sábado, 2 de enero de 2016

BUENOS RELIGIOSOS: SEGUNDA PARTE - CORNELIO


“Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en Espíritu y en Verdad, porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren”. (Juan 4; 23).

Había en Cesarea un hombre de nombre Cornelio, centurión de la Compañía llamada “La Italiana”. (Hechos 10: 1- 48).
La Biblia lo describe así:
“…piadoso, temeroso de Dios con toda su casa, hacía muchas limosnas al pueblo y oraba a Dios siempre”. (V. 1-2). “…varón justo y temeroso de Dios y que tiene buen testimonio en toda la nación de los judíos”. (V. 22).

Centurión: Oficial del ejército romano, comandante de cien soldados o más.

Un día, un ángel de Dios, en visión entró donde él estaba y le dijo:
- Tus oraciones y tus limosnas han subido para memoria delante de Dios. Envía ahora a buscar a Simón (Pedro) a Jope. 


Le indicó dónde encontrarlo y Cornelio así lo hizo.
Pedro y Cornelio, oraban a Dios al mismo tiempo, sin saberlo y separados por 45 Km. de distancia. Dios desde los Cielos, miraba y estaba atento su oído a la oración de ambos. Iba a hacer una tremenda obra en sus vidas, aunque ellos ni lo sospechaban.
Por su parte, Pedro también tuvo una experiencia celestial, en visión, por medio de la cual Dios lo reprendió por sus prejuicios, como judío, hacia los gentiles y lo preparó para su próximo encuentro con Cornelio diciéndole: “Lo que Dios limpió no lo llames tú común o inmundo”.
Pedro ya no era un religioso más. Él había tenido un Encuentro Personal con Jesús. Era su discípulo, había vivido con Él. Toda su vida había sido transformada por el Señor. Y ahora, nuevamente, Dios lo estaba eligiendo para un nuevo Ministerio: extender el Mensaje de Salvación, el Evangelio del Señor Jesucristo más allá del pueblo judío, a los gentiles. Pero para esto, Dios debía renovar la mente y el corazón de Pedro.
Pero volvamos a la escena cuando Pedro es reprendido por Dios. Luego el Espíritu Santo le avisó que lo iban a venir a buscar determinados hombres y que debía ir con ellos. Y así fue.
Cuando Pedro estuvo frente a Cornelio, dijo ante todos los presentes:
-Ustedes saben cuán abominable es para un varón judío juntarse o acercarse a un extranjero, pero a mí me ha mostrado Dios que a ningún hombre llame común o inmundo.

Abominable: Malo, inicuo. Todo lo no apropiado ante Dios o para su servicio.
Inmundo: Impuro, pecador. La persona considerada inmunda estaba excluida del santuario y de la comunidad. El extranjero era considerado inmundo, un gentil de otra religión y con otras autoridades.

Cornelio le narró lo sucedido a Pedro y le dijo:
-Ahora pues, todos nosotros estamos aquí en la presencia de Dios para oir todo lo que Dios te ha mandado.


-EN VERDAD, COMPRENDO QUE DIOS NO HACE ACEPCIÓN DE PERSONAS, SINO QUE EN TODA NACIÓN SE AGRADA DEL QUE LE TEME Y HACE JUSTICIA.

Entonces Pedro procedió a presentarles el Evangelio de Jesucristo. De cómo murió en la Cruz del Calvario y Dios lo resucitó al tercer día, y de que todos los que en Él creen recibirán “perdón de pecados por su Nombre”.
Mientras hablaba, el Espíritu Santo cayó sobre todos los que oían su discurso y los judíos que vinieron con Pedro, estaban atónitos de que también sobre los gentiles se derramara el Espíritu Santo.
Pedro luego los bautizó en el Nombre del Señor Jesús.

*     *     *     *     *

“Ustedes dejan lo más importante de la Ley: la Justicia, la Misericordia y la Fe en Dios.” Mateo 23: 23.
Cornelio, el centurión, había sido un buen religioso, pero él no dejaba de lado la Justicia, la Misericordia y la Fe en Dios, como vimos que sí lo hacía “el joven rico”. Así lo confirman los testimonios sobre Cornelio en la Biblia. Él amaba a Dios, no a la religión. 
Dice Dios: “Yo Soy el que escudriña la mente y el corazón”. Apocalipsis 2: 23.
Conocía bien a Pedro y a Cornelio, que oraban a Él con un corazón sincero y esperando una respuesta de su parte. Entonces, sin tener en cuenta prejuicios, distancias y derribando barreras religiosas, hizo que Pedro le presentara el Evangelio a Cornelio y a los presentes.
Ambos fueron transformados por Dios. Cornelio escuchó el Llamado de Dios y le dijo SÍ. De buen religioso sincero, pasó a ser un CREYENTE en JESÚS, recibiendo el perdón de pecados en su Nombre. ¡Ahora sí era salvo! ¡Creía en Jesús!
Pedro, por su parte, si bien era un creyente fiel en el Señor Jesús, también le dijo SÍ al Señor. Estaba dispuesto a renunciar al resto de religión que aún llevaba pegado en su mente, corazón y cuerpo. ¡Nuevamente optó por Cristo! Y reconoció públicamente: 
“En verdad comprendo que Dios no hace acepción de personas. Sino que en toda nación se agrada del que le teme y hace Justicia”. Hechos 10: 34- 35.
Recién después de esta renuncia y “declaración pública”, pudo proceder a presentar a los presentes un Mensaje de Salvación Cristocéntrico”. 
¡Sólo en Jesús hay Salvación!

MEDITA:
Dios busca verdaderos adoradores que lo adoren en Espíritu y Verdad.
Tanto el buen religioso como el joven rico y el buen religioso sincero como Cornelio, necesitan del Señor Jesús para alcanzar Salvación. Ninguno de los dos es salvo, porque la religión no salva a nadie. Para ambos, la única manera de heredar la Vida Eterna y obtener el perdón de pecados, es por medio de Jesús, teniendo un Encuentro Personal con el Señor. 
¡JESÚS ES EL CAMINO!
El que adora a Dios en Espíritu y en Verdad, como Pedro, busca hacer su Voluntad, sin importar a qué tiene que renunciar. Está en Comunión permanente con Dios.

¿EN QUÉ LUGAR TE ENCUENTRAS TÚ?







(Elena Sanfilippo Ceraso
     viernes 01/01/2016)

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