martes, 7 de abril de 2015

Esta leve tribulación momentánea

¿Por qué para Pablo una tremenda tribulación es leve y momentánea?.
Pablo y Silas en Filipos. El pueblo se agolpó contra ellos, las autoridades ordenaron en su contra: que los azotaran mucho, los echaran en la cárcel con seguridad, y en el calabozo de más adentro, asegurándoles los pies en el cepo. ¡Estaban lastimados, sangrando, muy doloridos, en un calabozo oscuro e inmundo!.
Pero, ¿qué hacían Pablo y Silas?. ¡Oraban a Dios y cantaban himnos!. Y los presos oían. (Hch. 16)



Leemos en Romanos 12:12, que Pablo nos dice que seamos sufridos en las tribulaciones y constantes en la oración. Que las dos vayan juntas y de la mano, no es tan fácil. Ante la tribulación podemos dejar de orar y alejarnos de Dios. El decidir actuar como Pablo: ¨Porque por la mucha tribulación y angustia del corazón os escribí con muchas lágrimas acerca de mi amor por ustedes". (2ª Cor.2:4). En medio de tanto dolor consolar a otros, amarlos, ¿es posible?. ¿O ponemos toda nuestra atención en nosotros mismos y esperando en recibir de los otros?.
Aquí esta la llave, el secreto: ¡Bendecir a Dios y consolar a otros atribulados!.Dice Pablo: “Bendito sea el Dios y Padre de Nuestro Señor Jesucristo, Padre de Misericordias y Dios de toda Consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios." (2ª Cor. 1:3-5).
¿Y por qué debemos ser constantes en la oración? Para no desmayar. Y aunque el hombre exterior se va desgastando por la tribulación, el interior se renueva día a día.
Nos cuenta Pablo que en Asia fueron abrumados sobremanera, más allá de sus fuerzas, y perdieron la esperanza de conservar la vida. Pero depositaron su confianza en el Dios que resucita a los muertos, el cual los libró y los libra.(2ª Cor.1: 8-9). 
¿Puede la tribulación separarnos del Amor de Cristo?. Lee Romanos 8: 28-39. ¡No puede! Jesús Resucitado intercede por nosotros. Y aunque seamos muertos todo el tiempo y seamos contados como ovejas de matadero, ¡somos más que vencedores por medio de Jesús que nos amó!. Nada puede sapararnos del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor Nuestro. ¡Nada!.
La tribulación puede ser muy grande, pero Jesús quiere llenarte de su consolación, que sobreabundes de gozo, aunque tengas muchos problemas afuera y dentro muchos temores. Por eso, en medio de gran tribulación, recibamos la Palabra de Dios con gozo del Espíritu Santo. No permitamos que el diablo nos tiente y nos inquietemos, porque la Palabra predice que vamos a pasar por ellas. Es por gracia de Dios que en grandes pruebas abunde el gozo.
En Apocalipsis 1:9 dice: "Yo Juan, vuestro hermano y copartícipe vuestro en la tribulación, en el Reino y en la paciencia de Jesucristo, estaba preso en la isla de Patmos, por causa de la Palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo".
¿Te asombras por los mártires de Jesús a través de la historia y hoy mismo?.



El mismo Señor Jesús nos avisa: "Entonces os entregarán a tribulación y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi Nombre, muchos tropezarán y se entregarán unos a otros." (Mt. 24:9-10).
Pero, ¿quiénes tropezarán?. Los que oyen la Palabra y la reciben con gozo, pero no tienen raiz en sí, sino que son de corta duración, porque cuando viene la tribulación o persecución por causa de la Palabra, luego tropiezan. (Mc. 4:16-17).
Por eso, ¡nos gloriamos en las tribulaciones! (Rom. 5:3).
Porque es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el Reino de Dios. (Hch. 14:22).

Meditación
¿Por qué Dios permite las tribulaciones? ¿Qué efecto producen en el cristiano sincero?.
Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente eterno peso de gloria. No mirando las cosas que se ven, sino las que no se ven, pues las primeras son temporales y las que no se ven son eternas (2ª Cor. 4: 17-18). Y esto es fe: la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. (Hbr. 11).
Por la fe en Jesús algunos experimentaron vituperio, azotes, cárceles. . . Fueron apedreados, aserrados, anduvieron de acá para allá, cubiertos de pieles de ovejas, angustiados, maltratados, de los cuales el mundo no era digno, errando por los desiertos, por los montes, por las cuevas de la tierra.
POR TANTO, NOSOTROS TAMBIÉN, PUESTOS LOS OJOS EN JESÚS, EL AUTOR Y CONSUMADOR DE LA FE, CORRAMOS CON PACIENCIA LA CARRERA QUE TENEMOS POR DELANTE. (Hbr. 12:1).

Invitación
Te invito a que conozcas a Helen Howarth Lemmel quien acudió a buscar el consuelo del Padre de Misericordias y Dos de toda Consolación. El fruto fue el himno "Fija tus ojos en Cristo" que a muchos nos consuela hoy.



Decisión Personal
A continuación te presento el himno citado. Ruego a Dios que decidas ahora fijar tus ojos en Cristo.



(Elena Sanfilippo Ceraso
    martes 07/04/2015)

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