lunes, 4 de junio de 2018

Buscadme, llamadme… (3° Parte)


SERIE: Invocando el NOMBRE de Dios.
   Pedro en su primer discurso el día de Pentecostés, mencionó a los habitantes de Jerusalén las palabras del profeta Joel:
Y todo aquel que INVOCARE el NOMBRE del SEÑOR será SALVO. Hechos 2:21.
   ¡Es una PROMESA! Si INVOCAS el NOMBRE del SEÑOR JESÚS, ¡Él te responderá!
   Isaías (55) exhorta:
Buscad a Jehová mientras pueda ser hallado,
LLAMADLE, (invocadle), en tanto que está cercano.
Deje el impío su camino y el hombre inicuo sus pensamientos y VUÉLVASE a Dios, el cual tendrá de él Misericordia y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar.
   Isaías hace un llamado al arrepentimiento, AHORA, mientras Dios está cerca y oye el llamado. Dios perdonará a cualquier persona que deja su camino para volverse a Él e INVOCAR Su NOMBRE.

   Y entonces, a manera de resumen:
   ¿Dónde invocar el Nombre de Dios? No hay un lugar especial, allí donde moras. Dios no quiere separarse de ti nunca.
   ¿Cuándo Invocar el Nombre de Dios? En todo tiempo, las veinticuatro horas. Dios se deleita al escuchar tu voz
   ¿Qué es invocar el Nombre de Dios? Es orar a Él en forma audible, en voz alta, con ruego, clamor, gemidos, llanto y con perseverancia, sin cesar.
   ¿Por qué INVOCAR el NOMBRE de Dios? Dice el salmista, (86:5):
Porque Tú Señor, eres bueno y perdonador, grande en Misericordia para con TODOS los que te INVOCAN.
   ¿Cómo y para qué invocar el Nombre de Dios? Para ser SALVOS, para recibir Salvación gratuita, somos salvos por GRACIA, al creer en el Nombre del Señor Jesús.
   Dice el Salmo 105 que debemos Invocar Su Nombre para: que los pueblos conozcan sus obras, para cantarle Salmos, hablar de sus maravillas, gloriarse en su Santo Nombre, alegrarnos en el corazón, para buscarlo siempre, buscar su rostro y su Poder, para acordarnos de las maravillas que Él ha hecho, de sus prodigios y de su Palabra. Y sobre todo:
DEBEMOS INVOCAR SU NOMBRE, ¡PORQUE ÉL ES NUESTRO DIOS!
   ¿Cómo INVOCÓ David a Dios? Salmo 17.
David invocó a Dios, SIN ENGAÑO, para presentarle una causa justa.
   Le dice que Él ha probado su corazón, que lo ha visitado de noche y no encontró nada inicuo, que se guardó de las sendas de los violentos, por lo que le pidió a Dios que sustente sus pasos en Sus Caminos para que no resbale.
   David INVOCÓ Su Presencia porque sabe que lo oirá y PARA:
Que MUESTRE sus maravillosas Misericordias y que lo GUARDE como a la “niña de sus ojos”, que lo ESCONDA bajo la sombra de sus alas, de los enemigos que buscan su vida.
   En el Salmo 18, David le dice a Dios que lo ama y lo alaba. Lo llama MI Fortaleza, MI Roca, MI Castillo, MI Escudo, la fuerza de MI Salvación, MI alto Refugio. Dice que Dios es digno de ser alabado y lo INVOCA en su angustia PARA:
Que lo salve, porque lo rodearon ligaduras de muerte.
Dios le respondió y lo libró.
   En el Salmo 91, Dios promete que como el salmista lo ama y ha conocido Su NOMBRE, cuando lo INVOQUE, Él le responderá, estará con él en la angustia, lo librará y lo glorificará, lo saciará de larga Vida y le mostrará Su Salvación.
   En el Salmo 31, el salmista declara que Dios es su Roca, su Castillo, su Refugio. Confiesa: Tú eres mi Dios, en tus Manos están mis tiempos. INVOCA a Dios PARA:
Que no sea avergonzado, que lo libre y que lo saque de la red, que lo salve de la muerte.
   Luego alaba a Dios por sus Misericordias, por su bondad y bendice a Dios porque OYÓ su clamor. Para siempre va a recordar y a agradecer a Dios por lo que hizo por él.
   El salmista exhorta a los santos, a los fieles a que amen a Dios, que se esfuercen y esperen EN DIOS y que tome aliento su corazón.
   En el Salmo 55, el salmista INVOCA a Dios TODO el tiempo porque su corazón está dolorido, desearía tener alas como de paloma para volar, huir y descansar, morando en el desierto. En este caso, es un íntimo, un familiar, un guía, un amigo que lo afrentó. Entonces él INVOCA a Dios PARA:
que lo salve y confiesa que Dios lo hará, que confía en Él. Pero no sólo eso, nos invita a echar nuestra carga SOBRE Dios y Él nos sustentará.
   En el Salmo 105, el salmista invita a INVOCAR el NOMBRE de Dios, a alabarle, a dar a conocer sus obras en los pueblos, a cantarle Salmos, a hablar de sus maravillas, a gloriarse en su Santo NOMBRE, a que se ALEGRE el corazón de los que buscan a Dios, a que busquen su Poder y que busquen siempre su Rostro. Invita a los que aman a Dios a que hagan MEMORIA de sus maravillas, prodigios y de su Palabra.
   En el Salmo 116, el salmista declara su amor por Dios, dice que es clemente, justo, misericordioso, que guarda y salva a quien lo busca.
   Invoca a Dios porque lo rodearon ligaduras de muerte, para que lo libre. Declara que es su siervo, que Él ha roto sus prisiones, por lo que le ofrecerá sacrificios de alabanza delante de todo su Pueblo.

   ¿Qué te parece la invocación de estos fieles a Dios?         Reconocen quién es Dios, su grandeza, su poder, su Amor, sus misericordias, todo lo que ha hecho en sus vidas. Le declaran su amor y se comprometen a tener memoria y a ser agradecidos por sus hechos siempre. No sólo eso, darán testimonio a los Santos, para que juntos le alaben y adoren y las naciones también conozcan de su existencia y glorifiquen a Dios.
   En el Salmo 118 el salmista invita a alabar a Dios porque es bueno y su Misericordia es para siempre.
   Dice que desde la angustia INVOCÓ a Dios y le respondió poniéndolo en lugar espacioso. Declara que no teme a los hombres porque Dios está con él, es su Ayudador, su Fortaleza, su cántico y su Salvación.
   En el Salmo 145, el salmista se compromete a exaltar a Dios, su Rey y a bendecir su NOMBRE eternamente y para siempre, a que cada día lo bendecirá. Invita a todos sus Santos a que lo bendigan y hablen de su Poder, para que todos los hombres conozcan que su REINO es ETERNO.

(Continuará)



                              
           

Elena Sanfilippo Ceraso
    martes 05/06/2018  
         

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