jueves, 23 de marzo de 2017

AQUEDAH ABBI


AQUEDAH ABBI, esto es: ¡ÁTAME FUERTE, PADRE MÍO!

Porque para mí el VIVIR ES CRISTO y el MORIR ES GANANCIA. (Filipenses 1:21)
CON CUERDAS HUMANAS LOS ATRAJE, CON CUERDAS DE AMOR. (Oseas 11:4)

DAVID BRAINERD, misionero con los pieles rojas. (1718-1747).
Le preguntaron a John Wesley, misionero del Pueblo de la Cruz:
-¿Qué podemos hacer para avivar la Obra…?
-Que cada predicador lea cuidadosa y detenidamente la biografía de David Brainerd, misionero con los pieles rojas. (respondió)
¿Quién era David Brainerd?
A los 20 años, David Brainerd, hizo manifestación de FE en el Señor Jesús, dejando atrás su creencia de la Salvación por obras para adoptar la Salvación por GRACIA en JESUCRISTO.
A los 25 años comenzó su Ministerio y a los 29 años, falleció de tuberculosis. Fueron cinco años vividos en la Potencia de Dios, predicando el Evangelio y luchando bravíamente contra su tuberculosis, que en 1743, ¡no se conocía de ella! , luchando además, contra la soledad y la depresión crónica. Pasaba la noche entera y días enteros en oración y en su Diario Personal, narra que Dios comenzó a obrar en los indios produciendo arrepentimiento, conversión, convicción de pecado y que clamaran por Misericordia Divina,
“DESDE que me SEPARÉ del MUNDO, MORÍ a él y me CRUCIFIQUÉ a sus seducciones. Mi alma desea sentirse más EXTRANJERA y PEREGRINA en la tierra y que NADA ME DISTRAIGA, hasta llegar a la CASA de mi PADRE”


En otra parte escribe:
“El Poder de Dios respaldó mi predicación, los oyentes pedían el perdón de Dios, que Cristo les deje el corazón limpio. ¡Clamaban por Misericordia! El Poder de Dios descendía por igual en niños que ancianos y se preocupaban por sus almas.
El misionero estableció una Iglesia. Llamaba a los indios, “SU PUEBLO”. Escribe en su diario, cómo los indios vecinos se asombraban y conmovían ante el Amor y Gozo de Dios que reinaba entre los creyentes indígenas.
¡Ése era el Fruto del arrepentimiento y de la conversión a Dios!
Con su salud quebrada y muriendo de tuberculosis, sin fuerzas físicas, fue recibido en su casa por el misionero Jonathan Edward. ¡Dios MORABA en los corazones de estos cristianos!
David Brainerd, un hombre de Oración, que AYUNABA, todo su cuerpo se bañaba en SUDOR, mientras AGONIZABA en la Oración a Dios, clamando, suplicando por los perdidos e implorando por el AUXILIO DIVINO.
Y DIOS LO VISITABA.
Su anhelo era ser una LLAMA de FUEGO ardiendo permanentemente.
David Brainerd, un Refugiado de Dios, Ciudadano Celestial, extranjero y peregrino en la tierra, andando con el Pueblo de la Cruz por el Camino que es Jesús hacia la Casa del Padre Celestial.
David Brainerd, ¡qué Ministerio llevó a cabo en sólo cinco años! Aún cuando la tuberculosis, ¡que no era poca cosa en esa época!, sumados el hambre, la fatiga, la soledad y la depresión, se presentaban como obstáculos insalvables en su camino, en su ANDAR DIARIO, él PERSEVERABA en Dios en el Nombre de Jesús.
Perseveraba en ADORAR a Dios en Espíritu y en Verdad.
Perseveraba en ADORAR a Dios al SERVIRLE con fervor y OBEDECERLE con placer.
La vida de David Brainerd fue UN CANTO DE ADORACIÓN A DIOS. Menospreciado, humillado, rechazado por el mundo. Débil y enfermo, solo, no daba, precisamente, la imagen del hombre victorioso que el mundo gusta alabar y aplaudir.
Pero Dios vino a buscar al débil, al menospreciado, al perdido, al que no es… para así avergonzar al fuerte, al orgulloso, al que es…
A los Ojos de Dios, David era de ¡gran valor!


