sábado, 13 de mayo de 2017

¿DEPRIMIDO HASTA LA MUERTE? ELÍAS. 2° Parte




Cuando Elías recibió de parte del Mensajero de JEZABEL, la AMENAZA que en el término de 24 horas iba a morir en sus manos, decidió HUIR al desierto. Al llegar al lugar, se sentó debajo de un enebro.
¡Pobre Elías! La misma Jezabel en persona, como sacerdotisa de Baal, dio la orden de buscarlo por todas partes para matarlo.
Elías, el siervo y Profeta de Dios, que EN el Poder de Dios, se había presentado SOLO ante el rey Acab, teniendo conocimiento de que éste lo buscaba para matarlo, desde hacía tiempo. Elías, que había llevado al Pueblo de Dios al arrepentimiento, que había edificado el Altar y restaurado el Culto a Jehová Dios y había dado muerte a los profetas de Baal, este mismo Elías, fue quien, cuando la sacerdotisa mayor de Baal, Jezabel, lo amenazó con matarlo en menos de veinticuatro horas, atemorizado, ¡huyó al desierto!
Luego de una tremenda VICTORIA de Dios por medio de él, Elías huyó, solo, completamente solo, atemorizado, deprimido, agotado, desanimado, huyó al desierto. Y ahí, sentado bajo un enebro, deseando morir le dijo a Dios:
-Basta ya, oh, Jehová, quítame la vida.
Y echándose, se quedó dormido.
Profundamente deprimido hasta la muerte, se acostó bajo el árbol y se quedó dormido.
-¡Basta ya!, ¡Quiero morir!, había sido su clamor a Dios.
Pero Dios, que en ningún momento lo había dejado solo, envió un ángel para fortalecerlo, y le pidió que coma una torta y beba agua. Elías así lo hizo, pero nuevamente se quedó dormido. ¡No quería saber nada con nada ni con nadie! Sólo quería dormir y morir en el transcurso del sueño. Dios insistió una segunda vez por medio del ángel y le reiteró el pedido de comer y beber, pero esta vez añadió: “…porque largo camino te resta”.
Elías así lo hizo. Comió, bebió y caminó cuarenta días y cuarenta noches, pasando la noche en una cueva.


Vino Palabra de Dios a él:
-¿Qué haces aquí, Elías?
-Sentí un VIVO CELO POR TI, oh, Dios, porque los hijos de Israel han dejado tu Pacto, han derribado los altares y han matado a espada a tus Profetas, y SÓLO YO HE QUEDADO y me buscan para quitarme la vida.

Elías continuaba escondido en la cueva. ¡No pensaba salir fuera de la misma! Nada le dijo a Dios de lo que realmente había ocurrido, de la gran victoria obtenida, como si se hubiera borrado de su mente que Dios mismo era quien había realizado un gran Milagro en el Monte Carmelo, y él había sido partícipe directo.
Ésa es una de las tácticas preferidas del diablo, nos presenta cada vez un gigante mayor que nos enfrenta y atemoriza con sus amenazas, y al verlo tan grande y poderoso, nos olvidamos de las victorias que Dios nos ha permitido obtener y a cuántos gigantes hemos vencido ya en Su Nombre
Olvidamos cuán grandes Bendiciones hemos recibido de nuestro Padre Celestial. Olvidamos… olvidamos.


Elías, oculto en la cueva, se sentía solo, desamparado, ante un gigante poderoso como Jezabel.
¿Había alguien que no le temiera a Jezabel? Era imposible de vencer, y él bien lo sabía, porque conocía su poder. Por lo que se consideraba hombre muerto. Se había enfrentado SOLO ante el soberano, ante el Pueblo, ante los profetas de Baal, pero ante Jezabel… ¡no!
Por eso le pidió a Dios que lo mate antes que lo encuentre JEZABEL y lo sacrifique a Baal.
Elías se sentía culpable. Si no hubiera sentido ese vivo celo por Dios y no hubiera actuado en consecuencia, ahora no le estaría pasando esto. Todo esto era su culpa, por ser celoso de las cosas de Dios y pretender que las demás personas las guarden. Una y otra vez se repetía: sólo yo he quedado, me buscan para quitarme la vida
En Juan 2: 17, leemos: “el celo de tu Casa me consume”, había dicho el Señor Jesús. Y PURIFICÓ el Templo utilizando un azote de cuerdas diciendo:
“ … no hagáis de la Casa de mi Padre, Casa de mercado”.
Elías no comprendía que gracias al VIVO CELO que había sentido por Dios, se había purificado no sólo de idolatría el Pueblo, sino que Dios iba a producir una transformación política y religiosa en Su Pueblo, que él desconocía. La obra de Dios aún no había terminado y él iba a continuar siendo parte activa en la misma.
Continuemos con esta preciosa historia.
Dios tuvo compasión de Elías, sabía que estaba deprimido y buscó, con Amor y Paciencia, sacarlo de la cueva, de la oscuridad, de ese estado de no querer vivir más. Por lo que se manifestó a él, no por medio de un trueno, o un terremoto, sino con un SILBO APACIBLE y DELICADO, que al oírlo Elías, se sintió atraído y saliendo se puso a la puerta de la cueva.
Y ahora sí, ya en la Luz y Cara a cara, se podría decir, ambos reanudaron el diálogo suspendido.
Dios le hizo, por segunda vez, la misma pregunta:
-¿Qué haces aquí Elías?
Y el Profeta le respondió de igual manera que la vez anterior.
Pero como Dios no detiene su propósito, siguió adelante con su Plan, sin dejar de lado, que Elías continuaba con un gran deseo de morir.
Fue ahí que al darle nuevas indicaciones, le demostró que no era verdad que estaba solo y que sus pensamientos eran erróneos. Le encomendó que regrese por el mismo camino que había venido y debía ungir a los nuevos reyes de Siria y de Israel y a un nuevo Profeta llamado Eliseo.
Dios le pedía que regrese para terminar la obra comenzada y los que lo buscaban para matarlo, morirían a espada a manos de los nuevos reyes o del Profeta Eliseo. Le dio además, una buena nueva, tenía reservados siete mil fieles que no se habían arrodillado ante Baal y tampoco lo besaron.
¡Sorpresa! ¡Elías descubrió que no estaba solo! Había personas fieles a Dios que lo estaban esperando. ¡Debía ir hacia ellos AHORA!



