sábado, 17 de octubre de 2015

¿Piedras Vivas?


"Acerquémonos a ÉL, Piedra Viva, deshechada de los hombres, pero para Dios escogida y preciosa. Como Piedras Vivas sean edificadas como Casa Espiritual y Sacerdocio Santo, para ofrecer sacrificios aceptables a Dios por medio de Jesucristo”. (1° Pedro 2:4-5).

¿PUEDEN LAS PIEDRAS TENER VIDA?
¡Sí! Cada piedra sin vida, seca, árida, dura, rocosa, pesada, sedienta que se acerca a Jesús, la Piedra Viva, será convertida en una Piedra Viva, que junto a otras Piedras Vivas, escogidas y preciosas para Dios, son edificadas como Casa Espiritual, Sacerdocio Santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesús.
¡Estas piedras reciben Vida gracias al Señor Jesús!
Pero lo que es precioso y de gran valor para Dios no lo es para los hombres, hombres que son “piedras muertas o sin vida”, que no quieren acercarse a Jesús, la Piedra Viva, porque no creen que Él es el ÚNICO CAMINO para llegar al Padre Celestial. No creen que Dios sólo acepta sacrificios espirituales por medio de Jesucristo. Pero no sólo NO CREEN en Jesús, sino que peor aún, ¡lo DESHECHAN como Piedra Viva!
¿CÓMO SE EDIFICA LA CASA ESPIRITUAL?
Las Piedras Vivas que se acercan a Jesús, la Piedra Viva, y lo sirven en Justicia, Gozo y Paz en el Espíritu Santo, agradan a Dios y unánimes a una voz le glorifican. (Rom. 14-15). Se ANIMAN unas a otras y se EDIFICAN mutuamente. (1° Tesalonicences 5 :11). La edificación es mutua y permanente, por eso SIEMPRE las Piedras Vivas DEBEN acercarse a La Piedra Viva Jesús. El texto de Pedro es claro: “ACERQUÉMONOS”. Cada Piedra Viva debe estar siempre cerca de Jesús, para que la Casa Espiritual sea edificada. Algunas van a ser pastores, otras evangelistas, otras maestros, etc.
Las Piedras Vivas edificadas como Sacerdocio Santo ofrecen sacrificios aceptables a Dios por medio de Jesucristo.


¿EN QUÉ CONSISTEN LOS SACRIFICIOS?
En Hebreos 15:15-16 leemos:
“OFREZCAMOS SIEMPRE A DIOS POR MEDIO DE JESÚS, SACRIFICIO DE ALABANZA, es decir, fruto de labios que confiesan su Nombre
Y de HACER BIEN y de la AYUDA MUTUA, no se olviden, porque de tales sacrificios se agrada Dios”

“ACERQUÉMONOS a Jesús, la Piedra Viva, Preciosa y Escogida de Dios, deshechada de los hombres…”

PIEDRAS VIVAS… Tremendo milagro de Dios si eres una Piedra Viva. Pero hay un Mandato para las Piedras Vivas: “ACERQUÉMONOS”. Si eres una Piedra Viva DEBES acercarte a Jesús.
Piedra Viva: ¿Te alejaste del Señor Jesús y estás sedienta, a punto de resquebrajarte, desmenuzarte? O, tal vez, todo lo contrario, ¿te estás endureciendo como una roca?
Entonces, urgente, ¡debes acercarte a Jesús! Él es la Piedra Viva, no hay, no existe otra Piedra Viva. No te vuelvas atrás, a la montaña de donde saliste, tu lugar ya fue ocupado por otra piedra muerta o sin vida. Eres una más, No importa el lugar que ocupabas. No te vuelvas a las piedras que por fuera parecen preciosas, valiosas, codiciables, pero por dentro están ¡muertas o sin vida! Siguiendo junto a ellas a líderes religiosos amados y aprobados por el mundo, por los hombres, que les predican lo que quieren oir, pero que deshechan a la Piedra Viva que es Jesucristo.
Acércate a Jesús. Si te alejaste, ¡regresa! En la Casa Espiritual de Jesús, tu lugar quedó vacío. Hay un enorme hueco que otra Piedra Viva no puede ocupar. Jesús te necesita para edificar a otros con los dones que el Espíritu Santo repartió a cada Piedra Viva. ¡Y tú también debes ser edificado por otras Piedras Vivas!
Acércate a Jesús. Él es la Piedra Viva. Pídele perdón por tus pecados y Él te perdonará al instante. Lee la Biblia, la Palabra de Dios Viva y Eficaz. ¡Sólo la Biblia! Reúnete con otras Piedras Vivas, no con piedras religiosas, o muertas o sin vida. Reúnete con el fin de alabar, adorar a Dios, testificar cuán grandes obras ha hecho en tu vida el Señor Jesús y para edificarse mutuamente.



“Jesucristo, el testigo fiel, el primogénito de los muertos y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó y nos lavó de nuestros pecados con su Sangre Preciosa y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, el Padre, a Él sea la gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén.”

“He aquí que viene con las nubes y todo ojo le verá”. (Apocalipsis 1:4-9).  











(Elena Sanfilippo Ceraso
     jueves 15/10/2015)

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