban, pero se retira porque le advierten de la belicosidad de los huiliches. Se repliega a Concepción.

En 1839 Gardiner se traslada vía marítima a Valdivia. Sigue viaje más al sur, hasta el lago Ranco, donde el cacique Naggiman le autoriza a instalarse, pero sólo "por una luna". Ahora emprende viaje a Osorno. Habla con los indios locales, que tampoco le permiten quedarse. Desde Valparaíso, al fin embarca hacia Sydney, decidido a radicarse en nueva Guinea, donde se encuentra durante 1841, y tampoco tiene éxito. Se vuelve a Valparaíso. Decide intentar suerte en Chiloé, y se embarca hacia Ancud, pero este mismo año regresa a Valparaíso para dirigirse, con su esposa y dos hijos, aún más al sur. Arriban a las Malvinas a bordo del "Juana" para la Navidad, a Puerto Louis, donde viven 49 personas en chozas, y no hay autoridad alguna.

Llega a las Malvinas en calidad de Gobernador el capitán Richard Moody, en 1842. Gardiner deja a la familia en Puerto Louis, contrata la goleta "Montgomery" de Charles Melville que lo lleva a la isla Nueva, en el canal de Beagle, donde encuentra a dos balleneros en plena actividad. Aquí le hablan de la tribu tehuelche que anda por la banda norte del estrecho de Magallanes, y del criollo San León, o Santos Centurión, que viaja con la tribu. Al fin, la misma "Montgomery" lo cruza a la costa fueguina y de aquí sigue a la bahía Gregorio. Centurión le cuenta que un año atrás falleció la reina María, que conoció a los misioneros Titus Coan y William Arms, y Gardiner se convence de la buena voluntad de esta gente para conocer la palabra de Dios.

Regresa contento a Puerto Louis, donde están las naves "Erebus" y "Terror", al mando respectivamente de los capitanes James Ross y Francis Crozier, que se dirigen a la Antártida en misión científica. Gardiner parte hacia Inglaterra, ahora sí convencido que ha encontrado su destino.

Después de seis años de recorrer el mundo con su familia, buscando empeñosamente un lugar donde oficiar como misionero y vendiendo biblias, llega a Inglaterra en 1843..

Se organiza, recauda donaciones, y rápidamente zarpa, a bordo de un carbonero, con destino a la Isla de los Estados, esta vez solo. Hace escala en Montevideo, que está rodeada por las fuerzas de Oribe, aliado de Rosas. El puerto está otra vez bloqueado pero igual se las arregla para cruzar a Buenos Aires. Aquí conoce al pastor John Armstrong quien lo ayuda. Viaja hacia el norte a predicar y vender biblias. Llega a Córdoba en diligencia y visita al gobernador Manuel "Quebracho" López. En Santiago del Estero gobierna Felipe Ibarra, Gardiner sigue vendiendo biblias. Finalmente, en Tucumán se entrevista con el gobernador Celedonio Gutiérrez y sigue con sus biblias, aunque el cura católico avisa a los feligreses, durante sus sermones, que se trata de "libros herejes". Regresa a Montevideo.

Gardiner está de vuelta en Inglaterra, después de siete meses de ausencia, y se dedica a organizar una Sociedad Misionera propia.

Acompañado por Robert Hunt, cruza el Atlántico en 1845, en viaje relámpago, directo a la bahía San Gregorio para ir preparando las cosas; reembarca hacia Valparaíso y en junio está de vuelta en Inglaterra.

En setiembre del mismo año, el incansable Gardiner llega una vez más a Montevideo, justo que Inglaterra y Francia están en guerra con el gobierno de Buenos Aires. Buenos Aires a la vez tiene conflictos con la provincia de Corrientes y con el Paraguay, y Gardiner quiere viajar al Pilcomayo! Y lo hace: embarca hacia Valparaíso vía cabo de Hornos...

Arriba a Valparaíso en 1846, y de aquí se traslada al puerto boliviano (sí, boliviano) de Cobija. Para marzo llega, nomás, al Pilcomayo, después de un penosísimo trayecto. Debido a la disentería se repliega a San Luis de la Frontera, donde lo visita el gobernador Sebastián Estensoro, quien le promete su apoyo si presenta un proyecto concreto de evangelización de los indios ante el Congreso de Bolivia. Feliz porque al fin dispone de apoyo institucional, Gardiner retorna a Cobija desde donde se dirige a Panamá y a Inglaterra.

En Bolivia, cambian las autoridades debido a una revolución: Gardiner otra vez se queda sin la garantía oficial para instalarse en el Gran Chaco. Así que se dedica a recorrer Inglaterra y Escocia recaudando fondos, nuevamente pensando en la región fueguina.

En Oxford, Inglaterra, corriendo el año 1847, se conocen Waite H. Stirling y Allen F. Gardiner; éste último ya había fundado la Sociedad Misionera de la Patagonia.

En setiembre del siguiente año, Allen Gardiner y sus colaboradores navegan en el "Clymene" hacia la isla de los Estados y desembarcan en la isla Picton; reman hasta Banner Cove con los botes que se han traído, levantan una choza y ... aparecen indios canoeros.

Resultan tan molestos los indios yaganes, que Gardiner regresa al barco y parte una vez más, no sin dejar un par de cabras y plantar algunas semillas. Aquí concibe la idea de una misión flotante-itinerante para recorrer toda la región constantemente. Regresa a Inglaterra por Panamá, visitando otra vez Perú, de pasadita, donde vende algunas biblias más. Ya llegó el año 1849.

Gardiner emprende otra vez la recaudación, para lo que no es muy bueno, pero conoce a George Packenham Despard, que queda a cargo de la administración de la Misión y recorre el país recaudando fondos, resulta muy bueno en esto. Lejos de abandonar el proyecto, ahora que tiene un buen recaudador, Gardiner quiere ir a Wulaia, donde FitzRoy dejó a Jemmy Button en 1832.

