viernes, 11 de marzo de 2016

El Especialista


Escúchame bien, Hermano/a:
Te escribo a ti, que los problemas te hundieron en una cueva que tiene una piedra que tú no puedes correr. A ti que estás “muerto en vida”. Te ruego que leas lo que he escrito para ti. Y que me acompañes en un tiempo de humillación, de confesión de pecados, de alabanza y adoración al único Dios Verdadero: Jesucristo. ¡Él es el Único Dios! Y está esperando que le digamos:
¡Creo en TI, Señor! ¡Y creo que puedes hacerlo! ¡Tú eres el Especialista!
Te lo dedico a ti.

Jesús llegó al sepulcro donde estaba Lázaro.
Marta le dijo:
-Señor, si hubieras estado aquí antes… Yo te mandé avisar cuando enfermó. Pero te demoraste en el camino. ¡Te dije que era grave! Un Fuego de Prueba cayó de repente, enfermó gravemente y murió. Hace cuatro días ya. ¿Por qué, Señor? ¿Por qué tardaste?
Marta: ¿No te he dicho ya? ¿No te lo he repetido muchas veces?
¿NO TE HE DICHO QUE SI CREES VERÁS LA GLORIA DE DIOS?
Creer en Jesús. Él espera que cada uno manifieste Fe SÓLO en Él. Jesús te pregunta:
¿Crees que YO puedo hacerlo? ¿Crees en MÍ?
Espera tu respuesta porque está deseoso, impaciente por actuar. Quiere que le lleves a sus Pies tus problemas y que le confieses:
-Sí Señor, CREO. Tú TODO lo puedes. ¡Creo en Ti, Señor Jesús!
Veamos cómo continuó la historia.
¿Qué había dicho cada uno frente a este hecho?
Jesús que TODO lo sabe, dijo:
-Esta enfermedad no es para muerte, sino para la Gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella.
Lázaro DUERME. Voy para despertarle. Me alegro por ustedes para que CREAN.
El motivo real de la repentina enfermedad de Lázaro era éste: estaba siendo instrumento útil para que el Nombre del Señor Jesús sea glorificado. Pero los que lo escucharon no entendieron nada.
Tomás – “creo si veo”- dijo: Vayamos también nosotros para que muramos con él.
No podemos negar que aunque no entendió nada de lo que Jesús había dicho, lo amaba y se solidarizó con su situación, quería ser parte de lo que le ocurriera a Él.
Los judíos: Al ver llorar a Jesús ante la tumba de su amigo dijeron:
-¿No podía éste, que abrió los ojos al ciego haber hecho que Lázaro no muriera?
Marta: Le recriminó a Jesús porque no llegó a tiempo. Pero confesó su Fe en Él y que creía que Lázaro iba a resucitar en la Resurrección, en el Día postrero.
Muchos de los presentes, sólo veían a Lázaro MUERTO y nada más.
Y Jesús ordenó: -¡QUITEN LA PIEDRA!
Marta le replicó: -Pero Señor, ¿cómo vas a mandar que quiten la piedra de la tumba? ¿No escuchaste que pasaron cuatro días y la muerte ya hizo su trabajo? ¡Señor, hiede ya!
Y algunos, sólo por obediencia, no por Fe en Jesús, quitaron la piedra.
Ante un problema, distintas opiniones o formas de verlo. Pero en el fondo, todos criticaban a Jesús porque no hizo nada. Porque llegó tarde. Porque dejó morir a Lázaro. Porque podía haber evitado su muerte pero no lo hizo. Recordaban bien que en otros casos, ni siquiera llegó al lugar del enfermo, dijo la Palabra y a la distancia el enfermo sanó.
Habían olvidado que estaban ante el Creador, que toda la Creación se le somete y que el espacio y el tiempo se le someten. Todos iban a ser testigos de que Jesús es el Dador de Vida y que la muerte huye delante de su Presencia.
¡Todos iban a glorificar el Nombre de Jesús e iban a creer en Él!