David Brainerd tenía los días contados sobre la tierra y nada podía hacer al respecto. Pero sí dependía de él cómo iba a actuar frente a su cercana muerte, falleció a los 29 años: David no sólo se preocupó por ponerse a cuentas con Dios y asegurarse de ser Salvo por GRACIA en el Nombre de Jesús, renunciando a las buenas obras como medio de Salvación, sino que le consagró los pocos años que le quedaban de vida. Pudo elegir quedarse en casa de su futura esposa… Pero no… Decidió redimir el tiempo y haciendo uso de las FUERZAS de Dios, porque él ya no tenía ninguna, se dedicó a orar, clamar, ayunar, agonizando ante Dios por los perdidos y a predicar a Jesús crucificado y resucitado a los indios, “gastando” sus últimos años en ellos y NO en él mismo: A través de 2° Corintios 12: 9-10, Dios le hablaba a él:
Bástate mi Gracia, porque mi PODER se perfecciona en la DEBILIDAD.
Y él decía como Pablo:
Por tanto de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el Poder de Cristo… porque cuando soy DÉBIL entonces soy FUERTE.
David Brainerd tomó las decisiones correctas. No se puso a llorar por su mala suerte, porque no podía casarse con su amada novia, (quien murió de tristeza cuatro meses después que él), o porque fue huérfano desde niño…No se enojó con Dios ni le reprochó nada.
Sus decisiones fueron:
ANDAR con Jesús, RENUNCIAR al mundo y a los deseos de la carne, TOMAR su cruz, VESTIRSE con toda la ARMADURA DE DIOS, SER TESTIGO FIEL del Señor, VELAR agonizando por los perdidos, ser EMBAJADOR de Jesús en la tierra.


David Brainerd cuando estaba muriendo, escribió:
Ya viene la Hora Gloriosa. Siempre he ansiado servir a Dios con perfección. Ahora Dios premiará esos deseos. No voy al Cielo a estar mejor, sino a rendir Honores a Dios. No me importa la posición que me den en el Cielo, un puesto alto o bajo, HONRAR y GLORIFICAR a mi Dios, lo es TODO.
Fui hecho para la Eternidad. ¡Cómo anhelo estar con Dios y postrarme delante de Él!
David Brainerd permitió que Dios lo atrajese hacia Él y lo ATARA bien fuerte con sus CUERDAS de AMOR.
Por eso, en su Diario Personal escribió:
Ahora que estoy muriendo, ni por todo lo que hay en el mundo habría yo vivido mi vida de otra manera.
Las decisiones de David Brainerd se ven reflejadas en el Himno N° 22 de Melodías Celestiales: OH, SÍ YO QUIERO:
ANDAR con Cristo, VIVIR con Cristo, SERVIR a Cristo, el CORDERO de la CRUZ. Él es la LUZ de mi senda. DEJARÉ el perverso mundo, quiero serle un TESTIGO FIEL. Cristo ofrece SALVACIÓN.


En el Salmo 130 el salmista SUPLICA a Dios y toma una decisión:
Mi alma espera a Dios más que los centinelas a la mañana, más que los vigilantes a la mañana. Esperé yo a Dios… En su Palabra he esperado.
En el Salmo 134, el salmista invita a los siervos de Dios a BENDECIRLO alzando las manos y VELANDO por las noches, creyendo que Dios, el Creador de los Cielos y la tierra, enviará su Bendición.
Centinela: Vigilante. Soldado que vela GUARDANDO el puesto que se le encargó. Velar por algo o alguien, principalmente de noche.

¿Y qué de nosotros?
Luego que hemos tomado las decisiones correctas en relación a nuestro Padre Celestial, en el Nombre de Jesús, podemos tomar una última decisión que garantizará nuestra VICTORIA en la Vida Cristiana.
¿Cuál es esa decisión fundamental?
Pedirle a Dios que nos ATRAIGA hacia Él con sus CUERDAS de AMOR y nos ATE BIEN FUERTE a Él, para que el temor, las tentaciones, etc. no nos hagan mirar atrás, no nos hagan retroceder, ni nos hagan resistir a su Voluntad.
AQUEDAH ABBI
¡ATAME FUERTE PADRE MÍO!
Para que junto con el salmista en el Salmo 16:5-6, podamos decir:
Dios es la PORCIÓN de mi HERENCIA y de mi COPA. Tú sustentas mi suerte. Las CUERDAS me cayeron en lugares deleitosos y es hermosa la HEREDAD que me ha tocado.


En Oseas, nos dice Dios que con sus CUERDAS de AMOR nos atrae hacia Él.
¡ATAME, SEÑOR A TI, CON TUS CUERDAS DE AMOR, para que se cumpla en mí TU VOLUNTAD y no la mía!
¡ÁTAME! ¡ÁTAME FUERTE PADRE MÍO! Que yo no me resista.


MEDITA:
Dice la Biblia que Dios es el mismo ayer, hoy y por los siglos. Entonces, ¿Dios dejó de obrar? O ¿Ya no hay creyentes fieles que quieran vivir ATADOS a Él y por eso no se manifiesta toda su Potencia?



(Elena Sanfilippo Ceraso
2 de diciembre del 2016)


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