 Como no han reunido suficiente como para construir un bergantín, compran dos pequeños veleros que, como novedad, tienen casco de hierro, lo que consideran adecuado para la zona austral. Son bautizados "Speedwell" y "Pioneer".

Con sus dos veleros, Gardiner arremete nuevamente. En esta oportunidad, incorpora al cirujano Richard Williams, a un catequista llamado John Maidmant, al carpintero Joseph Erwin y a tres robustos pescadores de Cornwall: Badcok, Pearce y Bryant.

El 5 de diciembre de 1850, después de 3 meses de viaje, los barcos de Gardiner llegan a Tierra del Fuego, a la isla Picton, donde aún pastan las cabras que dejara un año antes; el "Ocean Queen" que los trajo se va, así que desde ahora, sólo dependen de sus dos lanchones. Reencuentra a los indios que quieren apoderarse de todo lo que ven. Como no pueden detenerlos, ni combatirlos (la misión es evangelizadora), vuelven a cargar lo que pueden salvar y parten.

Los yaganes persiguen constantemente a Gardiner, con sus canoas más ligeras que las pesadas embarcaciones misioneras. Finalmente, encuentra reparo en Spaniard Harbor (Bahía Aguirre). No es buena costa, el "Pioneer" queda destrozado, y los hombres comienzan a tener problemas de salud. El mar invade la cueva donde viven, barriendo con todo, incluyendo las biblias. Así que se decide y, con el "Speedwell", navega hasta la isla Picton, donde pinta grandes mensajes para algún buque de auxilio, sobre los peñascos de Banner Cove: "Caven aquí abajo vayan a Spaniard Harbor marzo 1851" y debajo, entierra una botella conteniendo un mensaje.

Del 22 de junio es la última anotación en el diario de Williams. Sus últimas palabras: "La voluntad del Señor sea hecha". Bradcock es el primero en morir.

En julio, Gardiner escribe que hace siete semanas que están a ración reducida y que, últimamente, aún ésta ha sido limitada por la necesidad. En agosto mueren Edwin y Bryant.


El 4 de setiembre Allen Francis Gardiner hace la última anotación en su diario: "Alabanza a Dios, gratitud al prójimo".
 Allen fue el último en morir, y la primavera llegó sin que hubieran logrado compartir el evangelio de Dios ni siquiera a un indio yagán. Estos son algunos de los textos que escribió en su diario: «Señor, a tus pies vengo humildemente, y te entrego todo lo que poseo, todo lo que exige tu amor. La escasez es buena, porque todo es tuyo, cuídame en este tiempo de prueba. No permitas que piense como un quejoso. Permíteme sentir tu poder que da vida y aprenderé a adorarte mientras llevo tu cruz.»

El 29 de agosto de 1851, a los cincuenta y siete años, cuando el invierno llegaba a su fin, se despidió de su esposa y de sus hijos e incluyó estas palabras: «Si algún hermano estuviera dispuesto a cumplirme un deseo, le suplicaría que continúe la misión en Tierra del Fuego con vigor. Pero el Señor dirigirá y hará todas las cosas porque el tiempo y la razón pertenecen a él, sus corazones están en Sus manos…».
 
El capitán Gardiner murió en septiembre de 1.851. Las últimas líneas que escribió en su diario, el 6 de septiembre, fueron: «Nuestro querido hermano Maidment se marchó el martes por la tarde en busca de comida y todavía no ha regresado. Con seguridad ya debe de estar en la presencia del Redentor, a quien sirvió con fidelidad. En breve, y por la gracia de nuestro Señor, nos encontraremos todos para cantar alabanzas a Cristo por la eternidad. No tengo hambre ni sed, aunque ya hace cinco días tragamos el último bocado. Maravillosa bondad y amor hacia mí, un pecador».

 El 21 de octubre, la "John E. Davison" al mando del capitán William Smiley y con Piedra Buena como oficial, encuentra la "Speedwell" y los cadáveres de Williams y Pearce a bordo, y a Bradcock apenas sepultado en las inmediaciones. Se retira por un temporal sin haber encontrado a los demás.

En enero de 1.852, bajo la orden de la Marina, el barco «Dido», comandado por el Capitán Moorshead, guiado por las pinturas de las rocas de Pictón, encontró el velero Pioneer. Su tripulación enterró a los seis hombres y rescató el diario de la misión. Gardiner, el doctor, el maestro de la Palabra y los marineros murieron de hambre, frío y enfermedad.

Este hombre, de increíble voluntad, intentó evangelizar a los paganos de África, a los indios chilenos Araucana, a los nativos de Nueva Guinea, a los indios tehuelches del estrecho de Magallanes, a los indios caco de Bolivia y a los yaganes del Canal de Beagle. Por el rechazo que sufrió en todos estos lugares, se convirtió en el primer mártir de Tierra del Fuego.

Si se piensa en la época, en las condiciones en que viajó, los lugares por los que anduvo y las distancias que recorrió, se concluye que dar la vuelta en 80 días en globo, vendría a ser turismo de cinco estrellas.

Su misión no concluyó con su muerte; fue continuada por Despard, padre adoptivo de Thomas Bridges, quien fue el primer residente de Ushuaia...
Fuente: "Captain Allen Gardiner, sailor and saint", por Jesse Page. Ed. Patridge & Co.      

sábado, 27 de diciembre de 2014

El Regreso del Señor



Texto: Evangelio según San Lucas 19: 11-27 (parábola de las diez minas)

