miércoles, 20 de junio de 2018

La Tentación



   Jesús bautizado por Juan el Bautista y confirmado como Hijo de Dios por la Voz que se oyó del Cielo con descenso del Espíritu Santo sobre Él como paloma, fue guiado por el Espíritu al desierto PARA ser tentado.
   Cuando había ayunado cuarenta días y cuarenta noches y precisamente en el momento en que tenía hambre, vino el TENTADOR.
   El diablo sabe muy bien en qué momento nos sale al encuentro.
   Por eso la Biblia nos dice en 1° Pedro 5, que no seamos soberbios y que nos humillemos BAJO la poderosa Mano de Dios… que echemos toda nuestra ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de nosotros. Pero dice más aún: que seamos sobrios, que estemos despiertos, con los ojos bien abiertos y velando en oración, PORQUE nuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar. Y la única manera de RESISTIRLE es estando firmes en la Fe.
   El tentador primero busca su víctima y luego la acecha todo el tiempo que sea necesario hasta el momento justo en que ésta, por determinadas causas, está débil, sin fuerzas, sin recibir alimento espiritual, sola, etc, entonces, se aprovecha de su situación y le sale al encuentro para devorarla.
   Narra la Biblia, que el tentador esperó a que Jesús ayunara cuarenta días y cuarenta noches y tuviera hambre para presentarse ante Él.
   Pero Jesús siempre estaba en oración y ayuno, VELANDO. Sabía que el adversario lo acechaba porque se proponía apartarlo de la Voluntad de Dios. En este caso fue llevado al desierto por el Espíritu, pero otra vez, satanás le habló a través de Pedro, su Discípulo, para tratar de convencerlo de que no siga adelante porque iba a sufrir mucho, pero Jesús lo desenmascaró.
   ¿Crees realmente que el tentador te acecha? ¿Te has humillado bajo la poderosa Mano de Dios y permaneces en comunión íntima con con Él en el Nombre de Jesús? ¿Estás velando sin cesar? ¿Te mantienes FIRME en la Fe en el Nombre del Señor Jesús para RESISTIR al diablo y que huya de ti?
   Regresemos al desierto. El diablo busca tentar a Jesús pero Él le resistió respondiendo a cada tentación con la Palabra de Dios, que estaba bien fresquita en su mente y corazón, diciendo:
   1° tentación: No de pan vivirá solamente el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.
   ¿Qué consideras que es tu alimento diario y básico sin los cuales no puedes vivir? Tal vez no puedes vivir sin internet, sin las drogas, sin pornografía, sin beber y/o comer en exceso, etc. Tal vez no echas toda tu ansiedad sobre el Señor Jesús y buscas en religiones humanas una respuesta a tu ansiedad, practicando todo tipo de meditaciones, incluso la idea satánica de la reencarnación te está comenzando a dar paz, en lugar de buscar en la Biblia y en la oración a Dios en el Nombre de Jesús, la respuesta.
   ¿Puedes en el Poder de Dios, retirarte solo al desierto, esto es, a tu habitación, patio, etc, para orar, velar, meditar y alimentarte de la Palabra que Dios tiene para ti ese día?
   Cuando el tentador te pida que demuestres que eres Hijo de Dios, ¿puedes responderle como Jesús: Soy Hijo de Dios porque no vivo sólo de pan, sino que mi alimento es la Palabra de Dios?
   Padre Amado: Te pido perdón por tener a mi hombre interior anémico, a dieta permanente de tu Palabra. En cambio, yo me alimento de todo lo que mundo, la carne y el diablo me ofrecen.
   Tú me pides que tenga una dieta variada: estudio y meditación de tu Palabra, oración, ayuno, ruego, clamor, invocación, que te alaba, te adore, que tenga comunión con Hermanos en la Fe fieles a Ti y que permanezca en comunión contigo todo el tiempo, al levantarme y al acostarme, que todo lo que haga, compre, use, hable, etc. sea para tu Gloria.
   Te consagro mi vida y todo aquello de lo que me alimento: radio, tv. Internet, amigos, salidas, comidas, mi familia, mis hijos, mi trabajo, mis estudios, mis animales, mi casa, mis pertenencias, que todo lo que poseo y que Tú me diste, sea usado para tu Gloria. No solo te consagro mi vida y todo lo que está en relación con mi persona, sino que te ruego que vengas a morar en mi casa. Muéstrame qué te incomoda y renunciaré de inmediato, Tú todo lo ves, no hay nada que pueda ocultar de Ti.
   Perdón, Señor, porque el diablo me tienta y caigo porque no me alimento de tu Palabra, no la guardo día a día, en mi mente y corazón, no echo toda mi ansiedad sobre Ti.
   Te consagro todo mi tiempo, las 24 horas, cada minuto, ayúdame a aprovecharlo como Tú quieres y no como yo deseo.
   Padre: Gracias por escucharme y responderme. En el Nombre de Jesús. Amén.


   2° tentación: No tentarás al Señor tu Dios:
¿Con qué tientas al Señor tu Dios?
¿Crees que porque eres Hijo de Dios, puedes jugar con las cosas de Dios, que son un entretenimiento para ti y para otros o que Dios está para servirte?
   El diablo le dijo a Jesús: demuestra que eres Hijo de Dios tirándote desde el pináculo del templo y Dios enviará ángeles que te sostengan.
   ¿En qué te metes en manera caprichosa, sin pensar, ni orar antes de hacer algo, total, Dios está para cuidarte y salvarte si te salen mal tus locuras? Podría mencionar, tal vez, deudas, juegos, compras compulsivas, relaciones amorosas transitorias, derroche económico, descuido de tu salud, descuido de tus hijos, etc.
   Perdón Padre, por no ser un cristiano maduro sino que permanezco como un niño en la Fe. Un niño caprichoso que solo dice: dame, quiero y que se alimenta sólo de leche y no de carne. Ayúdame a crecer y a poner la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.

   3° tentación: Al Señor tu Dios adorarás y a Él solo servirás.
   ¿Ante qué o quién te postras y adoras? ¿Quién es tu dios? ¿Tú mismo, tal vez?
   Sinceramente abre tu corazón a Dios:
¿Qué o quién ocupa el primer lugar en tu vida?
   Perdón, Señor. Porque no ocupas el primer lugar en mi vida. No quiero deslizarme lentamente hacia la APOSTASÍA.    Me arrepiento y decido permanecer unido a Ti como los pámpanos a la vid. Ayúdame a ser uno con Jesús y con los Hermanos fieles.
   Dice tu Palabra: Amarás al Señor tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu mente y con todas tus fuerzas y a tu prójimo como a ti mismo. Lléname de tu Santo Espíritu y ayúdame a obedecer tu Palabra.
   Quiero estar siempre preparado para vencer la tentación y que pueda responder al tentador con tu Palabra y que también huya de delante de mí, gracias a Ti.
   Renuncio a todo lo que ocupaba el primer lugar en mi vida: (menciona cada uno/a).
   Me comprometo a ADORARTE y a SERVIRTE sólo a Ti desde AHORA y para siempre.

   Hermano, recuerda:
Humíllate bajo la poderosa Mano de Dios, renuncia a la soberbia, echa toda tu ansiedad sobre Dios y permanece velando en oración y resistirás al tentador en la Fe en el Nombre de Jesús y entonces, ¡él huirá de ti!


Elena Sanfilippo Ceraso
Miércoles 20 de junio del 2018.



No hay comentarios:

Publicar un comentario