Antes
que te formase en el vientre te conocí. Sr. Jesús.
¿Te
has detenido a meditar en los siguientes interrogantes de la vida
buscando la respuesta en la Palabra de Dios?
¿Quién
soy? ¿De dónde vengo? ¿Para qué vivo? ¿Por qué vivo? ¿Hacia
dónde voy?
En el libro de Job, Cap. 7, él argumenta contra Dios:
“…Y
mis días fueron más veloces que la lanzadera del tejedor. Y
fenecieron sin Esperanza. Acuérdate que mi Vida es un SOPLO”.
¿No
tienes la impresión, como Job, que los días se pasan volando?
¿Cómo
fenece cada día para ti: con Esperanza o sin ella?
¿Qué
herencia deja un día a otro día: Vida o muerte?
Eliú,
su amigo, le responde: (Job 33:4):
El Espíritu de Dios me hizo y el
Soplo del Omnipotente me dio Vida… Del barro fui yo también
formado.
Santiago
en su Carta, (4: 13/15), a las doce Tribus que están en la
dispersión les pregunta:
¿QUÉ
ES VUESTRA VIDA?
¿Por
qué les realiza esta pregunta? ¿Qué estaba pasando?
Santiago
tenía conocimiento que estos creyentes en Jesús, realizaban planes
para hoy y mañana, de viajar, de comerciar, de ganar dinero…
¡Cuando no sabían qué sería de ellos mañana!
El
Siervo de Dios los hace reflexionar acerca de su diario vivir y
compara a la Vida con la neblina que se aparece por un poco de tiempo
y luego se desvanece. Les enseña que deberían decir:
SI
EL SEÑOR QUIERE, viviremos y haremos esto o aquello
AMADA
DE DIOS, reflexiona:
¿Qué es tu Vida?
Elena Sanfilippo Ceraso
martes 10/04/2018
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