He
decidido añadir estos sencillos pensamientos, para ti, que amas a
Dios y tratas de serle fiel andando cada día, en EL Camino que es
Jesús.
Es
mi deseo que la lectura de esta Serie: Con Amor Eterno te he amado,
no te haya causado dolor o abierto viejas heridas. Heridas cerradas
en falso, que no han sido sanadas por el Señor Jesús. Heridas
relacionadas con la imposibilidad de tener
hijos, cualquiera sea el motivo.
Tal vez, de igual modo que a mí,
Dios no te concedió tu petición de un hijo. Pero recuerda que Él
es el Dador de Vida.
¿Qué
puedo cuestionarle yo, simple vaso de barro a mi Alfarero?
Señales
VIVAS, estimada Hermana en la Fe. Somos Señales Vivas de Dios para
testificar al mundo del Amor de Nuestro Señor Jesucristo.
Pero... me dirás, ¡Dios no me dio hijos!
¡Tremendo
tema! ¡Cuánto sufrimiento! ¡Cuántas preguntas a Dios sin aparente
respuesta de su parte! ¡Cuántas esperas angustiantes!
¡Cuántas
crisis de Fe!, cuando Dios le dice NO a un matrimonio fiel que se
humilla ante Su Presencia derramando su corazón en su clamor.
¿Por
qué a nosotros? ¿Por qué? ¿Por qué?...
Dios
demanda de aquellos a quienes les da como HERENCIA hijos, que sean
instruidos en EL Camino que es Jesús para que, aún en la vejez, no se aparten. El Señor espera que los lleven delante de Su Presencia
para ser consagrados a Él y recibir su Bendición.
Dios
espera, que esos padres se ocupen de que ese niño crezca y se
fortalezca y se llene de Sabiduría divina para que su Gracia esté sobre Él.
Esos
padres, un día tendrán que presentarse delante del Juez y dar
cuenta de qué hicieron con la Herencia que les dejó en cuidado y
como Señal divina en la Tierra.
Pero
volviendo a nosotras, a quienes Dios dijo NO, ¿no nos demandará
nada?
No
ser padres también implica una tremenda responsabilidad ante Dios.
Porque no nos deja sin Herencia.
Tiene para nosotras una demanda
especial pero no menos importante. No sólo nos demanda el tiempo
personal que cada día le dedicamos, sino también TODO el tiempo que
le dedicaríamos a la crianza de hijos, si los tuviéramos. TODO ese
tiempo nos exige Dios a nosotras, es decir, que Él desea que estemos
las 24 horas a su Servicio. Es más o menos así:
Elena,
deseo que te consagres completamente a Mí, que andemos juntos como
compañeros. Anhelo escuchar de tus labios:
Heme
aquí, Señor, se cumpla en mí Tu Voluntad.
La
HERENCIA que Dios quiere encomendarnos exige de nosotras
consagración, amor. fidelidad, obediencia, renuncia, perseverancia,
comunión,…
Ahora
mismo, pídele perdón a Dios por no haber comprendido qué espera
de ti y dile que deseas redimir el tiempo.
Póstrate
delante del Trono de su Gracia y di como el salmista:
¡Hazme
entender y tu Palabra será mi delicia! Perdóname Dios mío,
porque me has salido al encuentro con Bendiciones de Bien y no las
recibí pues esperaba recibir de Tí, otras bendiciones.
Me
consagro completamente a Ti
¿Qué deseas que haga, Mi Señor?
¿Qué
Herencia tienes reservada para encomendarme, que sea una Señal Viva
en el mundo y que testifique del Señor Jesús?
Elena Sanfilippo Ceraso
viernes 27/04/2018