miércoles, 24 de diciembre de 2014

Nuestros vientos personales


Lectura: Mt. 14:22-33 > Jesús anda sobre el mar

Era de noche. Y ya la nave con los discípulos estaba en medio de la mar, atormentada de las ondas, porque el viento era contrario . . .  Y descendiendo Pedro de la nave anduvo sobre las aguas para venir a Jesús. Pero de pronto . . . tuvo miedo.
Pedro al ver el problema: el fuerte viento soplando, que lo hundía y lo llevaba a la muerte clamaba: - ¡Señor, sálvame!.
Al momento, Jesús le extendió la mano y asió de él. Pero, la pregunta clave, fue: - ¡hombre de poca fe: ¿ por qué dudaste?!
La misma pregunta nos hace a nosotros el Señor Jesús, cuando enfrentamos vientos personales: problemas económicos, familiares, de salud, etc. Pensamos que son gigantes, poderosos, que nos hunden, y tenemos miedo. Y a veces, ni siquiera hacemos lo que hizo Pedro: clamar al Señor Jesús. Y Él está ahí esperando que lo llamemos para extender su Mano y salvarnos. "Hombre de poca fe", dijo el Señor. Pero a veces, las dificultades que nos azotan como vientos, nos dejan sin fe, nos alimentan las dudas: ¿me escuchará el Señor?, ¿podrá ayudarme?.
Olvidamos sus Promesas. Tampoco recordamos su eterno Amor por cada uno de nosotros y que ¡resucitó!; y que está intercediendo delante del Padre por tí y por mi, de día y de noche, ¡las 24 hs.! ¡No se dormirá el que te guarda! (Salmo 121:3).

Meditación:
"Venid a Mi todos los que estáis trabajados y cargados y Yo os haré descansar" (Mt. 11:28).
"He aquí Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo"(Mt. 28:20)

Invitación:
¡Si podemos!. Podemos andar sobre las aguas como lo hizo el Señor Jesús y como el buen intento de Pedro. El secreto: no fijar nuestros ojos en los vientos personales que soplan con fuerza para derribarnos, no temer ni dudar.
Te invito a poner los ojos en el Señor Jesús y que intentemos caminar sobre las aguas.
Él nos ama . . . y espera.

(Elena Sanfilippo Ceraso
         11/04/2008)


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