La mina era una moneda que equivalía a cien dracmas. Una dracma era el salario diario de un jornalero y equivalía casi a cuatro gramos de plata. La parábola tiene por finalidad expresar que, los que se hayan esforzado en el servicio del Señor recibirán premio y, los negligentes, castigo. Pero es importante que comprendamos que está referida a la segunda venida de Nuestro Señor, pues en el versículo 11 se nos dice que: “ellos pensaban que el reino de Dios se manifestaría inmediatamente”. Y puesto que los discípulos pensaban así, Jesús les tuvo que hacer saber que habría una demora. En el relato paralelo de Mateo 25, en el versículo 19 dice: “después de mucho tiempo vino el Señor”. En el texto que nos ocupa, Jesús se compara con un hombre de noble cuna que fue a un “país distante” para que lo nombraran rey y regresar después. Con el tiempo, los discípulos comprendieron que lo que el Señor quería decir era que Él tenía que ascender a los cielos para ocupar su trono allí, antes de poder regresar nuevamente a la tierra como Rey. La comparación misma con un viaje a un país distante, hace resaltar el hecho de que estaría fuera por largo tiempo. Cuánto tiempo sería, Jesús no lo dijo. Dios Padre retuvo la información del regreso de su Hijo con el fin de evitarnos los peligros de la tardanza. En Mateo 24:48-51 nos dice el porqué: allí se habla de un siervo malvado que se decía a sí mismo:-“Mi Señor tarda en venir”; y ¿qué es lo que hizo?, comenzó “a golpear a sus consiervos, y aún a comer y a beber con los borrachos”; por lo que nos dice la Palabra que:”Vendrá el Señor de aquel siervo el día que este no espera, y a la hora que no sabe, y lo castigará duramente, y pondrá su parte con los hipócritas; allí será el lloro y el crujir de dientes”. Es decir que, el ocultamiento de esta información, tiene como motivo que nos mantengamos vigilantes, preparados para el momento en que Él vuelva.

Se cuenta de una buena vecina que afectuosamente recriminaba a una ancianita que cuidaba una casa, por su celo en barrer y limpiar todos los días gastando sus pocas fuerzas, cuando sus patrones estaban ausentes la mayor parte del año. Ella le contestó: “-Como no se cuando vuelven, no quiero que me sorprendan con la casa sucia”. Y es así, hermanos y amigos, el Señor viene y no sabemos cuando, por lo que es necesario estar preparados, sin nada sucio ante su aparición. Para que muchos no nos sintamos tentados a seguir el ejemplo del siervo malvado del relato, el Padre Celestial dispuso que no conozcamos el momento en que regresará Jesús, porque de esta manera hay mayor posibilidad que seamos fieles si sabemos que debemos estar siempre alertas, listos en cualquier momento para recibirlo.
Pero aunque Jesús indicó que pasaría mucho tiempo, insistió repetidamente que su venida sería tan repentina como inesperada. Los creyentes fieles no serían tomados por sorpresa, porque ellos estarían esperando y trabajando, sin importarles lo mucho que se tarde la venida del Señor (Lc. 12:35-38). Solo serían sorprendidos si dejaban que sus corazones “se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida” (Lc. 21:34). En tal caso vendría de repente sobre ellos aquel día, inesperado “como un lazo”. Jesús nos advirtió en Lc. 21:36: “Velad, pues, en todo tiempo, orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre”. Y entre las últimas palabras de Jesús que recoge el Nuevo Testamento, se halla esta declaración: “¡He aquí, vengo pronto!” (Apoc. 22:7).
La Palabra de Dios nos advierte que algunos se burlarán diciendo: “¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación” (2 Pedro 3:4). Sin embargo, debemos recordar que Dios no mira el tiempo del mismo modo que nosotros, ya que “para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día” (2 Pedro 3:8). A nuestro Dios le interesa de manera particular la tardanza, ¿para qué? Para que los creyentes puedan seguir predicando el Evangelio y haya mayor número de personas que acudan al arrepentimiento. Los dones del Espíritu Santo constituyen a los miembros del Cuerpo de Cristo, que tiene como función hacer la obra que cada día crezca el número de los salvados. Si los creyentes son negligentes, no se hace la obra redentora, porque “¿cómo se convertirán si no hay quién predique?”. El Reino se establecerá con la venida del Señor, pero cada día se establece en aquel corazón en el cual Cristo pasa a reinar con su Palabra y su Espíritu Santo.
Por consiguiente, hermanos y amigos, tenemos que comprender que es bueno vivir en la tensión entre el “ya viene el Señor” y el “todavía no”. Jesús comparó el mundo del momento de su venida con aquel de los días de Noé: a pesar de las advertencias, de la predicación, de la construcción del arca y el juntar los animales, las personas no hacían caso, no se arrepentían y se burlaban de Noé, porque no creían que podía venir el juicio divino. El día del diluvio fue para ellos como cualquier otro día, hicieron planes para comer, trabajar y festejar; sin embargo, en ese día, el mundo que conocían llegó a su fin. Lo mismo ocurrirá con el mundo presente: va a seguir ciegamente adelante haciendo sus propios planes hasta el día en que Jesús regrese.
Tal como lo confirma Mt. 24:40-41: “estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será dejado. Dos mujeres estarán moliendo en un molino; la una será tomada, y la otra dejada”. Es decir, las personas estarán dedicadas a sus tareas diarias normales, y de pronto vendrá la separación entre los creyentes y los incrédulos.
Si bien el Señor no nos recomendó estar pendientes de las señales de su venida para que, de este modo, la Iglesia esté siempre preparada. Sin embargo nos dice en Mt. 24: 32-35: “De la higuera aprended la parábola: cuando ya su rama está tierna y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca. Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas. De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán”.Este pasaje es muy importante, en vista de que algunos burladores modernos, se empecinan en desmentir que nos hallamos en los últimos tiempos y que el regreso del Señor está cercano. Para ellos el aumento de la delincuencia y la inseguridad, las guerras, terremotos y otras señales, no tienen nada de particular respecto a otras épocas históricas. Terminan repitiendo como el siervo malvado de la parábola: “Mi Señor tarda en venir”. Pero si el constante movimiento mundial hacia la unificación económica y política no fuera suficiente para llamar poderosamente nuestra atención (vean cuanta similitud hay entre la globalización y Babilonia la Grande de la profecía), si lo deben hacer estas palabras enfáticas del Señor Jesús: "El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán". Las señales anunciadoras del fin, fueron pronunciadas en el contexto de la caída de Jerusalén, lo que efectivamente se lleva a cabo en el año 70 de nuestra era por las huestes romanas del emperador Tito que destruyen la ciudad y el templo, ¡cuarenta años después y de manera precisa como lo predijo el Señor!. Un hermano expresó en una oportunidad: la higuera es el pueblo de Dios; los brotes son las señales ¡pero el verano es el Señor mismo!; así que, más allá de las señales, nuestra gran seguridad es que ¡el Señor viene!, aunque se tarde, como el florecimiento de la higuera en el verano, ¡Maran Athá!.
No queremos ser alarmistas, pero las señales del regreso del Señor se están cumpliendo a un ritmo vertiginoso, y los cristianos no parecen muy entusiasmados con ello. Se cuenta que, en cierta ocasión, un predicador hizo esta pregunta a su congregación:-“¿Cuántos de ustedes quieren ir al Cielo? ¡Pónganse de pie en sus lugares!”. Sin dudarlo un momento, todo el auditorio se puso de pie. El predicador les dijo entonces:-“¿Cuantos quieren ir ahora mismo?”. Aturdidos ante la inesperada pregunta, todos volvieron rápidamente a sentarse en sus lugares. Muchísimos cristianos son como los del relato: cantan fervorosamente himnos relacionados con el tema de la segunda venida, pero prefieren que el regreso del Señor se retarde lo suficiente. Hablamos del Cielo mientras trabajamos más para este mundo que para el Señor, sin darnos cuenta que es imposible tener un verdadero gozo en la esperanza celestial y decir “venga tu reino”, cuando a la vez estamos profundamente absorbidos por la tierra.
El regreso del Señor tendría que ser uno de los eventos que más reconforta a un cristiano. Debemos velar y amar su venida, aún más allá de esperarla. La Palabra de Dios nos exhorta a que estemos alerta, pues vendrá de repente y falta muy poco para que este evento se cumpla. Debemos tener en cuenta que, si la recompensa del Señor será grande, también lo será el castigo para todos aquellos que no supieron apreciar el perdón que Dios ofrece en el sacrificio de Cristo durante este tiempo de gracia. Por lo tanto, si alguien no es del Señor, que no pierda tiempo y acuda a Cristo ahora, no pierda esta oportunidad, pues se termina la época de la gracia, y el Señor viene a buscar a quienes hayan puesto su fe y confianza en Él como Salvador personal y Señor de sus vidas. Los creyentes deben vivir cada día expectantes de su aparición afirmando sus corazones en santidad delante de Dios. Lo cual implica que deben mostrar la realidad de una vida separada de todo aquello que no agrada al Dueño de sus almas.
Sería beneficioso reflexionar que virtudes tiene para nosotros el pensamiento del regreso del Señor, si lo estamos esperando de forma pasiva; si motiva nuestras vidas haciéndonos más fieles, más consagrados, más cuidadosos de nuestras acciones públicas y privadas; si nuestros corazones arden frente a este evento. Confrontemos nuestras vidas cada día con la voluntad del Señor expresada en las Sagradas Escrituras; familiaricémonos con ellas, lo que redundará en la santidad que conviene y corresponde ante Dios.
Hermanos queridos ¡qué gloriosa esperanza! El Señor viene como ladrón en la noche, pero nosotros no estamos a oscuras, porque somos “del día”. Estemos preparados pues, para que cuando Él venga sin aviso, nos encuentre con aceite en las lámparas.

