miércoles, 5 de diciembre de 2018

¿Dónde están las higueras fructíferas? 2° Parte.



Meditación: El año 2019 está a la puerta.

     En la primera parte vimos cómo el Señor Jesús iba con los Doce camino a Jerusalén y tuvo hambre. Por este motivo, maldijo a una higuera pues no encontró fruto en ella, aunque no era tiempo de higos. Al día siguiente, al regresar por el mismo camino, vieron que la higuera se había secado desde la raíz.
     Y aquí viene la lección que Jesús quiso enseñar a los 12 y a todos los que ejercemos Fe en su Nombre. Tremenda enseñanza nos dejó el Señor, ante la cual, sentimos que un “calor” nos sube a la cara y nos ponemos rojos de vergüenza. Sí, avergonzados, al escuchar al Señor Jesús preguntar: ¿Dónde están las higueras fructíferas?
     Regresemos al texto. La respuesta de Jesús a las palabras de Pedro: “Maestro, mira, la higuera que maldijiste se ha secado”, fue la siguiente:
TENED FE EN DIOS”. Porque CUALQUIERA que le dijese a este monte: Quítate y échate en el mar y NO DUDARE en su corazón, sino CREYERE que será hecho lo que dice, lo que dice será hecho.”
     Jesús no menciona ni se refiere a una determinada persona. Esto es, que “cualquiera”, podemos ser tú o yo o cualquier creyente en Jesús puede:
Tener Fe en Dios. No DUDAR en el corazón. CREER que será hecho lo que se dice, en consecuencia, será hecho todo lo que se pida en oración al Padre en el Nombre de Jesús.
     Añadió el Señor:
“… todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis y os vendrá.”
     Pero luego el Señor da CONDICIONES. ¿Cuál es la gran condición que si no se cumple, se viene abajo todo lo dicho anteriormente?
     La condición que puede anular todo si no se cumple, es OBEDECER A DIOS. ¿Obedecer en qué?
     Así habló Jesús:
Y cuando estéis orando, PERDONAD si tenéis algo contra alguno.”
     Es un mandato, que debemos obedecer si realmente queremos que nuestra oración sea oida y respondida por Dios.
     Jesús nos manda que al orar al Padre DEBEMOS PERDONAR.
     ¿Para qué?
¨Para que también vuestro Padre que está en los Cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas. Porque si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en los Cielos os perdonará vuestras ofensas."
     Es decir, que antes de orar al Padre, se debe pedir la guía del Espíritu Santo para que nos ilumine si tenemos algo contra alguien o, tal vez, alguien contra nosotros. A veces, no tenemos muy claro estas situaciones o la memoria nos falla y sólo el Espíritu Santo puede disipar o echar luz en ellas, además, sólo ÉL puede darnos el PODER para PERDONAR en el Nombre de Jesús, porque por nosotros mismos y en nuestras fuerzas no podríamos hacerlo.
     ¿A quién debo perdonar?
“…soportándoos unos a otros y perdonándoos unos a otros, si alguno tuviera queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, ASÍ TAMBIÉN hacedlo vosotros.” Colosenses 3:13.
Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, COMO Dios también los perdonó a vosotros EN Cristo.” Efesios 4:32.
Y perdona nuestras deudas COMO también nosotros perdonamos a nuestros deudores.”
Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre Celestial, MAS SI NO perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.” Mateo 6: 12, 14, 15.
Por tanto, si traes tu ofrenda al Altar y allí te acuerdas de que tu Hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del Altar, y anda, reconcíliate primero con tu Hermano y entonces ven y presenta tu ofrenda.” Mateo 5: 23/24.
     La historia que Marcos narró comienza con que “Jesús tuvo hambre”, continúa con “la maldición de la higuera estéril” que se seca desde la raíz y finaliza con las siguientes palabras:
Porque si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en los Cielos perdonará vuestras ofensas.
     ¿Existe alguna relación entre estas partes?
     Si deseamos obedecer a Dios, el acto de perdonar a alguien con todo nuestro corazón, sinceramente, puede demandar de nuestra parte, ayuno, oración y humillarnos ante Dios.
     Si no perdonamos a… de todo corazón, Dios no  perdona, ni escucha ni responde. ¿Por qué? Porque nos ama.
