lunes, 26 de diciembre de 2016

2017: PREPARADOS… LISTOS… ¡YA!


Pensemos por un momento, en las maratones que organizan Fundaciones y en las que muchas personas se anotan con el deseo de participar. Pero tienen que cumplir con ciertas condiciones, sobre todo, deben presentar Certificado médico de Aptitud para la carrera. Previamente a la misma, se preparan con dietas, ejercicios y beben abundante líquido.
Quien no esté apto, no puede participar de la carrera. Hay una gran cantidad de corredores pero sólo uno lleva el premio. Para tener éxito, los participantes tienen que tener claro la meta, es decir, no correr a la ventura, sin saber a dónde van. Algunos corren para exhibir su estado físico, verse bien, para gustar y ser alabados. Otros lo hacen para mostrar que pueden sobrepasar límites, quieren ganar, oir aplausos, y sin respetar principios éticos, dejan atrás participantes fuera de carrera. Otros corren sólo para acompañar, como una forma de entretenimiento y de pasar el día.


Diariamente, todas las personas participan de una carrera, de la Carrera de la vida.
Cada día que comienza, se larga la carrera. Correr, correr, correr, lo más rápido posible, de aquí para allá y así, ¡ganarle tiempo al tiempo!
En la Carrera de la vida no hay que inscribirse, ya estás anotado y ¡es obligatoria! Todos deben participar. No importa si estás en condiciones o no, si estás apto o no para correr, nadie te pide Certificado médico de Aptitud física.
Si hemos reflexionado acerca de las preguntas existenciales de nuestra vida:
¿Quién soy? ¿Para qué vivo? ¿Por qué vivo? ¿Hacia dónde voy? ¿Qué quiero lograr?, 
tenemos la posibilidad de ELEGIR QUÉ CARRERA QUIERO CORRER.

En la carrera que corren los habitantes del mundo, esclavos que pertenecen al reino de las tinieblas, gobernado por el príncipe de este mundo: satanás, los participantes forman parte de una inmensa manada mundial, que cada día se levanta para correr.
Esta actividad no deja tiempo para la REFLEXIÓN y cada persona corre, corre y corre, sin reflexionar PARA QUÉ CORRE.
En la manada encontramos corredores victoriosos, orgullosos, codiciosos, que les gusta ser aplaudidos, alabados, que anhelan alcanzar cada vez metas más altas sin importarle la suerte de los otros participantes. También están los corredores que quedan postrados en el camino o los que llegan arrastrándose al final del día, sin fuerzas, deprimidos, enfermos, con miedo, porque están obligados a levantarse al otro día y temen fracasar otra vez y van acumulando frustración tras frustración, sabiendo que no pueden alcanzar o cubrir las mínimas exigencias que el sistema del mundo les demanda.
Ambos grupos, ganadores y perdedores, con metas claras o no, corren cada día, pero al final del mismo, la gran mayoría no puede responder:
¿A dónde me lleva esta carrera?
TODOS CORREN HACIA EL INFIERNO, y muchos, muchos, no lo saben, pues dedican todo su esfuerzo y energía en correr, para alcanzar metas de la vida diaria, de corto plazo, terrenales.


¿Qué nos dice la Biblia acerca de la Carrera de la Vida y sus participantes?
En 1° Corintios 9: 24-27, Pablo advierte a los Cristianos que están en una Carrera para ganar una Corona INCORRUPTIBLE, y no corruptible como la que entregan en la Carrera de la vida del mundo. Pero dice que muchos son los que participan pero no todos la van a obtener. Porque hay condiciones que cumplir:
Estar en forma, abstenerse de muchas cosas, tener metas claras, reflexionar acerca de las preguntas existenciales:
¿Quién soy?, ¿Para qué vivo?, ¿Por qué vivo?, ¿Hacia dónde voy?, ¿Qué quiero lograr?
Pablo nos habla de él como participante:
Golpeo mi cuerpo y lo pongo en servidumbre, no sea que por el cuerpo, yo mismo sea DESCALIFICADO, aún cuando haya predicado a otros. ¡Tremendas palabras!
Mira lo que dice Eclesiastés:
“…no es de los ligeros la carrera, ni la batalla de los fuertes, sino que el tiempo y la ocasión acontecen a todos”.
ANTES que el tiempo y la ocasión me acontezcan, debo dar respuesta a las preguntas existenciales.
Lee Hechos 20:24 y REFLEXIONA cómo Pablo responde a estas sencillas preguntas en breves versículos. Pero esto no es poca cosa, ya que al hacerlo, es un indicio de que él ya no forma parte de la manada del mundo que corre hacia el infierno.
¡Él participa de una Carrera cuyos participantes van hacia el encuentro de Jesús! Dice así:
Pero de ninguna cosa hago caso NI ESTIMO PRECIOSA A MI VIDA para mí mismo, con tal que ACABE MI CARRERA CON GOZO y el MINISTERIO QUE RECIBÍ DEL SEÑOR JESÚS, para dar testimonio del Evangelio de la Gracia de Dios. Me esperan tribulaciones y prisiones.
En 2° Timoteo 4:7 dice:
He peleado la Buena Batalla, HE ACABADO LA CARRERA, HE GUARDADO LA FE. Por lo demás me está reservada LA CORONA DE JUSTICIA, la cual ME DARÁ EL SEÑOR, Juez Justo, en aquel día y no sólo a mí, sino a TODOS LOS QUE AMAN SU VENIDA. Pero yo ya estoy para SER SACRIFICADO y el tiempo de mi Partida está cercano.


