viernes, 18 de noviembre de 2016

¿Dónde morarás tú?

El numero de creyentes de procedencia musulmana ha aumentado radicalmente en el Cuerno de África, a pesar del alto precio que conlleva la decisión de dejar el islam para seguir a Cristo de todo corazón.


El estudio anterior, ¡AY, AY, AY! ¡AY, DE TI!, finalizaba con una pregunta:
¿Qué profetiza Isaías, acerca de los moradores de Sion, la Santa Ciudad?
No te asombres, Hermano/a. No te asombres. Esta Profecía alcanza también a la Iglesia de hoy.
El profeta continúa y distingue en Sion, entre JUSTOS y PECADORES. Tremendo pasaje profético, para su época, para nuestra época y más también. Isaías se refiere a la Ciudad Santa de David, pero se traslada a la Nueva Sion, la Nueva Jerusalén, en el futuro, que bien puede ser para este tiempo. Ahora, ¡ya!
¿Cuál será el fin de los pecadores y el fin de los justos dentro de Sion y de la Iglesia?
Dice, con respecto a este tema: Los PECADORES se asombraron en Sion y los HIPÓCRITAS se espantaron. Aterrorizados, se miraban unos a otros y se preguntaban:
¿Quién de nosotros morará con el fuego consumidor?
¿Quién de nosotros habitará en las llamas eternas?



PECADORES e HIPÓCRITAS, estas personas eran conscientes de su FIN y tenían conocimiento de que eran infieles a Dios, que le habían dado la espalda. Habían empezado bien, formando parte de la Jerusalén de Dios, y es cierto, que si bien, seguían cumpliendo con todos los rituales, eran buenos religiosos y participaban de las fiestas solemnes a Dios, en un determinado momento de su vida, se habían dejado enlazar por el ORGULLO y la CODICIA, y comenzaron a practicar el pecado, el pasaje habla de SAQUEO y DESLEALTAD. De igual modo, también ocurrió con Adán y Eva, Judas, que fueron codiciosos y desleales a Dios y a su prójimo, pero no sólo eso, ninguno de ellos se reconocía como pecador, ni se arrepentían delante de Dios, ni buscaban su perdón. El pasaje describe más aún el accionar de estos hombres, dice que cuando se encontraban reunidos, se preguntaban quién de ellos iba a morar con las “llamas eternas”. ¡Aún estaban a tiempo de cambiar su final y no hacían nada! Se aterrorizaban de sólo pensar en el fuego consumidor, pero no hacían nada.












¿Pero, por qué Isaías establece la diferencia entre PECADORES E HIPÓCRITAS?
Claro que ambos son PECADORES, es por eso que en el próximo Estudio, analizaremos qué dice el Señor Jesús acerca de los HIPÓCRITAS y podrás ver que se dirige a ellos con un dictamen de condenación. No actúa así con los pecadores NO hipócritas, a quienes llama al arrepentimiento. ¿Quieres saber por qué?
Lee el próximo Estudio: ¿PECADORES e HIPÓCRITAS?, es necesario conocer los pensamientos del Señor Jesús acerca de este tema.
Continuando con el pasaje, Isaías profetiza que:
EL QUE CAMINA EN JUSTICIA…
Caminar en Justicia? Y eso… ¿qué significa?


Leemos en Romanos 1:17, 3:21-31 cómo es posible caminar en Justicia. Porque en el Evangelio, la Justicia de Dios se revela POR FE y PARA FE, como está escrito: EL JUSTO POR LA FE VIVIRÁ. Se ha manifestado la Justicia de Dios, TESTIFICADA POR LA LEY Y LOS PROFETAS, la Justicia de Dios por medio de la Fe en JESUCRISTO, para todos los que crean el Él. Por cuanto TODOS PECARON y están destituidos de la Gloria de Dios, siendo JUSTIFICADOS GRATUITAMENTE por su GRACIA, mediante la REDENCIÓN que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como PROPICIACIÓN por medio de la FE en su SANGRE.

¿Y con respecto a CAMINAR?
Caminar implica acción, movimiento, no quedarse quietos. Cuando ejerzo FE en Jesús, no recibo el Título de Justificada y ya está, sino que debo vivir, ANDAR como Justificada, poner en práctica, día a día, mi FE en Jesús. En el Antiguo Testamento Dios enseñaba a los padres que “vivieran” sus Mandamientos en todas partes donde anduvieren con sus hijos y en todo tiempo, por ejemplo, al acostarse, al levantarse, en la calle, etc., No debían memorizarlos, nada más. Debían PRACTICAR la Palabra de Dios. Su Fe en Dios debía ser viva, activa.
Y en este “andar” no vas a estar solo, Dios mismo va con los suyos.
Volvamos al pasaje y veamos cómo continúa Isaías:
El que camina en Justicia, habla lo recto, el que aborrece la ganancia de violencias, el que sacude sus manos para no recibir cohecho, el que tapa sus oídos para no oir propuestas sanguinarias, el que cierra sus ojos para no ver cosas malas: Éste habitará en las Alturas, Fortaleza de rocas será su Lugar de Refugio, se le dará su pan y sus aguas serán seguras.

