martes, 18 de abril de 2017

Comienzo de la Serie. Dios no detiene su propósito




















Y también todos los que quieran vivir piadosamente en Cristo Jesús, padecerán persecución. (2° Timoteo 3:12).

A veces me pasa que me quito los “pies de ciervas para andar en las alturas” que Dios me ha dado, otras veces dejo el “cordero” en que Dios está tratando de transformarme, pastando en el fondo…, El diablo entonces, aprovecha para comenzar a murmurar viejas mentiras acerca de Dios en mis oídos. ¿Crees aún que Dios va a hacer algo a favor de los suyos? ¿Hay conocimiento en el Altísimo de los que está ocurriendo? (salmo 73:11).

El Pueblo de Dios padece…
En Oriente persecución, saqueo de sus bienes, prisión, crucifixión, masacre y exterminio de pueblos cristianos, secuestro y venta de mujeres esclavas, asesinato de niños, secuestro y casamiento de niñas pequeñas, que mueren en su “noche de bodas” con “siervos del infierno”, habiendo vivido apenas 5 o 6 años, sin haber podido disfrutar de su infancia, niños que por negarse a matar al prójimo, les cortan las manos…



En Occidente, destrucción de la familia, tibieza espiritual, aumento de las enfermedades por el temor al futuro, por lo que escasean la Fe, la Esperanza y el Amor de Dios, se duda incluso de su existencia. Abundan los falsos líderes cristianos o lobos rapaces, nuevos Judas que traicionan y entregan a las ovejas, por mezquinos intereses personales sin importarles que anden por ahí descarriadas, heridas, esquiladas, temerosas. La política, las religiones y el falso ecumenismo están socavando los fundamentos de la Fe cristiana. El mundo, la codicia, las adicciones, el individualismo, etc. invadieron a la iglesia y la condujeron a la apostasía. De la Biblia y de la Salvación por Gracia por medio del Sacrificio del Señor Jesús apenas se habla.


De pronto, siento que todo el peso del mal ha caído sobre mí y me vence.
Y me desangro… me desangro lentamente…
A veces la aflicción, otras veces, el enojo y otras veces la indignación se apoderan de mí. Y repito las mismas palabras, que desde el principio han salido de la boca de algunos creyentes:
¿Por qué, Señor? ¿No oyes el clamor de tus Hijos? ¿Hasta cuándo callarás?
Acecha el impío al justo y procurará matarlo. (Salmo 37:32).
Oh, impío, no aceches la tienda del justo, no saquees su cámara, (Proverbios 24:15).
Los impíos hablan contra el Cielo y se burlan diciendo: ¿Dónde está tu Dios?

Resuenan en mi mente las palabras de Pablo:
No seas vencido de lo malo, sino vence con el BIEN, el mal. (Romanos 12:21).
Entonces, como dice el salmista, (73:17, 23, 24, 28), aunque fue duro trabajo para mí, entré delante de tu Presencia y comprendí…
Me tomaste de la mano derecha y me has guiado según tu Palabra y después me recibirás en Gloria…
En cuanto a mí, el ACERCARME A DIOS ES EL BIEN.
Así es que, fui a buscar el cordero que había dejado en el fondo y me calcé los pies de ciervas que me diste, para regresar al lugar donde Tú quieres que ande: EN TUS ALTURAS.

Estos sencillos estudios:
¿Hastiado hasta la muerte?, JOB,
¿Enojado hasta la muerte? JONÄS,
¿Deprimido hasta la muerte? ELÍAS,
¿Por qué me haces ver iniquidad? HABACUC,
La Mano de Dios ha salido contra mí. NOEMÍ,
tratan acerca de la maldad, la injusticia, los padecimientos de los JUSTOS a manos de los impíos y la prosperidad de estos últimos con el aparente aval o consentimiento de Dios y que existen desde el comienzo del mundo, atravesando la historia del hombre sobre la tierra. Leemos en Apocalipsis 6:9-10, que las almas de los mártires también claman a gran voz, diciendo:
¿Hasta cuándo Señor, Santo y Verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra?

Todo esto puede llevar al creyente a dudar de Dios y de su Amor hacia los Suyos y como consecuencia de creer las mentiras del diablo, puede caer en depresión, aflicción, amargura, enojo, en extremo, llegando, incluso, a pedir a Dios que le quite la vida.
Pero Dios no detiene su PROPÓSITO.
Si bien el diablo vino para robar, matar y destruir, y en este plan nos incluye a ti y mí también, el Señor Jesús vino para DAR VIDA y VIDA ABUNDANTE al que viene a Él.

Querido Hermano/a: El propósito de Dios es que seamos transformados a la imagen del Señor Jesús por medio del Espíritu Santo. “No ya yo, mas Cristo vive en mí”, dijo Pablo.
En Romanos 8:22 leemos: Porque sabemos que toda la Creación gime a una, y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las Primicias del Espíritu Santo, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la Redención de nuestro cuerpo.

Padre Amado:
Te ruego que me perdones porque tantas veces permito que la duda me invada. Lléname de tu Espíritu Santo y ayúdame a clamar sin cesar y a no desmayar, por tu Justicia Divina sobre tu Pueblo perseguido, oprimido, azotado, injuriado,…al cual pertenezco y también para mi vida.
Deseo hacer tu voluntad. Ayúdame a orar por nuestros enemigos para que se conviertan a Ti y abandonen el mal camino por el que andan y a perdonarlos. ¡Ayúdame!
Cumple tu propósito en mí





(Elena Sanfilippo Ceraso
          01/02/2017)



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