Cada día corro hacia el Encuentro de mi Señor Jesús y AMANDO SU VENIDA. En cualquier momento, Él pondrá FIN a mi Carrera, al venir a buscarme personalmente o porque me alcanza la muerte, enemiga del ser humano, que ya fue vencida por Jesús en la Cruz del Calvario por su RESURRECCIÓN, y por medio de él nosotros también tenemos Victoria sobre la muerte. Debo correr amando su Venida, guardando la FE, para NO PERDERLA en lo que Pablo llama: “he peleado la Buena Batalla” o en los obstáculos que se me presenten en el camino. Para esto, debo vestir la ARMADURA que Dios preparó para mí y así ACABAR la Carrera CON GOZO.
En Hebreos 12: 1-2, menciona más condiciones para participar de la carrera:
DEJAR DE LADO TODO PESO Y PECADO, negarse a sí mismo, renunciar al mundo y a sus placeres, andar en Santidad de vida, depositar todo a los Pies del Señor: cargas, preocupaciones, enfermedades, tentaciones, distracciones...
CORRER CON PACIENCIA la Carrera que tenemos por delante.
RENUNCIA – PACIENCIA Y…
Correr con los ojos PUESTOS EN JESÚS, el autor y Consumador de la FE, quien sufrió la Cruz, menospreciando el oprobio y se sentó a la DIESTRA DEL TRONO DE DIOS.
La carrera es delante de muchos testigos, fieles y no fieles a Dios. Jesús nos indica el Camino, pues Él ya pasó por esto y dejó bien claras sus huellas, para el Cristiano que quiera acabar su Carrera con GOZO y obtener de Él la Corona Incorruptible.


Le doy gracias a Dios porque ya no formo parte de una manada que va rumbo al matadero. Me conoce por mi nombre, ha puesto a mi disposición todos los medios y recursos para que termine con Gozo la Carrera y me ayuda en mis debilidades, en mis fracasos, en mis “no puedo”. El Espíritu Santo, mora dentro de mí. Cuento con su Armadura, la Biblia, la Oración y las Victorias del Señor Jesús están a mi disposición para que pelee la Buena Batalla y guarde la FE en la carrera diaria.

TODO, me lo ha dado TODO, para que no resulte DESCALIFICADA.
Ahora puedo entender con más claridad los versículos:
Buscad primeramente el Reino de Dios y su Justicia y todo lo demás les será añadido… Basta a cada día su propio mal. (Mateo 6:33).
Venid a Mí todos los que estáis trabajados y cargados y Yo os haré descansar. (Mateo 11: 28-30).


Hay Hermanos nuestros, pequeños, Discípulos fieles de Jesús, que el diablo los tiene en la mira, los acecha, puede llevarlos al desierto para tentarlos, puede arrojarles dardos encendidos y envenenados o como narra Pablo en 2°Corintios 1:8-9:
…pues fuimos abrumados sobremanera más allá de nuestras fuerzas, de tal modo que aún perdimos la esperanza de conservar la vida. Pero tuvimos en nosotros mismos sentencia de muerte, para que no confiásemos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos, el cual nos libró y nos libra… COOPERANDO también vosotros a favor nuestro con la ORACIÓN.
Lo que el diablo busca, es que el cristiano abrumado sobremanera más allá de sus fuerzas, abandone la carrera y no llegue a la meta.
Es nuestra obligación COOPERAR con la ORACIÓN con estos Hermanos.
Te ruego que me acompañes:
Padre de Misericordias y Dios de toda Consolación:
Te ruego por mis Hermanos que están siendo abrumados sobremanera, más allá de sus fuerzas, sufriendo todo tipo de injusticias por ser cristianos, siendo tomados prisioneros, viviendo incomunicados en celdas inhabitables, en la peor soledad, sin atención médica, otros son vendidos como esclavos, torturados, los hay que son saqueados y deben huir a un país que los acepte, etc. Te ruego que su Fe no falte, que no bajen la mirada, que en este mismo momento tu Espíritu Santo que mora en ellos se manifieste en toda su potencia sanando, consolando, fortaleciendo, enseñando, rodeándolos y llenándolos de tu Amor para que continúen en carrera y alcancen la meta, llegar a las MORADAS ETERNAS.








(Elena Sanfilippo Ceraso 
      jueves 21/07/2016)

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