(Pablo Claudio Salvato

       09/02/1999)

NUEVA INCARDINACIÓN Y ACOLITADO EN LA CONGREGACIÓN MARÍA ROSA MÍSTICA (por Daniel do Campo Spada - Notas Cristianas)




En la última misa del año antes de la Navidad, Monseñor Gustavo Gabucci dio la incardinación al Presbítero David Tejada y el acolitado a Pablo Salvato que culminan un año de importantes modificaciones en la Congregación María Rosa Mística, Misión ICAB en la Argentina. Junto a la acción pastoral en Santiago del Estero, Tucumán, la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires y la República Bolivariana de Venezuela los nuevos integrantes del clero refuerzan el carisma.
El Padre David Tejada, tiene su parroquia Nuestra Señora de Urkupiña en la localidad de Guernica, donde ha sido nombrado Superior Local, completando la tarea del Padre Maximiliano Torres, Superior Regional de la Provincia de Buenos Aires. Tejada tiene una larga trayectoria en la Iglesia Católica Nacional y ha tenido un amplio desarrollo en la formación de Boy scouts.
Además, se le otorgó el acolitado a Pablo Claudio Salvato, de solida formación teológica, filosófica y pastoral que se incorpora a las Iglesias Nacionales que siguen el carisma de San Carlos Duarte Costa. Su tarea pastoral la desarrolla en el barrio de Floresta donde dispone del oratorio Verbo Redentor. Administra un completo sitio web (http://verboredentor.jimdo.com) en el que el creyente encuentra material profundo, de oración y de formación. En la ceremonia fue acompañado por su señora esposa.
Entre los presentes estuvo la visita de la hermana Laura de la Biblioteca Padre Mugica de la localidad de Hudson que oportunamente fundara con Padre Leo, en el Partido de Berazategui que desarrolla una importante tarea educativa con la comunidad.

     

El Testamento Nuevo de nuestro Señor y Salvador Jesucristo (Juan Pérez de Pineda, 1556)



El Nuevo Testamento por Francisco de Enzinas, publicado en Amberes 1543.



