jueves, 17 de septiembre de 2015

¿Dónde está tu Hermano?




Ésta es la pregunta que Dios nos hace a ti y a mí. Porque la Biblia enseña que los cristianos formamos un Cuerpo cuya Cabeza es Jesús. Todo lo que le ocurre a un cristiano repercute en el Cuerpo. Si perteneces al Cuerpo de Cristo tienes que vivir lo que le ocurre a tu Hermano, pues el Espíritu Santo en ti gime como está gimiendo en el Hermano y es el mismo Espíritu Santo el que habita en todos los cristianos. Es imposible que no te duela lo que le ocurre a tu Hermano atribulado.
Hechos nos relata la conversión de Pablo, perseguidor de la Iglesia del primer siglo. Hasta que Jesús se cruzó en su camino y le preguntó:
-Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues…? Yo soy Jesús a quien tú persigues.
Así es, Pablo creía que perseguía a los cristianos pero en realidad ¡perseguía a Jesús!, (esto implica muerte, prisión, tortura, saqueos, etc). Lo que le ocurre a un cristiano le afecta a Jesús, es decir que Él conoce el nombre de a quién están tocando. Jesús no se quedó quieto mirando cómo perseguían a su Iglesia, se presentó ante Pablo, y le preguntó por qué lo perseguía en un Encuentro que cambiaría su vida para siempre.



Un día Dios le preguntó a Caín (Gén. 4:9):
-¿Dónde está ABEL tu hermano? Y él le respondió: -No sé. ¿Soy yo acaso guarda de mi Hermano?
Nos pregunta a ti y a mí, ¿Dónde está tal persona? Dios conoce a cada cristiano por su nombre, ¡es su hijo! Y nos pregunta a nosotros por él: ¿Dónde está ……. tu Hermano?
Ante la respuesta de Caín Dios le contestó:
-Maldito seas tú de la tierra. . . . cuando labres la tierra no te volverá a dar su fuerza, errante y extranjero serás en la tierra.
Respondió Caín: Grande es mi castigo para ser soportado. He aquí me echas hoy de la tierra y de “tu Presencia me esconderé”…



Lee atentamente Mateo 25: 31-46. Jesús narra cómo va a ser el Juicio de las Naciones cuando venga en su Gloria con sus santos ángeles. Se sentará en su Trono de Gloria y como Rey apartará a las ovejas de los cabritos. A las ovejas las llamará “Benditas de mi Padre” y les entregará el Reino preparado, ¿Por qué? "Porque tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber, fui forastero y me recogiste, estuve desnudo y me cubriste, enfermo y me visitaste, en la cárcel y viniste a Mí”. Luego aclaró: “Cuando lo hicieron con uno de mis hermanos más pequeños a Mí me lo hicieron. Entonces irán a la Vida Eterna”.
Y de los cabritos, dijo que como no hicieron nada de esto irán al castigo eterno. ¡Pero los cabritos también lo llamaban Señor, Señor! Y se quedaron sorprendidos del juicio porque le preguntaron: Señor: ¿cuándo no te servimos?



¿Realmente crees que el Padre va a dejar la muerte de un Bendito, de un Discípulo, de un Hijo comprado con la Sangre de Jesucristo y Heredero del Reino, sin castigo? Primero va a reclamar a sus Hermanos en la Fe: ¿Dónde está……. tu Hermano?
Vayamos al libro de Abdías 1: 10-14. “Por la injuria a tu Hermano… te cubriré de vergüenza y serás cortado para siempre. El día que ESTANDO TÚ DELANTE extraños lo llevaban cautivo, tú también eras como ese extraño. Pues no debiste haber estado mirando en “el día de tu Hermano”, en “el día de su infortunio”. No debiste haber mirado su mal en el día de su quebranto ni haber echado mano a sus bienes en el día de su calamidad”.
Éste es el cristiano que participa del pecado mirando, (internet, diarios, personalmente, etc).
En Amós 1: 9-11 dice Dios: “No revocaré su castigo porque persiguió a espada a su Hermano… no revocaré su castigo porque entregaron cautivos… y no se acordaron del Pacto de Hermanos”.



Continuamente los apóstoles mandaron: “Amen a los Hermanos. Amen a Dios”. Juan es muy duro en su primera Carta 1: 10-11: “El que ama a su Hermano permanece en la Luz… Pero el que aborrece a su Hermano está en tinieblas, le ha CEGADO los ojos." 
Y en 3: 16-17 dice, por si alguien tiene dudas con respecto al Amor: “En esto hemos conocido al Amor, en que Él puso su Vida por nosotros, también nosotros debemos poner nuestra vida por los Hermanos”. En toda la Biblia se puede leer cómo lo más natural era morir por la Fe en Jesús y por los Hermanos. Luego que Jesús se presentó ante Pablo lo dejó ciego y solo por tres días, en los que pudo reflexionar, arrepentirse, dejar actuar al Señor Jesús en su vida para entregársela y predicar su Palabra muriendo por Él llegado el momento.
Muchos cristianos hoy están ciegos. ¿Tú estás ciego? Permite que Jesús obre en tu vida urgentemente para que seas libre de la ceguera. ¡Clama a Dios ahora mismo y arrepiéntete! Si eres parte del Cuerpo de Cristo, no puedes permanecer indiferente al sufrimiento de los Hermanos, discípulos de Jesús, Benditos del Padre y Herederos del Reino. Detente por un momento, arrodíllate y clama a Dios por tus Hermanos. Cada día dedícale un tiempo a orar por ellos. Luego, Dios te dirá qué más puedes hacer.



