domingo, 24 de septiembre de 2017

LA ORTODOXIA EN GRAN BRETAÑA


Una breve descripción  del cristianismo céltico

Los comienzos del cristianismo en Gran Bretaña se pierden en las nieblas de la historia. La tradición dice que San José de Arimatea fundó la primera comunidad cristiana en la última parte del primer siglo. Una cosa es segura, cualesquiera que sean los orígenes, a finales del siglo II el cristianismo estaba firmemente establecido entre los pueblos celtas de la parte controlada por los romanos de las Islas Británicas. Sin embargo, en pocos años las poblaciones celtas cristianas de Gran Bretaña y Europa del noroeste fueron invadidas y en algunos casos virtualmente destruidas por las sucesivas oleadas de tribus germánicas y Europa occidental descendió al período de la Edad Oscura. Sin embargo, algunos hombres y mujeres notables, encendidos por el amor de Dios y su Santa Iglesia, mantuvieron viva la fe cristiana y comenzaron la re-cristianización de Europa Occidental.
 El cristianismo celta siempre ha estado marcado por una estrecha relación con la antigua Iglesia arraigada tanto en el Antiguo Testamento como en las tradiciones del Evangelio. Los servicios diarios con lecturas extensas de la Escritura, especialmente los Salmos señalaban el culto celta. La Biblia fue tan profundamente amada que se puso gran énfasis en la copia de Biblias con ricas y elaboradas iluminaciones. Contrariamente a la tendencia latina al legalismo y al escolasticismo, el cristianismo celta ha sido marcado por un enfoque en el enigma de Dios y la maravilla mística de ver Su presencia dentro de las maravillas de Su Creación. La celebración de la bondad de la Creación y la "rendición" a la soberanía mística de Dios hace que la tradición celta sea más susceptible a la tradición teológica Apóftica (centrada en la naturaleza incognoscible de Dios) del cristianismo ortodoxo que a la Katapática (la idea de que Dios es Conocible a través de la razón humana) del catolicismo romano tardío.
Las raíces del monasticismo celta se pueden encontrar en los padres del desierto de la iglesia del este. Las vidas y escritos de figuras tan inspiradoras como San Antonio (251-356) y su lucha con las fuerzas del mal en el desierto sirvieron de inspiración a los Padres monásticos al salir de sus hogares para enseñar el Evangelio, difundir la Iglesia y Viven en "exilio del desierto" entre los pueblos paganos de Ucrania a Islandia. Para nosotros las actividades más notables eran entre la gente irlandesa y escocesa. Los grandes santos celtas como San Patricio, San Ninian y San Columba establecieron una tradición cristiana entre los celtas paganos y más tarde los sajones de las Islas Británicas que todavía resuenan con la energía y la espiritualidad de la Iglesia primitiva. La recuperación de la rica espiritualidad de la tradición celta es una parte vital del ethos de la Ortodoxia del Rito Occidental. Es particularmente valorada como la herencia espiritual de la Iglesia Ortodoxa de San Columba.

El Rito Occidental en la Santa Ortodoxia 

Antes del año 1054 no habría habido dificultad en declarar que el Rito Occidental de la Iglesia no dividida era simplemente el uso de las iglesias de habla latina. El rito utilizado por los cristianos en Escocia, Irlanda e Inglaterra, era tan ortodoxo como el utilizado en Constantinopla. En los primeros mil años de la cristiandad, todas las iglesias que estaban en comunión con los Cinco Patriarcados (Constantinopla, Jerusalén, Antioquía, Alejandría, Roma) eran ortodoxas. Después de 1054, y más precisamente, después de la conquista normanda (1066) de Inglaterra, las Iglesias de Occidente fueron arrastradas al Gran Cisma del Patriarcado Romano lejos de la Unidad de la Iglesia Ortodoxa. La Liturgia Occidental vino a reflejar los errores Papales e incluso incorporó el Filioque en el Credo Niceno con otras aberraciones.
La restauración de un rito occidental corregido y verdaderamente ortodoxo a la Santa Ortodoxia en los Estados Unidos no fue originado por laicos o por el clero ordinario. La visión del Rito Occidental como una parte esencial de la Misión Ortodoxa en América perteneció al Arzobispo Tikhon de la Arquidiócesis Americana bajo el Patriarcado de Moscú. Hace unos noventa años examinó el Libro Anglicano de Oración Común existente y lo envió al Santo Sínodo de Moscú. Esa Liturgia, derivada del antiguo uso del Occidente Ortodoxo, y expresada primero en inglés en la edición de 1549 por la autoridad del rey Eduardo el Sexto de Inglaterra, fue corregida y aprobada por el Santo Sínodo para el uso de la Iglesia Ortodoxa.
En los años siguientes, el bendito Tikhon fue elevado a Patriarca de Moscú, martirizado por los comunistas en 1925, desde que declarado Santo de la Iglesia y ahora conocido por los fieles ortodoxos de todo el mundo como San Tijón, Iluminador de América. Éste es el mismo Santo Tijón que, en la época en que obtuvo la aprobación para la restauración del Rito Occidental en América, también consagró (en 1904) a Rafael Episcopado a la Iglesia Ortodoxa de Norteamérica, de la cual la Arquidiócesis Cristiana Ortodoxa Antioqueña Desciende
A medida que la Misión Ortodoxa en América creció en número y en madurez, la autorización adicional del Rito Occidental fue dada por los Patriarcas y el Santo Sínodo de Antioquía. El Metropolitano Anthony (Bashir) fundó el Vicariato del Rito Occidental para la creación de Misiones de Rito Occidental y Parroquias en la Arquidiócesis. El Metropolitano Philip (Saliba) ha promovido un número cada vez mayor de parroquias del rito occidental a través de Norteamérica; Y las nuevas adiciones de clérigos y laicos a este mundo han más que duplicado su tamaño en pocos años. La ortodoxia del rito occidental es ahora una dimensión de rápido crecimiento de la Misión de la Iglesia en América.
Las Parroquias del Rito Occidental representan una restauración de la liturgia occidental legítima de la Iglesia indivisa de los primeros 1.000 años, por autoridad patriarcal, para el beneficio de todo el pueblo ortodoxo.
- P. John Connely, MA

Una breve descripción del cristianismo ortodoxo.