¿Cómo puede una persona ABORRECER lo malo?
Puede aborrecer lo malo, porque primero ANDUVO en JUSTICIA de Dios, porque le CREYÓ a Dios. Para el que vivió antes de Cristo, la ley y los Profetas testifican de la Justicia de Dios, que se iba a manifestar más adelante en el tiempo, por medio de la Fe en Jesucristo, para todos los que creyeren en Él. Estos JUSTOS en la Ciudad Santa terrenal, vivían, cada día, ESPERANDO en la Promesa de Dios, mirando al Invisible, pues la FE es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. (Hebreos 11). Sólo andando en la Justicia de Dios, se puede vencer el pecado y no caer en sus redes.
Las buenas obras NO nos justifican ante Dios. Dios nos Justifica por medio de la FE en el Señor Jesucristo, la Salvación es por Gracia. Pero dice que debemos ANDAR en el Camino de Justicia, CADA DÍA debemos Andar en la Justicia de Dios, por el Camino de Santidad que es Jesucristo. Es imposible ser Justificado por Dios en el Nombre de Jesús y andar por el Camino de maldad. ¡Imposible! Las buenas obras de la persona Justificada ante Dios por medio de la FE en Jesús, no se originan en su propia fuerza o voluntad, sino que Dios la conduce por el Camino de Santidad y el Espíritu Santo, Potencia de Dios en la vida de la persona, le da la VICTORIA sobre el pecado y lo guía en lo que debe hacer. Lamentablemente, muchos “cristianos” declaran: Jesús ya me Justificó, puedo hacer lo que quiera. Pisotean así la Gracia de Dios y el sacrificio de Jesús en la Cruz del Calvario. Es imposible que el Espíritu Santo MORE en la vida de una persona que dice estar “justificada” y que anda por el camino de maldad. Dice Juan: Si alguno HUBIERE pecado, ABOGADO tenemos para con Jesucristo, el Justo. “Hubiere” no implica PRÁCTICA del pecado, es decir, si llegara a pasar que peque. 


Isaías continúa diciendo que estos Justos, habitarán en las Alturas y que en esa Ciudad de Refugio verán con sus propios ojos ¡al Rey en su Hermosura!. Pero no sólo habitarán, se les DARÁ SU PAN y SUS AGUAS SERÁN SEGURAS. El MAL de la época de Isaías es el mismo que el de hoy: HAMBRE y SED, Su origen: el ORGULLO y la CODICIA. En la actualidad, las fuentes de agua se han contaminado o se han secado por el cambio climático, o muchas son compradas, ya que el agua es considerada como el ORO, para luego venderla a un alto precio, que no todos pueden obtener, todo esto tiene su origen en el ORGULLO y la CODICIA del hombre. La Biblia dice que se llegará a trabajar todo un día para poder comprar un poco de pan. Pan y agua, dos elementos indispensables para la vida, y no todos lo tienen, digamos que muchos millones de personas no cuentan con estos alimentos hoy en día ¡y mueren!


¡Y Dios los ofrece gratuitamente a quien se acerque a Él por medio de Jesús! No sólo eso, garantiza que serán seguros: la morada, el agua y el pan. Y aquí, en la tierra, para quien ejerza Fe en el Nombre de Jesús, Él mismo será, su Refugio, el Pan de Vida y el Agua Viva. ¡Gloria a Dios!
Isaías dice que los que están en la Santa Ciudad mirarán la tierra que está lejos y en su corazón imaginarán con espanto:
¿Qué fue del escriba? ¿Qué del pesador del tributo?
Es decir, ¿qué ocurrió con los poderosos de la antigua Sion, de la Santa Ciudad terrenal? ¿De qué sirvieron las Fiestas Solemnes que hacían para Dios? ¿Dónde están? ¡No los verán más! ¡Ni tampoco verán al pueblo ORGULLOSO! No verán más a la Sion de Fiestas Solemnes ¿dedicadas a Dios?

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Dios preparó para los suyos una Nueva Ciudad Celestial. Estos Justos pusieron su mirada en la Promesa, (en el Señor Jesús), y miran a la Jerusalén Celestial, Morada de quietud, tienda que no será removida ni desarmada, no serán arrancadas sus estacas, ni ninguna de sus cuerdas será rota. Y Dios será con ellos FUERTE, pues es su JUEZ, su LEGISLADOR, su REY. Él mismo los salvará. El que mora en esta Santa Ciudad Celestial, no dirá: Estoy enfermo. Al pueblo que mora en ella, le será perdonada la iniquidad.
En este tiempo, los Justos verán la Gloria de Dios y su Hermosura.
Por eso, Hermano:
Fortalece tus manos cansadas, afirma tus rodillas endebles. Esfuérzate, no temas. Ya viene el Señor Jesús con retribución. Él mismo vendrá y nos salvará. Habrá un Camino de Santidad por el que sólo pueden ANDAR los REDIMIDOS y Jesús mismo ANDARÁ con ellos. Y los guiará para que lleguen con alegría a Sion y Gozo perpetuo será sobre sus cabezas y tendrán Gozo y alegría y huirán la tristeza y el gemido.
Dios mismo ofrece, por medio de Isaías, Cap. 56:5, 32:18, a los que guardan su Nuevo Pacto: Jesucristo, YO les daré lugar en mi Casa y dentro de sus Muros y Nombre mejor que el de Hijos e Hijas, Nombre Perpetuo les daré, que NUNCA PERECERÁ.
Y mi Pueblo habitará en MORADA de PAZ, en HABITACIONES SEGURAS y en RECREOS DE REPOSO.

Continuará





(Elena Sanfilippo Ceraso
      lunes 27/6/2016)

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