Escúchame
bien, Hermano/a:
Te
escribo a ti, que los problemas te hundieron en una cueva que tiene
una piedra que tú no puedes correr. A ti que estás “muerto en
vida”. Te ruego que leas lo que he escrito para ti. Y que me
acompañes en un tiempo de humillación, de confesión de pecados, de
alabanza y adoración al único Dios Verdadero: Jesucristo. ¡Él es
el Único Dios! Y está esperando que le digamos:
¡Creo
en TI, Señor! ¡Y creo que puedes hacerlo! ¡Tú eres el
Especialista!
Te
lo dedico a ti.
Jesús
llegó al sepulcro donde estaba Lázaro.
Marta
le dijo:
-Señor,
si hubieras estado aquí antes… Yo te mandé avisar cuando enfermó.
Pero te demoraste en el camino. ¡Te dije que era grave! Un Fuego de
Prueba cayó de repente, enfermó gravemente y murió. Hace cuatro
días ya. ¿Por qué, Señor? ¿Por qué tardaste?
Marta:
¿No te he dicho ya? ¿No te lo he repetido muchas veces?
¿NO
TE HE DICHO QUE SI CREES VERÁS LA GLORIA DE DIOS?
Creer
en Jesús. Él espera que cada uno manifieste Fe SÓLO en Él. Jesús
te pregunta:
¿Crees
que YO puedo hacerlo? ¿Crees en MÍ?
Espera
tu respuesta porque está deseoso, impaciente por actuar. Quiere que
le lleves a sus Pies tus problemas y que le confieses:
-Sí
Señor, CREO. Tú TODO lo puedes. ¡Creo en Ti, Señor Jesús!
Veamos
cómo continuó la historia.
¿Qué
había dicho cada uno frente a este hecho?
Jesús
que TODO lo sabe, dijo:
-Esta
enfermedad no es para muerte, sino para la Gloria de Dios, para que
el Hijo de Dios sea glorificado por ella.
Lázaro
DUERME. Voy para despertarle. Me alegro por ustedes para que CREAN.
El
motivo real de la repentina enfermedad de Lázaro era éste: estaba
siendo instrumento útil para que el Nombre del Señor Jesús sea
glorificado. Pero los que lo escucharon no entendieron nada.
Tomás
– “creo si veo”- dijo: Vayamos también nosotros para que
muramos con él.
No
podemos negar que aunque no entendió nada de lo que Jesús había
dicho, lo amaba y se solidarizó con su situación, quería
ser parte de lo que le ocurriera a Él.
Los
judíos: Al ver llorar a Jesús ante la tumba de su amigo dijeron:
-¿No
podía éste, que abrió los ojos al ciego haber hecho que Lázaro no
muriera?
Marta:
Le recriminó a Jesús porque no llegó a tiempo. Pero confesó su
Fe en Él y que creía que Lázaro iba a resucitar en la
Resurrección, en el Día postrero.
Muchos
de los presentes, sólo veían a Lázaro MUERTO y nada más.
Y
Jesús ordenó: -¡QUITEN LA PIEDRA!
Marta
le replicó: -Pero Señor, ¿cómo vas a mandar que quiten la piedra
de la tumba? ¿No escuchaste que pasaron cuatro días y la muerte ya
hizo su trabajo? ¡Señor, hiede ya!
Y
algunos, sólo por obediencia, no por Fe en Jesús, quitaron la
piedra.
Ante
un problema, distintas opiniones o formas de verlo. Pero en el fondo,
todos criticaban a Jesús porque no hizo nada. Porque llegó tarde.
Porque dejó morir a Lázaro. Porque podía haber evitado su muerte
pero no lo hizo. Recordaban bien que en otros casos, ni siquiera
llegó al lugar del enfermo, dijo la Palabra y a la distancia el
enfermo sanó.
Habían
olvidado que estaban ante el Creador, que toda la Creación se le
somete y que el espacio y el tiempo se le someten. Todos iban a ser
testigos de que Jesús es el Dador de Vida y que la muerte huye
delante de su Presencia.
¡Todos
iban a glorificar el Nombre de Jesús e iban a creer en Él!
* * * * *
¿NO
TE HE DICHO QUE SI CREES VERÁS LA GLORIA DE DIOS?