La palabra "ortodoxa" proviene de la lengua griega y literalmente significa "adoración y creencia correctas". En el cristianismo ortodoxo, la adoración y la creencia son inseparables. Mientras adoramos, creemos. La Iglesia Ortodoxa no es ni "Protestante" ni "Católica Romana", sino que constituye un reflejo único de la fe cristiana histórica. El cristianismo ortodoxo traza sus raíces, tanto históricas como espirituales, desde la época de los Apóstoles.
El apóstol se dispuso a difundir la palabra del Evangelio a los "extremos de la tierra" ya fundar iglesias en toda Europa, África y Asia. Por supuesto, el cristianismo primitivo se centró alrededor del Mar Mediterráneo y cinco ciudades de Jerusalén, Roma, Antioquía, Alejandría y, finalmente, Constantinopla, se convirtieron en grandes centros de liderazgo cristiano. Los jefes de la Iglesia en estos cinco centros, llamados Patriarcas, gobernaron conjuntamente a la Iglesia durante los primeros mil años.
Durante los primeros trescientos años la Iglesia enfrentó persecución del gobierno romano y fue atacada desde muchas direcciones. Pero, dirigida por el Espíritu Santo, la Iglesia prevaleció y bajo el gobierno del emperador Constantino, a principios del siglo IV, la Iglesia se convirtió en una religión legal romana. Desde entonces la Iglesia floreció, aunque no sin dificultades ocasionales y asaltos tanto desde fuera como desde dentro. Se hicieron varios intentos para distorsionar la enseñanza de los Apóstoles y se llevó a cabo una serie de Grandes Consejos que, dirigidos por el Espíritu Santo, dirigieron a la Iglesia en el desarrollo de la teología y la práctica de la Fe. El primero de estos Concilios, celebrado en Nicaea en 325, condujo al desarrollo eventual del Credo Niceno, la declaración fundamental de la Fe afirmada por los Cristianos Ortodoxos en cada Liturgia Divina desde entonces hasta ahora.
Con el tiempo, por una serie de razones, creció la tensión entre algunos de los líderes de la Iglesia en Occidente y en Oriente. Finalmente, en 1054 hubo una división oficial entre los líderes de la Iglesia en Roma y el resto de la Iglesia. La Iglesia Católica Romana se convirtió en una entidad separada y sigue separándose de la Iglesia Ortodoxa hoy. Las iglesias protestantes se desarrollaron como grupos separatistas de la Iglesia Católica Romana a partir del siglo XVI. La Iglesia Ortodoxa de hoy es un cuerpo mundial ligeramente unido por creencias y prácticas comunes. Es el segundo cuerpo cristiano más grande en el mundo siguiente en tamaño a la iglesia católica romana. A diferencia de la Iglesia romana no hay un solo "papa" o cabeza de la Iglesia, pero los obispos que actúan de manera colegiada bajo la dirección de los diversos patriarcas gobiernan a la Iglesia.
El cristianismo ortodoxo siempre ha visto tanto la Sagrada Escritura como la Santa Tradición como partes integrantes de la fe y la vida de la Iglesia. La Biblia es una parte del fundamento esencial del cristianismo ortodoxo y los servicios de la Iglesia son ricos con el uso de lecturas bíblicas y tradiciones basadas en la Biblia. Sin embargo, la interpretación bíblica siempre se ve a la luz de la tradición de los primeros Padres de la Iglesia y de los Grandes Concilios.
La Iglesia Ortodoxa es una Iglesia Sacramental, reconociendo los tradicionales sacramentos del Bautismo, Crisma, Santa Comunión, Confesión, Unción [curación de los enfermos], Ordenación y Matrimonio. Entendemos que los Sacramentos son oportunidades particularmente intensas de rica interacción con Dios trabajando a través del Espíritu Santo. La vida espiritual de la Iglesia gira en torno a los sacramentos, cada uno trabajando a su manera para llevar a los fieles a una unión más estrecha con Dios. En consecuencia, la adoración ortodoxa implica una gloriosa experiencia de himnos, salmos, oración y enseñanza ambientados en un contexto de color, incienso, música y alabanza.
La Iglesia Ortodoxa es moderna y antigua. Antiguo en cuanto a creencias, prácticas y tradiciones - pero moderno en lo que respecta a abordar los problemas que enfrentan todos los pueblos modernos, la lucha por un mundo pacífico y justo, los problemas del relativismo moral y los temores y esperanzas generados por un mundo impulsado Por la tecnología moderna.
Fuente: www.stcolumbachurch.org/about_stc.html
Traducido y editado por Nektarios Al.


lunes, 28 de agosto de 2017

Lo que creemos y enseñamos



1) La razón natural humana puede conocer la existencia de Dios y sus atributos, por analogía, a partir de las cosas creadas.

2) El ser humano posee una ley natural innata, cuyo Autor es Dios mismo. El conocimiento de la misma se encuentra entenebrecido por el estado de naturaleza caída.
  
3) En las Sagradas Escrituras del Antiguo y del Nuevo Testamentos se halla contenida la revelación divina a la humanidad. La Biblia es la única autoridad en cuestiones de fe y conducta. Toda verdad enseñada por la Iglesia se debe encontrar explícita o implícitamente en las Sagradas Escrituras.
La revelación divina terminó al finalizar la época apostólica.
(La Tradición Apostólica, contenida en los escritos de los Santos Padres y en la Liturgia, nos ayuda en la recta comprensión de la verdad bíblica).

4) Creemos que hay un solo Dios vivo y verdadero, personal, eterno, infinito en la perfección de sus atributos. Este único Dios verdadero se ha revelado como Padre, Hijo y Espíritu Santo.
(Creemos en la Unidad de Dios y en el Misterio de la Santísima Trinidad: creemos en el Padre que engendra al Hijo, Verbo de Dios desde la eternidad; y en el Espíritu Santo, Persona increada, que procede eternamente del Padre). 

5) Los ángeles son seres espirituales creados por Dios previamente a los humanos. Puestos a prueba por el Creador, una tercera parte de los mismos se rebeló contra Dios, convirtiéndose en demonios que buscan la perdición eterna de la humanidad.

