jueves, 18 de mayo de 2017

ALEH KATAN SHELI: Pequeña Hojita mía. (1° Parte).



Sara Flowers Adams nació en 1805. Escribió el himno “Cerca de Ti Señor” en 1841. Su sueño de juventud era dedicar toda su vida a la actuación en teatro, ya lo estaba haciendo, pero como había heredado sordera, su seguro de salud no le permitió continuar con su vocación teatral. Fue un tremendo e inesperado golpe para ella. Había fundado toda su vida en este sueño. Creía que el púlpito y el teatro eran las dos formas en que se podía predicar el Evangelio y había elegido el teatro para servir a Dios Pero la respuesta del Padre Celestial había sido un NO rotundo. A simple vista era muy injusto. Sin que ella lo supiera, Dios tenía otros planes, una preciosa forma de predicar el Evangelio, como AUTORA de himnos cristianos. Hermosísimos himnos que recorrieron el mundo y atravesaron el tiempo hasta hoy y más.


Cerca de Ti, Señor”, nació de la historia de Jacob en Génesis 28:11-17, mientras huía de su hermano Esaú que lo buscaba para matarlo. Por la noche durmió con su cabeza apoyada sobre una piedra. Fue en ese momento que soñó con una escalera que llegaba al cielo y ángeles subían y bajaban por ella. En el Antiguo Testamento, los ángeles eran los mediadores entre Dios y los hombres, eran los encargados de llevar ante el Trono de Dios las peticiones de los justos y luego, regresaban con su respuesta. En la mañana Jacob bautizó el lugar Bet-el, la Casa de Dios.

Este himno es una forma de oración a Dios y es el favorito de los mártires. Sara falleció en 1848, pero la Obra de Dios a través de “su escritora”, permanece viva. Fue tocado durante el naufragio del Titanic por la Banda del mismo, en tragedia que ocurrió el 14/4/1912, mientras el buque se hundía, muchos hacían hasta lo imposible con el fin de conseguir un lugar en los botes salvavidas. Aquí y allá se veía gente desesperada, corriendo, gritando, empujando, muchas personas murieron ahogadas. El capitán, ya sin esperanza alguna tomó la decisión de suicidarse. Pero los músicos, sin tener en cuenta lo que ocurría con el Titanic pusieron su Fe en acción: ¡Creían en Jesús RESUCITADO! Éste no era el final, para ellos comenzaba la Vida en Jesús. No estaban solos ni desamparados en medio de la imprevista tormenta, no iban a desesperar, porque creían que la muerte ya había sido vencida por el Señor Jesús en la Cruz del Calvario, cuando murió y resucitó Decidieron entonces alumbrar las tinieblas de la muerte y ADORAR a Dios hasta el último minuto de su vida, tocando el himno de Sara, “Cerca de Ti, oh Dios”.


La gente que viajaba en el Titanic, estaba ahí porque tenía un proyecto, para algunos era un viaje de placer, para otros, era la oportunidad de iniciar una nueva vida en otra parte del mundo, etc. Todos tenían algo en común, estaban convencidos de que el éxito estaba asegurado, nada ni nadie podría frustar su proyecto, porque viajaban en el invencible Titanic, El día que emprendieron el viaje, la gente decía a modo de desafío, al ver lo imponente que era: “Ni Dios lo puede hundir”.

Pero la tragedia ocurrió. Cuando todos viajaban en “completa seguridad”, imprevistamente ocurrió.
En un determinado momento de sus vidas, Jacob, Sara, los tripulantes del buque, sintieron que todo su mundo se hizo pedazos. ¿Qué sería de ellos? Su futuro era incierto. ¿Qué les esperaba? Cada uno de ellos, respondió de diferente forma ante lo que les tocaba vivir.
Sara, Jacob, los músicos,… decidieron consagrar sus vidas a Dios. La tormenta golpeó con fuerza contra ellos, pero no los derribó.
Y si vivimos para Él vivimos, y si morimos para Él morimos, sea que vivamos o que muramos, somos del Señor…”
Los antiguos cristianos entonaban este himno, mientras se dirigían rumbo al martirio. La Biblia nos enseña que Jesús es el Buen Pastor. “…Y aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno…” El Buen Pastor es quien puede y quiere mantenernos FIRMES y en PAZ en medio de la tormenta.

Medita:
¿Qué hubieras hecho en el lugar de Sara?
Y si hubieras sido un tripulante del Titanic, ¿como quién hubieras actuado ante la tragedia?

Veamos qué hizo el salmista, (Salmo 18:4-5), cuando lo atemorizaron TORRENTES de PERVERSIDAD, que son tan destructivos o más, que las tormentas físicas.
Observa cómo ANTES de describir su dramática situación, CONFIESA su Amor a Dios, diciendo más o menos así:
Te amo, oh, Jehová. Fortaleza mía. Roca mía, Castillo mío, mi Libertador, mi alto Refugio…
En Él confiaré, invocaré y alabaré a Dios y seré salvo de mis enemigos que como torrente han venido en contra de mí.
Y Dios oyó mi clamor, envió desde lo alto, me tomó y me sacó de las muchas aguas….

¡No hay tormenta de ninguna clase que pueda derrotar a quien tiene su Fe puesta en Dios, el Todopoderoso!
En el Salmo 31:14-15, el salmista declara: Mas yo en Ti confío, oh, Jehová, digo: Tú eres mi Dios. En Tu Mano están mis tiempos.
El Salmo 37:5 aconseja: Encomienda a Jehová tu camino, y confía en Él y Él hará.
Proverbios 16:3 dice: Encomienda a Jehová tus obras y tus pensamientos serán afirmados.
El Salmo 139:10 es una declaración de confianza en Dios: “…me guiará tu Mano, e asirá tu Diestra…”

Continuará





(Elena Sanfilippo Ceraso
          25/2/2017)

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