La Reina-Valera en la versión de 1909


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La Reina Valera edición de la Sociedad Bíblica Americana de 1865, original en formato digital


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La Reina Valera revisión de Lorenzo Lucena de 1862, original en formato digital


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Biblia del Cántaro, edición de Cipriano de Valera de 1602, original en formato digital



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La Biblia del Oso, edición de Casiodoro de Reina de 1569, original en Formato Digital


Click aquí > La Biblia del Oso 

William Case Morris

 
Su frase lema fue: "Pasaré por este mundo una sola vez. Si hay alguna palabra bondadosa que yo pueda pronunciar alguna noble acción que yo pueda efectuar diga yo esa palabra, haga yo esa acción AHORA, pues no pasaré mas por aquí...".
William Morris nació en Cambridge, Inglaterra, el 16 de febrero de 1864. Su padre, de condición humilde, era un predicador no afiliado a la iglesia oficial inglesa. Cuando William tenía apenas 4 años padeció el infortunio de la muerte de su madre. Su padre decidió entonces unirse a un contingente de emigrantes que emprendían un viaje hacia América. En 1872 llegó a Paraguay junto a su padre y tres hermanos. Debido a que la empresa que los había traído y contratado se desintegró ni bien llegaron, la familia Morris se movió hacia el sur afincándose en una zona rural en la provincia de Santa Fe en Argentina (1873)
Aquí, las penurias económicas agobiaban a los Morris. William, que de pequeño demostraba su interés por la lectura, apenas si tenía tiempo para dedicarse a ella ya que debió trabajar como granjero y luego como empleado doméstico. En 1886, ya con 22 años, el autodidacta Morris, quien había apenas completado su tercer año de instrucción en Inglaterra, se mudó a Buenos Aires. Instalado en la zona del puerto, comenzó a ganarse la vida pintando barcos.
Allí, en el Barrio de la Boca, en lo que William Morris describió como "el peor barrio de Buenos Aires",comenzó a congregarse en la Iglesia Metodista local. La Boca, por ese entonces era un conglomerado plagado de conventillos, inmigrantes pobres, desilusionados, y de niños que no tenían más perspectiva que la de mayor pobreza, promiscuidad y delincuencia. Este cuadro de terrible indigencia movilizó a Morris. Con el poco dinero con que contaba alquiló un pequeño y descuidado conventillo y abrió un humilde comedor para los niños de la calle. En ese mismo lugar abrió una escuela dominical de la que se ocupaba personalmente. Los niños -dijo Morris- "recibirían pan para el cuerpo y el alma".
En 1889 fue ordenado predicador de la Iglesia Metodista de La Boca. Se casó con Cecilia O’Higgins con quien tuvo un hijo que falleció prematuramente. Este luctuoso suceso, lejos de derrumbarlos, los impulsó a la dedicación completa a su vocación. Además de dedicarse a la obra con los niños, que hacia 1893 contaba con una asistencia diaria de cerca de 150, ayudaba y predicaba a marineros, inmigrantes y otros desposeídos.
El éxito de su misión provocó una fuerte reacción del clero local. Influenciados por este, los fieles y adinerados católicos no aportarían recursos, al tiempo que influían negativamente sobre las autoridades. Ante esta situación William Morris se vio en la necesidad de viajar a Inglaterra para juntar dinero. Allí tuvo la oportunidad de visitar la tumba de su padre que había regresado a su patria, y de conseguir apoyo financiero de empresarios y otros hermanos evangélicos.
En 1897 se sumó a la Iglesia Anglicana, ordenándose diácono y luego Presbítero, por el entonces Obispo de las Islas Malvinas, el Rvdo. Waite Hocking Stirling. Consiguió así que su obra sea patrocinada por la Sociedad Misionera Sudamericana, fundada por Allen Gardiner. De regreso a Buenos Aires, en 1898 rentó una casa en el barrio de Palermo, distante unos pocos kilómetros al norte de la Boca y que exhibía por ese entonces características sociales similares. Esto lo hizo según se lo sugiriera el Consejo Nacional de Educación, ante quien William Morris había presentado un proyecto formal.
Allí continuó la obra que había iniciado años antes. Se acercó a los niños pobres de la calle, les dio higiene, ropa y calzado. Y hecho esto, empezó el verdadero y más importante objetivo: Brindarles amor y educación. Fundó una escuela gratuita para niños varones que pronto llegó a tener 220 alumnos, y una de niñas que llegó a tener cerca de 200. Al poco tiempo abrió una tercera escuela, y para 1899 sus alumnos ya se contaban en 600.
Para 1904 las "Escuelas Evangélicas Argentinas" contaban con una matrícula de más de 2.700 alumnos. Además de la enseñanza gratuita se instituyeron complementos como por ejemplo reparto de ropa, alimentos y asistencia médica. Luego de 10 años de presencia en Palermo y sus alrededores, las Escuelas Evangélicas Argentinas ya pasaban los 5.300 alumnos.
El proyecto educativo estatal tuvo como meta principal la integración social, la construcción de una identidad nacional. La ausencia del Estado educador en la formación laboral generó que mano de obra calificada de técnicos y obreros se importaba del extranjero, igual que los productos industriales. La educación estatal no transmitió una ética del trabajo, ni puso énfasis en la capacitación del trabajo artesanal e industrial.
Las Escuelas Evangélicas de W. Morris ofrecían una formación enciclopédica similar a las escuelas estatales, sumando contenidos de ética cristiana y de ciudadanía responsable y activa. En la formación profesional, es donde las Escuelas Evangélicas Argentinas ofrecieron una verdadera alternativa. En 1901 se inauguraba el Instituto Evangélico Industrial, que contaba con talleres de carpintería, ebanistería, herrería, mecánica, electricidad, zapatería, sastrería, con cursos para jóvenes y adultos. Además se formaban técnicos contables, dactilógrafos, taquígrafos, estudios en inglés y una sección especial que era la Escuela de Telegrafía.
El aprendizaje teórico se realizaba en el trabajo, y el instituto se transformó en un centro de formación y producción que proveía a las necesidades de los institutos y colocaba trabajos a pedido para grandes tiendas. La salida laboral, rápida y efectiva de los egresados, significó un proceso de movilidad social y crecimiento personal, entre familias que provenían de zonas marginadas de la ciudad. El éxito de las escuelas de Morris en este sentido, llevó a que el diputado católico Ponciano Vivanco, presidente del Consejo Nacional de Educación, afirmara en 1902: "Hay que lamentar que no haya cincuenta o cien mil personas como Morris en la Argentina"
En un contexto político que de manera sistemática restringía la participación y el protagonismo en la vida cívica a amplios sectores de la sociedad, las escuelas evangélicas intentaban construir rutinas y prácticas pedagógicas, que pugnaban por conformar una sociedad más democrática. En ese sentido, las instituciones educativas, se sumaban a gran cantidad de asociaciones filantrópicas, literarias, patrióticas y sindicales, que buscaban la creación consensuada de un nuevo tipo de organización para la sociedad argentina. Las escuelas evangélicas de W. Morris estimularon la intervención activa de alumnos, docentes, familias, organizándola y expresándola en formas no oficiales.
Las prácticas democráticas fueron ensayadas en el seno de las escuelas tanto por la sintonía con las ideas del liberalismo político como por una interpretación de las ideas sociales derivadas del cristianismo. De esa manera se rechazaba la argumentación católica que presentaba a la democracia como reñida con las ideas cristianas, y se afirmaba que ese punto de vista era la continuación de la legislación y prácticas coloniales. La democracia, desde la revista cultural La Reforma que dirigía Morris, se sostiene con fundamento bíblico y en los conceptos teológicos del sacerdocio universal de los creyentes y la responsabilidad personal.
A pesar de la fuerte oposición de la Iglesia Católica, que hizo cuanto pudo para frenar el progreso de la “educación protestante” hubo personalidades de renombre que apoyaron la obra de William Morris. Algunos Presidentes como Bartolomé Mitre, Julio A. Roca, Marcelo T. De Alvear, el ministro y luego Juez de la Corte Suprema Antonio Sagarna y el presidente del Consejo de Educación Juan Cárcamo.
La política argentina pasó por un tiempo de extrema corrupción y oscuros contubernios que los historiadores dieron en llamar "La Década Infame". En esta época la obra de Morris fue afectada por los avatares de la crisis. Para 1932 las Escuelas Evangélicas Argentinas tenían unos 7100 niños y unos 200 maestros, además del resto del personal. El gobierno nacional disminuyó drásticamente el apoyo y la obra se resintió. Para ese entonces, la salud de Morris estaba severamente deteriorada. Casi a punto de morir retornó a Inglaterra. Antes de ello, le encargó a su amigo y Juez de la Corte Suprema, el doctor Antonio Sagarna, que intercediese ante el presidente Agustín P. Justo, para que pagase las deudas de las escuelas.
El 15 de septiembre de 1932, tomado de la mano de su fiel compañera Cecilia, el filántropo, educador, y pastor partió a los brazos del Creador a quien había servido. La vida de Jesucristo se manifestó a través de William C. Morris y el impacto de esta vida en otras personas, se refleja en la leyenda puesta en su lápida:"Fue una de esas vidas que dulcemente obligan a creer en Dios", y otra dice: "La senda de los justos es como la aurora que va en aumento hasta que el día es perfecto".