6) Creemos que el Señor Jesús es Dios manifestado en carne. En Él concurren dos naturalezas: la divina, con todos sus atributos, y la humana en absoluta perfección, constituyendo una sola Persona indivisible. Creemos en su nacimiento virginal, su vida sin pecado, sus milagros, su muerte vicaria y expiatoria, su resurrección y su segunda venida personal en poder y gloria.
(En el Señor Jesús se da la unión hipostática de dos naturalezas distintas, completas y perfectas, con sus respectivas voluntades. Esto significa que: poseía un alma creada. Al encarnarse no perdió su naturaleza divina. Al resucitar lo hizo corporalmente. Por toda la eternidad conservará su humanidad.)

7) Creemos que el Señor Jesús cargó con todos los pecados pasados, presentes y futuros de la humanidad al ser bautizado en el río Jordán por el sacerdote aarónico Juan el Bautista, y pagó por ellos muriendo en la cruz del Calvario. Sólo en virtud de la obra de Cristo puede el hombre ser reconciliado con Dios y plenamente salvado.

8) Creemos que todo ser humano, por naturaleza, es pecador, con una tendencia innata al pecado y una conducta pecaminosa, y que, como consecuencia, está destituido de la gloria de Dios. Sin la ayuda de la gracia divina le es imposible al hombre volverse a Dios con arrepentimiento y fe en Cristo, condiciones indispensables para obtener la salvación. Cuando es predicado el Evangelio, Dios capacita a los oyentes para que den una respuesta libre, aceptando o rechazando la salvación que Dios ofrece en Cristo Jesús. Al que da una respuesta positiva al Evangelio, Dios lo adopta como hijo, lo justifica y le concede su Espíritu Santo para que lleve adelante una vida de victoria sobre el pecado.

9) La Iglesia fundada por Jesucristo presenta un aspecto invisible y otro visible. En su aspecto invisible, la Iglesia es la comunidad de todos los redimidos por Cristo.
En su aspecto visible, la Iglesia es el conjunto de todos los fieles bautizados.

10) El Señor Jesús dijo a la nación literal de Israel, al Israel según la carne:"El Reino de Dios les será quitado a ustedes y será dado a una nación que produzca sus frutos". Esa nueva "nación" resultó ser "el Israel de Dios", la Iglesia, una nación espiritual.

11) La ley mosaica era sólo para el pueblo de Israel y contenía las sombras de lo por venir. Por lo tanto, al venir Cristo y cumplirla, fue quitada. Los cristianos de origen judío o gentil están exentos de su observancia, lo cual incluye los llamados diez mandamientos o decálogo. Las normas morales de dicha ley, y que se adecúan a la ley natural, son obligatorias pero no por ser parte de la ley mosaica. El Señor Jesús estableció un Nuevo Pacto, y los creyentes son instados a observar la Ley de Cristo. El Espíritu Santo es la Ley en nuestro corazón y la guía de conducta, por ello descendió en Pentecostés, la fiesta judía de la recepción de la ley en el Sinaí.
Esto implica que, la observancia de un día de reposo o la ley de los diezmos, no rigen para los cristianos.

12) Los sacramentos son actos sagrados instituídos por Nuestro Señor Jesucristo. o inspirados por Él por intermedio de los apóstoles, en los cuales, por medio de ciertos elementos externos, en unión con la Palabra de Dios, Él ofrece y comunica a los hombres Su gracia. Son siete: bautismo, confirmación, penitencia, eucaristía*, unción de los enfermos, orden sagrado** y matrimonio.
*(La Eucaristía es el sacramento mediante el cual, el que lo recibe, recibe a Jesucristo en su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad. La Eucaristía es Cristo mismo, por ello se destaca del resto de los sacramentos, ya que mientras estos tienen la misión de santificar, en la Eucaristía se halla el Autor mismo de la santidad. En cada Eucaristía somos contemporáneos de Juan y María a los pies de la cruz, en un "tiempo fuera del tiempo", por eso afirmamos que es una actualización del sacrificio del Calvario.)
**(El sacerdocio es la autoridad y el poder de Dios para efectuar los sacramentos. El mismo consta de tres órdenes: obispos, presbíteros y diáconos, y se transmite por la imposición de las manos de los obispos de la linea de sucesión apostólica histórica.) 

13) El ser humano es una unidad sustancial de un alma espiritual y un cuerpo material. No es posible entonces ni la preexistencia ni la transmigración de las almas; pero cuerpo y alma son también sustancias, si bien incompletas, de aquí que el alma puede sobrevivir a la muerte o separación del cuerpo, aunque en un estado antinatural, necesitante de una nueva unión, que se realizará con la resurrección del cuerpo.
  
14) Creemos que las almas de los que han confiado en Cristo para su salvación, al morir, pasan inmediatamente a la presencia del Señor, donde permanecen en estado de consciente bienaventuranza hasta la resurrección del cuerpo en la segunda venida de Jesucristo, cuando el alma reunida al cuerpo estará para siempre con el Señor.
Las almas que rechazan el Evangelio quedan después de la muerte en miseria de perdición hasta el juicio final, cuando el alma y el cuerpo resucitado serán destinados a la condenación eternas.

15) La segunda venida de Cristo Jesús es la esperanza bienaventurada para los creyentes en todo tiempo:Jesucristo volverá a la tierra personalmente, visiblemente, y en carne para juzgar a los vivos y a los muertos, y para la consumación de la historia. 


(Pablo Claudio Salvato
          26/12/2009) 

lunes, 14 de agosto de 2017

Julian Joseph Overbeck, El primer "Ortodoxo latino" de la Iglesia Ortodoxa moderna


Por Marco Mannino Giorgi

El doctor Julian Joseph Overbeck (1820 - 1905) es considerado por la Iglesia Ortodoxa el pionero del rito occidental. Sacerdote católico romano alemán, abandonó el habito talar para desposarse y se transfirió a Inglaterra donde trabajó como profesor de lengua alemana en la Real Academia Militar de Londres desde 1863 hasta su muerte. 
Después de haberse acercado al luteranismo y haber constatado que sus perspectivas eran desatendidas, encontró a la Iglesia Ortodoxa con la cual inició un prolífico diálogo que concluyó en 1865 cuando fue recibido en la Iglesia de la Embajada Rusa londinense por el presbítero Eugenio Popov, por entonces capellán en la prestigiosa sede diplomática. El profesor  Overbeck no pudo jamás llegar a ser presbítero porque su matrimonio había sucedido después de su ordenación* católica, pero fue un notable exponente laico de la proto-ortodoxia británica.

