Serie: El Pueblo de la Cruz: una Nueva
Creación.
Repasemos. Como parte del Pueblo de la
Cruz del Señor Jesús debemos:
-Cuidar nuestra Salvación cobn temor y
temblor.
.Presentar ante el Ùnico Dios que
RESUCITA a los muertos la tribulación que nos sobrevino, que nos
abruma sobremanera, pues no encontramos salida posible de la misma,
creyendo que sòlo Èl puede LIBRARNOS y que de nuestra parte NADA
podemos hacer.
-Ser reconocidos como Hijos de paz.
-Cooperar a favor de nuestros Hermanos
con la Oración. Ser agradecidos con quienes COOPERAN con nosotros
en Oración.
Continuemos.
Marcos 24:32/42 narra cómo Jesús fue
a Getsemaní con sus Discípulos y tomó consigo a Pedro, a Jacobo y
a Juan y comenzó a entristecerse y a angustiarse, Y les dijo:
-Mi alma está MU TRISTE HASTA LA
MUERTE, quedaos aquí y VELAD.
Yéndose un poco adelante, se postró
en tierra y oró... Vino luego y los halló durmiendo porque estaban
MUY TRISTES y dijo a Pedro:
-Simón, ¿duermes? ¿No has podido VELAR
una hora?
VELAD Y ORAD
PARA QUE NO ENTRÉIS EN TENTACIÓN.
Otra vez, Jesús se fue y oró...
Y así por tres veces, vino y los halló
durmiendo.
Una inmensa tristeza había inundado a
estos fieles Discípulos del Señor. Tan grande era, que estaban
agotados emocionalmente y tenían sus OJOS CARGADOS DE SUEÑO y no
sabían qué responder.
¿Qué iban a decir? ¿Que no
entendían lo que estaba pasando, pero tenìan mal presentimiento?
¿Que nunca lo habían visto en ese estado? ¿Que últimamente habían
pasado muchas cosas difíciles de entender para ellos?. ¿Que lo que
los abrumó sobremanera, fue escucharlo decir: “Mi alma está muy
triste hasta la muerte”?
Habían sido testigos de cómo resucitaba
muertos, calmaba tempestades, cómo los demonios se sometían ante
Él...
Y ahora... esta frase... ¿Cómo que
estaba muy triste hasta la muerte? Un sentimiento de orfandad se
apoderó de ellos, al olvidar que el Señor les había prometido:
“No
os dejaré huérfanos”.
Se durmieron embriagados por la
tristeza... Aún no entendían la Voluntad de Dios.
Te invito a que seamos parte de la
escena. Tú y yo estamos ahí, derrumbados, aplastados por la
tristeza.
Vemos al Señor, en agonía,orando
intensamente y siendo fortalecido por un Ángel del Cielo. Vemos que
su sudor era como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra. ¿Qué dice? ¿Qué significan sus palabras:^Padre, si quieres pasa
de mí esta COPA, pero no se haga mi voluntad sino la tuya”?
No entendemos nada... Permitimos que la
tristeza de apodere de nosotros... Superados por la situación, nos
dormimos profundamente.
En medio de su agonía, el Señor no
dejó de pensar ni de orar por nosotros. Tres veces vino y nos halló
durmiendo. Como un Padre, como un Hermano nos reprendió: con Amor:
- “Oren, velen, para no entrar en tentación!”
Pero no pudimos
responder nada. Nuestros OJOS ESTABAN CARGADOS DE SUEÑO por la
tristeza.
CONTINUARÁ
Elena Sanfilippo Ceraso
1 de diciembre del 2018
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