miércoles, 1 de febrero de 2017

¿LENGUA CELESTIAL O INFERNAL? Parte 2


Lectura del SALMO 121

MI GUARDADOR NUNCA DUERME.
Este pobre salmista angustiado, salió al exterior de su tienda, alzó sus ojos y miró a los montes, donde adoran sus vecinos a sus dioses y preguntó:
Alzaré mis ojos a los montes, ¿de dónde vendrá mi socorro?
Esto es, mi socorro, ¿viene, tal vez, de los montes?
Y de inmediato, realiza una declaración pública de su FE, continúa hablándole al oyente o lector, en este caso, transmitiendo palabras de consuelo, esperanza, confianza, seguridad en Dios, para que la Fe del oyente o lector, se avive, se encienda, crezca.
El salmista le garantiza al lector u oyente, que DIOS ES SU GUARDADOR.
Guardador: Cuidador, defensor, custodio, vigilante. Que pone bajo llave. Preserva de cualquier daño, conserva. Retiene para sí.

Expresa que Dios es nuestra SOMBRA, unida a nosotros, que nos guardará de la fatiga del día y de la noche, del sol y la luna, que nos guardará del maligno, guardará nuestra entrada y salida y nuestro pie no resbalará jamás. ¿Por un determinado tiempo? ¡No! Desde ahora y para siempre!
Este salmista decidió clamar a Dios, creyendo que le iba a responder, que lo estaba mirando y escuchando. Manifiesta públicamente su Fe en Dios y pide su auxilio, estableciendo la DIFERENCIA entre él y sus vecinos: PACÍFICO -GUERREROS, según el Dios o dioses a quienes adoran.
Tiene su confianza puesta en un Dios que es su GUARDADOR desde ahora y para siempre. Y Dios le respondió.


Porque los ojos del Señor están sobre los justos y sus oídos atentos a sus oraciones. 1° Pedro 3:12.
Dios multiplicó, renovó las fuerzas del salmista, dándole la seguridad de que es su GUARDADOR.
Estaré seguro bajo la cubierta de tus alas. Salmo 51:4.
A pesar de la creciente enemistad de sus vecinos, el salmista no se integra, no vive ni actúa como ellos, por temor, tampoco disimula ni oculta su Fe, para salvar su vida, porque tiene su Fe puesta en un Dios que es su GUARDADOR. Él sólo debe vivir en ese medio hostil, de acuerdo a su Fe.

Hermano/a, MEMORIZA el Salmo 121.
CREE la Palabra de Dios, atesórala en tu mente y corazón. Alza tus ojos ahora mismo a tu Padre Celestial. ¡Tu socorro viene de Él, desde ahora y para siempre! No estás solo. ¡Tienes un GUARDADOR!
No se dormirá el que te guarda





(Elena Sanfilippo Ceraso
           20/8/2016)

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