lunes, 24 de noviembre de 2014

La Biblia, la Palabra de Verdad



En el siglo XVI la Reforma Protestante restauró el fundamento de la Iglesia: La Biblia como única autoridad en cuestiones de fe y de conducta. El catolicismo romano hasta el día de hoy rechaza esto, y a él se han agregado numerosísimas sectas con sus "complementos" a la verdad bíblica.

Pero el apóstol Pablo, escribiendo a su discípulo Timoteo, le dice claramente que la Iglesia es "columna y baluarte de la verdad" (1ª Timoteo 3:15); y para no dejar dudas respecto a cual verdad debe apoyar la Iglesia, en la segunda carta que le envía le advierte (3:1,13-17; 4: 3-4): "También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos...los malos hombres y los engañadores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados. Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido; y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús.

Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra. Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias" (por ej. el "Mesías" Sun Myung Moon; el "Moisés" de los Niños de Dios, David Berg; el "dios encarnado" Sai Baba, etc.)"y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas" (por ej. la mitología africana del umbandismo; la hindú de los Hare Krishna; el neopaganismo europeo de la Wicca, etc.).

Jesús vino al mundo para dar testimonio a la verdad(Juan 18:37). Los hombres que participaron en escribir la Biblia también perseguían este propósito; por ejemplo, el rey Salomón dice en Eclesiastés 12:10 que procura "hallar palabras agradables, y escribir rectamente palabras de verdad". El ángel que fue enviado a darle revelación al profeta Daniel, le dijo: "Yo te mostraré la verdad" (Daniel 11:2). El apóstol Pablo escribiendo a Timoteo le dice: "Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de que avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad" (2ª Timoteo 2:15). Al dar tan abundante testimonio de la verdad, la Biblia correctamente puede ser llamada "la palabra de verdad", y este título es de mucha importancia para nosotros, porque no podemos tener seguridad en nuestros corazones de estar en la verdad si no tenemos como fundamento la verdad; esto es lo que dice 1ª Juan 3:19:"conocemos que somos de la verdad, y aseguraremos nuestros corazones delante de Él (Dios)". Sí, en este mundo de permanentes cambios podemos andar seguros en la verdad, fundados en la palabra del Señor que permanece para siempre(1ª Pedro 1:25).

Eso es lo que hicieron los cristianos del primer siglo, porque el apóstol Juan escribe: "No tengo yo mayor gozo que éste, el oír que mis hijos andan en la verdad" (3ª Juan 4). Y era a la Biblia que se refería al hablar de "la verdad", porque en su evangelio cita las palabras del Señor Jesús a su Padre Celestial: "Santifícalos en tu verdad, tu palabra es verdad" (Juan 17:17).

En aquél entonces como ahora, un individuo sólo puede nacer como hijo de Dios, oyendo, estudiando y creyendo la verdad.

El apóstol Santiago dice: "Amados hermanos míos, no erréis. Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación. Él, de su voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad, para que seamos primicias de sus criaturas" (Stgo. 1:16-18). Y el apóstol Pablo agrega: "Que seamos para alabanza de su gloria, nosotros los que primeramente esperábamos en Cristo. En Él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en Él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa" (Efesios 1: 12-13).

Lo que hace ser a la Biblia tan maravillosa, lo que le otorga unidad y autoridad a esta biblioteca de sesenta y seis libros, escrita a través de dieciseis siglos por cuarenta autores diferentes, es su cualidad de ser la Palabra inspirada de Dios; porque, aunque fue escrita por hombres, los mismos fueron dirigidos por Dios para que expresaran solamente su pensamiento y voluntad (de Dios). Por eso con seguridad plena podemos decir que el Autor único de las Sagradas Escrituras es el mismo Señor. En 2ª Pedro 1:21 la propia Biblia confirma esto, que "no fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo".

Si lo dicho hasta el momento no fuera suficiente para mostrar el papel insustituible que tiene la Biblia para la vida del cristiano, podríamos agregar, de acuerdo a lo afirmado por el Señor Jesús en Juan 14:6 que Él es la verdad, que desconocer las Sagradas Escrituras es desconocer al Señor y, en consecuencia, perder la vida eterna, porque Juan 17:3 dice: "Esta es la vida eterna: que te conozcan a Tí el único Dios verdadero, y a Jesucristo a quien has enviado".

Crezcamos cada día en familiaridad con los libros bíblicos sabiendo que "para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y consolación de las Escrituras, tengamos esperanza" (Romanos 15:4).



(Pablo Claudio Salvato
     marzo de 1997)



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