*(La Iglesia Ortodoxa Rusa reconocía la validez de su ordenación presbiteral, pero es norma en la misma que "se ordena a personas casadas pero no se casa a sacerdotes").

Overbeck comenzó tratando el rito occidental con método orgánico desde 1867 cuando escribió los libros Catholic Orthodoxy and Anglo-Catholicism y The Orthodox Catholic Review pero no obtuvo el favor del Metropolita Filareto, su superior jerárquico, al requerimiento de la implementación de una Iglesia Ortodoxa de Rito Latino. En 1870 el doctor Overbeck fue enviado a San Petersburgo por el Santo Sínodo para que sus tesis fueran tenidas en consideración. En diciembre del mismo año, la Liturgia revisada por él puesta para su examen fue oficialmente recibida por el Sínodo de la Iglesia Rusa: Nacía así el núcleo de lo que ahora es el Sacramental Gregoriano en uso por la ROCOR.
Overbeck fue muy crítico con aquellos conversos occidentales que se unían a las parroquias de rito bizantino en vez de pedir la creación de iglesias latinas, pero sus esfuerzos fueron siempre invalidados. En 1876 el doctor Overbeck obtiene una audiencia con Joaquín III Patriarca Ecuménico en la cual le expuso sus proyectos, pero el Patriarca se limitó a una tibia aprobación sin dar lugar a ninguna acción práctica.
Overbeck murió en 1905 sin haber visto nacer su deseada Iglesia Ortodoxa Occidental, pero su sueño se hizo parcialmente realidad en el nuevo milenio cuando la Iglesia de San Edmundo Mártir de la ROCOR ha asumido el rito latino.
El teólogo Georges Florovskij, eminente profesor del Instituto San Sergio, ha comentado de la siguiente manera la obra del doctor J. J. Overbeck: "El suyo no fue solamente un sueño. La cuestión desvelada por Overbeck tiene su porqué, y probablemente la visión de Overbeck es más grande que aquello que Overbeck mismo comprendió de ella".**

**(GEORGES FLOROVSKIJ, Orthodox Ecumenism in Ninetheenth century, St. Vladimir Seminary Quarterly, n.3-4, 1956.)

martes, 4 de julio de 2017

Validez de las Ordenaciones Catolicas no romanas

Con frecuencia, las Iglesias Católicas Apostólicas no romanas, sean Nacionales, Tridentinas, Ortodoxas Occidentales,  o Sedevacantistas son blanco de críticas por algunas jerarquías romanistas, tras considerarlas irregulares. Argumentan que tanto sus obispos como sus sacramentos no son reconocidos como Catolicos, pero los siguientes documentos históricos irrebatibles no dicen lo mismo.

El primer Concilio Niceno (a 325) se expresó claramente a este respecto hablando de los novacianos“Sobre los que se llaman Catharos (esto es, limpios) si vinieren a la Iglesia Católica, agradó al Santo y al Gran Concilio que, recibiendo la imposición de manos en penitencia, permanezcan como están en el clero. Conviene que, sobre todo, profesen por escrito que reciben y siguen todos los dogmas de la Iglesia Católica y Apostólica”.

Los Santos Padres pensaron que la imposición de manos o la Ordenación produce sus efectos aunque proceda de un ministro indigno. Es un sacramento y una acción de Cristo, que no queda desvirtuada por la iniquidad del instrumento. Este principio general de Teología Sacramental Patrística tiene ahora su manifestación concreta en el Sacramento del Orden.
San Jerónimo dice igualmente: si el que bautiza en su fe herética no puede dañar al bautizado, tampoco el que en su propia fe herética hace la ordenación del sacerdote le mancho”.
San Agustín (354-430): “no hay ninguna razón porque quien no puede perder el bautismo pueda perder el derecho a darlo, porque uno y aún los mismo propósitos que venían de un cisma han sido recibidos, aún cuando pareciese ser necesario que desempeñasen los mismos oficios que antes desempeñaban, o han sido ordenados de nuevo, sino que, lo mismo que el bautismo, la ordenación permaneció íntegra, puesto que en la separación o cisma hubo un vicio, pero no en los sacramentos, que son los mismos dondequiera que estén... Si nosotros procedemos mal, que expliquen ellos como no pueda perderse el sacramento del bautizado, y pueda perderse el sacramento del ordenado, que dicen: “al apartarse de la Iglesia no perdió el bautismo pero sí el derecho a darlo”. Porque si uno y otro es sacramento, de lo cual nadie duda, ¿por qué aquel no se pierde y este sí se pierde? Ni a uno ni a otro sacramento hay que hacer injuria”.

Una de las razones de esta aceptación de los Sacramentos conferidos por herejes, cismáticos y pecadores la daba San Agustín: “una cosa es no tener algo, y otra cosa es tenerlo ilegítimamente o usurparlo ilícitamente. Los sacramentos hay que reconocerlos y venerarlos”. Otras razones era la “Costumbre” o Tradición de la Iglesia y la consideración de que los Sacramentos eran “acciones de Cristo”, cualquiera que fuese el instrumento humano.

Más adelante (440-461), San León Magno no rechazará de la dignidad de Obispo a un cierto Máximo, que se había ordenado en el cisma Donatista.

Anastasio II (a. 496) no dejó de admitir la validez de las ordenaciones en el cisma de Acasio; porque Cristo es el que hace los sacramentos, ni queda limitada su virtud fecunda, aunque pase por lugares inmundos.

San Gregorio Magno (a. 601) admitirá las ordenaciones conferidas por nestorianos como válidas, escribiendo a los Obispos de Iberia (Giorgia): “...sin ninguna duda, vuestra Santidad los reciba (a aquellos nestorianos convertidos) en su propio grupo, guardándoles sus propias órdenes, para que, procediendo con mansedumbre y no haciéndoles contradicción o dificultad por sus propias órdenes, los arranquéis de la boca del antiguo enemigo”.

Y León XIII (a. 1896), sí decretó inválidas las ordenaciones anglicanas, no fue razón de haber sido conferidas por quienes estaban fuera de la Iglesia Católica Romana, sino solamente por vicio de forma e intención.