Santiago reprende fuertemente en su Carta en el Cap. 2: "¿De qué aprovecha si alguno dice que tiene Fe y no tiene obras? La Fe si no tiene obras es muerta en sí misma." Nuevamente habla del hermano en necesidad y manda a los cristianos a no ser oidores solamente sino HACEDORES de la Palabra.
Jesús también da un Mandamiento (Juan 15): “Que os améis unos a otros como Yo os he amado. Nadie tiene mayor Amor que éste, que uno ponga su vida por sus Amigos.” 
A veces cuesta entender y practicar el concepto de “Hermano” y como dice Santiago: hacer acepción de personas es pecado. Y recalca: "¿No ha elegido Dios a los pobres de este mundo para que sean ricos en Fe y Herederos del Reino que ha prometido a los que le aman?" Esto dijo, pues lamentablemente siempre se prefiere al de mejor condición social.
Con respecto a este tema, Pablo escribe a Filemón, hermano y colaborador en el Evangelio, destacando que es muy conocido por su Amor al Señor Jesús y a todos los Santos, es más dice que ha confortado sus corazones.
Es por eso que Pablo le escribe para interceder por Onésimo, su esclavo prófugo, pero que él lo considera como “su hijo" engendrado en la prisión y le pide que lo reciba como si fuera él mismo, pero ya no como esclavo, sino como “Hermano Amado”.



Hermano/a: Te ruego que medites en las Escrituras. Pablo intercedió por un esclavo prófugo ante su “dueño” y lo llamó “su hijo”. Además le dijo a Filemón que todo gasto ocasionado por Onésimo lo anote en su cuenta, que él se haría cargo. ¡Esto es el Evangelio!
Es necesario que Dios rompa las estructuras actuales de la Iglesia. Jesús viene a buscar a su Iglesia, “su Novia” pura y sin mancha, formada por sus discípulos. ¡Señor Jesús: Perdona mis pecados, me arrepiento! Enséñame a amar a mis Hermanos que padecen persecución, muerte, saqueo, torturas…como Tú los amas. ¡Cámbiame!
ENSÉÑAME TÚ LO QUE YO NO VEO, QUE SI HICE MAL NO LO HARÉ MÁS. (Job 34:22)



Nos cuenta Mateo (8:25) que vino a Jesús un centurión rogándole:
-Señor: mi criado está postrado en casa, paralítico. Gravemente atormentado.
Un oficial del Ejército Romano, comandante de cien soldados o más, ¡ruega a Jesús por su criado o esclavo! Intercede por él ante Jesús para que reciba sanidad. Un hombre muy ocupado, parte de una clase destacada en la sociedad, regresó a su hogar y encontró a su criado en ese estado. ¿Crees realmente que todos los de su clase actuarían como este centurión? ¡Cómo Jesús no se iba a quedar maravillado con su Fe! 
Y le concedió su petición: su criado sanó.



¿Qué dijo Jesús en relación a esto? “Mas los Hijos del Reino serán echados a las tinieblas de afuera… vendrán muchos del oriente y del occidente y se sentarán en el Reino de los Cielos”.
Los creyentes tenemos Comunión con el Padre, con el Hijo, con el Espíritu Santo y unos con otros. Koinonia, de Koinos, (común a varias personas), no es solamente espiritual, sino que significa también ofrenda, ayuda, libertad, socios, participantes con Jesús y los Hermanos en Cristo. Juan dice en su primera Carta 1:7: “…pero si andamos en Luz como Él está en Luz, tenemos Comunión unos con otros y la Sangre de su Hijo nos limpia de todo pecado”


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"Y lloró Jesús" (Juan 11: 35).

Cuando Jesús fue a ver a Lázaro muerto naturalmente, LLORÓ. 
¿Qué piensas que hace cuando vé a sus hermanos martirizados? Si realmente somos Uno con el Señor y con los Hermanos, ¿lloramos con Él ante la misma escena?
Jesús está por encima del gobierno mundial. Su Cuerpo que es la Iglesia no puede estar dividido por banderas políticas, religiosas,… Cristo amó a la Iglesia y se entregó por ella para santificarla a fin de presentársela a Sí Mismo como una Iglesia gloriosa, que no tiene mancha ni arruga, sino que fuese Santa. Jesús la sustenta y cuida, sus discípulos son miembros de su Cuerpo, viene a buscarla y a llevarla fuera del mundo. Si eres discípulo del Señor Jesús y perteneces a la Iglesia, ¡ya no eres parte del mundo! (Efesios 5: 25-33)
“MI REINO NO ES DE ESTE MUNDO, dijo el SEÑOR JESÚS”.



Dice Pablo a los cristianos en Éfeso, 4: 1-8: “Anden de acuerdo al Llamado… solícitos en el vínculo de la Paz, un Cuerpo y un Espíritu, una misma Esperanza, un Señor, una Fe, un Bautismo, un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, por todos y en todos”.

Por último, te ruego que medites en Apocalipsis 3: 14-22:
“Yo conozco tus obras que no eres ni frío ni caliente… Por cuanto eres tibio te vomitaré de mi boca… Arrepiéntete… Yo te aconsejo que de Mí compres oro… vestiduras blancas… y unge tus ojos con colirio “para que veas”.
Hermano/a: Dios te bendiga.











(Elena Sanfilippo Ceraso
   miércoles 16/09/2015)

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