     Dios quiere sanar nuestras heridas, resentimientos, amarguras, que tal vez están guardados, bien escondidos, allí en lo profundo del corazón. Pero a Él no podemos engañarlo, todo lo ve, todo lo escudriña, todo lo conoce. Es el Señor de la Historia, de nuestra historia. ¿Qué podemos ocultarle?
     Jesús vino a libertar a los cautivos. Tal vez estamos cautivos de una experiencia traumática de la niñez, de un abandono, de un engaño… El Señor quiere que el Espíritu Santo ilumine lo más escondido de nuestro ser, que aún permanece en tinieblas, muchas veces sin ser conscientes de ello y sanar nuestras heridas al inundarnos de su amor y perdón, para que en el Nombre de Jesús podamos perdonar y no morir.
     ¿Qué consecuencias trae el “no te perdono”?
     Entre los países del mundo: guerras, violencias, saqueos, robos, enfermedades, virus, destrucción, asesinatos, dolor, odios, venganzas, envidias, codicias, etc
     Cuando una persona no ha perdonado a alguien, si no permite que Dios obre en su vida, en algún momento comienza su propia destrucción con amargura, resentimiento, odio, deseo de venganza, esterilidad, y se va secando de raíz. Las tinieblas avanzan en su interior y se apagan la Fe, la Esperanza y el Amor, comienza a enojarse con Dios, a culparlo y sin querer, hiere a quienes le aman.         La falta de perdón no sólo interrumpe la relación con Dios sino que la distorsiona. La persona pierde la confianza en Él y se hunde en su dolor, sola.
     Dice Isaías 1: "Toda cabeza está enferma y todo corazón doliente. Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay en él cosa sana, sino herida, hinchazón y podrida llaga, no están curadas, ni vendadas ni suavizadas con aceite."
     Obedecer a Dios es una decisión de FE, perdonar es una decisión de FE. Vayamos a la Biblia:
Que ninguno agravie ni engañe en nada a su Hermano, PORQUE el Señor es VENGADOR de todo esto, como ya os hemos dicho y testificado.” 1° Tesalonicenses 4:6. ¿Le crees a Dios?
No aborrecerás a tu Hermano en tu corazón. No te vengarás ni guardarás rencor… sino amarás a tu prójimo como a ti mismo. YO JEHOVÁ.” Levítico 19:18. ¿Le crees a Dios?
No digas: yo me vengaré. Espera a jehová y Él te salvará.” Prov. 20:22. ¿Le crees a dios?
No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios, porque escrito está: Mía es la venganza, YO pagaré, dice el Señor. Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer, si tuviere sed, dale de beber, pues haciendo esto, ascuas de fuego, amontonarás sobre su cabeza. No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal.” Romanos 12: 19/21. ¿Le crees a Dios?
Pues conocemos al que dijo: Mía es la venganza, YO daré el pago, dice el Señor. Y otra vez:
     EL SEÑOR JUZGARÁ A SU PUEBLO.
     ¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo!” Hebreos 10: 30/31.
     ¿Le crees a Dios?
     Sinceramente, ¿le crees a Dios? Si es así, entonces, obedece a Dios y ¡PERDONA!
    Jesús busca higueras fructíferas.
    ¿Dónde están las higueras fructíferas?
     Hay una estrecha relación entre la narración de Marcos, “Maldición de la higuera estéril” que se seca desde la raíz con el final.
     Dios no quiere que seamos higueras estériles, que nos sequemos de la raíz. La falta de perdón corta la relación con Dios y seca desde la raíz, mata.
     Porque Dios nos ama, quiere impedir que seamos cortadas y arrojadas al fuego para arder. Desea que nuestro Fruto sea la Santificación y nuestro Fin la Vida Eterna.
     Medita:
     El año 2019 está a la puerta. ¿Cuál es tu decisión, tu compromiso con el Señor Jesús, hoy y ahora?
     ¿Le vas a creer a Dios?
     ¿Vas a obedecer a su Palabra?
     ¿Vas a perdonar sinceramente y en el Nombre del Señor Jesús?
     Si es así, amada Higuera de Dios, vas a poder decir como Pablo:
Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la Fe del Hijo de Dios, el que me amó y se entregó a sí mismo por mí.” Gálatas 2:20.
     En oración y con la guía del Espíritu Santo, reflexiona en la letra de la siguiente canción.
     ¿Dónde están las higueras fructíferas?



Elena Sanfilippo Ceraso.
20 de noviembre del 2018


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