viernes, 19 de octubre de 2018

YO SOY 2° Parte.




Serie: A quién amas.

     Bienaventurado el que LEE y los que OYEN las palabras de esta profecía y GUARDAN las cosas en ellas escritas, porque el tiempo está cerca. Apocalipsis 1: 3.

     Apocalipsis 1, 2 y 3. ¿Me acompañas en esta sencilla meditación? 
     Juan transmite a las siete Iglesias la Salutación de parte del Señor Jesús: Gracia y Paz.
     Antes de meditar en el Mensaje que el Señor Jesús envía a cada Iglesia, debemos practicar ANÁNMESIS, esto es RECORDAR lo que hemos oído, leído y experimentado acerca de nuestro Señor Jesucristo y RECORDAR QUIÉNES SOMOS gracias a su Amor inmerecido por nosotros.
     Dice Apocalipsis 1:

     Del Señor JESÚS: El testigo fuel, el primogénito de los muertos, el soberano de los reyes de la Tierra, viene con las nubes y todo ojo le verá… A Él sea la Gloria e Imperio por los siglos de los siglos. Amén.
     El mismo Señor se presenta así: YO SOY el Alfa y la Omega, Principio y Fin, el que ES, el que ERA y el que HA de venir, el Todopoderoso.

     Apocalipsis dice de NOSOTROS: nos AMÓ y nos LAVÓ de nuestros pecados con su Sangre y nos hizo Reyes y Sacerdotes para Dios su Padre.


     El Apóstol Juan se presenta como nuestro Hermano y COPARTÍCIPE nuestro EN la TRIBULACIÓN, EN el REINO y EN la PACIENCIA de Jesucristo, estando Prisionero, ya muy anciano, por causa de la Palabra de Dios y el Testimonio de Jesucristo.
     Medita:
     ¿Llamas a Juan tu Hermano y Copartícipe tuyo en la Tribulación, en el Reino y en la Paciencia? O, ¿piensas nada más que en el Reino excluyendo “Tribulación” y “Paciencia”?
     Hechos 14:22 narra que Pablo exhortaba a los Discípulos a que PERMANECIESEN en la FE, diciéndoles:
"Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el Reino de Dios".
     Regresemos al texto. Juan estaba en el Espíritu, cuando tuvo el Encuentro con el Señor Jesús y realiza una preciosa descripción de Él en los V. 13 a 16.

“ …Y en medio de los siete candeleros, vi a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido de una ropa que llegaba hasta los pies y ceñido por el pecho con un cinto de oro. Su cabeza y su cabello eran blancos como blanca lana, como nieve, sus ojos como llama de fuego y sus pies semejantes al bronce bruñido, refulgente como en un horno y su voz como estruendo de muchas aguas.
Tenía en su Diestra siete estrellas, de su boca salía una Espada aguda de dos filos y su rostro era como el sol cuando resplandece en su fuerza.
Cuando le vi, CAÍ como muerto A SUS PIES. Y Él puso su Diestra sobre mí, diciéndome:
No temas, YO SOY el Primero y el Último, y el que vivo y estuve muerto, mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las LLAVES del HADES y de la MUERTE”.
     Cuando Juan vio al Señor, cayó como muerto a sus pies.      El libro de Hechos narra que durante la conversión de Pablo, cuando Jesús se atravesó en su camino, él CAYÓ en tierra…
     Juan (18:6), narra que Judas tomó una compañía de soldados y alguaciles y fueron al huerto para arrestar a Jesús con armas, linternas y antorchas. Jesús se adelantó y les dijo: ¿A quién buscáis? Le respondieron: A Jesús Nazareno.
     Jesús les dijo: YO SOY.
     Cuando les dijo: YO SOY, retrocedieron y CAYERON a tierra.
     En Filipenses 2: 10/11, leemos:
“…para que en el Nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los Cielos y en la Tierra y debajo de la Tierra,
Y toda lengua CONFIESE que Jesucristo es el Señor, para Gloria de Dios Padre”.




Elena Sanfilippo Ceraso
           7/7/2018




No hay comentarios:

Publicar un comentario