La validez de las órdenes conferidas por herejes o cismáticos, de suyo siempre la ha reconocido la Iglesia.

“Los sacerdotes dan su bendición no por propia virtud -escribe Hestiquio de Jerusalén- sino que, porque llevan la imagen de Cristo, pueden por Aquél que está en ellos dar la plenitud de la bendición”.
No se puede pues, absolutamente pensar en las cristiandades separadas como en comunidades absolutamente extrañas, separadas de la Iglesia, donde se conserva el carácter sacramental se conserva también un vínculo con la Iglesia única. Todos los cismas contra la unidad de la Iglesia no pueden consumar completamente la división en tanto la parte que se ha separado no haya repudiado también el Sacramento del Bautismo y destruido con ello todo vínculo de carácter sacramental. Es oportuno recordar que un niño bautizado no es, con el bautismo, incorporado al cisma, sino a la iglesia Una, aún cuando aquel que administra este sacramento no conozca a la Iglesia, aún cuando intente explícitamente excluirla con tal que su primera intención sea la de querer hacerle cristiano.

La voluntad de los hombres no puede destrozar ni modificar una decisión divina: También los cismáticos en la medida que son cristianos, pertenecen siempre a la iglesia que es Una en la unidad de su sacerdote.

Hoy día ya no se duda de consagraciones episcopales verificadas hasta en sujetos que no habían recibido previamente el presbiterado u orden sacerdotal. Al recibir la Consagración de Obispo, quedaban ordenados con la plenitud del Sacerdocio y poseyendo las capacidades sacramentales del Presbiterado.

De San Ambrosio de Milán, elegido Obispo siendo catecúmeno, se vino creyendo hasta ahora que pasó por todos los grados del clericato; pero ciertamente no aconteció así con otro catecúmeno que, como refiere San Gregorio Nacianceno, elegido también, fue bautizado y, de simple laico fue ordenado. Otro laico que, estando casado y siendo abogado, de laico recibió la Consagración Episcopal, es San Filogonio, cuyo ministerio ensalza San Juan Crisóstomo.

Por San Agustín sabemos de la Consagración para Obispo de un simple lector. Estaban preparadas todas las cosas para consagrar a uno de los sacerdotes y había un Obispo de fuera de Hipona para intervenir en la ceremonia; pero ésta no podía realizarse como se había pensado, porque el candidato se había retirado. Entonces San Agustín, Doctor y Padre de la Iglesia: para que no fuera inútil la vanidad del otro Obispo, sustituyó al presbítero por un lector.

Se cuentan treinta y cuatro diáconos romanos que antes de acabar el siglo IX, en aquella Iglesia fueron consagrados Obispos de Roma o Papas, directamente sin pasar por el Presbiterado u Ordenación Sacerdotal. Respecto del Papa Juan XIII (965-972), cuya carrera eclesial se conoce por la lista de órdenes que había recibido, se ha podido constatar que el diácono pasó directamente al Episcopado.                                                                                                                    
                    RESUMIENDO                                                                                                                                           
El Obispo tiene en virtud de la Consagración Episcopal, una potestad de Confirmar y Ordenar, que no se le puede quitar, porque si la Iglesia pudiera anular esta potestad, es lógico creer que lo hubiera hecho en caso de cisma, herejía, etc,; y sin embargo nunca lo ha hecho. Al contrario, es un principio reconocido en teología sacramentaria la validez de las ordenaciones conferidas por Obispos cismáticos y herejes. Todo lo cual es indicio cierto de que la potestad Episcopal viene de un sacramento y de un carácter impreso en el alma; no de un mero mandato, o de misión externa o jurisdicción comunicada por la Iglesia en la persona del Papa.

(Biblioteca de Autores Cristianos: Ministros de Cristo, Sacerdocio y Sacramento del Orden, Enciclopedia del Sacerdocio, dirigida por el R. Prof. José Cacciatore, C.SS.R. Con 120 páginas de Bibliografía)

 (Estudios sobre la vocación por el centro diocesano de Lille C. Spicq, R. Izard, G. M. Garrone, G. Leclerq, M. De la Broye.)


Este fue el destino de los 12 Apóstoles después de Jesucristo



























Muchas veces nos preguntamos sobre el destino de los apóstoles, así que nos dimos a la tarea de compilar algunas cosas sobre sus vidas. El orden de los apóstoles no tiene que ver con su importancia, más bien es en orden de aparición.
  1. Santiago, el mayor

Santiago, el mayor, Boanerges, hijo de Zebedeo y Salomé, hermano de Juan el Apóstol; un pescador que vivió en Betsaida, Capernaúm y Jerusalén. Predicó en Jerusalén y Judea y fue decapitado por Herodes, en el año 44.
Era hermano de San Juan evangelista. Se le llamaba el Mayor, para distinguirlo del otro apóstol, Santiago el Menor, que era más joven que él. Con sus padres Zebedeo y Salomé vivía en la ciudad de Betsaida, junto al Mar de Galilea, donde tenían una pequeña empresa de pesca. Tenían obreros a su servicio, y su situación económica era bastante buena pues podían ausentarse del trabajo por varias semanas, como lo hizo su hermano Juan cuando se fue a estarse una temporada en el Jordán escuchando a Juan Bautista. Fue el primero de los doce en convertirse en mártir. Se dice que fue decapitado por una espada. (Hechos 12, 1- 2).
El nombre Santiago, proviene de dos palabras Sant Iacob. Porque su nombre en hebreo era Jacob. Los españoles en sus batallas gritaban: “Sant Iacob, ayúdenos”. Y de tanto repetir estas dos palabras, las unieron formando una sola: Santiago.
Griego: Gyánkos (Γιάγκος)
Arameo: Ya’akov
Significado: Sostenido por el talón
  1. Andrés

