martes, 17 de julio de 2018

La Iglesia es llevada al desierto. 1° Parte


   Dios no es hombre, para que mienta. Números 23:19.
   Son tiempos en los que debemos presentarnos ante Dios en humildad, para pedir perdón por nuestros pecados personales, por los pecados generacionales, (ya que las consecuencias de los pecados de quienes nos antecedieron nos alcanzan a nosotros y si no pedimos a Dios que las corte, al arrepentirnos ante Él y mediante su Perdón, las mismas continuarán con los que nos suceden).
   Debemos pedir perdón por los pecados que la Nación en que vivimos comete contra Dios, ya sea por ignorancia o por rebeldía, ya que somos parte de ella, incluso, muchos cristianos trabajan en diferentes organismos del gobierno y las leyes que se promulgan pueden afectar para bien o para mal, a la Iglesia, Testimonio VIVO del Señor Jesús en la Tierra.
   Es urgente que la Iglesia INVOQUE el Nombre de Dios y pida perdón por sus pecados y los pecados de la Nación y testifique públicamente acerca de su Fe en el Señor Jesús, antes que Dios actúe en contra de una Nación soberbia, mentirosa, orgullosa, rebelde, codiciosa, que guiada por el diablo, aunque declara que es “libre” de hacer lo que quiera y usurpando el lugar de Dios, determina por ejemplo qué bebé debe vivir y cuál no vivirá. Detrás de esta decisión se esconde una Nación que le da la espalda a Dios, que menosprecia y se burla de su Palabra.
   No se trata de que como Iglesia, repitamos las palabras de Adán, cuando Dios le pidió cuentas por su pecado: “…la mujer que me diste me hizo pecar…” y que, nos justifiquemos ante Dios, diciendo: “El presidente que permitiste que asuma es quien peca contra Ti”. En realidad, toda la Nación, incluida la Iglesia, si no actúa, peca contra Dios al avalar abiertamente su proceder o también al hacer silencio ante el accionar pecaminoso del Gobierno.
   Pero, ¿qué ocurre cuando Hoy es el tiempo de la APOSTASÍA?
   Hay un REMANENTE. Dios en todas las épocas tuvo un remanente. Por lo que HOY también es el tiempo de rogar al Dios de las Misericordias que tenga Misericordia de su Iglesia, FIEL A ÉL, que habita EN esta Nación perversa, pero que se propuso NO ser parte en nada en sus decisiones y en sus creencias, y sí, ser SAL y LUZ en la misma.
   Éste es el tiempo en que se repite el Encuentro que el diablo había tenido con Jesús en el desierto, que se encuentra en el Capítulo 4 de Mateo, llamado Tentación de Jesús.
   Leemos en el mismo, que luego de ser bautizado por Juan el Bautista, descendió el Espíritu de Dios como Paloma sobre Jesús y una Voz dijo desde los Cielos: “Éste es mi Hijo Amado en quien tengo complacencia”.
   Y el Espíritu lo llevó al desierto PARA ser TENTADO por el diablo. Después de cuarenta días y cuarenta noches de ayuno, Jesús “tuvo hambre”.
   Es muy, muy feo tener hambre y más aún, hambre de varios días. Los pensamientos, las acciones, las creencias, el carácter, la salud, el humor y/o las fuerzas de una persona con hambre pueden verse afectados. Veamos un ejemplo bíblico:


   Esaú era diestro en la caza y hombre de campo. Un día regresó a su casa, agotadísimo por el intenso trabajo. Su hermano había preparado guiso rojo y él le pidió que le convide. Jacob, aprovechándose de su estado de necesidad, le dijo: “Véndeme en este día tu Primogenitura”.
Esaú cedió ante el pedido de su hermano y menospreció su Primogenitura por un plato de guisado de lentejas, pan y bebida.
   Regresemos al texto. Recordemos que Jesús había ayunado por cuarenta días y tenía hambre. Vino el diablo y lo tentó para que demuestre, en ese mismo momento, la VERACIDAD de la declaración de la Voz celestial, el día que fue bautizado: “Éste es mi Hijo Amado…" Nuevamente estaba acusando a Dios de MENTIROSO. Justamente Él, ¡el padre de la mentira!
   Dios no es hombre, para que mienta. Números 23:19.
   El diablo le estaba manifestando a Jesús, su DUDA de que fuera realmente el Hijo de Dios y quería inyectarle a Jesús esa misma duda, al decirle: “SI eres Hijo de Dios”… El SI es condicional, puede ser que sea o suceda algo y puede que no sea ni suceda algo.
   Por eso le pidió que SI de verdad era el Hijo Amado de Dios, lo demuestre haciendo uso del Poder que Dios le tendría que haber otorgado.
   SI eres Hijo de Dios:
-convierte las piedras en pan y come.
-tírate de las alturas porque los ángeles te salvarán.
-Finalmente, le pidió: adórame postrado y te daré todos los reinos del mundo.

   Y así actúa el diablo. Acecha al Cristiano y en el momento en que más débil está, se acerca e intenta hacerlo dudar de la Palabra de Dios y más que nada, dudar de sus Promesas Divinas, de su Amor, cuidados y Paternidad..
   De igual modo hizo la serpiente con Eva, primero sembró en ella la duda acerca de lo que Dios le había dicho: “No es verdad que moriréis, sino que sabe Dios, que el día que coman del árbol, serán abiertos vuestros ojos y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal”.
   Al decirles “seréis como Dios”, los instó a rebelarse contra Dios despertando su codicia, orgullo, etc,
   Regresemos al pasaje bíblico. Así empezaba Jesús su Ministerio, siendo llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo, pero Él velaba en ayuno y oración.
   Ahí estaban frente a frente: la SOBERBIA frente a la HUMILDAD, el diablo, príncipe de este mundo, el soberbio, el padre de mentira, el acusador de nuestros Hermanos, el ladrón, el asesino desde el principio, el destructor, el usurpador que quiere ocupar el lugar de Dios FRENTE A (aunque el diablo aún no lo sabía):
Jesús el Rey de Reyes, el Sacerdote, el Salvador, el Dador de Vida Eterna, el Camino, la Verdad y la Vida, el Creador, el Amor, el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, la Resurrección,…
   Veamos cómo Jesús venció al diablo y cómo nosotros, al imitar al Señor, podemos vencerlo haciendo que huya también de delante nuestro.
   El Señor Jesús no permitió que el diablo trate de mentiroso a Dios poniendo en DUDA su Palabra, sino que le respondió reafirmando la Palabra de Dios y no sucumbió a la tentación, aún estando, se podría decir, en necesidad extrema, ni permitió que el diablo sembrara en Él la duda, la soberbia, el orgullo, etc. Le dijo así:
   -No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda Palabra que sale de la Boca de Dios.
   -No tentarás al Señor tu Dios…
   -Al Señor tu Dios adorarás y a Él sólo servirás.
   El diablo tuvo que huir de delante de Jesús y ángeles sirvieron al Señor.





Elena Sanfilippo Ceraso
         11/7/2018

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