*     *     *     *     *

¿NO TE HE DICHO QUE SI CREES VERÁS LA GLORIA DE DIOS?
(Juan 11: 40)

Como Lázaro, te encuentras en una cueva con una piedra que tú no puedes correr. El Fuego de la Prueba te llevó hasta allí. ¿Quién puede destapar eso, quitar la piedra? Si el olor se siente a la distancia. El pecado, la falta de Fe en Jesús, las maldiciones, la miseria, la soledad, los problemas familiares, las pestilencias, la enfermedad, la falta de perdón, el odio, el resentimiento, la soledad, la angustia, la depresión, los malos sueños,… te hundieron en la cueva.
Estás muerto en vida. Te estás pudriendo hasta los huesos sumergido en ella. Te estás quedando sin aire. La muerte te ronda. Ya no querés seguir viviendo. No hay solución! ¡No tengo salida! Te repetís una y otra vez. Le avisé a Jesús ni bien comenzó esto. Pero no hizo nada.
¿O SÍ? Ahora que recuerdo, dejó dicho algo en la Biblia para mí. Pero con tantos problemas no la he leído. Y si tengo que decir la verdad, nunca me esforcé por memorizar versículos para los malos tiempos.
Hermano/a:
Jesús está dispuesto a actuar a favor de ti sin importarle los impedimentos. Acudió a resucitar a Lázaro aún cuando los discípulos le recomendaron que no vaya a Betania porque los judíos de allí lo buscaban para apedrearle.
A Jesús no le importa el tiempo que llevas transcurrido en la cueva, las circunstancias que te llevaron allí, el modo en que llegaste…
Jesús te repite: ¿No te he dicho que si crees verás la Gloria de Dios?
Jesús es ESPECIALISTA en estos casos. ¿O acaso te olvidás que Él estuvo en la tumba muerto y resucitó? ¡Venció a la muerte, al diablo, al infierno! ¡Está RESUCITADO AHORA! ¡Y te quiere sacar de la cueva AHORA!
Hermano/a, Jesús mandó que quiten la piedra que cerraba la tumba, luego Él oró y Lázaro resucitó. Él no hace lo que nosotros podemos hacer. Jesús necesita de Cristianos que no digan como Tomás “vayamos a morir con él”, a llorar, a manifestarle nuestro dolor por lo que le ocurre al Hermano. Jesús necesita de Cristianos que ejerzan Fe en Él RESUCITADO y corran a quitar la piedra para que ocurra el milagro de parte del Señor.
Querido Hermano/a:
Por Fe, quito la piedra que cierra tu cueva, porque CREO que Jesús rompe tus cadenas, te libera, te sana, te restaura, convierte la maldición en Bendición por amor a ti, te perdona los pecados, te limpia, te santifica, te da Vida en abundancia.
Jesús dio su Vida por ti. ¡Eres SALVO POR GRACIA! No tienes que hacer nada para alcanzar Salvación. Él ya lo hizo todo. Ejerce Fe en Jesús, dilo, decláralo públicamente AHORA.
Vamos a humillarnos delante del Señor, a reconocer su Grandeza, su Poder, a tirarnos a sus pies. Señor mira mi vida. Señor ayúdame. Creo en Ti. Tú eres mi Salvador y Señor. Perdona mis pecados. Lávame. Límpiame. ¡Estoy podrido, Señor! ¡Hazme de nuevo!
Que todos vean y crean que Tú eres Real y teman delante de Ti. Que tu Nombre sea glorificado por medio de mí. Mira mi vida… Mira mi vida… Señor ayúdame.
Ayúdame a quitar por Fe la piedra de la cueva donde han caído otros Hermanos para que Tú puedas obrar. Ayúdame a ser agradecido. Gracias porque soy Salvo por Gracia, me has salvado gratuitamente. Diste Tu Vida por Amor a mí. ¡Gracias Jesús!
Alabemos, adoremos juntos al Señor Jesús. No importa el tiempo que transcurra, no mires el reloj. ¡Demos gracias al Señor por lo que ha hecho en tu vida!
Luego, por Fe en el Señor Jesús, corre a quitarle la piedra a otro hermano. 








(Elena Sanfilippo Ceraso
    viernes 11/03/2016)

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