(Juan
11: 40)
Como
Lázaro, te encuentras en una cueva con una piedra que tú no puedes
correr. El Fuego de la Prueba te llevó hasta allí. ¿Quién puede
destapar eso, quitar la piedra? Si el olor se siente a la distancia.
El pecado, la falta de Fe en Jesús, las maldiciones, la miseria, la
soledad, los problemas familiares, las pestilencias, la enfermedad,
la falta de perdón, el odio, el resentimiento, la soledad, la
angustia, la depresión, los malos sueños,… te hundieron en la
cueva.
Estás
muerto en vida. Te estás pudriendo hasta los huesos sumergido en
ella. Te estás quedando sin aire. La muerte te ronda. Ya no querés
seguir viviendo. No hay solución! ¡No tengo salida! Te repetís
una y otra vez. Le avisé a Jesús ni bien comenzó esto. Pero no
hizo nada.
¿O
SÍ? Ahora que recuerdo, dejó dicho algo en la Biblia para mí. Pero
con tantos problemas no la he leído. Y si tengo que decir la verdad,
nunca me esforcé por memorizar versículos para los malos tiempos.
Hermano/a:
Jesús
está dispuesto a actuar a favor de ti sin importarle los
impedimentos. Acudió a resucitar a Lázaro aún cuando los
discípulos le recomendaron que no vaya a Betania porque los judíos
de allí lo buscaban para apedrearle.
A
Jesús no le importa el tiempo que llevas transcurrido en la cueva,
las circunstancias que te llevaron allí, el modo en que llegaste…
Jesús
te repite: ¿No te he dicho que si crees verás la Gloria de Dios?
Jesús
es ESPECIALISTA en estos casos. ¿O acaso te olvidás que Él estuvo
en la tumba muerto y resucitó? ¡Venció a la muerte, al diablo, al
infierno! ¡Está RESUCITADO AHORA! ¡Y te quiere sacar de la cueva
AHORA!
Hermano/a,
Jesús mandó que quiten la piedra que cerraba la tumba, luego Él
oró y Lázaro resucitó. Él no hace lo que nosotros podemos hacer.
Jesús necesita de Cristianos que no digan como Tomás “vayamos a
morir con él”, a llorar, a manifestarle nuestro dolor por lo que
le ocurre al Hermano. Jesús necesita de Cristianos que ejerzan Fe en
Él RESUCITADO y corran a quitar la piedra para que ocurra el milagro
de parte del Señor.
Querido
Hermano/a:
Por
Fe, quito la piedra que cierra tu cueva, porque CREO que Jesús
rompe tus cadenas, te libera, te sana, te restaura, convierte la
maldición en Bendición por amor a ti, te perdona los pecados, te
limpia, te santifica, te da Vida en abundancia.
Jesús
dio su Vida por ti. ¡Eres SALVO POR GRACIA! No tienes que hacer nada
para alcanzar Salvación. Él ya lo hizo todo. Ejerce Fe en Jesús,
dilo, decláralo públicamente AHORA.
Vamos
a humillarnos delante del Señor, a reconocer su Grandeza, su Poder,
a tirarnos a sus pies. Señor mira mi vida. Señor ayúdame. Creo en
Ti. Tú eres mi Salvador y Señor. Perdona mis pecados. Lávame.
Límpiame. ¡Estoy podrido, Señor! ¡Hazme de nuevo!
Que
todos vean y crean que Tú eres Real y teman delante de Ti. Que tu
Nombre sea glorificado por medio de mí. Mira mi vida… Mira mi
vida… Señor ayúdame.
Ayúdame
a quitar por Fe la piedra de la cueva donde han caído otros Hermanos
para que Tú puedas obrar. Ayúdame a ser agradecido. Gracias porque
soy Salvo por Gracia, me has salvado gratuitamente. Diste Tu Vida por
Amor a mí. ¡Gracias Jesús!
Alabemos,
adoremos juntos al Señor Jesús. No importa el tiempo que
transcurra, no mires el reloj. ¡Demos gracias al Señor por lo que
ha hecho en tu vida!
Luego,
por Fe en el Señor Jesús, corre a quitarle la piedra a otro
hermano.
(Elena Sanfilippo Ceraso
viernes 11/03/2016)
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