http://elalfaylaomega-elprograma.blogspot.com/2011/02/william-case-morris.html

miércoles, 24 de diciembre de 2014

¡Tú llenas mi boca de alabanza !


Te invito a que dediques un tiempo devocional semanal para alabar, adorar y agradecer a Dios por lo que Él es, haciendo memoria de sus maravillas, olvidándote completamente de ti. Si no encuentras palabras, la Biblia es un "Canto de Alabanza a Dios", puedes orar leyéndola. Recuerda que Él te promete: "Abre tu boca y Yo la llenaré" (salmo 81:10).  Por ejemplo: "Todo lo que respira alabe a Jehová" (salmo 150), "¡Oh Jehová, cuán grande es tu Nombre en toda la tierra!", "¿Qué es el hombre para que tengas de él memoria?" (salmo 8 ),"Postraos delante de Jehová en la hermosura de su Santidad", "Alégrese el campo. canten los árboles...porque viene a juzgar a la tierra" (1º Crónicas 16).
Veamos que nos cuenta la Biblia con respecto a orar alabando a Dios. El apóstol Pablo, azotado y herido, fue arrojado a la cárcel. Sin importarle su condición personal, comenzó a cantar y alabar a Dios.
El profeta Habacuc debió aprender a alabar a Dios, aunque Él no cambió la situación dramática que vivía su sociedad. Lo primero que hizo fue elevar sus quejas a Dios, ya que su corazón estaba destrozado por lo que cada día vivía. "Llamo y no oyes, te pido ayuda a causa de la violencia y no salvas. Destrucción, pleitos, contiendas, la ley es debilitada, el juicio se detiene o sale torcido porque el malvado asedia al justo. ¿Porqué toleras al que actúa pérfidamente y callas cuando el malvado destruye el justo?".
Como Habacuc anhelaba discutir con Dios sus razones, tomó una decisión:"En mi puesto de guardia estaré y sobre la fortaleza afirmaré el pié y velaré para ver lo que Él me dirá y lo que he de responder cuando sea reprendido". Jehová lo escuchó y lo instó a tener paciencia, dándole visión de lo que iba a ocurrir. Le dijo que: "El justo por la fe vivirá". Respondió Habacuc, desistiendo de discutir y alabando a Dios: "He oído tu Palabra y temí, me estremecí, temblé ante tu Majestad...Aunque no haya higos, aceite, uvas, ganado, etc., con todo yo me alegraré en Jehová y me regocijaré en el Dios de mi salvación. Él hará mis pies como de ciervas y me hará andar sobre mis lugares altos".
Si no puedes alabar a Dios por lo que Él es, díselo en oración. Él te responderá, y te enseñará a vivir por fe, te dará pies como de ciervas y te hará andar sobre lugares altos. Y así vas a decir, como el salmista:"¡Gracias Dios mío! ¡Tú llenas mi boca de alabanza!".