Andrés era el hermano de Pedro, e hijo de Jonás. Vivió en Betsaida y Capernaúm y era pescador antes de que Jesús lo llamara. Tuvo el honor y el privilegio de haber sido el primer discípulo que tuvo Jesús, junto con san Juan el evangelista. Los dos eran discípulos de Juan Bautista (Marcos 1, 16-18). Andrés trajo a su hermano Pedro a Jesús (Juan 1,40). Él es el primero en tener el título de Misionero en Casa y en el Extranjero.
De acuerdo con la tradición, Andrés murió como mártir en Acaya, Grecia, en el pueblo de Patra. Cuando la esposa del Gobernador Aepeas fue sanada y convertida a la fe cristiana, y poco después de que el hermano del Gobernador se volviera cristiano, Aepeas se enojó mucho. Él arrestó a Andrés y lo condenó a morir en la cruz. Andrés, sintiéndose indigno de ser crucificado en una cruz en la misma forma que su Maestro, suplicó que la suya sea diferente. Así que fue crucificado en una cruz con forma de X, la cual hasta el día de hoy es llamada la cruz de San Andrés y es uno de sus símbolos apostólicos. La tradición coloca su martirio el 30 de noviembre del año 63, bajo el imperio de Nerón.
Griego: Andreas (Ανδρεας)
Arameo: Anes
Significado: Hombre fuerte, viril
  1. Bartolomé

Bartolomé o Natanael, hijo de Talmai, vivió en Caná de Galilea.
La tradición dice que fue misionero en Armenia. Un número de estudiosos cree que fue el único discípulo que provino de sangre real, o de una familia noble. Su nombre significa Hijo de Tolmai o Talmai
El nombre de Bartolomé aparece en cada lista de los discípulos (Mateo 10,3; Marcos 3,18; Lucas 6,14; Hechos 1,13). Este no era el primer nombre, no obstante, fue su segundo nombre. Su primer nombre probablemente era Natanael, a quién Jesús llamó “un verdadero Israelita, en quien no hay engaño.” (Juan 1,47)
Se transformó en un uno de los misioneros más aventureros de la Iglesia. Se dice de él que predicó con Felipe en Phrygia y Hierápolis; también en Armenia.
La tradición dice que él predicó en India, y su muerte parece haber tenido lugar ahí. Murió como un mártir por su Señor. Fue despellejado vivo con cuchillos.
A este santo (que fue uno de los doce apóstoles de Jesús) lo pintaban los antiguos con la piel en sus brazos como quien lleva un abrigo, porque la tradición cuenta que su martirio consistió en que le arrancaron la piel de su cuerpo, estando él aún vivo.
Griego: Bartholomaios (Βαρθολομαιος)
Arameo: bar-Tôlmay
Significado: Hijo de Ptolomeo
  1. Santiago, el Menor (o Más Joven)

Santiago, el menor o más joven, hijo de Alfeo, o Cleofás y María, vivió en Galilea. Fue el hermano del Apóstol Judas.
La tradición siempre lo ha identificado con el “hermano del Señor”, pariente cercano. (Mc 6,3). Es mencionado por San Pablo en su carta a los Gálatas (Gal 1, 19). Se le identifica también con aquél Santiago a quien se le aparece el Señor resucitado (1 Cor 15, 7). Es el autor de la carta del Nuevo Testamento que lleva su nombre. Predicó en Palestina y Egipto y fue crucificado en Egipto.
La tradición dice sobre su muerte que el sumo sacerdote Anás II le ordenó renegar de Jesús, pero Santiago, que estaba en lo alto del templo, aprovechando la concurrencia se puso a predicar el Evangelio. Al escuchar esto los fariseos y escribas se llenaron de furor y uno de ellos lo empujó desde lo alto. Santiago no muere de golpe, sino que es apedreado mientras rogaba a Dios de rodillas por sus asesinos. Como tardaba en morir, es golpeado en la cabeza con una maza por un batanero.
Griego: Gyánkos (Γιάγκος)
Arameo: Ya’akov
Significado: Sostenido por el talón
  1. Juan

Juan Boanerges, hijo de Zebedeo y Salomé, hermano de Santiago, el apóstol. Fue conocido como el discípulo amado.
Él escribió el Evangelio según San Juan, 1º de Juan, 2º de Juan, 3º de Juan y Apocalipsis. Predicó entre las iglesias de Asia Menor. Desterrado en la Isla de Patmos, fue más tarde liberado y murió de muerte natural en el año 100.
Fue un hombre de acción; era muy ambicioso; y un hombre con un temperamento explosivo y un corazón intolerante. Su segundo nombre fue Boanerges, el cual significa Hijo del Trueno. Él y su hermano Santiago vinieron de una familia de mejor posición que el resto de los apóstoles.
Juan maduró con el tiempo. En la etapa posterior de su vida, se había olvidado de todo, incluso de su ambición y temperamento explosivo, excepto de su compromiso de amor para con el Señor.
Se dice que un atentado fue realizado contra su vida mediante un cáliz de veneno del cual Dios lo salvó. Murió de causas naturales.
Griego: Ioannes (Ιωαννης)
Arameo: Yohanan
Significado: El Señor es misericordioso
  1. Judas Iscariote

Judas Iscariote, el traidor, fue el hijo de Simón quien vivió en Kerioth de Judá. Él traicionó a Jesús por treinta piezas de plata y luego se ahorcó (Mateo 26: 14,16).
Se dice que Judas vino de Judá, cerca de Jericó. Él era un judío y el resto de los discípulos eran Galileos. Era el tesorero del grupo y estaba entre los que lideraban conversaciones.
Iscariote en una primera acepción del término derivada del hebreo “seqarya”, podría significar “el mentiroso”, “el hipócrita”, lo cual no es contradictorio con la participación que los textos canónicos le reservan en el final de Jesús.
En una segunda acepción del término, por otro lado la más generalmente aceptada, “Iscariote” querría decir “natural de Keriot”, ciudad de Judea en la frontera con Edom citada en el Libro de Josué (Jos. 15, 25), lo que constituiría una vez más un dato, el de su origen, que no poseemos de casi ninguno otro de los Doce, y que convertiría a Judas en el único apóstol de Judea, y en consecuencia, no galileo.
Existe una tercera acepción, según la cual, el apelativo “Iscariote” haría referencia a una posible adscripción de Judas al grupo de los celotes, también llamados, como se sabe, sicarios, notablemente similar a Iscariote.
Vacante como queda el puesto de Judas en el colegio de apóstoles, éstos se plantean reemplazarlo, presentándose dos candidatos con parecidos méritos, José Barsabás y Matías.Y los apóstoles, echándolo a suertes, eligen a Matías. Hech. 1, 15-26
Griego: Ioudas (Ιουδας)
Arameo: Yehudah
Significado: Alabado
  1. Judas Tadeo