Hermano/a:
Elías era un siervo y Profeta CELOSO de Dios y de su Obra, tanto que SOLO se levantó ante la idolatría, se enfrentó sin temor a los enemigos de Dios y destruyó su obra, unió a las doce tribus con el fin de adorar al único Dios verdadero, se indignó porque habían asesinado a los Profetas de Dios y estaba confiado en que Dios lo respaldaba. Todo esto le demandó mucho esfuerzo, desgaste emocional y físico. Y por qué no, también espiritual. En el primer momento se burlaba de los profetas de Baal, porque su dios no respondía a su clamor. Pero cuando Jezabel se levantó contra él, dudó del Poder de Dios y se vio solo ante esa mujer poderosa. Y huyó. Se escondió en una cueva. Estaba muy deprimido Su deseo era morir mientras dormía. Hasta que Dios, con un silbo apacible y delicado, lo hizo salir a la puerta de la cueva, reiniciaron el diálogo y logró que abandone definitivamente el lugar. Tenía mucho que hacer aún. Dios no iba a permitir que se entierre en vida o que permaneciera en esa tumba.
Elías era un SIERVO del Dios VIVO, no de un dios muerto.
Dios no abandona a sus siervos porque enferman o sufren “un accidente de trabajo o enfermedad profesional”. No es el “PATRÓN”, muy preocupado por llevar adelante su OBRA a costa de sus SIERVOS. Dios podría haberlo desechado, poniendo en su lugar, un reemplazante, y de hecho, ya lo tenía, era Eliseo. Pero primero, antes que nada, Dios detuvo SU OBRA, se ocupó de la sanidad y restauración de Elías, le dio nuevas indicaciones en el Plan a seguir y cuando Elías finalizó la tarea encomendada, ¡mandó a buscarlo en un carro de fuego!
¡Dios no es hombre para mentir ni para abandonar! Jesús vino a buscar al débil, enfermo, cargado, deprimido, rechazado, solo, acabado, excluido,…
En la Biblia leemos:
No es Dios de muertos sino de VIVOS. Mateo 22:32.
“…os convirtáis al Dios VIVO”. Hechos 14:15.
Para servir al Dios VIVO y VERDADERO. 1° Tesalonicenses 1:9.

Hermano/a:
¿Te sientes solo, sin fuerzas, desanimado, deprimido hasta la muerte? ¿Crees que no tienes nada más para hacer, que se terminó todo para ti? ¿Estás convencido que llegó tu fin?
Para los hombres, ¿ya estás acabado, fuera de juego?
Tengo una buena noticia para darte: éste es el momento justo para que dejes actuar a Dios. El NO de los hombres es el SÍ de Dios.
Escucha la voz de Dios que te llama por tu nombre, de manera apacible y delicada. Sal fuera de la cueva. Deja la oscuridad, abandona las tinieblas y acércate a la Luz Divina. Reanuda el diálogo con Dios. Él tiene muchas cosas para decirte. No le temas a Jezabel tampoco creas sus mentiras: ¡No puede sacrificarte! Jesús se entregó a Sí mismo como Cordero por Amor a ti, a mí… ¡Está RESUCITADO! Jamás te va a dejar solo, está tu lado y es Poderoso, más poderoso que Jezabel.
¡El TODOPODEROSO ES tu defensa!
Aviva el fuego que hay en ti. Aviva el CELO por Dios y por su Obra.
Repite hasta memorizar:
El celo de tu Casa, oh, Dios, me consume”.
¡ALELUYA, porque el Señor nuestro Todopoderoso REINA! (Apocalipsis 19:6.).





(Elena Sanfilippo Ceraso
  domingo 12/ 02/ 2017)



3 comentarios:

  1. Gracias, a veces puede que por nuestra sociedad y crianza sentimos que nadie nos ayudará en nuestros momentos difíciles y que no servimos y nadie nos salvará y que ya no somos útiles ni para Dios ni para las personas. Ese lado misericordioso de Dios da confianza de que tus fuerzas y alma pueden sanar y no es una carga difícil de alzar por alguien que ya está aplastado

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