(Elena Sanfilippo Ceraso
         28/09/2013)

La Prosperidad


"Amado: yo deseo que seas prosperado en todo ASÍ COMO prospera tu alma" (3ª Juan 2).

Job ¿me amas?

Job era un hombre perfecto, recto, temeroso de Dios, apartado del mal, y el mas grande
de todos los orientales ya que Dios lo había bendecido. Creía que "amaba" y "conocía" a Dios, hasta que: Satanás le dijo a Dios:- ¿No le has levantado una valla a él y a su casa? Extiende tu mano y toca todo lo que tiene y verás si no blasfema contra Tí. Y Dios le permitió a Satanás que actúe, perdiendo Job los hijos, lo material y su salud. Su esposa y sus amigos lo humillaron y lo criticaban por su fe. Pero gracias a que pasó por esta tribulación "conoció" a Dios y se arrepintió diciendo: "Yo sé que todo lo puedes y que no hay pensamiento que se esconda de Tí. De oidas había oído de Tí, mas ahora mis ojos te ven, por tanto me aborrezco y me arrepiento." Esto es: prosperó espiritualmente (luego recuperó todo).

Pedro ¿me amas?

Pedro creía estar firme cuando Jesús le dijo que Satanás lo había pedido para zarandearlo. No se hizo problema, ¡él iba a poder!. Terminó negando a Jesús tres veces por temor a que lo maten. Luego de esa tribulación, prosperó espiritualmente y dió su vida por Jesús. 

N. N. (pon aquí tu nombre) ¿me amas?

Aún cuando: - te quedes sin trabajo mucho tiempo - pierdas a tus hijos. /El himno "Tengo paz en mi ser" (también conocido como "Estoy bien. Gloria a Dios") fué escrito por Horatio Spafford quien perdió, primero a su único hijo varón, y luego a sus cuatro hijas en un naufragio./ - te aparece invalidez física permanente - te roban un hijo o una hermana - te enfrentas a la muerte para no renunciar a Jesús. Anneken de Jans prefirió morir ejecutada por ahogamiento antes de renunciar a Jesús dejando a su bebé Isaías solo. Ahora, te ruego que leas el evangelio que nos dejó Jesús en Mateo 5:1-16: "Bienaventurados los pobres de espíritu, los que lloran, los que tienen hambre y sed de justicia, los que padecen persecución, cuando por mi los vituperen, persigan y mientan de ustedes. GOZAOS Y ALEGRAOS PORQUE VUESTRO GALARDÓN ES GRANDE EN LOS CIELOS". Conocí al Rev. Richard Wurmbrand, autor del libro "Torturado por Cristo". Por las torturas que padeció quedó en silla de ruedas y sin poder calzar zapatos. Hoy queman vivos a cristianos por su fe ¿estás orando por estos hermanos mártires para que resistan y sean fieles hasta la muerte?; porque si lo haces estás prosperando espiritualmente.

"EXAMINAOS A VOSOTROS MISMOS PARA VER SI ESTÁIS EN LA FE" (2ª Corintios 13:5).




(Elena Sanfilippo Ceraso
          28/09/2013)

No se dormirá el que te guarda


Lecturas: Salmo 23 y 121

Inseguridad. Inseguridad por aquí, por allá. . . Inseguridad mundial, nacional. . . Inseguridad por conflictos religiosos, por terrorismo, por reclamos sociales. . . Inseguridad dentro de la casa y fuera de ella, en las calles, en los medios de transporte, en las plazas, en el trabajo, etc.

¿Existe algún lugar completamente seguro?. ¿Quién no reclama hoy por seguridad?. Los medios de comunicación hablan de inseguridad todo el día y cada día. ¿Alguién puede vivir tranquilo?. Temor y desconfianza son los compañeros de ruta de cualquier persona en estos tiempos.
Recuerdo que de pequeña escuchaba a los adultos proyectar a largo plazo, tenían la convicción de vivir mucho tiempo. Eran tiempos tranquilos, seguros, calmos. Hoy una persona no sabe que va a ser de ella al terminar el día. Y como una forma de dismiuir los riesgos, compran todo tipo de seguros, que dan un poco de tranquilidad y compensan en parte, por posibles pérdidas.
Pero la inseguridad es más profunda, alcanza a todas las áreas de la vida: física, emocional y espiritual. Viene acompañada de muerte, división familiar, destrucción, odio, depresión, dolor, angustia, problemas económicos, etc.
Pero, ¿qué nos dice el Señor Jesús?. "Porque se levantará nación contra nación. . . y serán pestilencias y hambres y terremotos por los lugares. Y todas estas cosas principio de dolores, y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se resfriará. Vendrán muchos en mi Nombre y a muchos engañarán. . . "
¿Con qué fin el Señor Jesús nos da un panorama tan desalentador, dramático, angustiante de estos tiempos? ¿Pretende que se originen en nosotros pensamientos oscuros, o que el pánico nos domine? ¡NO!. El Señor Jesús no es como los falsos profetas que vaticinan paz, amor y unidad mundial, engañando a la gente con falsas esperanzas. Nos dice la verdad de lo que ocurrirá en el mundo, pero también nos ofrece una solución personal: que nos acerquemos a Él buscando la seguridad que tanto anhelamos, que escuchemos su voz y que creamos sus promesas.
Nos dice en Juan 14: 33 "Estas cosas os he hablado para que en Mi tengáis paz, en el mundo tendréis apreturas, mas confiad, Yo he vencido al mundo.
"Mirad que no os turbéis" (Mt. 24:6).
"La paz os dejo, mi paz os doy, Yo no la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón ni tenga miedo" (Juan 14:27).
"He aquí Yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin del mundo" (Mt. 28:20).