Judas Tadeo, o Lebeo, hijo de Alfeo o Cleofás y María. Hay quienes afirman que San Judas Tadeo era hermano del Apóstol Santiago, el hijo de Alfeo (Cleofás), quien era hermano del justo San José. Según sostiene un documento publicado por la Congregación para el Clero, Cleofás se casó con María de Cleofás, después de enviudar de su primer matrimonio del que nació San Judas Tadeo. Por lo tanto, Santiago el Menor y Judas serían primos de Jesús y sobrinos de San José y la Santísima Virgen. Tadeo se considera que viene del arameo “taddà’”, que quiere decir “pecho” y por lo tanto significaría “magnánimo”. Judas significa “alabanzas sean dadas a Dios”. Fue hermano de Santiago el más joven. Fue uno de los apóstoles de los que se sabe poco y vivió en Galilea. La tradición dice que predicó en Asiria y Persia y murió como mártir en Persia.
San Jerónimo lo llamó “Trinomios” lo cual significa “un hombre con tres nombres”. En Marcos 3,18 es llamado Tadeo. En Mateo 10,3 es llamado Lebeo. Su apellido era Tadeo. En Lucas 6,16 y Hechos 1,13 es llamado Judas el hermano de Santiago. Judas. La Epístola o Carta de Judas forma parte del Nuevo Testamento y es atribuida a San Judas Tadeo.
Se ha dicho que Judas fue a predicar el Evangelio en Edesa cerca del Río Éufrates. Allí sanó a varios y muchos creyeron en el nombre del Maestro. Judas fue desde allí a predicar el Evangelio en otros lugares. Según la tradición le cortaron la cabeza con un hacha en el Ararat.
Griego: Ioudas (Ιουδας)
Arameo: Yehudah
Significado: Alabado
  1. Mateo

Dos de los cuatro evangelistas dan a San Mateo el nombre de Leví, mientras que San Marcos lo llama, “hijo de Alfeo”. Posiblemente Leví era su nombre original y adoptó el mismo el nombre de Mateo cuando se convirtió en seguidor de Jesús. Fue un publicano o cobrador de impuestos. Él escribió el evangelio que lleva su nombre. Murió como mártir en Etiopía.
El hecho sobresaliente sobre él es que fue un recaudador de impuestos. El cobrador de impuestos era odiado no sólo sobre el terreno religioso sino también porque la mayoría eran notablemente injustos.
En las mentes de varios hombres Judíos honestos, estos cobradores de impuestos eran considerados como criminales. Aun así, Jesús eligió un hombre a quien todos los hombres odiaban y lo hizo uno de los suyos. El hombre promedio habría pensado que era imposible reformar a Mateo, pero para Dios todas las cosas son posibles. Fue martirizado por oponerse al matrimonio del rey Hirciaco con su sobrina Ifigenia, la cual se había convertido al cristianismo por la predicación del Apóstol. Se dice que murió decapitado con una espada.
Griego: Matthaios (Ματθαιος)
Arameo: Mattityahu
Significado: Regalo de Dios
  1. Pedro

Simón Pedro, hijo de Jonás, era un pescador que vivió en Betsaida y Capernaúm. El nombre verdadero y originario de San Pedro era Simón, que aparece a veces como Simeón. Hizo trabajo evangelístico y misionero entre los judíos, yendo tan lejos como a Babilonia. En cada lista apostólica, el nombre Pedro es mencionado en primer lugar. Fue nombrado piedra
Su nombre griego fue Simón. Su nombre hebreo fue Cefas. El significado griego de Simón es roca. El significado árabe de Cefas también es roca. Pedro era galileo también como lo fueron varios de los otros discípulos. Cristo resucitado es el fundamento de la Iglesia: “porque nadie puede poner otro fundamento que el que está ya puesto, que es Jesucristo” -1 Cor 3,10. Sin embargo, el mismo Jesús quiso que su Iglesia tuviese un fundamento visible que serán Pedro y sus sucesores. Jesús presenta la vocación singular de Pedro en la imagen de roca firme. Pedro= Petros= Quefá= Piedra= Roca. Es el primero que Jesús llama y lo nombra roca sobre la cual construirá su Iglesia. Pedro es el primer Papa ya que recibió la suprema potestad pontificia del mismo Jesucristo.
Es verdad, Pedro cometió muchos errores, pero tuvo siempre la gracia salvadora del corazón amante. No importa cuántas veces se hubo caído y fallado, siempre recuperó su coraje e integridad.
La tradición dice que fue crucificado en Roma con la cabeza hacia abajo. Pedro solicitó que lo crucificaran cabeza abajo porque no era digno de morir como su Señor había muerto.
Griego: Petros (πέτρος)
Arameo: Kephas
Significado: Piedra
  1. Felipe

San Felipe era originario de Betsadia, (Galilea) y de profesión pescador. Junto con Andrés, son los únicos que tienen nombres griegos entre los apóstoles. San Felipe es quien invita a Natanael a conocer al Señor (Jn 1, 45). La tradición dice que Felipe predicó en las regiones de Frigia, actualmente Turquía, y Escitia, actualmente Moldavia, Ucrania, Hungría y el este de Rusia y murió como mártir en Hierapolis. El Evangelio de Juan muestra a Felipe como uno de los primeros entre tantos a quienes Jesús les dirigió la palabra “Sígueme.” Escritores de la Iglesia primitiva y Eusebio, historiador de la Iglesia, afirman que San Felipe predicó el Evangelio en Frigia y murió en Hierápolis. Papías, obispo de este lugar, supo por las hijas del apóstol, que a Felipe se le atribuía el milagro de la resurrección de un muerto.
Fue martirizado y muerto en Hierápolis. Su martirio consistió en ser crucificado y apedreado.
Griego: Philippos (Φιλιππος)
Arameo: פליפה
Significado: Amigo de los caballos
  1. Simón

