domingo, 18 de noviembre de 2018

EL TRONO 10° Parte



Serie: ¿A quién amas?

El Mensaje a LAODICEA
     ¿Quieres sentarte en el Trono del Señor Jesús?
Lee atentamente el siguiente Mensaje.
     El Señor se presenta como el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la Creación de Dios.
     Le escribe al Ángel de Laodicea, le dice que conoce sus obras y lo describe como TIBIO, que no es ni frío ni caliente.
Le anuncia que por ser TIBIO le vomitará de su boca.
     ¿Por qué tomó esa decisión?
     Porque el Ángel dice que es rico y que no tiene necesidad de nada.
     El Señor Jesús realiza un diagnóstico de la verdadera situación del Ángel de esta Iglesia y se lo transmite por escrito:
Tú eres desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo.
     Exhortación: Que en Jesús busque ser rico, vestiduras blancas para vestirse y que unja sus ojos para que vea, esto es, que por el Poder del Espíritu Santo sean abiertos sus ojos espirituales. Sólo quien tiene a Jesús es ¡RICO!
     El Señor llama al Ángel de Esmirna RICO, por sus obras, tribulación y pobreza. Con este Ángel, ocurre todo lo contrario, por lo que el Señor lo exhorta a que se ARREPIENTA y a que sea celoso, cuidadoso de las cosas de Dios.
     No deja de decirle que lo ama, con las siguientes palabras:
Yo reprendo y castigo a todos los que amo”.
     Es por ese Amor a sus Discípulos, que el Señor Jesús golpea sin cesar a la puerta, esperando que ALGUNO le abra y le permita “ENTRAR EN EL” para cenar juntos. El Señor anhela tener un tiempo de intimidad con cada Discípulo, por eso insiste en el llamado. Invita a cada creyente a tener un tiempo de intimidad, para que se arrepienta y se vuelva a Él y sea uno con Él.
     Jesús espera y espera aún. Pero hace pensar su expresión:
                     “…SI ALGUNO oye mi voz…”
     El SI es condicional. Puede o no ser o que suceda algo.
     En Sardis, el Señor menciona que hay unas POCAS personas que andan en santidad. En cambio, en Laodicea reina la tibieza, no hay nada seguro, según las palabras del Señor: “…si alguno…”
     En su carta, el autor reprende a los Hebreos, (5:11):
"...os habéis hecho tardos para oir."
Y advierte contra la APOSTASÍA.
     ¡Preciosos los ejemplos que da! Compara a los creyentes con la tierra, dice así:
     Porque la tierra que bebe la lluvia que muchas veces cae sobre ella y produce hierba provechosa a aquellos por los cuales es labrada, recibe la BENDICIÓN de Dios,
pero la que produce espinos y abrojos es reprobada, está próxima a ser MALDECIDA y su FIN ES el ser QUEMADA.
     Regresemos al texto, a la Promesa que realiza el Señor Jesús.
     PROMESA: 
     Al que venciere, esto es, SI ALGUNO oye su voz y le permite que entre en él para cenar juntos y se arrepiente de su tibieza, consagrándose por completo, el Señor le promete que le dará que se siente con Él en su TRONO.

"Así que la FE es por  el OIR y el OIR por la Palabra de Dios.
Pero digo: ¿No han OIDO? Romanos 10: 17/18
"El que tiene oido OIGA lo que el Espìritu dice a las Iglesias".





Elena Sanfilippo Ceraso
23/7/2018




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