Invitación:
Te animo a que pruebes una medicina eficaz. Ahora mismo, arrodíllate a los pies del Señor Jesús y ábrele tu corazón y cuéntale de tus inseguridades. Lee en silencio y luego en voz alta los salmos 23 y 121, trata de memorizarlos de a poco. Recítalos cada día hasta que "me siento insegura" sea reemplazado por "con el Señor Jesús estoy segura".

Meditación:
¿Cómo influyen en tu vida los siguientes versículos?:
"Guiólos con seguridad que no tuvieron miedo" (Salmo 78:53).
"No se dormirá el que te guarda" (Salmo 121).

Decisión personal:
Decido decirle SI al Señor Jesús
___(escribe aquí tu nombre)___: No temas, cree solamente. (Lc. 8:50).




(Elena Sanfilippo Ceraso
         28/08/2013)

Nuestros vientos personales


Lectura: Mt. 14:22-33 > Jesús anda sobre el mar

Era de noche. Y ya la nave con los discípulos estaba en medio de la mar, atormentada de las ondas, porque el viento era contrario . . .  Y descendiendo Pedro de la nave anduvo sobre las aguas para venir a Jesús. Pero de pronto . . . tuvo miedo.
Pedro al ver el problema: el fuerte viento soplando, que lo hundía y lo llevaba a la muerte clamaba: - ¡Señor, sálvame!.
Al momento, Jesús le extendió la mano y asió de él. Pero, la pregunta clave, fue: - ¡hombre de poca fe: ¿ por qué dudaste?!
La misma pregunta nos hace a nosotros el Señor Jesús, cuando enfrentamos vientos personales: problemas económicos, familiares, de salud, etc. Pensamos que son gigantes, poderosos, que nos hunden, y tenemos miedo. Y a veces, ni siquiera hacemos lo que hizo Pedro: clamar al Señor Jesús. Y Él está ahí esperando que lo llamemos para extender su Mano y salvarnos. "Hombre de poca fe", dijo el Señor. Pero a veces, las dificultades que nos azotan como vientos, nos dejan sin fe, nos alimentan las dudas: ¿me escuchará el Señor?, ¿podrá ayudarme?.
Olvidamos sus Promesas. Tampoco recordamos su eterno Amor por cada uno de nosotros y que ¡resucitó!; y que está intercediendo delante del Padre por tí y por mi, de día y de noche, ¡las 24 hs.! ¡No se dormirá el que te guarda! (Salmo 121:3).

Meditación:
"Venid a Mi todos los que estáis trabajados y cargados y Yo os haré descansar" (Mt. 11:28).
"He aquí Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo"(Mt. 28:20)

Invitación:
¡Si podemos!. Podemos andar sobre las aguas como lo hizo el Señor Jesús y como el buen intento de Pedro. El secreto: no fijar nuestros ojos en los vientos personales que soplan con fuerza para derribarnos, no temer ni dudar.
Te invito a poner los ojos en el Señor Jesús y que intentemos caminar sobre las aguas.
Él nos ama . . . y espera.

(Elena Sanfilippo Ceraso
         11/04/2008)


martes, 23 de diciembre de 2014

Folleto de Navidad

Este hermoso folleto lo realizó mi esposa Elena para ser repartido en esta Navidad.
























La Plática de los Mellizos no nacidos

 (La plática de un par de mellizos dentro del vientre de su madre…)
—Dime —dice uno de los mellizos al otro—, ¿tú en realidad crees que hay vida después del nacimiento?
—¡Claro que sí! Aquí adentro crecemos y somos preparados para lo que vendrá allí afuera —contesta el otro mellizo.
—¡Puras tonterías! —contesta el primero—. No puede haber vida después del nacimiento. ¿Qué forma tendría?
—La realidad es que yo tampoco comprendo cómo será. Pero me es cierto que va a haber mucho más luz que aquí adentro. Tal vez podremos hasta caminar y comer con nuestra boca.
—¡Jamás oí una tontería igual! ¿Comer con la boca? ¡Qué idea más absurda! Tú sabes que el cordón umbilical nos alimenta. ¿Cómo podríamos caminar? El cordón umbilical es demasiado corto.
—Estoy seguro que es posible. Es que todo será algo diferente.
—¡Estás loco! Nadie ha regresado jamás después del nacimiento. La vida termina con el nacimiento. Y punto final.
—Yo sé que nadie sabe cómo es la vida después del nacimiento. Pero de una cosa estoy cierto; veremos a nuestra madre y ella nos cuidará.
—¿Madre? ¿Será que tú crees en una madre? ¿Dónde está ella?
—Ella está aquí, nos rodea. En ella y por ella existimos y vivimos. ¡Sin ella, sería imposible que nosotros existiéramos!
—¡Tonterías! Nunca he sentido la presencia de una madre. Por consiguiente, no puede existir.
—¡Sí, existe! Lo cierto es que si estamos muy quietitos podemos escucharle cantar, o sentir cómo acaricia nuestro mundo.
Autor desconocido

Reflexión sobre la Muerte

 
Un hombre enfermo se preparaba para salir del consultorio del médico que lo estaba examinando y dijo:
-”Doctor, me asusta la muerte... ¿dígame qué hay al otro lado?”
Muy suavemente el doctor dijo: “No lo sé.” 
-¿No lo sabe? Usted es cristiano y no sabe qué hay del otro lado?!!
El doctor tomó la manilla de la puerta... 
Del otro lado se sentían como rasguños y gemidos y cuando se abrió la puerta, un perro entró en el cuarto, saltó sobre el médico y con gran alborozo comenzó a lamerlo lleno de alegría. El médico se volvió hacia su paciente y dijo: 
-”¿Vio lo que hizo mi perro? Él nunca había estado en este cuarto antes. No sabía qué había adentro. Solo sabía que su dueño estaba allí y cuando se abrió la puerta, saltó sin ningun temor”.
Yo sé muy poco de lo que hay del otro lado de la muerte... 
pero sí sé una cosa: ¡Que mi Dueño estará allí y eso me basta!