Simón, el Zelote, uno de los apenas conocidos seguidores llamado Cananeo o Zelote para distinguirlo de Pedro, vivió en Galilea. El nombre no significa que haya formado parte de los Zelotes, sino que él era muy celoso a la ley Judía, la cual el practicaba antes de ser llamado por el Señor. San Jerónimo y otros asumen incorrectamente que Cana fue su lugar de nacimiento; y entonces, por eso era llamado Cananeo.
Los Avecínanos relatan que sufrió la crucifixión como obispo de Jerusalén, luego de haber predicado el Evangelio en Samaria. No se sabe con certeza en que lugar predicó el evangelio. Se habla de casi todos los lugares conocidos de ese entonces, incluso se han mencionado que llego hasta Gran Bretaña; según los Griegos, predico en el Mar Negro, en Egipto, el Norte de África, y Gran Bretaña. Todo esto según la tradición.
Griego: Simon (Σιμων)
Arameo: Shim’on
Significado: El que ha escuchado a Dios
  1. Tomás

Tomás Dídimos vivió en Galilea. La tradición dice que Tomás predicó el Evangelio a los partos, medos, persas e hircanios, y que después pasó a la India. Se cree que Santo Tomás sufrió el martirio en la costa de Coromandel, India, donde su cuerpo fue descubierto, con ciertas marcas de que fue muerto con lanzas y ese tipo de muerte es tradición en los países del Este. Se sabe que su cuerpo fue trasladado a Edessa, donde fue enterrado en los grandes sepulcros donde también se hallaban San Pedro, San Pablo y San Juan.
Tomás fue su nombre hebreo y Dídimos su nombre griego. En Juan 20, 25 lo vemos diciendo que a menos que vea las marcas en las manos de Jesús y en su costado, él no iba a creer. Por esto Tomás llegó a ser conocido como Tomás el incrédulo.
Se dice que él fue encargado para construir un palacio para el rey de India, y fue muerto con una lanza como mártir por su Señor.
Griego: Thomás (Θωμάς)
Arameo: Tau’ma
Significado: Gemelo

jueves, 25 de mayo de 2017

25/05/2017 - Fiesta de la Ascensión del Señor




La Ascensión del Señor. 

Cuando el día del Pentecostés judía estaba cercano, los discípulos de Cristo volvieron de Galilea a Jerusalén. 
En el cuadragésimo día después de la resurrección de Jesucristo ellos estaban todo juntos en una casa. Jesucristo se les apareció diciendo: "Así es escrito, que Cristo debía sufrir y el tercer resucitar de entre los muertos, y debe predicarse el arrepentimiento y el perdón de los pecados en Su nombre a todas las naciones, empezando de Jerusalén. Vosotros sois testigos de esto. Id por todo el mundo y predicad el Evangelio a toda la creación. Quién crea y se bautice se salvará, pero quien no crea se condenará. Y estas señales acompañarán aquéllos que creen: "en Mi nombre ellos expulsarán demonios; hablarán en nuevas lenguas; recogerán serpientes, y si ellos beben cualquier cosa mortal, no los herirá; impondrán sus manos a los enfermos y se recuperarán."
Entonces el Salvador dijo a los discípulos que pronto  les enviará al Jesucristo, y Él  les indicó no moverse de Jerusalén hasta ese momento. Él dijo: "Yo os enviaré la promesa de Mi Padre; vosotros quedáos en Jerusalén hasta que os visite con el poder desde lo alto; porque Juan bautizaba con el agua, mas dentro de pocos días vosotros seréis bautizados con el Jesucristo." 
Conversando con los discípulos, el Salvador los llevó fuera de la ciudad hasta Betania, al Monte de los Olivos.
Los discípulos, alborozados con las palabras del Salvador, lo rodearon y empezaron a preguntar: "¿Señor, Tu en ese momento restaurarás el reino a Israel?"  
El Salvador les dijo: "no es de vosotros saber los tiempos o términos que el Padre ha arreglado por Su propia autoridad. Pero vosotros recibiréis la fuerza cuando el Jesucristo venga sobre vosotros; y daréis testimonio de Mí en Jerusalén y en toda Judea y Samaria y hasta el extremo de la tierra." 
Cuando había dicho esto, Jesucristo alzó Sus manos y bendijo a Sus discípulos. Mientras los bendecía, partió de ellos y se elevó al Cielo, y pronto una nube lo quitó de su vista. 
Así nuestro Señor y Salvador Jesucristo ascendió en Su cuerpo físico al Cielo y se sentó a la diestra de Dios el Padre. Su alma humana y cuerpo asumieron la gloria indivisible con Su divinidad. En Su divinidad, Él está siempre y estará en el Cielo y por todas partes.
Los discípulos rindieron culto al Señor ascendido y durante mucho tiempo continuaron estando de pie y mirando fijamente en el Cielo siguiéndolo. Entonces dos ángeles en túnicas blancas aparecieron ante ellos y dijeron: "Hombres de Galilea, ¿por qué estáis de pie mirando al Cielo? Este Jesús ascendido de vosotros al Cielo vendrá a la tierra de la misma manera (es decir, en la carne), como le habéis visto ascender al cielo." 
Después de esto los discípulos de Jesucristo volvieron a Jerusalén con gran alegría y se quedaron allí juntos, esperando el descenso del Jesucristo. Todos ellos, juntos en alma, pasaban el tiempo en oración y estaban continuamente en el Templo de Dios, alabando y agradeciendo Dios. Con ellos estaban varias mujeres y María, la Santísima Madre de Dios nuestro Señor Jesucristo, con sus parientes. 
En esos días los apóstoles, habiendo orado, lanzaron suertes y escogieron de entre los otros discípulos de Cristo al duodécimo apóstol, Matías, en lugar del traidor que pereció. 
Ascendido al Cielo, Jesucristo, según Su propia promesa, invisiblemente siempre viene a la tierra entre aquéllos que creen en Él y volverá de nuevo a la tierra en una forma visible a juzgar a los vivos y a los muertos, que para ese entonces resucitarán. Después de esto comenzará la vida del siglo venidero, es decir: la vida eterna para los verdaderos creyentes y las personas pías, que será completamente bienaventurada, pero para los no creyentes y pecadores - será tiempo de gran tormento. 
Notas: Ve los Evangelios de Marcos 16:15-19 y Lucas 24:46-53; los Hechos de los Apóstoles 1, 2:4-26.